viernes, 17 de diciembre de 2010

DOMINGO IV ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 7, 10‑14
Mirad: la virgen está encinta

En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad:
la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel
que significa: “Dios‑con‑nosotros”.»
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN:


“CUANDO EL PUEBLO PIERDE EL HORIZONTE”
El momento que nos presenta Isaías es crítico: los reyes vecinos quieren implicar en la guerra a Acaz y éste tiene miedo; entonces, busca una alianza justamente con el enemigo, el rey de Asiria con lo que se somete al dominio asirio.
El profeta Isaías le ataja invitándole a tener fe, a fiarse de Dios y le propone pedir una prueba para que se sienta seguro, a lo que Acaz, asustado no quiere pedir nada, y dora la respuesta diciendo que no quiere tentar a Dios, pero lo que hay en el fondo es desconfianza. Entonces Isaías le ofrece una señal que Dios le va a dar: “una niña está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel que significa: “Dios‑con‑nosotros”.»
Efectivamente, parece una tontería que una joven dé a luz y que el niño que nace sea el signo de un nuevo orden… esto es algo que, para una persona sin fe no dice nada. Pero para el creyente tiene una fuerza enorme, pues le está diciendo que Dios ha optado por su pueblo y que no nos abandona, que la fuerza del mal no podrá contra nosotros…” y todo esto nos da confianza y nos abre a un horizonte nuevo de esperanza.
Es muy probable que sea justamente ésta la causa de nuestro problema: hemos perdido la capacidad de leer los signos que Dios nos va presentando de su presencia entre nosotros y hemos perdido la esperanza en la posibilidad de que se abra otro horizonte en nuestras vidas.


Salmo responsorial Sal 23, 1‑2. 3‑4ab. 5‑6 (R.: cf. 7c y 10b)

R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
¿Quien puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro de corazón,
que no confía en los ídolos. R.
R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1‑7
Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.
Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN


“¿CON QUIÉN NOS PODRÁN IDENTIFICAR?

Pablo comienza la cara a los romanos presentándose y no lo hace dando sus datos personales ni presentando sus títulos, sino indicando que ha sido llamado a dar testimonio de Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido de la estirpe de David, en cuanto humano y constituido por Dios como juez de vivos y muertos… Es decir: para presentarse él, hace la presentación de Jesucristo, que es lo que le da sentido a su misma presencia que él considera un instrumento que Cristo ha determinado utilizar para proclamar su proyecto de salvación.
Pablo entiende que su vida y su persona únicamente tienen sentido insertados en Cristo y su proyecto.
Al leer esta presentación de Pablo a los cristianos de roma, no podemos dejar de referirla a la iglesia entera y a cualquier comunidad particular: cómo nos presentamos, qué ofrecemos, qué proclamamos, al servicio de qué y de quién nos presentamos, con quién nos pueden identificar…?

Aleluya Mt 1, 23

Aleluya, aleluya.
Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,
Dios‑con‑nosotros.
Aleluya.

EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18‑24
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta:
Mirad:
la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel
que significa “Dios‑con‑nosotros”.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Palabra de Dios


“EL PENSAMIENTO DE DIOS NO ES EL DEL HOMBRE”

El pasaje es la continuación de la genealogía de Jesús con la que se quiere insistir en que Jesús es Dios, que se ha insertado en la historia humana, haciéndose hombre y asumiendo todas las consecuencias del hecho.
Desde este momento, a Dios no es posible buscarlo ni encontrarlo en otro lado; es la historia un lugar privilegiado de encuentro con Dios, porque Él mismo así lo decidió en su plan de salvación.
Independientemente de todos los problemas dialécticos que podamos montar y que puedan acarrear el intento de dar una explicación mínimamente razonable y comprensible, este es el meollo del misterio del amor de Dios, que es capaz de jugárselo todo por el hombre.
¿Es tan grande el hombre que Dios hace por él lo que excede a la capacidad que el mismo hombre tiene de comprensión y de imaginación?
Sin embargo, frente a esto, nos encontramos la contradicción del mismo hombre: ¿Es posible que el hombre sea tan sumamente estúpido que coloque al ser humano por debajo de una simple hierba o una alimaña?

martes, 7 de diciembre de 2010

DOMINGO III ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10
Dios viene en persona y os salvará

El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.
Tiene la gloria del Líbano
la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los cobardes de corazón:
«Sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios,
que trae el desquite;
viene en persona, resarcirá y os salvará.»
Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará,
y volverán los rescatados del Señor.
Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua;
siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“SECAR LAS RAÍCES DEL BIEN”

Frente al desierto y al yermo por el que está atravesando el pueblo, el profeta Isaías anuncia una transformación total y radical, que va a ser observada, no solo por el pueblo de Israel, sino por todos los pueblos de la tierra. El profeta pone la imagen de la estepa y el yermo transformados en jardín para que puedan imaginarse lo que puede hacer Dios.
Pero no esta transformación que anuncia, no son ellos los que la van a hacer, sino que va a ser Dios mismo quien la realice; Él solo pide la confianza y el que lo dejen actuar y no se opongan, por eso pide que pierdan el miedo, que confíen en Él, que los cobardes no se echen atrás… “Dios mismo viene en persona a salvarlos”, Él viene dispuesto a ponerse del lado del pobre y a hacer justicia: “Trae la venganza y el desquite”.
Dios va a tener en cuenta todo lo que se ha hecho con buena voluntad, no va a dejar sin recompensa a nadie.
Esta situación va a hacer que se recupere la confianza que se ha perdido, que se fortalezcan aquellos que estaban desanimados y que se afiancen los que ya estaban seguros. Todo esto va a dar lugar a que se despeje el horizonte y se abra un camino por el que van a poder caminar todos: los ciegos, los cojos, los sordos… sin que sea excluido nadie, y por el que puedan conducirse todos sin miedo y en completa libertad.
La verdad es que, cuando hoy leemos esto e intentamos traducirlo a nuestra realidad, cuesta mucho encajarlo, debido a que la gente no tiene ganas de cambiar, se siente muy a gusto como está y con lo que tiene, se consideran autosuficientes y no le ven más transcendencia a la vida; desprecian a Dios y lo consideran un estorbo para su existencia.
Y es que nos han quitado la capacidad de reacción, han secado las raíces de la solidaridad y de la fraternidad y han borrado el futuro del hombre centrándolo todo en el estómago y lo han cegado para la injusticia, la mentira, la corrupción… aceptando que esa es la forma más correcta y posible de vivir.


Salmo responsorial Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: cf. Is 35, 4)

R. Ven, Señor, a salvarnos

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
R. Ven, Señor, a salvarnos
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R:
R. Ven, Señor, a salvarnos
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente;
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
R. Ven, Señor, a salvarnos

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7‑10
Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.
El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.
Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.
Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“DEJAR QUE NAZCA EL REINO”

El apóstol Santiago tiene bien presente toda la tradición judía cargada de sabiduría popular que le dice que hay que mantenerse en una actitud positiva y no dejarse amilanar ni vencer por las dificultades que presenta la vida y al mismo tiempo, tiene presente el referente de Jesús que es el modelo perfecto, pues se mantuvo integro frente a todas las presiones que el ambiente de su tiempo le presentó: el reino que Él ha traído es algo irreversible, ya no hay vuelta atrás, es algo por lo que vale la pena jugarse la vida, como lo hizo Él; es algo que se ha sembrado y ya solo se espera la cosecha.
Santiago pone el ejemplo del agricultor, que goza con el simple hecho de sembrar y no duda de que la semilla germinará y, por lo mismo, hace todo lo posible para facilitar el crecimiento y la maduración; esa misma actitud es la que nosotros debemos tener de cara al reino de Dios facilitando la justicia, la verdad, el amor y la paz.
El momento en que la iglesia entiende esto, se convierte en un instrumento eficaz de esperanza; cuando, por el contrario, busca otros intereses, se convierte en el obstáculo que va sembrando semillas que dañan la cosecha y aminora la energía.

