jueves, 26 de febrero de 2009

DOMINGO -I- DE CUARESMA -B-

PRIMERA LECTURA


Lectura del Libro del Génesis 9, 8‑15

Creación y pecado de los primeros padres Dios dijo a Noé y a sus hijos: AYo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron, aves, ganado y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.
Y añadió Dios: Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: Podré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“CUANDO EL HOMBRE PIERDE SU DIGNIDAD”

Cuando el hombre se había pervertido de tal forma que ya no reconocía a Dios, ni quería prestarle obediencia, dice el libro del génesis que “Dios se arrepintió de haber hecho al hombre” y haberle dado todo el poder que tenía sobre la creación, pues podía destruirlo todo. Como castigo –sigue diciendo la biblia- Dios le mandó un diluvio que exterminó a todos los vivientes de la tierra, pero el corazón de Dios que es todo amor, no puede tolerar que paguen justos por pecadores y, como signo de esa realidad, Dios salva a Noé de la muerte y cuando acaba el diluvio, Dios vuelve a hacer un pacto con la humanidad; el primer PACTO fue en el paraíso, cuando el hombre rompió el plan que Dios había establecido para que fuera feliz: allí le pidió que siguiera sus normas, ahora vuelve a hacer otro pacto y le pide que no derrame sangre, es un pacto por la vida, en el que el mismo Dios se compromete: “no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra”
Entrega de nuevo los animales, todas las plantas y todo lo que existe, para que el hombre sea señor de todo lo creado, lo bendice de nuevo y hace un pacto declarando sagrada la vida, paco que el ser humano verá siempre reflejado en el arco iris, que se convierte en un signo de batalla a favor del hombre y en contra de todo aquello que lo denigre.
Cuando leemos esto hoy y lo traducimos al momento que vivimos, en donde la humanidad ha dejado de reconocer este signo, que por millones de años ha reconocido el ser humano y que sostiene al hombre como un valor absoluto declarado por Dios y ratificado por Jesús, al ver la orquesta que se está montando en el mundo, dirigida por todos los poseedores del capital y sostenida por los políticos de turno, en donde se lucha por establecer la muerte como un valor, “al que se tiene derecho”, es decir: todo lo contrario a lo que Dios establece, y se considera la muerte como la conquista de uno de los derechos inalienables del hombre, uno siente miedo, porque ves que la humanidad ha entrado en declive y ha optado por su autodestrucción y sientes ganas de pedirle a Dios que el pacto que él hizo no deje que el hombre lo rompa en su locura y en su inconsciencia.
Es inconcebible que la gente tenga que salir a la calle, como estamos viendo en estos días, pidiendo la pena de muerte, porque las leyes han llegado a degradarse tanto que ya no defienden la vida, sino que protegen a los criminales.


Salmo responsorial Sal24,4bc-5ab. 6-7bc. 89

V/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
.R/Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza
Recuerda, Señor que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuerdate de mi con misericordia,
por tu bondad, Señor.
.R/.Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza
El Señor es bueno, es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
.R/.Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pedro 3,18-22

Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.
Como era hombre, lo mataron; pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús Señor nuestro, que está a la derecha de Dios.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“BAUTIZADOS ¿PARA QUÉ?”

Pedro se hace eco de la situación de dureza y dificultades por las que atraviesan los cristianos en momentos muy duros y por eso envía su carta exhortándoles a perseverar, manteniéndose firmes en la fe.
Hay muchos hermanos que están siendo probados en la persecución; a ellos les recuerda el triunfo de Jesús: “Como era hombre, lo mataron; pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.” Y también su apoyo va para los que han muerto en la lucha por mantener la fe: los declara triunfadores, pues la eficacia de la muerte de Cristo alcanza a los que han muerto desde los tiempos de Noé. Cristo murió por todos y en su resurrección venció la muerte, por eso, a nosotros, ni la misma muerte nos podrá vencer.
Pedro recuerda a Noé y el pasaje le evoca la salvación que Cristo nos ha traído en las aguas del bautismo: allí fuimos rescatados de la muerte, como lo fue Noé y toda su familia.
En un momento de crisis y persecución, Pedro echa mano al bautismo como signo de esperanza y de seguridad de nuestra victoria y lo declara fuente de fortaleza para los que luchan contra las adversidades que atacan, persiguen y matan.
Intentando aterrizar el mensaje en nuestra realidad, también conflictiva, en la que estamos viendo como en muchísimos momentos se está llegando a la persecución y al desprestigio de la persona… ¿Podríamos coger nuestro bautismo como referente de esperanza y como fuente de ánimo para la lucha?


Versículo antes del Evangelio Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“EL REINO SE ACOGE COMO SE DA”

Jesús, después de ser bautizado, decide dar un cambio radical a su existencia; hasta ahora ha vivido escondido en Galilea viendo la situación en la que se encuentra el pueblo; el Espíritu Santo lo conduce al desierto donde se encuentra consigo mismo y crea el espacio para encontrarse con su Padre.
En el desierto comienza Jesús una batalla que se libra en su interior: es el Nuevo Adán que le hace frente al tentador.
Jesús tiene como fondo la figura de Juan que ha sido arrestado; él sabe que le puede ocurrir lo mismo ¿convendrá dar marcha atrás y no complicarse la existencia? ¿Valdrá mejor cambiar de táctica y hacer alianza con los romanos ¿Será mejor apoyarse en el poder para ser más eficaces?
Frente a todas las posibles formas de llevar adelante el proyecto del reino no hay otra alternativa: “Convertíos y creed la Buena Noticia.” Es que el reino no se impone por la fuerza, sino que se asume y se acepta en la libertad.
Cristo no es una imposición que se nos hace ni el reino es una doctrina o una ley que se establece y no queda más remedio que acatarla, no, se trata de un regalo, de un tesoro que se te ofrece y que dejas todo lo que tienes y lo aceptas en tu vida, como quien encuentra lo más hermosos que pudo soñar.
Encontrarse con Cristo y con el reino produce como consecuencia una transformación radical de toda la vida, que lleva a decir a Pablo que, todo lo que hasta entonces había tenido y había vivido lo consideraba una perdida de tiempo y una basura.

martes, 17 de febrero de 2009

DOMINGO VII DEL T. ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 43, 18‑19. 21‑22. 24b‑25
Por mi cuenta borraba tus crímenes

Así dice el Señor:
—«No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo;
mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo,
para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.
Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mi, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas.
Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.»
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“ES HUMANO EQUIVOCARSE, PERO ES DE SABIOS RECTIFICAR”

El profeta Isaías escribe desde el exilio: el pueblo está pasando una experiencia muy amarga que le está haciendo tomar conciencia de su error: no quisieron oír la voz de los profetas que les decían que el camino que habían emprendido les llevaría a la perdición y los mataron; se metieron en un ritmo de desprecio de Dios y de sus principios y cayeron en una situación de inconsciencia e irresponsabilidad enorme; cuando quieren acordar se encuentran que han perdido toda la fuerza, ya no hay pueblo, ni intereses comunes que los sostengan y van a parar a la esclavitud.
Ahora se sienten frustrados, traicionados y hay un resentimiento y un odio grande contra ellos mismos, por ser tan estúpidos y contra sus dirigentes que los abocaron a esta situación.
Ahora recuerdan al profeta Jeremías por sus insistentes llamadas de atención, a quien no quisieron hacer caso, cuando les decía que abrieran los ojos y se dieran cuanta lo que estaban haciendo y a dónde se estaban precipitando.
Ahora hay un sentimiento de culpa colectivo, pues se ha cumplido todo lo previsto y se sienten culpables y confundidos.
No obstante, es interesante un dato: están siendo capaces de reconocer su error, que han sido ellos quienes han metido la pata y esto es el primer signo de esperanza; lo peor sería que se cerraran, no reconocieran su error o se dedicaran a echar la culpa unos a otros.
Un enfermo, para poder someterse a un plan de recuperación, lo primero que tiene que admitir es que está enfermo y que quiera curarse.
En esta situación de confusión se alza la voz del profeta Isaías invitándoles a levantar la cabeza y los ánimos. Dios está dispuesto a pasar la página, si es que ellos están dispuestos a hacer lo mismo: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo”, dejen a un lado todo eso que les está amargando y que no lleva ya a ningún sitio. sino a hundirse más de lo que están.
Dios está dispuesto a ponerse a su lado y como en otro tiempo, les hará volver a su tierra: no pueden permanecer hundidos, postrados; han de sacudirse el yugo y establecer una nueva forma de pensar. Su reconocimiento del error y su arrepentimiento es el signo de que esto ya está en marcha: “mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” Se trata ahora de rectificar la forma de pensar y la forma de actuar.
Cuando leemos despacio estos textos y los proyectamos sobre nosotros, es imposible sustraerse a la reflexión sobre nuestra realidad:
Hace muchísimo tiempo que venimos dándonos cuenta y hay muchísima gente que viene advirtiéndonos que el camino que cogimos no llevaba a ningún sitio; esa forma de hacer, de pensar y de vivir era un callejón sin salida; no necesitábamos ningún Jeremías que viniera a decírnoslo, lo estábamos viendo… pero preferimos meternos en la marcha creyendo que se podría aguantar indefinidamente el estar sacando de la caja sin miedo, pero sin preocuparnos de ir reponiendo existencias o el ir tirando por la ventana todo lo que teníamos y rompiendo la casa en la que vivíamos, sin pensar que luego habría que levantarla y volver a llenarla.
Ya estamos llegando al final del callejón y ¿Ahora qué? Todavía tenemos una pequeña esperanza, pues nos queda el techo que nos cobija: el euro, pero ¿cuánto aguantará? Lo hemos roto todo, ¿Cómo podremos recuperar la confianza, la fraternidad, la solidaridad, la capacidad de perdonar...?
Faltan unos cuantos golpecitos de corrupción para que se nos caiga todo. ¿Seguiremos diciendo que Dios, la iglesia, la religión… son los culpables de todo lo que nos hemos buscado? o ¿Seremos lo suficientemente sensatos –como le ocurrió al pueblo de Israel- que reconozcamos nuestro error?
Lo más triste que nos puede ocurrir es que sigamos echándonos la culpa unos a otros, nos dividamos y los que organizaron el aquelarre se lo pasan en grande tranquilos, viendo que mientras tanto nosotros nos peleamos, ellos pueden seguir en esa situación viviendo seguros.



