tag:blogger.com,1999:blog-45537679502227713072024-02-20T12:44:23.243-08:00HomilíasUnknownnoreply@blogger.comBlogger157125tag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-62986788902852265082011-01-18T05:50:00.000-08:002011-01-18T05:57:17.769-08:00DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO -A-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 49, 3. 5 6<br /></strong><span style="font-size:78%;">Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación<br /></span><br />«Tú eres mi siervo (Israel) de quien estoy orgulloso.»<br />Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, —tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—:<br />Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.<br />Palabra de Dios.<br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL ENCARGO DE JESÚS”<br /></span></strong><br /><em><span style="font-family:trebuchet ms;">El profeta Isaías ve en su visión de futuro para Israel a alguien que va a romper todos los moldes en los que están estancados y que no les deja avanzar: alguien –que no se sabe quién es- va a ser puesto por Dios para que sea signo y luz ante todos los hombres de todas las razas y pueblos de la salvación que Dios trae para todos. Este “alguien” puede ser el pueblo de Israel a quien Dios le ha dado una misión y que no acaba de entender; puede ser también un consagrado por Dios, pero en quien se cumple con toda claridad la profecía es en Jesús; todos los que vendrán antes que Él no son más que imágenes de lo que será Él definitivamente.<br />Todos hablaron, todos esperaron, pero todos se quedaron reducidos a una dimensión política, temporal, marcada por intereses nacionalistas y partidistas. En Cristo se rompen todas las fronteras y en Él aparece con toda claridad la dimensión que anuncia el profeta, con un alcance mucho mayor de lo que el mismo profeta previó. “; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”.<br />Cristo ya vino, en Él se dio cumplimiento a todas las profecías y la misión que inauguró y puso en marcha continúa; hoy es la iglesia, que nació de esa semilla que Él plantó, la que ha de continuar la misma misión de hacer crecer y desarrollarse el reino que Cristo introdujo hasta hacer que llene el universo entero. Esta es también la misión que tiene todo cristiano bautizado y creyente en Jesús.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab, 7 8a. 8b 9. 10<br /></strong><br />V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /><strong>R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /></strong>V/. Yo esperaba con ansia al Señor:<br />él se inclinó y escucho mi grito;<br />me puso en la boca un cántico nuevo,<br />un himno a nuestro Dios.<br /><strong>R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /></strong>V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, </div><div align="justify">y en cambio me abriste el oído;<br />no pides sacrificio expiatorio, </div><div align="justify">entonces yo digo: «Aquí estoy.»<br /><strong>R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /></strong>V/. Como está escrito en mi libro: «para hacer tu voluntad.»<br />Dios mío, lo quiero, </div><div align="justify">y llevo tu ley en las entrañas.<br /><strong>R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /></strong>V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;<br />no he cerrado los labios:<br />Señor, tú lo sabes.<br /><strong>R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.<br /></strong><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /><br />Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1 3<br /></strong><span style="font-size:78%;">Gracias y paz os dé Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Señor<br /></span><br />Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que el llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.<br />La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.<br /><strong>Palabra de Dios<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA ENVIDIA Y LOS PROTAGONISMOS”<br /></span></strong><br /><em><span style="font-family:trebuchet ms;">Nos encontramos con el comienzo de la carta que S. Pablo escribe a los cristianos de Corinto y es curioso que, al mismo comienzo reivindique su autoridad para escribir, dándose el título de “apóstol” en igualdad con los doce, pues parece que ya hay también en Corinto gente que anda haciendo problemas y diciendo que Pablo es un intruso, que se está apropiando lo que no le pertenece y lo consideran como un advenedizo, en cambio él se considera perfectamente formado e informado, ya que ha recibido directamente de Jesús el mensaje que tiene y nadie se lo ha dado, de la misma manera que le ha ocurrido al resto de los apóstoles. Él ha visto a Jesús, se ha encontrado con Él y le ha encargado evangelizar, de lo que la misma comunidad de Corinto es testigo. A pesar de todo, en otro momento, cuando estuvo en Corinto, ya alguien le discutió su autoridad para hacerlo y, por eso, ahora lo deja bien claro al empezar la carta.<br />Pablo conoce perfectamente cuáles son sus derechos, aunque renuncia a llevarlos a la práctica, pero esto no quita de que deje bien claro a todos que, lo que hace, tiene autoridad para hacerlo; de esa manera evitará que alguien salga diciendo tonterías, como de hecho ya ocurrió anteriormente.<br />Es interesante ver otro aspecto de la carta: La comunidad de Corinto es la única que existe en la región, por tanto, ella es el exponente vivo de la presencia de la iglesia universal y, el saludo que Pablo hace, no es solo a la comunidad concreta, sino a la iglesia universal: “a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.”.<br />Es el problema de siempre cuando en una comunidad se empieza a caminar y hay gente que siente las cosas como algo suyo y se entrega con alma y vida; inmediatamente aparecen los que no saben hacer otra cosa que poner “peros”, pues es la única arma que ellos tienen para escurrir el hombro y jamás te los encontrarás dispuestos a colaborar en algo, pero sí han de estar poniendo trabas, pues no soportan el que alguien sea protagonista de algo interesante.<br />A Pablo tuvo que costarle enormemente superar el lastre de su pasado, pues fue lo que constantemente salió a relucir como el gran problema que lo tenía enmarcado.<br /></span></em><br />Aleluya<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 29 34<br /></strong><span style="font-size:78%;">Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo<br /></span><br />En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: —Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía, pero ha salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.<br />Y Juan dio testimonio diciendo:<br />—He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él.<br />Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.<br />Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.