Aleluya Lc 4, 18

Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.
Aleluya.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2‑11
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
—«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»
Jesús les respondió:
—«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los inválidos andan;
los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.”
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“ESTAR ABIERTOS AL CAMBIO”
Juan Bautista se presenta como el modelo del hombre que espera el cambio y está dispuesto a incorporarse a él.
Ve que el pueblo ha llegado a cotas lamentables de destrucción: han llegado a pensar que es así como se tiene que vivir, que es inútil esperar otra cosa, que la injusticia ha existido siempre y que unos han de estar encima, aplastando a los otros.
Juan entiende que el cambio no va a empezar por lo alto, por los dirigentes; es un absurdo pensar que estos se conviertan y pongan las cosas de forma que, se sientan perjudicados en sus intereses, eso es una utopía que no va a ocurrir nunca, por eso, de forma distinta a como hace Isaías, y el resto de profetas, en lugar de irse al templo y fustigar a los poderosos, se va al desierto, allí donde el hombre se encuentra consigo mismo, donde puede escuchar a Dios que le habla y donde no tiene más remedio que responderle. El cambio ha de empezar desde abajo, enderezando todo lo que hay torcido en el corazón.
Juan está seguro que ha llegado la hora, que no se puede continuas en esa actitud pasiva en la que viven y envía una comisión a preguntar a Jesús si Él es el Mesías esperado y cuál es el camino que hay que seguir, pues él se está jugando la vida por una causa en la que cree: está convencido que hay que abrir el corazón a la propuesta de Dios.
Jesús le responde no con una receta ideológica, sino con lo que Él está haciendo, indicándole signos que se están dando, y que indican que, eso mismo que Juan espera ya está aquí, es cuestión de que abra los ojos.Jesús sabe que alguien que tiene la actitud de Juan, sabe interpretar perfectamente la realidad y, por tanto, la misma respuesta que le da, es ya una invitación a Juan a dejar la imagen y la esperanza que en un momento ha podido tener del Mesías y de los deseos de grandeza de Israel

jueves, 2 de diciembre de 2010

DOMINGO II ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 11, 1‑10
Juzgará a los pobres con justicia

Aquel día:
Brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
Espíritu de prudencia y sabiduría,
Espíritu de consejo y valentía,
Espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.
No hará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país
de ciencia del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
se erguirá como enseña de los pueblos:
la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN


¿QUIÉN LE PONE LOS CASCABELES AL GATO?

El profeta Isaías basa su esperanza en el rescoldo que queda en el corazón de la gente y espera que ese rescoldo se convierta en hoguera de transformación, pero para que eso ocurra es necesario que la gente vea cómo cada uno recibe su merecido, es decir: ha de hacerse justicia, algo así como una mujer trabajadora le contestaba el otro día a un locutor de una radio que se había lanzado en contra de los empleados públicos y decía que ella aceptaba con gusto que el mismo recorte de sueldo que le hacían a ella se lo hicieran a todos, ya que el problema es de todos y todos hemos contribuido a la crisis, pero lo que no aceptaba es que ahora la tengan que arreglar solo unos pocos, que siempre son los mismos: los pobres, que son la mayoría. Por eso dice: “Juzgará con justicia a los débiles… herirá al violento con la vara de su boca (no con armas ni violencia); con el soplo de sus labios matará al malvado”, es decir: aparecerá un nuevo orden pero basado en la justicia y esto hará que sea posible sentarse en la misma mesa hasta los opuestos y contrarios, porque habrá unas reglas de juego que nadie se podrá saltar.
Efectivamente, es la única manera de poder caminar juntos, de soñar en un futuro mejor, de tener afianzada un poco la esperanza.
Cuando leemos esto hoy, se convierte en una antorcha que ilumina y nos hace ver y analizar nuestra realidad: no es posible establecer una esperanza en un sistema en el que unos cuantos viven chupándole la sangre a los débiles e impidiendo que puedan respirar, no dejándoles más opción que seguir explotados si es que quieren vivir.
Es imposible dejar tranquila a la gente y trabajando con esperanza cuando los ladrones pueden robar lo que quieran y no les obligan a devolver lo robado o los criminales pueden matar y siguen libres y amenazantes. Un sistema así está corrompido en su base y, por eso, el profeta plantea las bases para la esperanza y la convivencia y sueña con que aparezca el renuevo en el pueblo que traiga la justicia, que se deje guiar por Dios y ponga las cosas en su sitio y… sinceramente, es lo que todos estamos deseando.


Salmo responsorial Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)
R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.
R. Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
R. Que en sus días florezca la justicia,
Que su nombre sea eterno
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
R. Que en sus días florezca la justicia,


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9
Cristo salva a todos los hombres

Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fídelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura:
«Te alabaré en medio de los gentiles
y cantaré a tu nombre.»

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN


“LA IMAGEN DE LA IGLESIA”

S. Pablo alude a tiempos pasados que nos tienen que servir como un referente para evitar volver a caer y también para poder salir: “Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra”, eso ayuda a no perder la esperanza.
Una de las actitudes fundamentales que hay que tener es justamente la acogida y la comprensión del otro, pues de lo contrario, la vida se convierte en una guerra, pues en la comunidad hay gente de todo tipo: unos son débiles en la fe y otros son fuertes; unos tienen una visión de las cosas y otros otra; se exige, por tanto, la comprensión mutua, pero es necesaria una norma común a la que adaptarse, porque si no, cada uno se convierte en referente moral para si mismo, es por eso que pone como referente para todos la Palabra de Dios que es la que ilumina y sostiene a todos, pero sobre todo, y por encima de todo, está el referente de Jesucristo, que es el motor y el que inspira toda la vida del cristiano.
Estas palabras de Pablo chocan frontalmente con los datos que acaban de publicar en esta semana sobre la juventud actual en España: para un 70% de jóvenes lo que menos confianza les ofrece es la iglesia y los políticos: no toleran las riquezas de ambos y la obsesión por el sexo de la iglesia.
Y la verdad es que es triste –refiriéndonos a la iglesia- que se tenga el desconocimiento tan fantástico que se tiene, pero sobre todo que: sabiendo que la única obsesión de Jesús fue mostrar el rostro del Padre, un Dios-Amor, acogida, misericordioso, justo… esto no sea percibido de la iglesia y, en cambio se la identifique con los políticos y con el poder. ¿Qué nos está pasando?


Aleluya Lc 3, 4. 6


Aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
Aleluya.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 1‑12
Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo:

«Una voz grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.”

Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“NO ES POSIBLE ANDAR CON DOS CARAS”

Juan Bautista contrapone el reino de Dios al reino de las tinieblas; son dos situaciones incompatibles, no es posible andar a dos caras, tiene que separarse el trigo de la paja y ha llegado la hora en que el dueño del campo tiene el hacha en la mano dispuesto a cortar en la raíz todo lo que daña el árbol de la paz, de la verdad, de la justicia, del amor, de la libertad, de la fraternidad; tiene el bieldo preparado para ventar y recoger el grano y toda la paja quemarla.
Para Juan no es posible andar a dos caras dando frutos buenos y frutos malos , por tanto, se necesita una conversión radical o de lo contrario nos quedaremos fuera; es que el reino de Dios no es algo que se espera ya, sino algo que ya está aquí, es algo irreversible, por tanto, no hay acomodaciones: o estás en él o fuera de él; el bautismo va a ser el signo de una cosa o de otro.
Han de ser arrancados de raíz los grandes males: el pecado del egoísmo, de la mentira, de los odios, y la violencia de la explotación y el desprecio del ser humano.
Es curiosa la imagen que presenta S. Mateo de los fariseos y saduceos que quieren bautizarse (hacer como que…) pero sin cambiar sus actitudes y Juan arremete en contra de ellos: “Raza de víboras ¿quién os ha enseñado a engañar?... no creáis que basta con decir: “somos hijos de Abraham, porque Dios puede sacar hijos de Abraham de las piedras”
Esta situación nos retrata a la perfección a la sociedad actual por todo el tiempo que llevamos queriendo contemporizar y sosteniendo que es posible compatibilizar con el reino de Dios un montón de cosas que son contradictorias mientras creemos como los fariseos y saduceos que con decir: “Señor, Señor” o con hacer unos ritos, ya está todo justificado.

lunes, 22 de noviembre de 2010

DOMINGO I ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Isaías 2, 1‑5
El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.
Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE”
El profeta Isaías se enfrenta a la realidad del pueblo de Israel caído y deshecho, pero en lugar de quedarse dándole vueltas a todo lo negativo que existe, mira la realidad e intenta descubrir todo lo bueno que aún queda y que vive dentro de la sociedad, se da cuenta que aún queda dentro del hombre un deseo de un orden nuevo en el que reine la justicia; esto es motivo de esperanza y razón suficiente para lanzarse a la lucha y hasta soñar en una salida, pues no puede resignarse con la destrucción. Lo peor que puede ocurrir es cuando el hombre se conforma y llega a sentir que las cosas son así y que haya que aceptar lo que venga, sintiéndose bien con lo que sea
El profeta tiene muy claro que el mal que existe no es lo que va a hacer que salgan adelante, por tanto, no vale la pena detenerse en él; lo que va a hacer que se levanten es justamente el bien, todo lo bueno que hay en el corazón humano y lo que existe, por tanto, eso es lo que hay que afianzar y eso es lo que va a sobresalir como un monte por encima de todos los escombros de muerte que va a ir amontonando el mal.
A ese monte de vida es a donde van a mirar todos los pueblos y se va a convertir en referente, pues todos desearán hacer igual.
Efectivamente es un sueño, pero no es nada irrealizable, basta no perder la esperanza ni la decisión de poner cada uno lo que esté en sus manos. También es cierto, no es nada fácil, pero no es imposible: es un proyecto que hay que escalar: “«Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob” pero en esta escalada, Dios va a enseñar el camino correcto y va a dar su fuerza, porque Él se solidariza con su pueblo y con todos aquellos que quieren seguirlo y Él se compromete a hacer que cambie por completo la situación: de la guerra, el odio, la violencia se va a dar el cambio a la paz y a la vida.
Esta transformación se producirá a través de la escucha de la palabra de Dios que se convierte en luz y fuerza para el camino, esta Palabra hará que se transformen los instrumentos de muerte en instrumentos de vida: “De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas”.
Lógicamente, esto presupone una actitud de conversión y un deseo verdadero de la paz y la justicia que hace que nos pongamos en camino y en actitud de escucha y de trabajo construyendo la paz.

Salmo responsorial Sal 121, 1‑2. 4‑5. 6‑7. 8‑9 (R.: Cf.1)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor.»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
Desead la paz a Jerusalén:
«vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.» R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «la paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13, 11‑14a
Nuestra salvación está cerca

Hermanos:
Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“VIVIR EN COHERENCIA”

S. Pablo zarandea a la comunidad de Roma que vive dormida: “Daos cuenta del momento en que vivís”: -Les dirá- pues no se pueden dormir en los laureles, el reino es como el tren que pasa y hemos de cogerlo, pues de lo contrario nos quedamos para siempre en la cuneta del reino de las tinieblas.
No pueden seguir viviendo en los esquemas de las tinieblas, es decir: comulgando con la mentira, con la corrupción, con la injusticia, con los resentimientos, con el odio… si la luz ha llegado, no es posible seguir en las tinieblas y viviendo como si no hubiera pasado nada: “Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias”: es incomprensible que alguien que se llama cristiano viva en esa estructura.
Es imposible quedarse indiferente al leer esto que Pablo reprocha a los cristianos de Roma de hace 20 siglos, pues podría servir perfectamente para los del siglo XXI: el zarandeo que merecemos es mucho más fuerte, pues en aquel tiempo S. Pablo les advierte de la posibilidad de dormirse y adaptarse a la situación que se vive, pero nosotros no es una posibilidad, sino una realidad muy triste la que llevamos viviendo durante muchos siglos dormidos en los laureles y esforzándonos en contemporizar y hasta en bendecir cosas que deberían avergonzarnos y, en cambio, intentamos convencernos de que no vale la pena despertarse, que nos sentimos a gusto como estamos, esto es tanto como decir que no vale la pena tener esperanza.


Aleluya Sal 84, 8

Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Aleluya.


Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 37‑44
Estad en vela para estar preparados

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
¾«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN


“NO DEJARNOS INTIMIDAR”

El pasaje de S. Mateo está enmarcado dentro del discurso de Jesús que ha comenzado advirtiendo de algo que es muy peligroso: “Por la maldad creciente se enfriará el amor de la mayoría” (Mt. 24,12). Es la tentación que ronda a todos, pues cuando vemos que los otros caen, concluimos que no vale la pena luchar y, es curioso ver cómo la actitud negativa de uno, arrastra al resto: lo estamos viendo constantemente en un montón de ocasiones: suficiente que haya uno que no está de acuerdo, para que los otros 99 que querían una cosa se vengan abajo Ejemplos concretos los estamos sufriendo en todos los aspectos de la vida: por ejemplo, hay 99 padres que son cristianos y que quieren que sus hijos que se eduquen en cristiano y hay uno que dice que se tiene que retirar el crucifijo porque él no es creyente, y se retira el crucifijo en contra de los 99. y se sigue con la cabeza agachada, sin rechistar, lo que éste ordena, y si se aprieta un poco se justifican diciendo que es que hay que respetar.
La semilla del reino se nos ha dado, vive en nuestro corazón y es cuestión de que se la deje nacer, crecer y fortalecerse, pero también la podemos ahogar y hasta secar si es que no la defendemos.
El orden nuevo que esperamos y deseamos está en nuestras manos y es tan sencillo como empezar a vivir de acuerdo a lo que nos invita y dejar que se exprese, pero todos los opositores al reino son como ladrones que roban la semilla del corazón y en su lugar, siembran otra cosa, la defienden y no cesan de evitar que la semilla del reino pueda arraigarse.
Jesús alerta de este peligro, y pone el ejemplo de aquellos que viviendo juntos, unos se han descuidado y lo han perdido todo, mientras que los que estuvieron a la expectativa y no se dejaron seducir, permanecieron.
El gran peligro es desperdiciar el tiempo, pues paso que dejemos de dar hacia delante, es un retroceso, ya que la vida sigue y, si dejamos de llenarla de sentido, cosa que los contrarios no desperdician la más mínima oportunidad, poco a poco nos vamos quedando en la cuneta, desfasados, acomplejados y asustados.
Dejarnos iluminar por la Palabra de Dios es ya vivir en la luz, aunque caigamos, pero siempre tendremos la posibilidad de levantarnos y tendremos siempre la iglesia donde encontraremos la luz y el apoyo para el combate.

martes, 16 de noviembre de 2010

DOMINGO XXXIV -C- CRISTO REY

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1‑3
Ungieron a David como rey de Israel

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron:
—«Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."»
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“¿DÓNDE ESTÁN LOS PASTORES?