Salmo responsorial Sal 40, 2‑3. 4‑5. 13‑14 (R/: 5b)

R/. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R/.
R/. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia, sáname,
porque he pecado contra ti.» R/.
R/. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén. Amén. R/.
R/. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18‑22
Jesús no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «si»

Hermanos:
¡Dios me es testigo!
La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no».
Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya.
Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros.
Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“NO CONFUNDAMOS LAS COSAS”
Hay un momento en el que los corintios acusan a Pablo de cambiar constantemente sus planes y ponen en duda el mensaje que está predicando, diciendo si en la fe también un día es una cosa y otro es otra.
Pablo sale al paso de los problemas que están haciendo y deja claro que una cosa son los proyectos que se tienen sobre la evangelización, como es el viaje que tenía proyectado a Macedonia desde hacía ya mucho tiempo y para el que tenía motivaciones pastorales fuertes, viaje que no había hecho a la ligera, ni con intereses particulares, sino que había sido muy bien preparado, y otra cosa es el mensaje y la verdad que les está transmitiendo, que no es algo suyo, sino algo que ha recibido y ya se cuida muy mucho de no cambiarlo ni en una coma.
Pablo les hace distinguir entre estos proyectos, que no siempre salen tal como se tenían planificado, y la validez de la doctrina: no se trata de un sí hoy y mañana un no, sino que todo está centrado en el SÍ de Cristo que es el SÍ eterno de Dios y que eso es inmutable.
De la misma manera que el SÍ de Cristo es inmutable, porque es el SÍ de Dios, lo que él les está dando es el SÍ de Cristo, por tanto, no es ahora sí y mañana no. En esto pone Pablo toda la fuerza de su mensaje.
No deja de ser tremendamente interesante y actual esta postura de Pablo en los tiempos que vivimos, en los que se quieren borrar todos los referentes eternos y se nos quiere inculcar que todo es relativo: que lo que en este momento puede ser sí, en otro puede ser no y en otro… depende: todo queda dependiendo de la situación que vivamos, con lo que la fe, la verdad, la justicia. El amor… todo depende de cómo me levante una mañana y cada día puede ser algo distinto dependiendo de la situación que vivamos.
La VERDAD, la JUSTICIA, la HONRADEZ, la FIDELIDAD… no son hoy válidas y mañana inválidas, no son valores que están a merced de lo que establezcan los intereses del político, del dirigente de turno o de la situación que cada uno vive en particular.

Aleluya Lc 4, 18
El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 1‑12
El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
—«Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
—« ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
—« ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados,” o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico:
—«Contigo hablo: Levántate, coge ‑tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
—«Nunca hemos visto una cosa igual.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“EL REINO DE LOS CIELOS YA ESTÁ AQUÍ”
Esta sección de S. Marcos que nos viene presentando la liturgia en estos domingos es lo que llaman los estudiosos “Sección de Controversias”. El evangelista S. Marcos presenta a Jesús diciendo y haciendo cosas que manifiestan la presencia del reino y que chocan frontalmente con el “régimen” legalista y cerrado que tenían establecido los dirigentes del pueblo.
Esta actitud y esta forma de hacer y decir de Jesús, rompe todos los esquemas y revoluciona el orden establecido, por ejemplo: Se encuentra con un leproso, se acerca a él, le da la mano, lo coge y lo levanta, lo cura y le restablece su dignidad enviándolo ante el sacerdote para ofrecer el sacrificio que ordena la ley. Esto estaba rigurosamente prohibido, pero Él tiene que decir que eso no lo aprueba Dios, que Dios no margina a nadie y la única forma de que lo entiendan es haciendo este gesto de acogida, aunque resulte escandaloso.
En el pasaje actual lo vemos de nuevo con la misma actitud que deja asombrada a la gente: «Nunca hemos visto una cosa igual.»: jamás se le había ocurrido a alguien enfrentarse frontalmente contra la costumbre y lo que la ley ordena, por eso los dirigentes se escandalizan y no asumen la verdad que están constatando.
Para Marcos la enfermedad proviene del pecado, por eso Jesús, cuando cura a alguien no solo le cura la enfermedad, sino que sana de raíz su situación de rechazo social, le hace recuperar toda su dignidad de persona excluida de la sociedad, lo limpia del estigma con que se le ha marcado: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Para un judío, solo tiene autoridad para perdonar los pecados Dios, por tanto, atreverse a decirle a un enfermo: “Tus pecados están perdonados” es declararse abiertamente Dios; esto lo consideran una blasfemia intolerable y ofuscados no son capaces de ver el signo que ha ocurrido delante de sus ojos: que un paralítico se levante y salga con su camilla o que un muerto resucite.
Por otro lado, Jesús pone a prueba otro mecanismo que hace saltar todos los esquemas: pone la fe por encima de la ley, pues ella, tanto la fe del individuo como la de los acompañantes, es capaz de romper todas las barreras y opresiones físicas del hombre, como ha sido el romper el tejado y descolgarlo por el agujero o las barreras internas como ha sido el recibir el perdón de los pecados y aceptarlo consiguiendo la sanación total.
Nunca, nadie había tenido la osadía de atribuirse el poder de perdonar los pecados, pues esto era exclusivo de Dios. Jesús demuestra que Dios está presente y su reino de perdón y de paz está actuando. Esto hay unos que lo ven y saltan de alegría alabando a Dios, mientras otros se escandalizan y empiezan a tramar la muerte.
Esta situación tiene hoy una impresionante actualidad: hay mucha gente postrada en su camilla del abatimiento, de la impotencia, de no saber por dónde tirar en la vida, amarrados a la camilla de la dependencia de drogas, del alcohol, del juego, del ambiente… que nos impide levantar cabeza y lo peor es que no le vemos solución, cosa que se agrava si es que nos encontramos con gente que todavía nos hunde más en el abismo, al contrario de aquellos vecinos que cogieron al paralítico y se propusieron romper todas las barreras y presentarlo frente a Jesús, pues estaban seguros que la presencia de Jesús transforma, pero no siempre encontramos esta ayuda y nos quedamos eternamente en la camilla.
También hay otra situación de postración, no en una camilla, pero sí sufriendo la misma situación de muerte por creernos que lo sabemos todo y que nada nos puede desestabilizar de la situación en la que nos hemos asentado, como le ocurría a aquellos doctores de la ley: ellos no creen que pueda haber perdón, pues conocen todo lo que se puede saber sobre Dios, y se incapacitan para valorar, incluso lo que están haciendo aquellos hombres que rompen el tejado y todas las barreras que puedan impedir el acercamiento a Jesús. Lo saben todo sobre Dios, pero no han experimentado jamás su amor. O aquellos otros escépticos que se burlan de todo y permanecen eternamente en la ignorancia; son formas de estar postrados, enfermos que necesitan alguien que rompa todas las barreras y todas las ataduras en las que se encuentran amarrados.
De todas formas, hay algo que es sorprendente: el encuentro con Jesús, la experiencia del amor de Dios que se hace perdón, levanta al hombre y lo convierte en un ser completamente nuevo, aunque unos sigan tan enfermos que ni eso son capaces de verlo.