<br /><strong>Palabra del Señor<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“VOLVER LOS OJOS A CRISTO”<br /></span></strong><br /><em><span style="font-family:trebuchet ms;">En la historia del pueblo de Israel se han venido sucediendo grandes hombres: profetas, jueces, reyes… que han venido sosteniendo la esperanza del pueblo para que no tire la toalla y siga caminado, con la seguridad de que Dios está a su lado y es fiel a todo lo que les ha prometido.<br />Pero todo esto no es más que “una promesa”, algo que, cuando echan la vista atrás, se dan cuenta que, efectivamente, Dios ha estado ahí, pero en el momento presente han tenido que afrontarlo basados en la fe pura, y cuando tienen que dar razón de esa esperanza y esa fe, presentan una imagen totalmente equivocada del “Mesías” y de la misma salvación; podríamos decir que cada uno presenta una imagen a medida de sus “esperanzas” completamente mediatizada por sus necesidades: si lo está pasando mal desea y espera que alguien venga y lo saque de esta situación. Incluso la religiosidad está orientada en este sentido: la relación con “El Ser Superior” es “interesada”: te doy para que me des, o para que no me castigues y me sostengas… si es que esto no se da, no quiero saber nada de dios ni da otra cosa.<br />Este problema no es único de los tiempos de Jesús, sigue manteniéndose hasta nuestros días y, estamos viendo cómo mucha gente abandona la iglesia, o se mete en movimientos religiosos, decepcionados o en busca de “algo” que dé respuesta a sus expectativas, que no encuentra en la iglesia. Es el problema que se ha dado en muchos momentos o épocas en la iglesia: se ha presentado un sistema de verdades que hay que creer, unos ritos que hay que hacer (por ejemplo el bautizo), unas normas que hay que cumplir, (el “oír” misa”)… pero nos hemos olvidado de lo fundamental: PRESENTAR A JESÚS, pues cuando se le conoce, el resto ya se cae por su peso.<br />Juan derriba el tinglado y le hace ver a la gente que lo que él está haciendo, no tiene sentido si es que no se fundamenta en el Mesías, y en ese momento hace una presentación de Jesús:<br /><strong>“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”</strong> Y el evangelio de Juan se encarga de dar tres afirmaciones que lo identifican totalmente:<br /><strong>1º- “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”</strong> en contraposición a todos los ritos que se están haciendo en el templo, incluso lo que él mismo está haciendo en el Jordán: él está bañando con agua que limpia por fuera la suciedad del cuerpo, pero Jesús baña por dentro y limpia el pecado y devuelve la vida nueva que es la del Espíritu Santo de Dios.<br /><strong>2º. “El Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él”:</strong> Jesús ha sido llenado del Espíritu de Dios y, ese Espíritu, es el que hará la renovación del hombre que se ha bautizado en Jesús. No se trata, pues de un rito, sino de un nuevo nacimiento, de una transformación de la persona.<br /><strong>3º- “Es el Hijo de Dios”:</strong> Juan hace una presentación de Jesús e invita a adherirse a Él, pues esto será lo único que devolverá la paz, la alegría y la felicidad al hombre; no van a ser los ritos, las normas… ni siquiera el hecho de pertenecer a una institución concreta, como puede ser el pueblo de Israel.<br />La liturgia de hoy nos invita a todos los cristianos y a la iglesia entera, a volver nuestros ojos a Jesús, a su persona, a su proyecto, a su reto de amor y, cuando hemos sido enganchados por ÉL, la realidad entera empieza a cambiar a nuestro alrededor; mientras tanto, seguiremos metidos en la onda de la decepción, de la angustia y del vacío existencial, pues no encontraremos algo que pueda saciar nuestra sed de felicidad.<br /></span></em> </div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-88610335409242000132011-01-13T13:12:00.000-08:002011-01-13T13:20:09.691-08:00NACIMIENTO DE JESÚS<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong> </div><div align="justify"> </div><div align="justify"><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 52, 7‑10<br /></strong><span style="font-size:78%;">Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios<br /></span><br />¡Qué hermosos son sobre los montes<br /> lospies del mensajero que anuncia la paz,<br />que trae la buena nueva,<br /> que pregona la victoria,<br /> que dice a Sión: «Tu Dios es Rey»!<br />Escucha: tus vigías gritan,<br /> cantan a coro,<br />porque ven cara a cara al Señor,<br /> que vuelve a Sión.<br />Romped a cantar a coro,<br /> ruinas de Jerusalén,<br />que el Señor consuela a su pueblo,<br /> rescata a Jeusalén:<br />el Señor desnuda su santo brazo<br /> a la vista de todas las naciones,<br />y verán los confines de la tierra<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“¿DÓNDE ESTÁN LOS MENSAJEROS?”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El profeta Isaías anuncia al pueblo la salvación y alaba al Señor dando gracias por los mensajeros que anuncian la paz y traen la Buena Noticia proclamando la salvación; éstos serán los centinelas que están atentos a la vida del pueblo, los verdaderos pastores que cuidan de sus ovejas.<br /> Pero el profeta entiende que el único y verdadero pastor es Dios, que es al único a quien interesan las ovejas y Él mismo ha de venir. En la cumbre de los tiempos se hará realidad en Jesús la esperanza del profeta y Él mismo se llamará el mismo se llamará “El Pastor” de sus ovejas, pero al mismo tiempo, advertirá de la presencia de otros pastores que confundirán al rebaño.<br /> Las palabras de Isaías siguen resonando hoy en otra situación distinta: Cristo ya vino, pero los mensajeros que anuncian la paz y traen la “Buena Nueva” se volvieron rebeldes y no han entrado todavía en razones.<br /> A este mundo en situación de caos ha perdido la capacidad de discernimiento y no reconoce al salvador.<br /> Hoy no podemos decir “Qué hermosos los pies del mensajero” porque no son anunciadores de la paz, sino de la división de la calumnia, de la mentira… asalariados del poder de las tinieblas.<br /> Estamos viendo con estupor cómo al que anuncia la paz y la justicia, todo se le revuelve en contra, hasta las mismas leyes, por el contrario sale triunfante el que va atropellando.<br /> El profeta termina diciendo que “todos los pueblos verán la victoria de nuestro Dios” pero a esta conclusión solo se puede llegar por un acto de conversión o por un camino que termina en el caos y el absurdo; cuando ya se llega al final,, no queda más remedio que aceptar la evidencia: el hombre no tiene más salida que la que Dios le da.</span></em></div><div align="justify"><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 97, 1. 2‑3ab. 3cd‑4. 5‑6<br /></strong><br />V/. Los confines de la tierra han contemplado<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /><br /><strong>V/. Los confines de la tierra han contemplado<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /></strong><br />V/. Su diestra le ha dado la victoria,<br /> su santo brazo;<br /> el Señor da a conocer su victoria,<br /> revela a las naciones su justicia:<br /> se acordó de su misericordia y su fidelidad<br /> en favor de la casa de Israel.<br /><br /><strong>V/. Los confines de la tierra han contemplado<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /></strong><br /> Aclama al Señor, tierra entera,<br /> gritad, vitoread, tocad.