El pasaje de hoy nos muestra algunos rasgos muy interesantes que es bueno tener en cuenta: el pueblo reconoce en David una autoridad moral que no se la ha dado la ley, sino su vida, su persona; es un don que Dios le ha dado y que todos reconocen: “Ya antes que Saúl reinara, eras tú quien guiaba a Israel”.
El otro aspecto que le capacita para estar a la cabeza del pueblo es su cercanía, su unión con el pueblo, que lo siente suyo y se identifica con él: “Somos de tu misma carne y sangre”.
Con estas características es posible convertirse en catalizador de unidad y llevar adelante la tarea de pastor que cuida de su pueblo, lo protege y lo conduce.
Pero es importante que veamos otra cosa: estos dones o cualidades que David tiene, no se los ha dado el pueblo, sino Dios y, son los que lo capacitan para llevar adelante su misión, el pueblo, lo único que hace, es reconocer esto que Dios le ha dado.
En la cumbre de los tiempos Jesús es el modelo anunciado por David, el elegido y el ungido por Dios para ser el pastor que da la vida por sus ovejas, que reconocen en Él la presencia de Dios: “ la gente se quedaba admirada porque enseñaba con autoridad y no como los maestros de la ley” (Mt. 7. 28-29).
Traspasado todo esto al terreno de la vida ordinaria en la que nos movemos, podemos observar lo lejos que andamos del ideal: los “pastores” hoy no son reconocidos por su autoridad moral, ni por sus dotes de pastor, que da la vida por sus ovejas, ni por su cercanía y unión con el pueblo, sino que es el dinero quien los monta en la poltrona del poder y los convierte en servidores sumisos del que los eleva, a costa de ir saqueando al pueblo.

Salmo responsorial Sal 121, 1‑2. 4‑5 (R.: cf. 1)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12‑20
Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido

Hermanos:
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
É1 nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
É1 es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.
É1 es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
É1 es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
É1 es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“EL REINO REFERENTE ABSOLUTO”

S. Pablo escribe a los Colosenses y hace un canto a la persona de Cristo como el modelo supremo del que han de copiar y a quien hay que mirar como único referente en la vida, pues en Cristo se ha mostrado toda la grandeza de Dios y toda la gloria a la que puede aspirar el hombre.
Acercarse a Jesús y comprenderlo, es poseer toda la sabiduría, pues quien acepta a Jesús está participando ya del éxito seguro, del triunfo en la vida; Cristo no tiene igual en el mundo, por tanto, ante Él se ha de inclinar toda criatura; oponerse a Él es despreciar el destino supremo de todo hombre, resignarse a aceptar el ser rechazado y anulado por toda la creación.
Cristo se convierte en el referente máximo para el ser humano, en la garantía de futuro, en la certeza única y absoluta; por encima de Él no hay nada, por tanto, nadie tiene capacidad para cambiar sus planes, de ahí que, la iglesia no podrá jamás agachar la cabeza ni inclinarse ante nada ni ante nadie.
El problema serio y triste se da cuando la iglesia reconoce otros intereses, ante los que se inclina y sirve; en ese momento deja de ser instrumento del reino, o sacramento de Cristo, para convertirse en el peor de los obstáculos que puede encontrar el reino.

Aleluya Mc 11, 9b‑10a
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43
Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:
—«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
—«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
—«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
Pero el otro lo increpaba:
—«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
Y decía:
—«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió:
—«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“LA CAUSA DE JESÚS REY”

S. Lucas hace una descripción extraordinaria del momento presentando varios planos en los que se desenvuelven unos personajes: por un lado está el pueblo “allí mirando”, indiferente, como alguien que no tiene que ver en el tema y permanece al margen, cuando es el principal destinatario de todo lo que se está ventilando. En otro plano aparecen las autoridades, el poder establecido, que se burlan y se sienten muy felices y satisfechos porque se han quitado de en medio un grave estorbo, con lo que están seguros de que por encima de ellos no puede existir nadie. En otro plano aparecen los soldados, los servidores del poder que han perdido su dignidad, y se venden al mejor postor. Por ultimo están los ajusticiados al lado de Jesús, que sufren las consecuencias de todo el montaje.
Este es el cuadro en el que los personajes van desarrollando la escena y van respondiendo ante el hecho de la muerte y la personalidad de Jesús; pero es curioso ver cómo S. Lucas se va haciendo eco de aquellas mismas propuestas que le van planteando a Jesús, que son las mismas que se le han ido planteando toda su vida, podemos recordar el momento del desierto: en el momento de las tentaciones.
Hemos de tener bien presente una cosa: Jesús viene y toda su vida gira en torno a algo que para Él es absoluto y por encima de eso no puede haber nada: EL REINO DE DIOS; esto es lo que le da sentido y consistencia a todo. Jesús no viene a montar una religión, ni a defender un sistema de leyes, ni un orden concreto… sino a hacer que este mundo responda al esquema que Dios tiene: que vivamos felices, amándonos, respetándonos, siendo sinceros y justos y viviendo en paz, pero esto no lo entiende nadie y lo llevan al suplicio.
Hay algo contra lo que atacan todos, pues no pueden soportar: Jesús se ha mantenido todo el tiempo con una confianza plena sintiéndose Hijo de Dios a quien ha llamado “Abba”, algo que suena a blasfemia, pero este sentimiento es el que lo ha mantenido firme en su lucha, sabiendo que su Padre no lo abandona, pues está haciendo lo que su Padre quiere.
Por eso, las autoridades se le burlan de la actitud que ha venido manteniendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»; esta burla recuerda la tentación que le ataca diciendo que demuestre lo que dice: “Si eres Hijo de Dios, tírate desde lo alto del alero del templo y los ángeles cuidarán que tu pie no tropiece”, aquí le piden otra prueba distinta, pero es por lo mismo: pidiéndole que demuestre quién es, que Dios está a su lado y haciéndole ver que no hay más poder que aquel que Él mismo ha rechazado: “Te daré el poder sobre todos los reinos de la tierra si postrándote me adoras” a lo que Cristo le contesta: “Solo a Dios adorarás” y a nadie más.
El mismo malhechor que está colgado a su lado le insulta lanzándole la duda: “¿Dónde está el que dices que tanto te ama? ¿Por qué te deja morir y no sale en tu ayuda?
La certeza frente a todos los ataques la declara Jesús al dirigirse al otro ajusticiado que le pide lo tenga en cuenta cuando llegue a su reino: «Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.» Jesús tiene la certeza de que Dios ha de actuar y dar la última palabra sobre todo lo que están haciendo y sobre todo lo que tenemos montado.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19‑20a
Os iluminará un sol de justicia

Mirad que llega el día, ardiente como un horno:
malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir
—dice el Señor de los ejércitos—, y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“PONER LAS COSAS EN SU SITIO”
Hay algo que jamás llegamos a convencernos, que nos ha de llegar y que no podemos evadirlo: la muerte. Es el hecho y el momento supremo y definitivo de todo ser humano, donde cada cosa se pone en su sitio, todo encuentra su sentido pleno, donde cada uno recoge aquello que ha ido sembrando durante toda su vida y gozará de lo que ha construido.
Es el momento en que se guardará aquello que realmente vale y, lo demás, será como paja que se lleva el viento, o que destruye el fuego. Ahí no valdrán poderes, riquezas, prestigios, intereses… Cada cosa tendrá que aguantar el juicio de la verdad y quedará aquello que es digno de la eternidad.
Ese día será como entrar en una patria nueva, donde la justicia, la verdad, la paz y la libertad serán como la luz del sol que lo ilumina todo, y en ella caminarán como en su propia casa, aquellos que en la vida apostaron por vivir en consonancia con la verdad, con la justicia y con la paz.
Todo lo demás, será destruido como en el horno, donde es reducido a ceniza todo lo demás, que es considerado restos de basura.
Esta realidad es algo que no debe olvidar jamás el pueblo, e individualmente, cada una de las personas, pues es la base y el sentido de la esperanza y el acicate que nos invita a seguir caminando, huyendo de la mediocridad.