miércoles, 11 de febrero de 2009

DOMINGO -VI- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Levítico 13, 1‑2. 44‑46
El leproso tendrá su morada fuera del campamento

El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
—«Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza.
El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: "¡impuro, impuro!" Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.»
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“LEPRAS LEGALES”
El término “Lepra” en hebreo significa “estar golpeado por Dios”, es decir: ya el mismo nombre está expresando un juicio moral y establece una situación especial para la persona que se la considera despreciada de Dios y, por tanto, de la gente. Es algo que lleva unida la desagracia, pues el leproso es apartado de la comunidad, “excomulgado”.
No olvidemos que Jesús muere también como un leproso, excomulgado, sin figura humana, deshecho, fuera de la ciudad a quien no se le considera digno ni de ser acogido por la tierra: crucificado.
Cristo rompe por completo esta mentalidad y estas reducciones que el pueblo hace, por eso, cuando se encuentra con un leproso, no se aparta de él ni lo desprecia, sino todo lo contrario, le cura la enfermedad y lo envía ante el sacerdote para que la ley le devuelva su dignidad ciudadana.
Sin embargo, Cristo denuncia otras lepras que la ley no contempla y que son las que verdaderamente rompen la dignidad de la persona aunque mantengan un cuerpo en perfecta situación física, pero delante de Dios el hombre se degrada hasta lo increíble. Esta es la verdadera lepra que merece el repudio de Dios y de los hombres ya que el individuo se sitúa como enemigo de Dios, de sus hermanos y de si mismo… Pero esta situación es tolerada y apoyada por la ley y por la mentalidad general de la gente mientras seguimos creando “lepras” que vamos aplicando a los seres humanos y los vamos dejando fuera de la sociedad y aparcándolos en las cunetas de la vida.

Salmo responsorial Sal 31, 1‑2. 5. 11 (R/: cf. 7)

R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R/.
R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito; propuse:
«Confesaré al Señor mi culpa»
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado R/.
R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R/.
R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 31‑11, 1
Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo

Hermanos:
Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven.
Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“CENTRARSE EN LO FUNDAMENTAL”
Pablo escribe a la comunidad de Corinto y les aconseja tres normas o principios que deben regir su comportamiento:
-Hacer todas las cosas para gloria de Dios
-No ser ocasión de pecado para nadie
-Imitar su conducta de vida
Existe un problema dentro de la comunidad: hay gente supersticiosa que tiene una conciencia muy estrecha y mal formada y piensa que comer carne de la inmolada a los ídolos le puede traer algún castigo. Otros, en cambio, entre los que se encuentra él, ven que eso no tiene importancia, puesto que los ídolos no existen, no son nada y esas carnes, incluso son más baratas. ¿Valía la pena armar un conflicto con este problema?
Pablo pide que se viva con sencillez, sin moralismos y con absoluta libertad, pero teniendo en cuenta un principio: vivir en libertad no es hacer lo que me viene en gana, pues no todo lo que se puede hacer se debe, pues no todo lo lícito conviene; ser libre no es aceptar que todo vale aunque sea bueno o indiferente, por tanto, el límite de mi libertad está en la vida del hermano a la que no puedo hacer daño y debo respetarla.
Pablo se coloca como modelo para los corintios: para él son más importantes sus hermanos que sus gustos y está dispuesto a dejarlo todo por ellos: aunque reconoce que comer carne es una tontería, entiende que es mucho más interesante colocarse al lado de sus hermanos y ayudarles que vayan viendo con tranquilidad la situación y salgan de la oscuridad. “no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven.”
Esta lección de libertad que nos muestra S. Pablo contrasta enormemente con la mentalidad actual en donde se establece como norma suprema el “yo” como centro del mundo y, todo es válido si es que me gusta y lo deseo.

Aleluya Lc 7, 16
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 40‑45
La lepra se le quitó, y quedó limpio

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
‑«Si quieres, pareces limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
—«Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
—«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“DIOS AMA POR ENCIMA DE LAS LEYES”
S. Marcos comienza su evangelio haciendo una presentación de Jesús rodeado de enfermos, sabiendo perfectamente lo que la enfermedad significa para los israelitas: es la manifestación externa del pecado que postra en la muerte y separa de Dios: Cristo ha venido a restablecer esta situación: levantar al hombre de su postración de muerte y restablecer la amistad con Dios.
El pasaje de hoy tiene un significado especial y Marcos ha tenido un cuidado enorme en su exposición: La lepra en el pueblo judío representa una situación especial, es el máximo grado de reproche por parte de Dios, representa la situación de vida del hombre degradado, criminal, que desprecia no solo a sus semejantes sino a Dios y a la religión, por eso se le considera un castigado, un excluido que tiene prohibido acercarse a las personas y éstas tienen prohibido acercarse a él, tocarlo y hablar.
Esta enfermedad se ha considerado con esta dimensión hasta no hace mucho tiempo, basta pensar que hasta 1870 no estaba catalogada médicamente.
En el pasaje de Marcos aparece el leproso que se atreve a romper la ley: se acerca a Jesús, se arrodilla en tierra y le pide que lo limpie.
Lo que el leproso pide es su purificación, «Si quieres, puedes limpiarme». Él está seguro que Jesús lo puede curar, pero lo que no tiene tan seguro es si querrá limpiarlo, ¿se atreverá Jesús a romper el cerco en el que se siente prisionero?: es que es considerado un ser impuro, despreciable, estigmatizado, marginado... esta situación es más dolorosa que la enfermedad y mucho más difícil de curar, se trata de hacer que cambien los demás con respecto a él.
Y Jesús le da la primera señal de lo que está pidiendo: Él rompe también la ley y le permite que se le acerque, lo toca y le expresa su voluntad: «Quiero: queda limpio”.
Con este gesto Jesús monta una verdadera revolución: Deja claro a todos que la enfermedad no es el instrumento que utiliza Dios para castigar, tira por tierra todos los prejuicios y deja claro que Dios no excluye a sus hijos ni quiere discriminaciones.
Jesús deja claro a todos los excluidos que su situación no es querida por Dios y que si alguien la tiene, es por culpa de las leyes que monta la sociedad y que aunque los hombres se cierren y se escuden en leyes, siempre encontrarán abierto el corazón de Dios que lo acepta, lo comprende, lo acoge y lo ama cuando todos lo excluyen y lo condenan.
Cristo, a semejanza del Padre, extiende su mano al leproso, lo levanta del suelo, le dirige la palabra y lo mira de frente.
Este gesto tiene hoy una actualidad enorme en un mundo en el que todo nos invita a que no nos fiemos de nadie, en donde todos se apoyan para defenderse y todos se consideran enemigos de todos: hemos roto la fraternidad para establecer la “competencia” por eso vamos formando recintos de seguridad y no de fraternidad, vivimos todos a la defensiva y nos vamos excluyendo todos a todos estableciendo cada vez unas distancias mayores con lo que vamos cerrando el círculo y cada vez nos vamos sintiendo más solos, más agredidos y más infelices.

martes, 3 de febrero de 2009

DOMINGO -V- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Job 7, 1‑4. 6‑7
Mis días se consumen sin esperanza


Habló Job, diciendo:
—«El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero;
Como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.
Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga;
al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.
Mis días corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza.
Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.»
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“DIOS NO ES VENGATIVO”
El tema del dolor del hombre y cómo compaginarlo con Dios-Amor es algo que siempre ha estado presente en la humanidad, sobre todo porque el hombre no puede entender que haciendo el bien reciba el mal; ese esquema es muy difícil superarlo ya que tenemos la mentalidad mercantilista muy acentuada: “do ut des”: yo doy o hago una cosa pero exijo la recompensa, en cambio nos cuesta entender el sentido de la gratuidad.
Es muy normal escuchar: “Tienes más paciencia que el santo Job”, pero eso no aparece así de claro en la lectura que hoy nos trae la liturgia: la situación que nos presenta es la de un hombre que se siente amargado por el dolor que la vida le está presentando y que ya está harto de soportar, pues no le ve una salida a todo lo que le está viniendo. Por si no tenía bastante, sus amigos se acercan a verlo y en lugar de animarlo le dicen que lo que está sufriendo es porque Dios lo está castigando por sus pecados, que lo aguante, por tanto, como penitencia. Pero Job se rebela contra todo esto.
Él se siente inocente y entiende que Dios no puede ser así como se viene diciendo, su situación no responde a la mentalidad que hay. Incluso le pide a Dios que también Él se rebele ante esta forma de interpretar las cosas y no permita que se tenga esa mentalidad; Job se resiste a pensar en un Dios con una mentalidad humana.
El problema de Job es haberse encerrado en si mismo, esto le lleva a la desesperación, pues no le encuentra respuesta ni sentido al dolor y en consecuencia pierde hasta la visión de Dios. Éste es, incluso en la actualidad, el problema de millones de personas que al no intervenir directamente Dios en la solución de sus problemas, pierden el sentido de la justicia de Dios.
La respuesta a este problema y a esta mentalidad vendrá a darla Jesús que asume el dolor del mundo y lo transforma en gozo de resurrección. Él nos deja bien claro que Dios no está enmarcado en esta mentalidad y toda su vida fue una lucha constante contra los fariseos que no aceptaban la gratuidad. Tampoco Él se puso a explicar el sentido que tiene el dolor, eso es algo que no tiene explicación, simplemente se enfrentó a él y nos enseñó a superarlo indicándonos que en la vida es lo que nos encontramos a diario y no podemos estar huyendo, hemos de pasar por él porque detrás está la alegría y la resurrección.