<br /><br /><strong>R/. Los confines de la tierra han contemplado<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /></strong><br />V/. Tocad la cítara para el Señor,<br /> suenen los instrumentos:<br /> con clarines y al son de trompetas<br /> aclamad al Rey y Señor.<br /><br /><strong>R/. Los confines de la tierra han contemplado<br /> la victoria de nuestro Dios.<br /></strong><br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA:<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1‑6<br /></strong><span style="font-size:78%;">Dios nos ha hablado por su Hijo<br /></span><br />En distintas ocasiones y de muchas maneras<br /> habló Dios antiguamente a nuestros padres por los Profetas.<br />Ahora, en esta etapa final,<br /> nos ha hablado por el Hijo,<br />al que ha nombrado heredero de todo,<br /> y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.<br />El es reflejo de su gloria, impronta de su ser.<br /> El sostiene el universo con su palabra poderosa.<br />Y, habiendo realizado la purificación de los pecados,<br /> está sentado a la derecha de Su Majestad en las alturas;<br />tanto más encumbrado sobre los ángeles,<br /> cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.<br />Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado»,<br /> o: ¿«Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo»?<br />Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice:<br /> «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»<br /><strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA BUENA NOTICIA DE JESÚS”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Dios ha venido conduciendo al hombre a través de los siglos con una pedagogía cargada de paciencia y de misericordia haciéndole notar su presencia y su decisión de no dejarlo solo hasta que en la cumbre de los tiempos decide bajarse a la tierra y hacerse presente.<br /> Jesús es la presencia visible y sensible de Dios en la tierra. El mismo Dios que creó el universo, que está antes de todo lo que existe, toma un cuerpo y se mete en este mundo como un hombre más.<br /> Jesús está por encima de todo lo creado, de cualquier institución religiosa, social, económica o política; por encima de cualquier ley. Él no está sometido a nada.<br /> Él ha traído una misión: anunciar a los hombres que Dios ha pasado la página, que ha borrado la deuda de los hombres y les ofrece la posibilidad de restablecer su grandeza y pasar a participar en la comunión con Dios.<br /> Pablo deja bien claro que el hombre ha entrado en una nueva dimensión abierta con la resurrección de Jesús: ni la angustia, ni la enfermedad, ni la espada, ni la guerra, ni otra criatura alguna podrá hacer que cambie la decisión de Dios. Tan solo mi estupidez es capaz de anular el don que Dios me hace en cuanto que yo puedo despreciarlo.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya<br /></strong><br /> Aleluya, aleluya.<br /> Nos ha amanecido un día sagrado:<br /> venid, naciones, adorad al Señor,<br /> porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra.<br /> Aleluya.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 1‑18<br /></strong><span style="font-size:78%;">La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros<br /></span><br /> En el principio ya existía la Palabra,<br />y la Palabra estaba junto a Dios,<br />y la Palabra era Dios.<br />La Palabra en el principio estaba junto a Dios.<br /> Por medio de la Palabra se hizo todo,<br />y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.<br /> En la Palabra había vida,<br />y la vida era la luz de los hombres.<br />La luz brilla en la tiniebla,<br />y la tiniebla no la recibió.<br /> [ Surgió un hombre enviado por Dios,<br />que se llamaba Juan:<br />éste venía como testigo,<br />para dar testimonio de la luz,<br />para que por él todos vinieran a la fe.<br />No era él la luz,<br />sino testigo de la luz. ]<br /> La Palabra era la luz verdadera,<br />que alumbra a todo hombre.<br />Al mundo vino y en el mundo estaba;<br />el mundo se hizo por medio de ella,<br />y el mundo no la conoció.<br />Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.<br /> Pero a cuantos la recibieron,<br />les da poder para ser hijos de Dios,<br />si creen en su nombre.<br />Estos no han nacido de sangre,<br />ni de amor carnal,<br />ni de amor humano,<br />sino de Dios.<br /> Y la Palabra se hizo carne,<br />y acampó entre nosotros,<br />y hemos contemplado su gloria:<br />gloria propia del Hijo único del Padre,<br />lleno de gracia y de verdad.<br /> [ Juan da testimonio de él y grita diciendo:<br /> —Este es de quien dije: «el que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo».<br />Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia:<br />porque la ley se dio por medio de Moisés,<br />la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.<br /> A Dios nadie lo ha visto jamás:<br /> El Hijo único, que esta en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.]</div><div align="justify"><strong>Palabra del Señor<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“VINO SIN ESTRIDENCIAS”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Cuando observamos todo lo que se ha montado en torno a la navidad y en nombre de Jesús, no nos queda más remedio que concluir que todo esto no tiene que ver absolutamente nada con el misterio del amor de Dios que se hace presente en medio de nosotros.<br /> Y es que el mundo parece que no es capaz de entender las cosas de otra manera, se dice, incluso que no existe aquello que no se mete en el mundo de la propaganda, como si la vida dependiera de una empresa de publicidad.<br /> Y vino a su casa y los suyos no lo recibieron, no lo conocieron, pues no venía envuelto en el papel de regalo de moda, apoyado por la propaganda oficial… Dios hace las cosas completamente diferentes a nosotros: desde el silencio, desde la sencillez, desde lo simple, desde aquello que nadie lo nota… de la misma forma que actúa la vida, de la manera más simple y sin estridencias; la muerte en cambio lo hace con grandes estrépitos, era hermosa la reflexión del poeta que decía que hace más ruido un árbol que cae que una selva que nace y crece.<br /> También Dios entra en el mundo y en la vida así, sin romper nada, sin estruendos: no fue reconocido en la ciudad y se fue a nacer en un establo, entre los animales y fue entendido por los que no tienen estudios ni están en los puestos de dirección, sino por unos pastores, marginados de la sociedad.<br /> También hoy se sigue la misma estructura: no es reconocido en los grandes acontecimientos, en las grandes liturgias, en las grandes campañas… sino en el día a día hecho vida y solidaridad, en la actitud sencilla y callada del que demuestra su amor, su solidaridad, su paz, su autenticidad.<br /> Por eso, hay que sostener que NAVIDAD no es un gran acontecimiento que llega y pasa, sino una actitud que se mantiene y que envuelve a la persona y la compromete con el amor, con la justicia, con la paz, con la verdad, con la libertad, con la fraternidad… y esto no es cosa de un momento, sino de la definición de una perfsona o de una sociedad o institución.