Salmo responsorial Sal 97, 5‑6. 7‑9a. 9bc (R.: cf. 9)

R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor,
que llega para regir la tierra. R.
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7‑12
El que no trabaja, que no coma

Hermanos:
Ya sabéis como tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar.
Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“EL ESCÁNDALO DE LA INCOHERENCIA”
S. Pablo ha venido hablando a los tesalonicenses de todo aquello que deben mantener como principios supremos e inamovibles, de aquella doctrina segura que han de tener como referentes eternos, sin permitir que nada ni nadie los cambie, porque el día que eso ocurriera, entrará la confusión en la comunidad y se perderán.
De la misma manera, hemos de guardar la pureza en la práctica: no se pueden poner parches y cambiar unas cosas por otras, por ejemplo: con la excusa de la predicación, vivir del cuento engañando a la gente y haciendo que comulguen con ruedas de molino: “El que no trabaja, que no coma”; él lo está demostrando: ha renunciado a sus derechos y se gana su pan con el sudor de su frente y es con su sudor con lo que él comparte su vida con sus hermanos.
Pablo está viendo cómo algunos, con el pretexto del “servicio a la comunidad”, se han montado una forma de vivir a base del cuento; hacer esto, desorienta a la comunidad, crea confusión, es un mal ejemplo y anda creando molestias y siendo un peso para la comunidad.
Esta actitud de Pablo, le trajo muchísimos problemas provenientes de los mismos dirigentes de las comunidades, porque era romper con la tradición asumida de la época, según la cual, los “maestros” tenían el derecho de ser alimentados y sostenidos por el pueblo. Los dirigentes de las comunidades eran tenidos por “maestros”. La postura de Pablo se convierte en una denuncia y, peor aún, cuando invita a que lo imiten a él, para no ser identificados con el resto de “maestros” que pululan por el pueblo. Esta actitud de Pablo es como un eco de las palabras de Jesús: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve”

Aleluya Lc. 21, 28
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5‑19
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron:
—«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó:
—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo:
—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mia.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“EL REINO DE DIOS COMO ALTERNATIVA AL REINADO DEL TENER”
Los apóstoles se quedan ensimismados viendo la riqueza y el esplendor del templo, pero Jesús les hace caer en la cuenta que nada de so tiene valor, si es que eso no sirve más que para ser admirado y producir estupor; eso es como paja que el fuego ha de quemar, y de lo que no quedará piedra sobre piedra, porque no sirve para nada: Jesús, contrariamente a los apóstoles, siente pena y tristeza, porque allí no existen huellas del reino de Dios, ni tampoco se quiere poner al servicio, se adoran las riquezas, el esplendor, los honores, el poder, el lujo…y todo eso no sirva más que para admirarlo y hacer que nos sintamos distantes y diferentes a los demás, eso no tiene conexión alguna con el amor, con la justicia, con la verdad, con la fraternidad y, menos aún con la paz.
Ese templo es un signo equívoco que confunde el camino, pues allí no se acoge la justicia, ni allí se celebra la vida, ni en él encuentran apoyo los pobres, ni se presta a ser voz de los que no la tienen… aquello, más bien ofende a Dios y, por eso, no ha de dejar de él piedra sobre piedra. Esto le llena de dolor, hasta el punto de producirle lágrimas.
Como nuestras vidas están orientadas a estos valores eternos del reino, cuando llegue el momento supremo, lo único que quedará será aquello que estaba en conexión con estos valores eternos, lo demás será como escoria que hay que purificar. Por tanto, no vale escuchar a aquellos que vienen anunciando grandeza, triunfo, llegada del reino en estas dimensiones… todo eso es un engaño, una ilusión que solo va a durar el rato que la tenemos, pero se irá enseguida y lo único que nos quedará será el vacío.
En tiempos como los que vivimos, en donde constantemente nos asalta la tentación de huir hacia delante y llenar la vida de “cosas” que embellezcan y dejen tranquila la conciencia, quizás sea bueno escuchar a Jesús frente a la suntuosidad del templo: no la justifica, ni la aprueba, ni la acepta, la única alternativa que plantea es dar por terminado todo aquello que no tiene sentido, que resulta el peor obstáculo y que está alimentando una religión engañosa, que evade la responsabilidad que tenemos de instaurar el reino.
Romper esto que se ha venido sosteniendo durante siglos, no es nada fácil, ni se trata de quitarse de en medio a aquellos que lo sostienen; es duro hasta el punto que hace llorar, por el hundimiento en el que se somete al pueblo y por el sufrimiento que genera a tanta gente buena que lucha por cambiarlo, como le ocurrió siempre a los profetas.
Es por lo mismo que Jesús anuncia con toda claridad: ponernos a anunciar el reino del amor, de la solidaridad, de la justicia, de la paz, de la verdad en medio del reinado del “tener”, veremos que el enfrentamiento estará servido, y vendrá envuelto en guerras, en hambres, en corrupción de todo orden, en amenazas… y frente a la propuesta del reino, se nos presentará también la del reinado del “TENER” que se presentará como lo único que nos da la seguridad y la paz y, muchos, incluso de los elegidos, caerán en las redes e intentarán imponerlo como norma, sostenida y respaldada por Dios.
El éxito está en mantenerse firmes, inamovibles, como el que sabe seguro que el triunfo lo tiene ya ganado y, por muy fuerte que sea la batalla, está todo perdido para los adversarios. El reino de Dios está por encima del templo, de la iglesia, de las estructuras, de la ley, de la religión… y todo eso, si es que no se alinea con el reino, no es más que ilusiones, espejismos, paja que será destruida por el fuego de la verdad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA


Lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1‑2. 9‑14
El rey del universo nos resucitará para una vida eterna

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
Uno de ellos habló en nombre de los demás:
—«¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.»
El segundo, estando para morir, dijo:
—«Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.»
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente:
—«De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.»
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.
Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo:
—«Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.»
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“LA FIDELIDAD A DIOS MANTIENE AL PUEBLO”

Es impresionante la lectura del texto de Macabeos, sobre todo en un tiempo en el que no se está dispuesto a hacer lo más mínimo si es que no está pagado con dinero. En él aparece una idea muy clara: la ley (la voluntad de Dios) está por encima de todo y a ella, se es fiel hasta la misma muerte; el único motor que hace aguantar es la esperanza de la eternidad que aguarda a los que son fieles a ella.
Nos encontramos en el s. II a. C. cuando Antioco IV pretendió introducir el culto a los dioses griegos entre los judíos, hasta el punto que en el interior del templo de Jerusalén, llegó a levantar una imagen de Zeus el año 167, cosa que supuso una provocación y un fuerte escándalo en la población judía, esto causó un gran dolor para todos los creyentes que le hicieron una fuerte resistencia.
A esta época pertenece el relato de esta familia, que hoy nos presenta la liturgia y que se convierte en el prototipo de lo que hicieron muchas familias y personas creyentes, ante la barrida que se quiso hacer de la fe en Yahvé, que aunque rompieran y dividiesen al pueblo, sin embargo, estos relatos de resistencia sirvieron de modelo y acicate para fidelidad de otros.
El relato es fácil traspasarlo a nuestros tiempos, en donde encuentra su parecido en ambos extremos: en el de la fidelidad, y ahí nos encontramos con todos nuestros mártires, que han presentado resistencia en estos últimos tiempos y siguen haciéndolo; y de la misma manera nos encontramos el modelo de la infidelidad de todos aquellos que han ido traicionando su fe y su pueblo convirtiéndose en instrumentos de desolación, de opresión y de corrupción a todos los niveles.
Es curioso ver cómo la historia se repite y se puede observar como en todas partes, y en todas las culturas existen los parásitos que siempre viven chupando de la situación que se les presenta y en un momento son fieles adictos a un régimen y en el siguiente se convierten en sus peores enemigos. Esta fue también la lacra que tuvo que aguantar el pueblo de Israel.