Salmo responsorial Sal 146, 1‑2. 3‑4. 5‑6 (R/: cf. 3a)
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel. R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Hermanos:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“SER TESTIGOS DE LA VIDA”
S. Pablo Se enfrenta a un problema de orden práctico, insignificante, pero es algo que se vive a diario: es el problema de las carnes que se venden en el mercado a diario, procedentes de los sacrificios inmolados a los ídolos.
Pablo parte de un hecho: los ídolos son una tontería, eso no existe; comer o no comer carne es completamente indiferente, no obstante, hay gente que no lo acaba de ver así y cree que comer esa carne es estar de acuerdo con el ídolo; S. Pablo, para no inducir a nadie a escándalo se abstiene de comer esa carne, cree que es más correcto respetar la conciencia de la gente y ponerse a su lado puesto que es un tema intranscendente es preferible estar a su lado ayudándoles hasta que comprendan el error en el que viven.
Sin embargo, existe otra mentalidad que es dañina y hace que se mantenga una diferencia entre la gente: aquella que sostiene que los maestros, predicadores son gente sagrada o de primera clase y tienen que ser mantenidos, porque el predicar es el trabajo que ellos hacen y quien los escucha tiene obligación de pagar. Pablo, en cambio, rompe con esa mentalidad haciéndoles ver que predicar el evangelio no es un trabajo, sino un gran regalo que ha recibido, es la gran alegría de su vida y esa alegría no se la puede guardar, es una necesidad que tiene de expresarla, compartirla, por tanto, no es un trabajo lo que está haciendo y su recompensa no es el que lo mantengan, sino el que lo escuchen y participen del regalo. Es la gratuidad de Dios la que está de nuevo en juego.
De la misma manera sigue en pie el tema: la iglesia, sus ministros, los cristianos… ¿Serán los signos de grandeza, de negocios los que nos distingan o el ser expresión viva de la gratuidad de Dios?
Con frecuencia argumentamos: “Es que si no se pone un precio a lo que se hace, entonces la gente no da nada ni lo valora”, esto está indicando que no es verdadero ni lo que damos ni quien lo recibe sabe lo que está recibiendo, pues una caridad que no genera solidaridad y gratuidad es paternalismo ofensivo y degradante.


Aleluya Mt 8, 17
Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 29‑39
Curó a muchos enfermos de diversos males

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:
—«Todo el mundo te busca.»
Él les respondió:
—«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

CRISTIANOS NO PRACTICANTES” ¿CÓMO ENTENDERLO?
S. Marcos presenta Jesús en un momento muy interesante: es sábado, ha estado en la sinagoga, como todo buen judío piadoso, al terminar se va a casa de pedro con todos sus compañeros. Allí se encuentra a la suegra de Pedro enferma, acostada.
El lenguaje de Mc. Es escueto, pero de una gran viveza: para Mc. La enfermedad es signo de la presencia del maligno que tiene postrada a la gente en la muerte. La acción de Jesús es clara: ha venido a establecer la guerra contra Satanás y a establecer el reino de la luz y del amor.
Jesús llega a la casa y establece el combate: donde él está no puede coexistir el maligno: se dirige hacia la suegra de Pedro, la coge de la mano y la levanta.; el mal desapareció de ella e inmediatamente se puso a servirles: en el reino de Dios el amor es servir.
De la misma manera: Jesús está en Cafarnaún y al pasar el sábado traen todos los enfermos de la ciudad y los levanta de la postración en la que están, la postración de la muerte... Después se retira a orar, a encontrarse con su Padre, a evaluar lo que ha hecho para no perder la conexión, para evitar que puedan interferir otros intereses.
El mensaje es claro y determinante: la presencia de Jesús es incompatible con el mal; Él se acerca, nos levanta y la respuesta que debemos dar es la de Pablo, o la de la suegra de Pedro: no pueden quedarse impasibles, tienen que expresar lo que llevan: se pone inmediatamente a servir, es una necesidad incontenible.
Como decíamos antes, Jesús es la respuesta a todas las interrogantes que se presentan en la primera y en la segunda lectura: Dios no quiere el dolor ni el sufrimiento de sus hijos ya sean justos o injustos pues hace llover sobre buenos y sobre malos y hace salir el sol para todos, pero tampoco le gusta que huyamos de la vida, somos nosotros los que la tenemos que llenar de sentido, en lo duro y difícil y en lo suave y fácil.
El predicar el evangelio va unido a la actitud de solidaridad y de servicio a los que sufren y con los débiles.
A Jesús lo buscaban todos, pero no tanto, por lo que hacía, sino por el mensaje que les ofrecía ratificado con sus milagros.
Quizás el gran problema actual de la iglesia es el querer asemejarse a la actitud de los políticos: dejando “cosas” que todos puedan reconocer cuando en realidad lo que más necesitado está el hombre actual es de una esperanza y de una comunicación más intima y directa con el Dios de la vida a quien se le desconoce.
Jesús no se deja dominar por el activismo: lo vemos que constantemente se retira a hablar con el Padre e invita a que todos sientan a Dios Padre amoroso y cercano que es el que nos empuja a seguir al lado del débil y necesitado.
Lo que es inconcebible y no se puede entender es que sigamos inmovilizados, estancados y acomodados y hasta hayamos acuñado como válida la expresión “cristianos no practicantes”

miércoles, 28 de enero de 2009

DOMINGO -IV- DEL T. ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15‑20
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca

Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir."
El Señor me respondió: "Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.”»
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

CADA CRISTIANO ES UN PROFETA”
En un momento el pueblo pide a Moisés que sea él quien se encuentre con Dios y que transmita lo que Dios quiere, pues el pueblo no es capaz de aguantar la presencia de Dios y Moisés plantea lo que significa lo que están pidiendo: esta misión que le han encomendado es la de ser profeta y, el profeta, junto con la ley y la tradición, la sabiduría, serán los signos de la presencia viva de Dios en el pueblo; escucharlo a él será escuchar a Dios mismo.
El profeta no es quien predice el futuro ni dice cosas raras, sino el que habla en nombre de Dios, transmite al pueblo con su vida y su palabra la palabra de Dios.
Lógicamente, la presencia del profeta en un mundo que vive de espaldas a Dios es tremendamente molesta, pues su palabra y su misma persona son una denuncia abierta del mal.
Por eso, el profeta no es cosa de libros, ni fruto de una revolución humana, ni de unas cualidades humanas, ni de una preparación específica… El profeta es un hombre o una mujer que Dios escoge de entre la comunidad “«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios.” Y Dios da al profeta un carisma especial para que su persona sea presencia viva de Él, que pondrá en su boca sus palabras para que las pronuncie.
La profecía es uno de los dones y servicios más importantes que se pueden hacer dentro de una comunidad.
La iglesia tiene el carisma de la profecía, está llamada a ser “palabra de Dios” que ilumina con la verdad al mundo y con su forma de vivir y con su palabra denuncia el mal.
Según esto, es cuestión de que miremos a la iglesia y veamos si el mundo descubre en ella esa presencia y ese eco de la palabra viva de Dios.