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-83541165892486037732010-12-17T14:33:00.000-08:002010-12-17T14:41:53.566-08:00DOMINGO IV ADVIENTO -A-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 7, 10‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">Mirad: la virgen está encinta<br /></span><br />En aquellos días, el Señor habló a Acaz:<br />—«Pide una señal al Señor, tu Dios:<br /> en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»<br />Respondió Acaz:<br />—«No la pido, no quiero tentar al Señor.»<br />Entonces dijo Dios:<br />—«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:<br />Mirad:<br /> la virgen está encinta y da a luz un hijo,<br /> y le pondrá por nombre Emmanuel<br /> que significa: “Dios‑con‑nosotros”.»<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN:<br /></strong><br /><br /> <strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“CUANDO EL PUEBLO PIERDE EL HORIZONTE”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El momento que nos presenta Isaías es crítico: los reyes vecinos quieren implicar en la guerra a Acaz y éste tiene miedo; entonces, busca una alianza justamente con el enemigo, el rey de Asiria con lo que se somete al dominio asirio.<br /> El profeta Isaías le ataja invitándole a tener fe, a fiarse de Dios y le propone pedir una prueba para que se sienta seguro, a lo que Acaz, asustado no quiere pedir nada, y dora la respuesta diciendo que no quiere tentar a Dios, pero lo que hay en el fondo es desconfianza. Entonces Isaías le ofrece una señal que Dios le va a dar: “una niña está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel que significa: “Dios‑con‑nosotros”.»<br /> Efectivamente, parece una tontería que una joven dé a luz y que el niño que nace sea el signo de un nuevo orden… esto es algo que, para una persona sin fe no dice nada. Pero para el creyente tiene una fuerza enorme, pues le está diciendo que Dios ha optado por su pueblo y que no nos abandona, que la fuerza del mal no podrá contra nosotros…” y todo esto nos da confianza y nos abre a un horizonte nuevo de esperanza.<br /> Es muy probable que sea justamente ésta la causa de nuestro problema: hemos perdido la capacidad de leer los signos que Dios nos va presentando de su presencia entre nosotros y hemos perdido la esperanza en la posibilidad de que se abra otro horizonte en nuestras vidas.<br /></span></em><br /><br /><strong> Salmo responsorial Sal 23, 1‑2. 3‑4ab. 5‑6 (R.: cf. 7c y 10b)<br /></strong><br /><strong>R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.<br /></strong> Del Señor es la tierra y cuanto la llena,<br /> el orbe y todos sus habitantes:<br /> él la fundó sobre los mares,<br /> él la afianzó sobre los ríos. R.<br /><strong> R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.<br /></strong> ¿Quien puede subir al monte del Señor?<br /> ¿Quién puede estar en el recinto sacro?<br /> El hombre de manos inocentes<br /> y puro de corazón,<br /> que no confía en los ídolos. R.<br /><strong> R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.<br /></strong> Ése recibirá la bendición del Señor,<br /> le hará justicia el Dios de salvación.<br /> Éste es el grupo que busca al Señor,<br /> que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.<br /><br /></div><strong></strong><div align="justify"><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1‑7<br /></strong><span style="font-size:78%;">Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios<br /></span><br />Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.<br />Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.<br />Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.<br />A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“¿CON QUIÉN NOS PODRÁN IDENTIFICAR?<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Pablo comienza la cara a los romanos presentándose y no lo hace dando sus datos personales ni presentando sus títulos, sino indicando que ha sido llamado a dar testimonio de Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido de la estirpe de David, en cuanto humano y constituido por Dios como juez de vivos y muertos… Es decir: para presentarse él, hace la presentación de Jesucristo, que es lo que le da sentido a su misma presencia que él considera un instrumento que Cristo ha determinado utilizar para proclamar su proyecto de salvación.<br /> Pablo entiende que su vida y su persona únicamente tienen sentido insertados en Cristo y su proyecto.<br /> Al leer esta presentación de Pablo a los cristianos de roma, no podemos dejar de referirla a la iglesia entera y a cualquier comunidad particular: cómo nos presentamos, qué ofrecemos, qué proclamamos, al servicio de qué y de quién nos presentamos, con quién nos pueden identificar…?<br /></span></em><br /><strong>Aleluya Mt 1, 23<br /></strong><br /> Aleluya, aleluya.<br /> Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo<br /> y le pondrá por nombre Emmanuel,<br /> Dios‑con‑nosotros.<br /> Aleluya.<br /> </div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><br /><strong>Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18‑24<br /></strong><span style="font-size:78%;">Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David</span></div><span style="font-size:78%;"><div align="justify"><br /></span>El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:<br />María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.<br />José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:<br />—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»<br />Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta:<br />Mirad:<br /> la Virgen concebirá y dará a luz un hijo<br /> y le pondrá por nombre Emmanuel<br /> que significa “Dios‑con‑nosotros”.»<br /> Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.<br /> <strong>Palabra de Dios<br /></strong> <br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL PENSAMIENTO DE DIOS NO ES EL DEL HOMBRE”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje es la continuación de la genealogía de Jesús con la que se quiere insistir en que Jesús es Dios, que se ha insertado en la historia humana, haciéndose hombre y asumiendo todas las consecuencias del hecho.<br /> Desde este momento, a Dios no es posible buscarlo ni encontrarlo en otro lado; es la historia un lugar privilegiado de encuentro con Dios, porque Él mismo así lo decidió en su plan de salvación.<br /> Independientemente de todos los problemas dialécticos que podamos montar y que puedan acarrear el intento de dar una explicación mínimamente razonable y comprensible, este es el meollo del misterio del amor de Dios, que es capaz de jugárselo todo por el hombre.<br /> ¿Es tan grande el hombre que Dios hace por él lo que excede a la capacidad que el mismo hombre tiene de comprensión y de imaginación?<br /> Sin embargo, frente a esto, nos encontramos la contradicción del mismo hombre: ¿Es posible que el hombre sea tan sumamente estúpido que coloque al ser humano por debajo de una simple hierba o una alimaña?