Salmo responsorial Sal 16, 1. 5‑6. 8 y 15 (R.: l5b)

R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes,
Dios mío; inclina el oído
y escucha mis palabras. R.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.
R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 16 -3,5
El Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas

Hermanos:
Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas.
Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos.
El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno.
Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado.
Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y tengáis la constancia de Cristo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“MANTENER LA COHERENCIA EN COMUNIÓN”

En el capítulo 1º de la carta a los Tesalonicenses S. Pablo planteaba la derrota final del mal y, le pedía a la comunidad que se mantuvieran fieles, con la seguridad de que Dios no falla; ahora da gracias a Dios porque constata que en Tesalónicas hay una comunidad fuerte, que es signo de esa fidelidad y de la grandeza de Dios y se alegra aún más al pensar que él ha sido el instrumento que Dios ha escogido para que se dé este hecho y, por eso les pide que rueguen por él, para que no se canse en la lucha por la extensión del reino y el Señor lo libre de todos los peligros que le acosan.
Por otro lado, sigue insistiéndoles en la fidelidad a todo lo que han recibido, que es lo que los mantendrá unidos. Por esto, él pide para que el mismo espíritu y la misma esperanza que lo sostienen a él, sean lo que sostiene también a la comunidad..
En este ambiente de confianza, comunión y fraternidad, les pide que oren por él para que no se venga abajo frente a los que le acosan y atentan contra su vida.
Pablo es consciente que el camino es duro: se trata de dar testimonio con la palabra y de confirmarlo con las obras, por tanto, hemos de cuidar las formas de decirlo, y afianzarlo con el comportamiento; que este estilo de vida es dificilísimo sostenerlo manteniendo la coherencia y el enemigo está al acecho para asaltar por todas partes.

Aleluya Ap 1, 5a y 6b
Jesucristo es el primogénito de entre los muertos; a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27‑38
No es Dios de muertos, sino de vivos

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron:
—«Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con e11a.»
Jesús les contestó:
—«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.
Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»
Palabra del Señor.

O bien más breve:

Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27. 34‑38

En aquel tiempo, dijo Jesús a los saduceos, que niegan la resurrección:
—«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.
Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»
Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“¿EN QUÉ CONFIAMOS Y DE QUIÉN NOS FIAMOS?”

Se acercan a Jesús un grupo de saduceos, (los dueños del capital, que no creen en la resurrección, pues dicen que Dios bendice durante la vida con la riqueza a aquellos que le son fieles, por tanto, si ellos son ricos es porque Dios está contento con ellos).
Ellos, por ley, y por tanto, por la voluntad de Dios, son los auténticos descendientes de Sadoc y tienen derecho a su puesto de poder y a ser casta privilegiada y pudiente, es así como lo ha dispuesto Dios y, si lo ha hecho, ha de ser por algo, si tienen dinero y poder, es porque Dios se lo da, porque está contento y satisfecho con ellos; los demás son unos desgraciados despreciables, entre ellos Jesús, que va a morir sin ni siquiera tener descendencia.
Para los saduceos, lo único que los eterniza son los hijos, que heredarán sus bienes y su poder, éste es la única transcendencia que tiene la vida.
Frente a esta mentalidad materialista de los saduceos, Jesús apela al Dios que aparece en la zarza del Sinaí: es el Dios de los patriarcas, el Dios de la vida, que es el único y gran don que Él da a quien ama, y Jesús se proclama Hijo de ese Dios, que no desciende de la capacidad engendradora que tiene un hombre y, por tanto, no es por ahí por donde Dios bendice, sino por el don de la vida que da a los hombres y la respuesta filial que debemos tener es de agradecimiento, porque no solo nos da la vida, sino que nos ha regalado la resurrección que lleva consigo la vida eterna.
Vivir en Dios, es vivir en el Amor y, “vivir amando” es ser como ángeles, que viven ya en comunión con Dios y, lógicamente, ya en la tierra son expresión viva del futuro glorioso que les espera.
Este lenguaje les resulta extraño e irrisorio a los saduceos, pues para ellos solo tiene valor aquello que se puede pesar, medir y contar en beneficio propio, lo demás, es de ilusos y de locos.
Esta actitud saducea no está lejos de lo que hoy vivimos, a todos los niveles sociales; pero lo triste es que eso mismo se vive a nivel de creyentes cristianos y se quiere tapar la gran mayoría de las veces con ritos y gestos religiosos, dando por resultado una división absurda entre religiosidad y confesión de la fe en Jesucristo, cuando en lo que menos se cree y menos se confía es en Jesucristo y en su proyecto del Reino.

martes, 26 de octubre de 2010

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22—12, 2
Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres

Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?
¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“UN AMOR A TODA PRUEBA”

Hay algo que choca frontalmente con nuestra manera de hacer: cuántas veces ocurre que llegamos a decir: “Si yo fuera Dios o yo tuviera en mis manos el poder para hacer las cosas, cambiaría de un plumazo la realidad” y nos quitaríamos de en medio a todos aquellos que, según nuestros esquemas, no responden a lo que pensamos y deseamos. Esto lo estamos viendo hasta la saciedad en todos aquellos que llegan a un nivel de poder, en el ámbito que sea, y barren con todo lo que había, no dejando en pie cualquier cosa que pueda tener relación con el anterior que estuvo en el cargo.
Dios, en cambio, da la sensación de que ni existiera, pues todo va lento, nada parece que cambia o si lo hace es con una lentitud inapreciable. Pero resulta que así es el ritmo de la vida entera: nada se ve, nada se precipita, pero todo va creciendo sin ruidos y sin grandes espavientos. Dios respeta y deja plena libertad incluso para que hagamos el mal, como si no le importara, y es que para Dios, lo que realmente cuenta y le interesa es el hombre pues quiere que el pecador se de cuenta de su camino errado, se convierta y cambie.
Por tanto, no es que a Dios no le importe la creación o el daño que el hombre va haciendo a todo aquello que El ha hecho y se lo ha regalado al hombre para que sea feliz, ¡claro que le importa! Esa creación es el hábitat, la casa donde el hombre ha de vivir, lo que le ocurre es que, por encima de todo, le importa el hombre que es lo que le da sentido a toda la creación.
El autor del libro de la Sabiduría intuye esta dimensión y ve como la bondad y la paciencia de Dios, que podría destruirlo todo y barrerlo de un solo golpe, se convierte en amor que “juzga con mansedumbre y gobierna con indulgencia” para que el pecador pueda encontrar la oportunidad de arrepentirse y cambiar.
Si existen los enemigos de Dios es porque su amor abarca a todos los hombres y no solo a su pueblo y los deja que vivan para que puedan encontrarlo y sentir que los quiere.
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Salmo responsorial Sal 144, 1‑2. 8‑9. 10‑11. 13cd‑14 (R.: cf. 1)

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la 2ª carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11 ‑ 2,2
Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él