Salmo responsorial Sal 94, 1‑2. 6‑7. 8‑9 (R/.: 8)

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.» R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 32‑35
La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos

Hermanos:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“EL REINO, ÚNICO HORIZONTE DEL HOMBRE”
S. Pablo continúa con la misma reflexión que veníamos escuchando: si el tiempo final ha llegado, no merece la pena amarrarse a preocupaciones que nos puedan desviar del objetivo fundamental: el REINO. Todas las cosas recuperan un sentido nuevo en referencia al reino. De esa manera, el matrimonio, como la soltería, como cualquier otra forma de vida, tendrán sentido en función del reino, pero si el hombre o la mujer en lugar de luchar juntos por el reino se convierten en obstáculo el uno para el otro y van a tener que perder la vida luchado por agradarse el uno al otro, entonces no vale la pena perder la vida, es mejor quedarse soltero.
Cuando miramos esto así, y pensamos en la mentalidad actual, nos quedamos estupefactos, pues la motivación actual no es el reino, sino la comodidad, el placer, la actitud de no complicarse la vida; por esta razón, incluso, se pone en tela de juicio el matrimonio y cualquier responsabilidad que podamos afrontar en la vida.
Pero lo que es realmente chocante y triste es que los cristianos nos estemos acomodando a esta mentalidad y la misma religión la supeditamos a estos esquemas.
Según Pablo, el único móvil en la vida ha de ser “Agradar a Dios”, aplicándose a fondo a la construcción del reino, pero esto choca frontalmente con los motivos que mueven la sociedad actual: gozar es igual a ser feliz.


Aleluya Mt 4, 16

El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21‑28
Enseñaba con autoridad

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
—«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó:
—«Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
—«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.


REFLEXION

“CRISTIANO NO ES EL QUE SABE DE JESÚS, SINO EL QUE VIVE”
Jesús aparece en la sinagoga de Cafarnaún como un maestro al que le siguen unos discípulos y se pone a explicar las escrituras; la gente se queda admirada, hasta el punto que llegan a decir que jamás han oído hablar de esa manera, resulta algo completamente nuevo expuesto con autoridad; lo que dice no lo transmite como los otros rabinos.
¿Qué hace a Jesús diferente del resto? Lo que dice no es fruto de algo aprendido en la escuela ni estudiado y preparado para un discurso que pueda resultar original, sino que es algo que vive en lo más profundo de su corazón, es la VERDAD lo que lo guía y es ella su referente, algo que todos ven con claridad, que todos entienden y eso que dice con su boca, ven que lo vive con su vida y lo siente en su corazón; esto es algo que todos perciben con sus ojos, con sus oídos y con todos sus sentidos. Esta es la gran novedad que no han visto jamás en los rabinos, hasta ahora están acostumbrados a oír lecciones de la Toráh, de los profetas… pero es algo de lo que se quedan fuera. El pueblo está harto de “saberes”, de lecciones que se aprenden para repetir y demostrar con ello que estamos preparados, pero se sorprende cuando encuentra a alguien que vive y eso mismo transmite.
El gesto que realiza con el hombre poseído no es más que una demostración clara de la vida y la certeza de sus palabras.
El texto pone en jaque toda nuestra pastoral y todo el esfuerzo que estamos haciendo en la iglesia por “preparar” sacramentos, catequistas, líderes… el profeta no es el que habla de lo aprendido en los libros ni el cristiano es el que demuestra todo lo que sabe de leyes y teorías, sino el que vive recerca el encuentro y la amistad con Jesucristo.

miércoles, 21 de enero de 2009

DOMINGO -III- DEL T. ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1‑5. 10
Los ninivitas se convirtieron de su mala vida

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás:
—«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando:
—« ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“NI HACEN NI DEJAN HACER”
Contrasta el texto con los que nos presentaba la liturgia el domingo pasado: Samuel respondió inmediatamente: “Aquí estoy”; la misma cosa hicieron Andrés y Juan.
Hoy comienza el texto diciendo que por tercera vez Dios se había dirigido a Jonás pidiéndole que fuera a Nínive y después de muchas excusas, acepta la llamada.
No es precisamente Jonás un modelo digno de seguir, aunque sí es una imagen fenomenal de lo que hacemos la gran mayoría, de tal forma que muchas veces respondemos a la fuerza aunque después nos alegramos, algo parecido a lo que le ocurrió a Jonás.
El protagonista de la historia se nos presenta como un ejemplo práctico que caracteriza la postura del pueblo de Israel: un pueblo acomodado y lleno de prejuicios que le impiden levantarse y cambiar. La postura de Jonás contrasta fuertemente con la de los de Nínive: los ninivitas responden positivamente a la predicación de Jonás con una gran docilidad y cambian radicalmente su postura.
Dios invita a una conversión al pueblo de Nínive, pero la conversión tiene que empezar por el mismo que predica el mensaje que ha de abandonar la postura que tiene de huida ante la Palabra de Dios y ha de aceptar que el perdón y la misericordia de Dios alcancen incluso a Nínive que está siendo la causante de un gran dolor para el pueblo de Israel.
Jonás es el ejemplo típico del que no hace ni deja hacer, del que exige lo que no da, del que critica justamente aquello mismo en lo que él está cayendo.
Este es Jonás y su figura es la imagen del pueblo de Israel: se siente acomodado en una situación incluso de injusticia y atropello; no quiere hacer nada para cambiar y, al mismo tiempo critica y protesta incluso del posible perdón que Dios va a dar a Nínive.
La historia vuelve a repetirse con los mismos elementos: vivimos en una situación de injusticia, de corrupción, de abandono de todos los valores… y nadie quiere mojarse, nadie quiere distinguirse, todos criticamos y pedimos que den un cambio desde arriba, pero nosotros no movemos ni un dedo; criticamos cuando nos encontramos a alguien que ha entendido las cosas y está intentando realizar ese cambio. Estoy pensando en aquellos que fueron capaces de romper el rollo de las primeras comuniones o de las bodas: nadie está de acuerdo con lo que se está haciendo y todos critican, pero no somos capaces de cortar con ese rollo y ponemos de vuelta y media al que intenta hacer algo y nadie quiere saber de tomar una postura que pueda suponer enfrentamiento.


Salmo responsorial Sal 24, 4‑5ab. 6‑7bc. 8‑9 (R/: 4a)

R/. Señor, enséñame tus caminos.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.



SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29‑31
La representación de este mundo se termina

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

LLAMADOS A VIVIR EN LIBERTAD”
S. Pablo se dirige a los cristianos de Corinto dando respuesta a algunas de las preocupaciones que hay dentro de la comunidad.
Para Pablo, con la venida de Cristo y su resurrección hemos entrado en una etapa nueva y definitiva de la historia, lo antiguo ya ha pasado, el esquema en el que se ha vivido ya no tiene sentido ni consistencia; hemos entrado en la etapa final y definitiva; ya no se pueden seguir manteniendo posturas que se tenían anteriormente: la cerrazón, estar esclavos de las cosas como si éstas fueran la salvación del hombre; no se puede vivir arrastrados por las bajas tendencias. No se puede vivir amarrados de las cosas como si éstas fueran principios absolutos de vida.
Nada de lo antiguo tiene ya consistencia, el futuro ya ha sido abierto; se nos ha mostrado ya con claridad lo que es absoluto y definitivo para la vida, es, por tanto, perder el tiempo miserablemente el estancarse en aquello que no tiene futuro ni nos lleva a ninguna parte: aquí hemos de vivir como quien está de paso, como quien sabe que nada de lo que existe es definitivo. Es un grave error amarrarse a lo pasajero y perder la vida sirviendo a lo que no nos va a servir para nada, todo se va a quedar aquí.
Estas reflexiones de Pablo hoy tienen un eco impresionante, aunque sea una de las posturas menos aceptadas. Si en su tiempo los atenienses lo dejaron solo cuando empezó a decir que Cristo había resucitado, hoy harían lo mismo al escuchar este discurso, pero su eco no deja de ser algo que tiene una actualidad enorme, porque l hombre, como nunca, busca la libertad y cada vez se va amarrando y siendo esclavo de más cosas: la gente vive esclavizada de los bancos a base de letras y de hipotecas; se tiene hipotecada la casa, el salario, los bienes… hasta la vida... Y encima nos atrevemos a decir que somos libres.