</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-6036618735473764472010-12-07T10:41:00.000-08:002010-12-07T10:47:58.971-08:00DOMINGO III ADVIENTO -A-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /> <strong>Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10<br /></strong> <span style="font-size:78%;">Dios viene en persona y os salvará</span><br /><br /> El desierto y el yermo se regocijarán,<br />se alegrarán el páramo y la estepa,<br /> florecerá como flor de narciso,<br />se alegrará con gozo y alegría.<br /> Tiene la gloria del Líbano<br />la belleza del Carmelo y del Sarión.<br /> Ellos verán la gloria del Señor,<br />la belleza de nuestro Dios.<br /> Fortaleced las manos débiles,<br />robusteced las rodillas vacilantes;<br /> decid a los cobardes de corazón:<br />«Sed fuertes, no temáis.<br /> Mirad a vuestro Dios,<br />que trae el desquite;<br /> viene en persona, resarcirá y os salvará.»<br /> Se despegarán los ojos del ciego,<br />los oídos del sordo se abrirán,<br /> saltará como un ciervo el cojo,<br />la lengua del mudo cantará,<br /> y volverán los rescatados del Señor.<br /> Vendrán a Sión con cánticos:<br />en cabeza, alegría perpetua;<br /> siguiéndolos, gozo y alegría.<br />Pena y aflicción se alejarán.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“SECAR LAS RAÍCES DEL BIEN”<br /></span></strong><br /><em><span style="font-family:trebuchet ms;">Frente al desierto y al yermo por el que está atravesando el pueblo, el profeta Isaías anuncia una transformación total y radical, que va a ser observada, no solo por el pueblo de Israel, sino por todos los pueblos de la tierra. El profeta pone la imagen de la estepa y el yermo transformados en jardín para que puedan imaginarse lo que puede hacer Dios.<br />Pero no esta transformación que anuncia, no son ellos los que la van a hacer, sino que va a ser Dios mismo quien la realice; Él solo pide la confianza y el que lo dejen actuar y no se opongan, por eso pide que pierdan el miedo, que confíen en Él, que los cobardes no se echen atrás… “Dios mismo viene en persona a salvarlos”, Él viene dispuesto a ponerse del lado del pobre y a hacer justicia: “Trae la venganza y el desquite”.<br />Dios va a tener en cuenta todo lo que se ha hecho con buena voluntad, no va a dejar sin recompensa a nadie.<br />Esta situación va a hacer que se recupere la confianza que se ha perdido, que se fortalezcan aquellos que estaban desanimados y que se afiancen los que ya estaban seguros. Todo esto va a dar lugar a que se despeje el horizonte y se abra un camino por el que van a poder caminar todos: los ciegos, los cojos, los sordos… sin que sea excluido nadie, y por el que puedan conducirse todos sin miedo y en completa libertad.<br />La verdad es que, cuando hoy leemos esto e intentamos traducirlo a nuestra realidad, cuesta mucho encajarlo, debido a que la gente no tiene ganas de cambiar, se siente muy a gusto como está y con lo que tiene, se consideran autosuficientes y no le ven más transcendencia a la vida; desprecian a Dios y lo consideran un estorbo para su existencia.<br />Y es que nos han quitado la capacidad de reacción, han secado las raíces de la solidaridad y de la fraternidad y han borrado el futuro del hombre centrándolo todo en el estómago y lo han cegado para la injusticia, la mentira, la corrupción… aceptando que esa es la forma más correcta y posible de vivir.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: cf. Is 35, 4)<br /></strong><br /><strong>R. Ven, Señor, a salvarnos<br /></strong><br />El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,<br /> hace justicia a los oprimidos,<br /> da pan a los hambrientos.<br /> El Señor liberta a los cautivos. R.<br /><strong>R. Ven, Señor, a salvarnos<br /></strong> El Señor abre los ojos al ciego,<br /> el Señor endereza a los que ya se doblan,<br /> el Señor ama a los justos,<br /> el Señor guarda a los peregrinos. R:<br /><strong>R. Ven, Señor, a salvarnos<br /></strong> Sustenta al huérfano y a la viuda<br /> y trastorna el camino de los malvados.<br /> El Señor reina eternamente;<br /> tu Dios, Sión, de edad en edad. R.<br /><strong>R. Ven, Señor, a salvarnos<br /></strong><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7‑10<br /></strong> <span style="font-size:78%;">Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca</span><br /><br />Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.<br />El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.<br />Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.<br />No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.<br />Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“DEJAR QUE NAZCA EL REINO”<br /></span></strong><br /><em><span style="font-family:trebuchet ms;">El apóstol Santiago tiene bien presente toda la tradición judía cargada de sabiduría popular que le dice que hay que mantenerse en una actitud positiva y no dejarse amilanar ni vencer por las dificultades que presenta la vida y al mismo tiempo, tiene presente el referente de Jesús que es el modelo perfecto, pues se mantuvo integro frente a todas las presiones que el ambiente de su tiempo le presentó: el reino que Él ha traído es algo irreversible, ya no hay vuelta atrás, es algo por lo que vale la pena jugarse la vida, como lo hizo Él; es algo que se ha sembrado y ya solo se espera la cosecha.<br />Santiago pone el ejemplo del agricultor, que goza con el simple hecho de sembrar y no duda de que la semilla germinará y, por lo mismo, hace todo lo posible para facilitar el crecimiento y la maduración; esa misma actitud es la que nosotros debemos tener de cara al reino de Dios facilitando la justicia, la verdad, el amor y la paz.<br />El momento en que la iglesia entiende esto, se convierte en un instrumento eficaz de esperanza; cuando, por el contrario, busca otros intereses, se convierte en el obstáculo que va sembrando semillas que dañan la cosecha y aminora la energía.<br /></span></em><br /><strong>Aleluya Lc 4, 18<br /></strong><br /> Aleluya, aleluya.<br /> El Espíritu del Señor está sobre mí;<br /> me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.<br /> Aleluya.<br /><br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2‑11<br /></strong> <span style="font-size:78%;">¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?</span><br /><br />En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:<br />—«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»<br />Jesús les respondió:<br />—«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:<br /> los ciegos ven, y los inválidos andan;<br /> los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;<br /> los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.<br /> ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»<br />Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:<br />—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?<br />Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:<br /> “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.”