Hermanos:
Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA TENTACIÓN DEL DESÁNIMO”
S. Pablo se dirige por segunda vez a la comunidad de Tesalónica, dándole gracias porque se siguen manteniendo firmes, a pesar de todas las dificultades y los contratiempos que están existiendo, pues hasta están llegando a la comunidad cartas falsas que perturban y confunden a la gente, diciendo que vienen de parte de él sosteniendo cosas que nunca ha dicho, con lo que se pone en peligro la unidad.
Ante este problema, Pablo les pide que se mantengan firmes y seguros en lo que oyeron de sus labios, que eso no ha cambiado, y no se dejen llevar de los sensacionalismos alarmistas que están llegando y se están metiendo aunque digan que es él quien lo está diciendo.
Él les ha mostrado un Dios Padre lleno de amor, tal como Cristo nos transmitió y no un Dios vengativo, lejano y justiciero. Eso es lo que deben creer y mantener como doctrina segura y en lo que han de centrar toda su esperanza y su identidad.
Frente a los rumores que andan de que se va a terminar el mundo, les invita a dejar de pensar en esas cosas y a que se impliquen en la lucha por ir cambiando cada día este mundo, a pesar de las dificultades que van apareciendo y a no evadirse, cayendo en la tentación de dejarse evitando todo esfuerzo, pensando que ya no vale la pena trabajar ni seguir luchando; hacer esto no es cristiano, pues la glorificación de Jesús viene por la implicación que el cristiano toma, por establecer el reino de Dios incluso teniendo que llegar a la cruz, si es que fuera necesario.


Aleluya Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida eterna.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1‑10
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
—«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
É1 bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
—«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
—«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó:
—«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“EL DIOS QUE NOS ESPERA”

Zaqueo es uno de los excluidos por la ley, un enemigo del pueblo y de Dios, un despreciado como traidor y apátrida vendido a los romanos… sin embargo, en el corazón de Zaqueo pervive el deseo de encontrarse con Dios y vivir en paz con Él, el deseo de ser tenido como persona, de ser aceptado y respetado en la comunidad…
Es interesante tener en cuenta algo que incide en este pasaje: Jericó es el signo de la liberación que Dios hizo a su pueblo: Josué rodeó sus murallas y las derribó, dando la victoria final del éxodo al pueblo. En Jericó se va a dar también la derrota de Jesús, el nuevo Josué, que va a realizar lo que aparentemente es imposible, tanto como el que entre un camello por el ojo de una aguja y es que un rico despegue su corazón de las riquezas y se salve.
Jesús lo consigue de Zaqueo: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.». en Jericó se presenta también la derrota al peor de los enemigos del hombre: la avaricia y la codicia que representan el culto a Mamón.
En el encuentro con Jesús, Zaqueo abre su casa y su corazón a los pobres y al perdón, a la reconciliación y a la justicia.
Sin embargo, vuelve a quedar en el aire la otra realidad que ya exponía en la parábola del hijo pródigo: el hermano mayor, el bueno, el que cumplía al pie de la letra la ley, no entró a la fiesta, no se quiso reconciliar, ni abrió su corazón a su hermano, sino que se quedó juzgando al padre y al hermano.
Aquí también los justos, los buenos, los cumplidores, de la ley se quedaron fuera criticando al ver que Jesús se ha acercado a Zaqueo y éste ha abierto su corazón a Dios.
La propuesta sigue estando en pie: ¿Quién está dispuesto a bajar las barreras, a sentir y reconocer su pecado y aceptar que Dios es un regalo para todos?
El reto de Jesús sigue siendo fuerte para todos y, fundamentalmente a la iglesia a la que le invita a seguir presentando el rostro de Dios “amor incondicional”, “acogida total” “escucha sin límites”

miércoles, 20 de octubre de 2010

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12‑14. 16‑18
Los gritos del pobre atraviesan las nubes

El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“DIOS ES JUSTO”

El autor del libro del Eclesiástico, teniendo presente la sabiduría del pueblo que muestra con contundencia algo que se muestra tan evidente como la luz del sol y es que Dios es justo y no favorece a unos perjudicando a otros, ni deja pasar por alto las injusticias que causan daño a otros y, sobre todo si es que son pobres.
De la misma manera, Dios no tolera el atropello de los débiles y se pone siempre a su lado, ni deja de escuchar a los justos. Estas son verdades que no se pueden ni olvidar ni dejar aparcadas a un lado, pues son la base de nuestra esperanza y el pueblo ha de tener siempre presente.
Al final termina diciendo que la justicia de Dios no puede borrarla nadie y no cesa hasta que se realice, es decir: -con palabras nuestras- “la vida no se queda con nada de nadie y al final, cada cosa se pondrá en su sitio”.
Pero el problema se da cuando nosotros queremos poner las cosas en el sitio que creemos y entonces entramos en la misma dinámica del mal, respondiendo con la misma moneda, ahí ya no es la justicia la que funciona, sino la fuerza y la violencia dando siempre como resultado que el pez grande se come al pequeño.

Salmo responsorial Sal 33, 2‑3. 17‑18. 19 y 23 (R.: 7a)

R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.
R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6‑8. 16‑18
Ahora me aguarda la corona merecida

Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente.
He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone.
Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león.
El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo.
A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA DIDELIDAD AL CARISMA ORIGINAL”

S. Pablo hace una confesión de su vida a su amigo Timoteo, cuando se encuentra la final de sus años: Pablo tiene el presentimiento que las cosas han llegado a su fin y lo expresa utilizando dos imágenes muy interesantes: la primera la coge de lo que suele hacerse en el culto: su vida ha sido sacrificada por la causa de Jesús, no ha sido por algo inútil, sino por una causa noble y lo ha hecho sabiendo lo que hacía: es una carrera que él ha hecho, en la que ha puesto su vida y se siente orgulloso de haber corrido bien la carrera, de haber llegado a la meta manteniendo intacto el mensaje que se encomendó.
Reconoce también que no se ha sentido solo: el Señor ha estado a su lado dándole las fuerzas que necesitaba para resistir el combate, pues ha supuesto una lucha fuerte contra todos los elementos.
Compara su vida con la de Jesús y ve que ha seguido los mismos pasos: ha sido traicionado de la misma manera que lo fue Jesús: “La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió”

Aleluya 2 Co 5, 19
Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9‑14
El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
—«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo."
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:
"¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador."
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“YO NO SOY COMO ESOS”

El pasaje de este domingo, que todos nosotros conocemos como la parábola del fariseo y el publicano, más que una parábola, que pudiera servir de referente para una comparación, es la narración de un hecho real que se daba a cada momento quitándole los nombres y apellidos. De alguna manera viene a completar lo que nos decía el domingo pasado sobre la necesidad que tenemos de confiar en Dios para poder acercarnos a Él
Hoy nos presenta la foto de lo que a diario podemos encontrar: nos muestra dos personajes que viven dos situaciones distintas y que, por tanto, interiormente tienen sentimientos distintos frente a Dios.
Estas dos imágenes tienen una traducción perfecta en nuestros días y pueden servir de narración para hoy casi con las mismas palabras.
1º- Aparece el fariseo, que la sociedad, la ley, la estructura, la religión… lo han colocado en el marco de los “buenos” y él responde de acuerdo al papel social que se le ha impuesto: según la ley, por fuerza, obligadamente Dios ha de estar en deuda con esa estructura social, los pertenecientes a ella tienen asegurada la salvación y por eso, allí delante, frente a frente, casi de tú a tú le saca a relucir para que no se le vaya a olvidar todo lo que hace: “Yo ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo… yo no soy ladrón ni injusto, ni adúltero…” por tanto, casi le exige a Dios que esté agradecido y, por eso mismo, se atreve a juzgar al otro: “Yo no soy como ese publicano”
El 2º personaje es el pecador, el publicano, el excluido y despreciado por todos; la ley lo considera un enemigo del pueblo, un ser despreciable. Delante de Dios, aunque siente que su conciencia no le reprocha, pero intuye que Dios está con los otros y no se atreve a dar un paso hacia delante, se queda atrás, en un rincón, sin atreverse ni siquiera a ponerse de pie, se queda prosternado, con la vista al suelo, golpeándose el pecho y pidiendo a dios que tenga compasión de él y lo perdone, sabiendo que todo lo que reciba, incluso la atención de Dios, no es más que un rtegalo del amor y de la misericordia de Dios, a lo que él no le queda más remedio que responder de la misma forma.
Al contemplar esta imagen no podemos evitar el traer a la escena, lo mismo que lo hizo Jesús, lo que a cada momento estamos haciendo: desde mirar y medir a la persona con el código de derecho, sin acercarnos a su vida, a su realidad… hasta terminar diciendo, no solo a Dios, sino a los cuatro vientos: “Yo no soy como esos” y haciendo el mismo juicio que el fariseo.