Aleluya Mc 1,15
Está cerca el reino de Dios:
Convertíos y creed en el Evangelio.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14‑20
Convertíos y creed en el Evangelio

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

LA LIBERTAD ES IGUAL LIBERACIÓN”
Jesús sale de Nazaret y comienza su vida pública con un mensaje que irá repitiendo constantemente: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Esta es la gran “noticia”: que el reino ya está aquí, y que ese reino lo llena todo, que es el horizonte y el único sentido de todo lo que existe, que da respuesta a todas las expectativas del hombre. Estar pensando en otra cosa, afanarse en la vida por otra cosa, emplear la vida en otra cosa… es perder miserablemente el tiempo.
Frente a esta gran NOTICIA no queda otra postura coherente y sensata que convertirse, es decir salir de esa estructura de vida en la que estábamos instalados, empujados por el egoísmo, la avaricia, el odio, la violencia, la envidia… Todo eso está abocado a la destrucción y a la muerte, por tanto, es de tontos perder la vida metidos en esa onda y terminar destruyéndonos.
Esta gran noticia hay que acogerla con alegría, creer en Jesús como Dios que se ha encarnado para sacar a los hombres de las tinieblas del error y ponernos en el camino de la liberación y la salvación.
¿En qué consiste, pues, esa conversión? Justamente en liberarse de todo aquello que nos tenía amarrados, ofuscados, creyéndonos que eran esas cosas las que le daban el sentido a la vida abriéndonos a la perspectiva del amor, de la verdad, de la justicia, de la paz… que plantea Jesús.
Si esta es así, nuestra conversión consistiría en empezar quitándonos miedos, prejuicios, falsas seguridades…
Sin embargo, esto que aparentemente está tan claro, y que Jesús lo plantea como el motivo máximo de podemos tener de alegría, cuando hoy lo planteamos a una sociedad con el estómago lleno y con la cabeza embotada de cosas materiales, suena a locura y a discurso de subnormales; decir hoy que el dinero no es la gran seguridad del hombre es un disparate imperdonable; que el prestigio no es el único aval del hombre es vivir fuera de la existencia humana; que la imagen o el poder no son valores fundamentales para poder estar y desenvolverte frente a la gente es sencillamente estar locos.
Y cuando la gente de hoy oye que hay que liberarse de ataduras, lo primero que siente como atadura es a Dios del que intenta liberarse inmediatamente, pues dios es lo que más estorba, lo mismo que la religión, para amarrarse a todo aquello que no tiene futuro, que es a lo que el ser humano suele agarrarse con todas sus fuerzas.

jueves, 15 de enero de 2009

DOMINGO -II- del T. ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b‑10. 19
Habla, Señor, que tu siervo te escucha

En aquellos di as, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió:
‑«Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo:
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí:
—«No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse.
Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo:
—«aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí:
—«No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel:
—«Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha.”»
Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:
—« ¡Samuel, Samuel!» Él respondió: ‑«Habla, que tu siervo te escucha.» Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

¿ QUIÉN ESTÁ DISPUESTO HOY?
Uno de los versículos anteriores al pasaje que nos presenta hoy la liturgia, le dan el contexto a todo esto que nos cuenta sobre la llamada de Samuel: dice textualmente: “La Palabra del Señor era rara en aquel tiempo… la lámpara de Dios todavía no se había apagado” (ver. 2)
En este tiempo, el templo era signo de la presencia de Dios y todavía sigue en pie, pues todavía queda Elí, aunque Dios ya no está de moda y su palabra suena como algo raro.
El momento es clave: Elí está a punto de cerrar sus ojos y sus hijos ya no siguen la línea de su padre, se han apartado de Dios, con él se cierra una etapa, todo apunta a que con él acaba todo, el resto del pueblo, con sus hijos la cabeza, vive perdido, dormido en sus cosas. Es el final de una etapa.
La escena se repite en otros momentos de la historia: El momento en que Jacob tiene que salir huyendo de su tierra, pues su hermano Esaú, que ha roto con todos los principios, se ha casado con una extranjera hitita y a asumido la religión y la cultura de su mujer, lo persigue a muerte y ha perdido las esperanzas.
Cuando todo está aparentemente perdido, Dios le sale al paso y le dice en sueños: “No tengas miedo, yo estoy contigo, te protegeré a donde quiera que vayas, no te abandonaré…” (Gn. 28,15-18) Cuando Jacob despertó, puso la piedra sobre la que había reposado la cabeza durante el sueño, como cimiento para un altar, como signo de la presencia de Dios en aquel lugar, Betel (casa de Dios). Esto era el comienzo de una nueva etapa.
Otro momento semejante a éste, que marca otra época en la vida de una persona y del pueblo, es el momento de la llamada de Isaías: Dios se le acerca cuando el pueblo está perdido, lo purifica y le dice: “¿A quién enviaré a mi pueblo? Isaías responde: Aquí estoy yo, envíame” Y Dios le deja bien clara la situación en la que se encuentra el pueblo y con quien tiene que luchar: “Por más que escuchan no entienden y por más que miran no comprenden”, es decir: se han cerrado a todo, viven ciegos y ofuscados.
Después de presentar la situación tan dura, termina diciendo: “Va a ser talado y exterminado todo, “pero este tronco será semilla santa” Es decir: comienza una siembra nueva (Isa. 6, 7-13)
La misión que Dios le presenta a Samuel es dura pues tendrá que anunciarle al mismo Elí la condena que Dios tiene preparada para él, pues siendo el único justo que queda, ha permitido que se pierda su casa y sus hijos ya no respeten al Señor.
No podemos resistir la tentación de trasplantar la situación al momento que vivimos, por la cantidad de coincidencias:
Elí: Representa la imagen de que todo está acabado, pues ni su presencia de justo es signo de fidelidad a Dios. Con él había que cerrar ya el templo, pues ha dejado de ser signo de presencia de Dios; el resto del pueblo vive a espaldas de Dios, dormido.
Hoy: Tenemos la misma sensación: nuestra vida es signo de todo menos de presencia de Dios y cuando nos miramos, siempre damos la sensación de que después de nosotros hay que cerrar el templo.

Jacob: tiene que huir porque la fe en Yahvé y las costumbres han caído en desuso y son perseguidas.
Hoy: Estamos asistiendo a una lucha globalizada de una cultura que quiere imponer la muerte como un derecho y como algo digno; la iglesia se está quedando sola como defensora de la vida y de la dignidad de la persona.

Isaías: Le presenta a un pueblo completamente cerrado a la luz y una cultura envolvente que le ofusca
Hoy: Tenemos una sociedad que ya no distingue entre el bien y el mal, pues está poniendo el subjetivismo como principio moral y el relativismo como base en la que se apoya todo.

Pero en medio de todo esto, en este proceso, Dios sigue estando presente, su lámpara sigue encendida en mucha gente que parece que ya no tiene nada qué decir, pero en ella sigue Dios actuando y preparando un paso hacia delante que va a romper todos los esquemas y lo va a hacer desde los más débiles.
La esperanza no está en el mundo acomodado, en los “hartos”, en el grupo de los “Siete” ni en el de los “Veinte” ni en los políticos, ni en las grandes multinacionales… todos estos ya tienen demostrado lo que saben hacer y no hacen otra cosa, pues es imposible que aquellos que han hundido el mundo buscando sus intereses, estén dispuestos a desinstalarse y establecer la justicia, igualándose a los más pobres. Estos, van a ser “talados y exterminados dejando el tronco” del que nacerá un nuevo orden y una vida renovada.
Pero hemos de tener mucho cuidado, porque nadie estamos libres de la tala, ni siquiera la iglesia (Elí) contra él también iba la denuncia y la condena, aún siendo el único signo que quedaba de la presencia de Dios; tampoco ahora la “iglesia” en todos sus niveles está libre, porque en todos ellos entró la plaga de la corrupción.

Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8‑9. 10 (R/.: 8a y 9a)

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Entonces yo digo: «Aquí estoy
—como está escrito en mi libro‑
para hacer tu voluntad.» Dios mío,
lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c‑15a. 17‑20
Vuestros cuerpos son miembros de Cristo

Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo.
Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
El que se une al Señor es un espíritu con él.
Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios.
No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros.
Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“PROGRES VERSUS CARCAS”