<br />Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»<br /><br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“ESTAR ABIERTOS AL CAMBIO”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Juan Bautista se presenta como el modelo del hombre que espera el cambio y está dispuesto a incorporarse a él.<br /> Ve que el pueblo ha llegado a cotas lamentables de destrucción: han llegado a pensar que es así como se tiene que vivir, que es inútil esperar otra cosa, que la injusticia ha existido siempre y que unos han de estar encima, aplastando a los otros.<br /> Juan entiende que el cambio no va a empezar por lo alto, por los dirigentes; es un absurdo pensar que estos se conviertan y pongan las cosas de forma que, se sientan perjudicados en sus intereses, eso es una utopía que no va a ocurrir nunca, por eso, de forma distinta a como hace Isaías, y el resto de profetas, en lugar de irse al templo y fustigar a los poderosos, se va al desierto, allí donde el hombre se encuentra consigo mismo, donde puede escuchar a Dios que le habla y donde no tiene más remedio que responderle. El cambio ha de empezar desde abajo, enderezando todo lo que hay torcido en el corazón.<br /> Juan está seguro que ha llegado la hora, que no se puede continuas en esa actitud pasiva en la que viven y envía una comisión a preguntar a Jesús si Él es el Mesías esperado y cuál es el camino que hay que seguir, pues él se está jugando la vida por una causa en la que cree: está convencido que hay que abrir el corazón a la propuesta de Dios.<br /> Jesús le responde no con una receta ideológica, sino con lo que Él está haciendo, indicándole signos que se están dando, y que indican que, eso mismo que Juan espera ya está aquí, es cuestión de que abra los ojos.Jesús sabe que alguien que tiene la actitud de Juan, sabe interpretar perfectamente la realidad y, por tanto, la misma respuesta que le da, es ya una invitación a Juan a dejar la imagen y la esperanza que en un momento ha podido tener del Mesías y de los deseos de grandeza de Israel</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-12375163365826372022010-12-02T07:11:00.000-08:002010-12-02T07:19:21.847-08:00DOMINGO II ADVIENTO -A-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 11, 1‑10<br /></strong><span style="font-size:78%;">Juzgará a los pobres con justicia<br /></span><br />Aquel día:<br />Brotará un renuevo del tronco de Jesé,<br /> y de su raíz florecerá un vástago.<br />Sobre él se posará el espíritu del Señor:<br /> Espíritu de prudencia y sabiduría,<br />Espíritu de consejo y valentía,<br /> Espíritu de ciencia y temor del Señor.<br /> Le inspirará el temor del Señor.<br />No juzgará por apariencias<br /> ni sentenciará de oídas;<br /> juzgará a los pobres con justicia,<br /> con rectitud a los desamparados.<br /> Herirá al violento con la vara de su boca,<br />y al malvado con el aliento de sus labios.<br /> La justicia será cinturón de sus lomos,<br />y la lealtad, cinturón de sus caderas.<br /> Habitará el lobo con el cordero,<br />la pantera se tumbará con el cabrito,<br /> el novillo y el león pacerán juntos:<br />un muchacho pequeño los pastorea.<br /> La vaca pastará con el oso,<br />sus crías se tumbarán juntas;<br /> el león comerá paja con el buey.<br />El niño jugará en la hura del áspid,<br /> la criatura meterá la mano<br />en el escondrijo de la serpiente.<br /> No hará daño ni estrago<br />por todo mi monte santo:<br /> porque está lleno el país<br /> de ciencia del Señor,<br /> como las aguas colman el mar.<br />Aquel día, la raíz de Jesé<br /> se erguirá como enseña de los pueblos:<br /> la buscarán los gentiles,<br />y será gloriosa su morada.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">¿QUIÉN LE PONE LOS CASCABELES AL GATO?<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El profeta Isaías basa su esperanza en el rescoldo que queda en el corazón de la gente y espera que ese rescoldo se convierta en hoguera de transformación, pero para que eso ocurra es necesario que la gente vea cómo cada uno recibe su merecido, es decir: ha de hacerse justicia, algo así como una mujer trabajadora le contestaba el otro día a un locutor de una radio que se había lanzado en contra de los empleados públicos y decía que ella aceptaba con gusto que el mismo recorte de sueldo que le hacían a ella se lo hicieran a todos, ya que el problema es de todos y todos hemos contribuido a la crisis, pero lo que no aceptaba es que ahora la tengan que arreglar solo unos pocos, que siempre son los mismos: los pobres, que son la mayoría. Por eso dice: “Juzgará con justicia a los débiles… herirá al violento con la vara de su boca (no con armas ni violencia); con el soplo de sus labios matará al malvado”, es decir: aparecerá un nuevo orden pero basado en la justicia y esto hará que sea posible sentarse en la misma mesa hasta los opuestos y contrarios, porque habrá unas reglas de juego que nadie se podrá saltar.<br /> Efectivamente, es la única manera de poder caminar juntos, de soñar en un futuro mejor, de tener afianzada un poco la esperanza.<br /> Cuando leemos esto hoy, se convierte en una antorcha que ilumina y nos hace ver y analizar nuestra realidad: no es posible establecer una esperanza en un sistema en el que unos cuantos viven chupándole la sangre a los débiles e impidiendo que puedan respirar, no dejándoles más opción que seguir explotados si es que quieren vivir.<br /> Es imposible dejar tranquila a la gente y trabajando con esperanza cuando los ladrones pueden robar lo que quieran y no les obligan a devolver lo robado o los criminales pueden matar y siguen libres y amenazantes. Un sistema así está corrompido en su base y, por eso, el profeta plantea las bases para la esperanza y la convivencia y sueña con que aparezca el renuevo en el pueblo que traiga la justicia, que se deje guiar por Dios y ponga las cosas en su sitio y… sinceramente, es lo que todos estamos deseando.<br /></span></em><br /><br /> <strong>Salmo responsorial Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)</strong></div><div align="justify"> </div><div align="justify"><strong>R. Que en sus días florezca la justicia,<br /></strong> y la paz abunde eternamente.<br /> Dios mío, confía tu juicio al rey,<br /> tu justicia al hijo de reyes,<br /> para que rija a tu pueblo con justicia,<br /> a tus humildes con rectitud. R.<br /><strong>R. Que en sus días florezca la justicia<br /></strong> y la paz hasta que falte la luna;<br /> que domine de mar a mar,<br /> del Gran Río al confín de la tierra. R.<br /><strong> </strong> Él librará al pobre que clamaba,<br /> al afligido que no tenía protector;<br /> él se apiadará del pobre y del indigente,<br /> y salvará la vida de los pobres. R.<br /><strong>R. Que en sus días florezca la justicia,<br /></strong> Que su nombre sea eterno<br /> y su fama dure como el sol:<br /> que él sea la bendición de todos los pueblos,<br /> y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.<br /><strong>R. Que en sus días florezca la justicia,<br /></strong><br /><br /> <strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /> <strong>Lectura de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9<br /></strong><span style="font-size:78%;">Cristo salva a todos los hombres<br /></span><br />Hermanos:<br />Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.