martes, 12 de octubre de 2010

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo 17, 8‑13
Mientras Moíses tenía en alto la mano, vencía Israel

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín.
Moisés dijo a Josué:
—«Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.»
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol.
Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“SERÉIS SAL Y LUZ PARA EL MUNDO”

Moisés es el hombre que está en contacto con Dios, que permanece fiel a su amistad y esto le convierte en el intercesor y el intermediario entre Dios y el pueblo. Él es el que el pueblo elige para que se dirija a Dios, porque el pueblo tiene miedo de encontrarse cara a cara con Dios. Al mismo tiempo, Moisés se convierte en el intermediario a través del cual Dios se comunica con el pueblo.
La misión que Dios ha encomendado al pueblo es dura y difícil, sin Él será imposible que la pueda llevar adelante. La actitud de Moisés va a ser clave en el éxito o en el fracaso del pueblo
La imagen de Moisés con los brazos levantados expresa de alguna manera el hecho de mantener la línea abierta con Dios: mientras ésta se mantiene así, el pueblo triunfa, el momento en que decae o se cierra, el pueblo se viene abajo, se desconcierta y es vencido.
En el mundo en que vivimos la iglesia es la figura que ocupa el puesto de Moisés en el nuevo pueblo; de la fidelidad a Dios, a su mensaje y a su amistad va a depender el triunfo o el retraso que pueda sufrir la implantación del proyecto de Jesús que es el reino de Dios.
Pero la iglesia no es un “ente” abstracto sino una realidad concreta que se expresa en cada comunidad particular, en cada individuo; de nuestra fidelidad a Jesucristo va a depender la credibilidad de su mensaje.

Salmo responsorial Sal 120, 1‑2. 3‑4. 5‑6. 7‑8 (R.: 2)

R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.
R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa el guardián de Israel. R.
R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R.
R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
El Señor te guarda de todo mal, el guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R.
R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14 ‑ 4,2
El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena

Querido hermano:
Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.
Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“ ES NECESARIO TENER CLARO EL ORIGEN”

S. Pablo parece estar preocupado del peligro que puede haber de tergiversar las cosas y cambiarlas por otro mensaje que no sea el de Jesús, pues en definitiva sería apostar por otro proyecto que nos llevaría a la muerte.
Ya en el cap. 2º le recuerda a Timoteo lo que por nada del mundo debe permitir que se cambie, pues en la fidelidad a ese mensaje está la certeza del triunfo y, ahora, de nuevo vuelve a insistir en la fidelidad al mensaje original, que es el fundamento de todo, para lo que encuentra en la sagrada escritura argumentos, razones e ideas “para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud;” a quien lo necesite.
S. Pablo sabe que está siempre constante y presente la charlatanería de aquellos que lo embrollan todo: los falsos profetas que destruyen la unidad y la paz dentro de la comunidad, pues para ellos el único interés es destruir el rebaño.
Por todo ello, Pablo invita a Timoteo que no deje que esto se rompa y por eso le pide que no cese de exponerlo a tiempo y a destiempo, pues de su escucha y puesta en práctica va a depender la salvación, que es el éxito o el fracaso del proyecto de Jesús.
Ante esta llamada fuerte que nos hace la Palabra de Dios, es imposible sustraerse y volver la vista hacia otro lado ante la gran cantidad de cosas que seguimos manteniendo y que no se corresponden con el mensaje del evangelio, sabiendo que, en definitiva, es lo único que queda ante la vista de las gentes, de ahí que la imagen que la iglesia presenta en tantas ocasiones y la que queda en la retina de la gente, no sea justamente la que predicó Jesús, sino un “apaño” religioso que deja mucho que desear.


Aleluya Hb 4, 12
La palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1‑8
Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
"Hazme justicia frente a mi adversario."
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»
Y el Señor añadió:
—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

¿CUANÁNDO LLEGARÁ EL MOMENTO?

S. Lucas está siempre atento a mostrar con fuerza aquellos rasgos que caracterizan la realidad de Dios entre los hombres hasta el punto que no se pueden dejar de tener en cuenta a la hora de hablar de Dios, como es la misericordia, la acogida, y en este caso de hoy la escucha: Dios siempre está atento a las necesidades y situación del hombre, aunque éste se encuentre de forma inadecuada: cuanta gente que no va a la iglesia para nada, la liturgia le trae sin cuidado, pero en el fondo de su corazón está convencido que sólo Dios es su único asidero y vuelve la vista a Él en los momentos duros de la vida…
Pienso en esas chicas que han sido arrolladas por el sistema, que se dejaron llevar y a la hora de la verdad se han quedado en la cuneta de la vida, sin trabajo, sin defensa de ningún tipo, burladas, sin familia, con un hijo… ¿Cómo no va a escuchar Dios su llanto?
Pienso en el padre de familia que honradamente trabajaba para sacar su hogar adelante y de golpe, a una edad avanzada se encuentra sin trabajo, con hijos para educar, sin recursos y sin posibilidades de ningún tipo…¿Cómo podemos imaginar que Dios permanezca indiferente a su dolor y a su impotencia?
Aparentemente el pasaje de hoy viene a decirnos la importancia que tiene la oración, cosa que es verdad, pero lo que fundamentalmente muestra, es la actitud de Dios con respecto a quien se dirige a Él: Dios atiende la súplica, o cualquier cosa que el hombre le plantea y para que lo entendamos, lo hace contraponiendo el modelo del juez inicuo que, a pesar de ser un hombre injusto, ante la insistencia de quien no le importa para nada, accede a escucharle, para quitarse la molestia. Pues si él, que siendo injusto lo hace, para quitarse de encima la carga, cuánto más lo hará Dios para quien le importamos y ocupamos el centro de su corazón.
Esta convicción es fundamental para sostener nuestra fe: de la misma manera que un niño siente la seguridad en su padre, aunque en muchos momentos el niño pide cosas intranscendentes o inadecuadas y el padre le da aquello que realmente le hace bien, aunque el niño no se lo haya pedido, y busca siempre para él lo mejor, sin tomarle en cuenta las pataletas y los enfados al hijo.
Dios nos invita a que no perdamos la confianza, que estemos seguros que él está a nuestro lado y cuando ya el hombre esté decidido a dejarle un espacio Él ha de jacer justicia. La pregunta que nos queda a todos es siempre la misma: ¿Cuándo llegará ese momento?
Pero también late en el aire otra pregunta que es la misma de Jesús: ¿Cuándo llegue ese momento, habrá gente que lo quiera reconocer? Basta recordar los leprosos del domingo pasado: solo uno fue capaz de reconocerlo.