La historia se repite y suelen presentarse siempre los mismos esquemas: gente que corta por lo derecho y dan por supuestas y superadas un montón de cosas, dándolas por trasnochadas y caducas, como si hubieran descubierto el mundo y van por la vida dándoselas de “liberados”, pensando que todos los que han venido detrás hubieran vivido en la ignorancia y en el engaño; es la eterna división de bandos: los “progres” frente a los “carcas” y todos condenando a los opuestos, es decir: todos con la misma actitud.
En la comunidad de Corinto también hubo un grupo de “progres” que se sintieron liberados de un montón de esquemas en los que se había vivido hasta entonces y ellos saltan por encima de todos los principios tradicionales y fundamentales de la vida y la convivencia cristiana, concretamente con el tema del cuerpo: El cuerpo nos lo ha dado el Señor como instrumento para construir el reino y éste es el sentido que tiene, incluso la libertad cristiana; pero éstos han cogido el rábano por las hojas e interpretan que la libertad que Cristo ha traído es para no sentirse obstaculizados por nada ni por nadie para hacer lo que vaya en su provecho, entonces interpretan que el cuerpo es algo secundario y lo emplean como instrumento no para el reino, sino para el placer y sostienen que Dios lo ha hecho todo bien y todo me es lícito, como si los placeres del mundo a ellos no les hicieran nada, dando por resultado la degradación total y ese libertinaje lo extienden incluso a la lujuria, a la gula, a la avaricia…
Por otro lado, en el ambiente de la época está flotando la mentalidad griega que contrapone el cuerpo al alma como dos realidades opuestas y distintas, dando importancia solo al alma y despreciando el cuerpo, por tanto lo único que interesa es el alma (gnosticismo): teniendo salvada el alma, el cuerpo es completamente secundario.
Pablo pone las cosas en su sitio y hace ver que cuerpo y alma no se pueden separar: el alma sin el cuerpo no es nada y el cuerpo sin el alma es un animal. Cristo ha venido a salvar cuerpo y alma, a la persona entera, por tanto, carne y espíritu son un todo inseparable que forma parte del cuerpo de Cristo.
El problema, después de dos mil años sigue en pie con términos distintos: hoy se quiere ignorar el espíritu y potenciar el cuerpo como máximo instrumento de placer y de revolución: cultivar el cuerpo en todas sus facetas es hoy encontrar la máxima y única forma de felicidad, pero esto no es más que hacer la misma reducción que en tiempos de Pablo convirtiendo al hombre en un animal que no tiene más sentido de la vida ni más perspectivas que su cuerpo y, por tanto, solo es válido aquellos que se puede pesar, medir o contar, que es lo único que da el disfrute puntual e inmediato.

Aleluya Jn 1, 41. 17b
Hemos encontrado al Mesías, que es Cristo;
la gracia y la verdad vinieron por medio de él.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 35‑42
Vieron dónde vivía y se quedaron con él

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
—«Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
—«¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron:
—«Rabí (que significa Maestro), ¿donde vives?»
Él les dijo:
—«Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
—«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
—«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“NO ES CUESTIÓN DE SABER, SINO DE VIVIR”

Juan se encuentra a la orilla del Jordán invitando a la gente a convertirse, a cambiar la forma de pensar que tienen, a tomar una actitud diferente a la que se está queriendo imponer: hemos de responder a Dios y no a la ley que han impuesto.
Juan muestra a la persona de Jesús como un verdadero modelo a seguir, como la única alternativa que hay de respuesta a Dios, y dos de sus discípulos se van detrás de Jesús observándolo, buscando ese modelo que Juan les ha indicado.
De pronto, Jesús les sale al paso con una pregunta que los deja al descubierto: ¿qué buscáis? ¿Qué deseáis encontrar en mí? ¿A qué aspiráis en vuestra vida?
La respuesta de los dos, es la pregunta que llevan dentro y que desea la respuesta de lo que les inquieta: “maestro, ¿qué haces? ¿Cómo organizas tu vida? ¿Desde dónde orientas tú las cosas…? “¿Dónde vives?”
Jesús no se entretiene en darles explicaciones ni fórmulas mágicas, ni les aconseja que lean libros… la vida no se aprende leyendo, ni oyendo, sino viviendo: “Venid y veréis”, es decir: haced la experiencia vosotros mismos, porque hay lecciones en la vida que solo se `pueden aprender viviéndolas.
La vida cristiana no se trata de “saberes”, sino de “vivires”, y el gran problema que tenemos es que estamos demasiados que sabemos demasiado, y muy pocos que vivan lo que saben y aconsejan.
Pero en el texto aparece otra cosa interesante: Juan está con el grupo y él les muestra el camino; del grupo hay dos que tienen inquietud o, por lo menos curiosidad; el resto se quedan tranquilos con Juan, están a gusto, no necesitan más.
Jesús sale al paso del que busca, le invita a tener la experiencia de cercanía con Él: “Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día;” A partir de ahí cambiaron radicalmente las cosas, pero para poder encontrarse con Jesús hay que tener ganas de buscarlo; al que está muy a gusto con lo que tiene, seguro y acomodado, difícilmente va a aceptar la invitación que Jesús le lanza, es que no le va a dejar oportunidad de que lo haga.
Pero también es importante otro detalle: en la vida cristiana, la clave no está en buscar “algo”, eso es facilísimo encontrarlo, y una vez que lo tenemos, nos cerramos y nos sentimos tranquilos y satisfechos; en cristiano se trata de buscar a “alguien” (Jesús) y cuando lo encontramos, nos revoluciona nuestra vida: Jesús no deja tranquilo al que lo encuentra, pues cuando se presenta, nos invita a vivir lo que ha encontrado, y esto cambia radicalmente nuestros esquemas: la historia está llena de casos de millones personas que se dejaron alcanzar por Él, desde los primeros discípulos hasta los hombres y mujeres que hoy están dando sus vidas, porque hicieron suyos los planteamientos de Jesús.
Como he dicho antes, no se trata de “saber” muchas cosas sobre Jesús, sino de encontrarnos con Él, conocerlo, hacer mías sus actitudes fundamentales, sentir que su persona llena mi vida, y cuando esto ocurre, entonces empiezo a mirar la vida, a tratar a la gente, como lo hacía Él; a tener una forma de ser: acogiendo, escuchando, acompañando, comprendiendo, solidarizándome, lo mismo que hacía Él, de tal forma que, cuando alguien se encuentra conmigo, inmediatamente siente que se encontró con Él, y cuando esto ocurre, el verdadero discípulo no puede evitar el ofrecer el camino, como lo hizo Juan Bautista, o como después hicieron Andrés y Juan.
Aquí está la respuesta de todo: el gran problema que la iglesia tiene en nuestros tiempos, de no saber por dónde orientar la pastoral, es porque al no haber “vivires” queremos entusiasmar a la gente con los “saberes” y, lógicamente, hay cosas mucho más agradables que nos dejan tranquilos, y no nos complican la existencia y, si además, nuestras vidas como cristianos, no levantan ninguna interrogante, pues no se distinguen en nada del no creyente, no nos podemos extrañar de nada de lo que nos está ocurriendo.

miércoles, 7 de enero de 2009

BAUTISMO DEL SEÑOR Dom. I del T. Ordinario -B-



Primer domingo del Tiempo Ordinario



PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 42, 1‑4. 6‑7
Mirad a mi siervo, a quien prefiero

Esto dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará
hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

MIRAR DESDE OTRO PUNTO DE VISTA”
Isaías, en este primer canto del Siervo de Yahvé, se encuentra a finales del exilio y presenta al mensajero de Dios que viene a proclamar la esperanza, pero se confunde y no se sabe bien si es una persona enviada al pueblo o es el mismo pueblo que ha de transmitir el mensaje de esperanza al mundo; el que sea es un “ungido del Señor”, alguien que viene hablando al corazón. La misión de este “ungido” es restaurar la Alianza de Dios con el pueblo.
Este “ungido” va a presentar la Palabra de Dios con una actitud completamente de humildad: sin imponer, sin gritar, sin exigir, sin romper nada, sin apagar nada, va a ofrecer la salvación como un regalo.
Aunque va a hacer las cosas con la humildad más absoluta, no por eso va a dejar de ser firme: va a proclamar el derecho con firmeza, a establecer la justicia… es decir: va a establecer la Alianza de Dios para quien la quiera, va a regalar la salvación.
El Señor lo llenará de su Espíritu y va a regalar la luz a las naciones, va a abrir los ojos a los ciegos, a sacar de la cárcel a los cautivos, y va a dar la luz a todos los que viven en las tinieblas del error y la mentira.
Este es su proyecto y su misión la va a realizar sin forzar a nadie, sin violentar; es un regalo cargado de amor, como Dios suele hacer siempre las cosas, como cuando da la vida. No exige nada, simplemente desea que gocemos con lo que nos ha dado, pero no obstante, suele ocurrirnos como hacemos con aquellas cosas que no las tenemos catalogadas con el canon del dinero y no las hemos pagado: parece que no tienen valor y es triste ver cómo reaccionamos: parece que tuviéramos fobia a la Palabra de Dios y a sus propuestas y abiertamente no se la quiere escuchar y molesta hasta oír, aburre y suena a cantinela de curas y de monjas y se prefiere la ley que esclaviza y se valora lo que se impone por la fuerza o por el dinero y frente a la sencillez y la gratuidad respondemos con el desinterés y el desprecio.


Salmo responsorial Sal 28, 1a y 2. 3ac‑4. 3b y 9b‑10

V/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.




SEGUNDA LECTURA


Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34‑38
Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
—Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Palabra de Dios.