<br />Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.<br />En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fídelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura:<br /> «Te alabaré en medio de los gentiles<br /> y cantaré a tu nombre.»<br /><br /><strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /> <strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA IMAGEN DE LA IGLESIA”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo alude a tiempos pasados que nos tienen que servir como un referente para evitar volver a caer y también para poder salir: “Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra”, eso ayuda a no perder la esperanza.<br /> Una de las actitudes fundamentales que hay que tener es justamente la acogida y la comprensión del otro, pues de lo contrario, la vida se convierte en una guerra, pues en la comunidad hay gente de todo tipo: unos son débiles en la fe y otros son fuertes; unos tienen una visión de las cosas y otros otra; se exige, por tanto, la comprensión mutua, pero es necesaria una norma común a la que adaptarse, porque si no, cada uno se convierte en referente moral para si mismo, es por eso que pone como referente para todos la Palabra de Dios que es la que ilumina y sostiene a todos, pero sobre todo, y por encima de todo, está el referente de Jesucristo, que es el motor y el que inspira toda la vida del cristiano.<br /> Estas palabras de Pablo chocan frontalmente con los datos que acaban de publicar en esta semana sobre la juventud actual en España: para un 70% de jóvenes lo que menos confianza les ofrece es la iglesia y los políticos: no toleran las riquezas de ambos y la obsesión por el sexo de la iglesia.<br /> Y la verdad es que es triste –refiriéndonos a la iglesia- que se tenga el desconocimiento tan fantástico que se tiene, pero sobre todo que: sabiendo que la única obsesión de Jesús fue mostrar el rostro del Padre, un Dios-Amor, acogida, misericordioso, justo… esto no sea percibido de la iglesia y, en cambio se la identifique con los políticos y con el poder. ¿Qué nos está pasando?<br /></span></em> <br /><br /> <strong>Aleluya Lc 3, 4. 6<br /></strong><br /><br /> Aleluya, aleluya.<br /> Preparad el camino del Señor,<br /> allanad sus senderos.<br /> Todos verán la salvación de Dios.<br /> Aleluya.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 1‑12<br /></strong><span style="font-size:78%;">Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos<br /></span><br />Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:<br />—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»<br />Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo:<br /><br /> «Una voz grita en el desierto:<br /> “Preparad el camino del Señor,<br /> allanad sus senderos.”<br /><br />Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.<br />Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.<br />Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:<br />—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?<br />Dad el fruto que pide la conversión.<br />Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.<br />Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.<br />Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.<br />El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.<br />El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»<br /> <strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> <br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“NO ES POSIBLE ANDAR CON DOS CARAS”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Juan Bautista contrapone el reino de Dios al reino de las tinieblas; son dos situaciones incompatibles, no es posible andar a dos caras, tiene que separarse el trigo de la paja y ha llegado la hora en que el dueño del campo tiene el hacha en la mano dispuesto a cortar en la raíz todo lo que daña el árbol de la paz, de la verdad, de la justicia, del amor, de la libertad, de la fraternidad; tiene el bieldo preparado para ventar y recoger el grano y toda la paja quemarla.<br /> Para Juan no es posible andar a dos caras dando frutos buenos y frutos malos , por tanto, se necesita una conversión radical o de lo contrario nos quedaremos fuera; es que el reino de Dios no es algo que se espera ya, sino algo que ya está aquí, es algo irreversible, por tanto, no hay acomodaciones: o estás en él o fuera de él; el bautismo va a ser el signo de una cosa o de otro.<br /> Han de ser arrancados de raíz los grandes males: el pecado del egoísmo, de la mentira, de los odios, y la violencia de la explotación y el desprecio del ser humano.<br /> Es curiosa la imagen que presenta S. Mateo de los fariseos y saduceos que quieren bautizarse (hacer como que…) pero sin cambiar sus actitudes y Juan arremete en contra de ellos: “Raza de víboras ¿quién os ha enseñado a engañar?... no creáis que basta con decir: “somos hijos de Abraham, porque Dios puede sacar hijos de Abraham de las piedras”<br /> Esta situación nos retrata a la perfección a la sociedad actual por todo el tiempo que llevamos queriendo contemporizar y sosteniendo que es posible compatibilizar con el reino de Dios un montón de cosas que son contradictorias mientras creemos como los fariseos y saduceos que con decir: “Señor, Señor” o con hacer unos ritos, ya está todo justificado.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-54468881362158241612010-11-22T23:38:00.000-08:002010-11-22T23:44:43.907-08:00DOMINGO I ADVIENTO -A-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 2, 1‑5<br /></strong><span style="font-size:78%;">El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios<br /></div></span><div align="justify">Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:<br />Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.<br />Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.<br />Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.<br />De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.<br />No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.<br />Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor.<br /> <strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> <br /> <strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE”<br /></div></span></strong><em><span style="font-family:trebuchet ms;"></span></em><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;">El profeta Isaías se enfrenta a la realidad del pueblo de Israel caído y deshecho, pero en lugar de quedarse dándole vueltas a todo lo negativo que existe, mira la realidad e intenta descubrir todo lo bueno que aún queda y que vive dentro de la sociedad, se da cuenta que aún queda dentro del hombre un deseo de un orden nuevo en el que reine la justicia; esto es motivo de esperanza y razón suficiente para lanzarse a la lucha y hasta soñar en una salida, pues no puede resignarse con la destrucción. Lo peor que puede ocurrir es cuando el hombre se conforma y llega a sentir que las cosas son así y que haya que aceptar lo que venga, sintiéndose bien con lo que sea<br />El profeta tiene muy claro que el mal que existe no es lo que va a hacer que salgan adelante, por tanto, no vale la pena detenerse en él; lo que va a hacer que se levanten es justamente el bien, todo lo bueno que hay en el corazón humano y lo que existe, por tanto, eso es lo que hay que afianzar y eso es lo que va a sobresalir como un monte por encima de todos los escombros de muerte que va a ir amontonando el mal.