REFLEXIÓN

“EL SENTIDO DE VIVIR”

Pedro comienza su discurso en Cesarea en casa de Cornelio y presenta el mensaje de Jesús y su persona abiertos a todo el mundo. Cristo ha roto las barreras que la ley tenía puestas al pueblo elegido y se ha dado para todos.
Su salvación traspasa todas las fronteras de lengua, raza, cultura… El ejemplo claro de lo que está hablando será el bautismo del centurión romano: “Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.”
El que Dios se haya encarnado, ha hecho posible que la naturaleza humana haya recuperado la dignidad que Dios le había dado. A cuantos aceptan la Palabra de Cristo y lo reconocen Hijo de Dios, le son perdonados los pecados y son hechos hijos de Dios.
Es la clave y el fundamento de todo el sentido de la vida del hombre. A partir de ahí, todo cobra su sentido, la vida entera tiene otra dimensión. Es la luz de la fe la que ilumina al hombre y le hace mirar el mundo de otra manera.
Sin embargo, como nos ha dicho el profeta Isaías, siempre es una propuesta que Dios nos hace, que no la impone, ni obliga: las cosas de Dios se han de coger como Él las da: en absoluta libertad, por eso, siempre encontraremos a quien se burla de Dios, de los que caminan bajo su luz y se sienten orgullosos de enfrentarse a Dios oponiendo el odio a la paz, la mentira a la verdad, el cinismo al respeto, la división a la unidad… lógicamente, aquellos que optan por las tinieblas, son hijos de las tinieblas y su paso por la tierra será siempre una estela de desolación; creo que la historia demuestra lo que estoy diciendo, pues está llena de personas que son de luz y de otras personas que son de tinieblas y desolación.

Aleluya Mc 9, 6
Aleluya, aleluya.
Los cielos se abrieron
y se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.
Aleluya.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 13‑17
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él

En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: —Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le contesto: —Déjalo ahora. Esta bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: —Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.

REFLEXIÓN

“UN DIOS QUE ROMPE ESTRUCTURAS”

Hasta el tiempo de Jesús los hombres habían tenido una imagen distorsionada de Dios, imagen que, a pesar de haber sido revelada por Jesús ha continuado hasta nuestros días alimentada muchas veces por la misma religión que la ha mezclado de misterio, ocultismo y tabú y aderezada por un miedo a lo desconocido, a lo sagrado e intocable capaz de caer sobre el hombre y aplastarlo.
Y es que el hombre tiene tendencia a hacer las cosas a su imagen y semejanza y no acepta ser al contrario: él está hecho a imagen y semejanza de Dios y por eso siempre ha creído que Dios actúa como nosotros.
Lo que ocurre en el Jordán es bien significativo: mientras hay gente que se escandaliza porque Jesús se deja bautizar pues dice que entonces está haciendo a Juan más importante que a Él, o que Jesús con su bautismo se convierte en seguidor de Juan… es decir: el problemas no es el bien o el mal, sino el protagonismo.
Jesús tiene que decirle al mismo Juan: “¡Anda ya, déjate de todas esas tonterías y hagamos lo que tenemos que hacer!” y ante este ruptura de esquemas que hace Jesús se abre el cielo y no se oye a un Dios exigiendo su puesto ni reclamando sus derechos, condenando, ni denunciando a nadie, ni fustigando… como hacía Juan; simplemente se abre el cielo y se oye diciendo a Dios: “Ahí está mi hijo, el que rompe los esquemas, eso es lo que me gusta”
¡Qué lección más maravillosa! ¡Esta es la actitud que me complace: la humildad, la sencillez, la apertura, la cercanía! Y no va dando voces, condenando, rompiendo lo que está resentido, apagando lo que está a punto de extinguirse; no entra exigiendo derechos ni reclamando honores, ni tiene miedo de que lo consideren menor que Juan, ni siquiera que puedan pensar que es un pecador más. Su mejor palabra es su vida, su actitud y su persona. Esto le hará replantearse al mismo Juan toda su existencia, hasta el punto que dirá: “Mi bautismo es una tontería, el único que quita los pecados es Él, yo no soy más que una voz que grita en el desierto, un junco que se mueve con el viento”.
No, no puedo evitar el mirarme a mi y mirar también a la iglesia. ¡Cuánto tenemos que aprender! ¡Cuánto camino nos queda por recorrer!
Andamos buscando formulas, se lanzan teorías, se inventan estrategias… pero todo va dirigido a mantener el tinglado, pues estamos viendo cómo se va desvaneciendo todo. Da la sensación que hemos montado una imagen esculpida en sal y en el momento en el que se ha levantado la tempestad y las olas empiezan a tocarla estamos viendo que se va diluyendo y mezclándose con el agua de las tinieblas. Parece que lo único que nos interesó fue mantener una apariencia de poder y de seguridad, exactamente la misma cosa que le ocurrió al pueblo judío que creían que con el templo y la ley tenían un seguro de vida, pero se olvidaron de Dios. Nosotros tenemos muchos cristianos, pero muy pocos hombres convertidos que acepten a Dios, hay muchas familias según la ley pero muy pocos sacramentos de amor; no hay vocaciones al servicio porque no hay cristianos convertidos… y es que tenemos muchas leyes, pero poca fe en Jesucristo muerto por nuestro amor, y resucitado para nuestra salvación.

lunes, 5 de enero de 2009

EPIFANIA DE JESÚS -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 60, 1‑6
La gloria del Señor amanece sobre ti

(Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 71, 2. 7‑8. 10‑11. 12‑13

V/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributos;
que los reyes de Sabá y de Arabia
le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 3, 2‑3a. 5‑6
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos

Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra de Dios.


Aleluya Mt 2, 2
Aleluya, aleluya.
Hemos visto salir su estrella,
y venimos a adorarlo.
Aleluya.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 2, 1-12
Venimos de Oriente para adorar al Rey

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: C)Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:CEn Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: *Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel.+
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro; incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.


REFLEXIÓN

“LOS REYES MAGOS”
Mt. 2, 1-12

La fiesta de los Reyes Magos ha tenido siempre en la tradición cristiana una magia especial por todo lo que lleva envuelto: es la fiesta de los sueños, de la ternura, de las manifestaciones de cariño... En su origen es la catequesis que se dio a la primitiva comunidad indicando que la salvación que Cristo había traído era para todos los hombres, de la misma manera que su mensaje del reino era universal: Dios no queda reducido a las fronteras del pueblo de Israel.
Pero la fiesta de hoy tiene también otras connotaciones que nos ponen en guardia, pues aparecen dos mundos muy distintos entre los “magos” que se acercan al “Niño” y lo adoran y Herodes que tiembla y quiere matarlo:
Herodes y toda su corte representan al mundo de los poderosos para quienes lo único que interesa es el poder y con el fin de asegurarlo utilizan todo lo humanamente posible empezando por la mentira y el engaño (a los magos les dijo que quería él también adorarlo y les pidió que le indicasen dónde estaba) y después no dudan incluso en atropellar y en aliarse con el terror importándoles un bledo la vida hasta establecer como ley la muerte del inocente si es que esto les va a dar votos.
Es increíble cómo la historia se repite y como los modelos se van adaptando a cada momento de la historia, revestidos de formas diferentes, pero es la misma cosa.
Herodes se presenta como cuidadoso de la paz, del orden y de la justicia, pero en el fondo quiere quitarse de en medio a Jesús; ha perdido por completo el respeto a la dignidad de la persona.
En ese mundo en el que la gente vive asustada y nadie quiere complicarse aparecen unos personajes extraños que no viven según estos esquemas herodianos ni del pueblo sometido; para estos hombres lo más importantes son los valores grandes del ser humano y buscan dónde se encuentran pues en esos valores es donde está el rastro de lo divino dentro de lo humano.
Herodes ha perdido por completo esta dimensión, hasta el punto que el poder está antes que la persona y no duda en dar una ley de extermino.
Los “magos”, en cambio, van buscando la dimensión divina dentro de lo humano y cuando se encuentran con el Niño, no lo matan, sino que lo adoran, reconocen en él la dignidad humana, descubren en su sencillez la presencia sublime de Dios.
Nos cuenta el evangelio que postrándose le adoraron y pusieron a sus pies los presentes que traían: oro, incienso y mirra indicando que el ser humano está por encima de todos los tesoros y poderes del mundo, que no puede haber otro valor por encima de la dignidad de la persona, pues todo ser humano está llamado a participar de la vida de Dios.
Cuando leemos este pasaje desde esta dimensión cambian radicalmente todas las cosas y uno siente escalofrío al contemplar cómo sigue repitiéndose la historia y cómo volvemos la cara para no darnos por enterados de la denuncia tan impresionante que supone esta celebración.
Al final no nos queda más remedio que ubicarnos: O CON HERODES O CON LOS MAGOS, pero no vale el camino de en medio: con el “Papá Noel” con las bolitas y con los renos