<br />A ese monte de vida es a donde van a mirar todos los pueblos y se va a convertir en referente, pues todos desearán hacer igual.<br />Efectivamente es un sueño, pero no es nada irrealizable, basta no perder la esperanza ni la decisión de poner cada uno lo que esté en sus manos. También es cierto, no es nada fácil, pero no es imposible: es un proyecto que hay que escalar: “«Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob” pero en esta escalada, Dios va a enseñar el camino correcto y va a dar su fuerza, porque Él se solidariza con su pueblo y con todos aquellos que quieren seguirlo y Él se compromete a hacer que cambie por completo la situación: de la guerra, el odio, la violencia se va a dar el cambio a la paz y a la vida.<br /> Esta transformación se producirá a través de la escucha de la palabra de Dios que se convierte en luz y fuerza para el camino, esta Palabra hará que se transformen los instrumentos de muerte en instrumentos de vida: “De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas”.<br /> Lógicamente, esto presupone una actitud de conversión y un deseo verdadero de la paz y la justicia que hace que nos pongamos en camino y en actitud de escucha y de trabajo construyendo la paz.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 121, 1‑2. 4‑5. 6‑7. 8‑9 (R.: Cf.1)<br /></strong><br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor.<br /></strong> ¡Qué alegría cuando me dijeron:<br /> «Vamos a la casa del Señor.»!<br /> Ya están pisando nuestros pies<br /> tus umbrales, Jerusalén. R.<br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor<br /></strong> Allá suben las tribus,<br /> las tribus del Señor.<br /> Según la costumbre de Israel,<br /> a celebrar el nombre del Señor;<br /> en ella están los tribunales de justicia,<br /> en el palacio de David. R.<br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor<br /></strong> Desead la paz a Jerusalén:<br /> «vivan seguros los que te aman,<br /> haya paz dentro de tus muros,<br /> seguridad en tus palacios.» R.<br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor<br /></strong> Por mis hermanos y compañeros,<br /> voy a decir: «la paz contigo.»<br /> Por la casa del Señor, nuestro Dios,<br /> te deseo todo bien. R.<br /><strong> R. Vamos alegres a la casa del Señor</strong></div><div align="justify"><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /> <strong>Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13, 11‑14a<br /></strong><span style="font-size:78%;">Nuestra salvación está cerca<br /></span><br />Hermanos:<br />Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.<br />Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.<br /><strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> <br /> <strong>“VIVIR EN COHERENCIA”<br /></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo zarandea a la comunidad de Roma que vive dormida: “Daos cuenta del momento en que vivís”: -Les dirá- pues no se pueden dormir en los laureles, el reino es como el tren que pasa y hemos de cogerlo, pues de lo contrario nos quedamos para siempre en la cuneta del reino de las tinieblas.<br /> No pueden seguir viviendo en los esquemas de las tinieblas, es decir: comulgando con la mentira, con la corrupción, con la injusticia, con los resentimientos, con el odio… si la luz ha llegado, no es posible seguir en las tinieblas y viviendo como si no hubiera pasado nada: “Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias”: es incomprensible que alguien que se llama cristiano viva en esa estructura.<br /> Es imposible quedarse indiferente al leer esto que Pablo reprocha a los cristianos de Roma de hace 20 siglos, pues podría servir perfectamente para los del siglo XXI: el zarandeo que merecemos es mucho más fuerte, pues en aquel tiempo S. Pablo les advierte de la posibilidad de dormirse y adaptarse a la situación que se vive, pero nosotros no es una posibilidad, sino una realidad muy triste la que llevamos viviendo durante muchos siglos dormidos en los laureles y esforzándonos en contemporizar y hasta en bendecir cosas que deberían avergonzarnos y, en cambio, intentamos convencernos de que no vale la pena despertarse, que nos sentimos a gusto como estamos, esto es tanto como decir que no vale la pena tener esperanza.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya Sal 84, 8<br /></strong><br /> Aleluya, aleluya.<br /> Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.<br /> Aleluya.<br /><br /><br /><strong>Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 37‑44<br /></strong><span style="font-size:78%;">Estad en vela para estar preparados<br /></span><br />En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />¾«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.<br />Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre:<br />Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.<br />Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.<br />Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.<br />Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.<br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“NO DEJARNOS INTIMIDAR”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje de S. Mateo está enmarcado dentro del discurso de Jesús que ha comenzado advirtiendo de algo que es muy peligroso: “Por la maldad creciente se enfriará el amor de la mayoría” (Mt. 24,12). Es la tentación que ronda a todos, pues cuando vemos que los otros caen, concluimos que no vale la pena luchar y, es curioso ver cómo la actitud negativa de uno, arrastra al resto: lo estamos viendo constantemente en un montón de ocasiones: suficiente que haya uno que no está de acuerdo, para que los otros 99 que querían una cosa se vengan abajo Ejemplos concretos los estamos sufriendo en todos los aspectos de la vida: por ejemplo, hay 99 padres que son cristianos y que quieren que sus hijos que se eduquen en cristiano y hay uno que dice que se tiene que retirar el crucifijo porque él no es creyente, y se retira el crucifijo en contra de los 99. y se sigue con la cabeza agachada, sin rechistar, lo que éste ordena, y si se aprieta un poco se justifican diciendo que es que hay que respetar.<br /> La semilla del reino se nos ha dado, vive en nuestro corazón y es cuestión de que se la deje nacer, crecer y fortalecerse, pero también la podemos ahogar y hasta secar si es que no la defendemos.<br /> El orden nuevo que esperamos y deseamos está en nuestras manos y es tan sencillo como empezar a vivir de acuerdo a lo que nos invita y dejar que se exprese, pero todos los opositores al reino son como ladrones que roban la semilla del corazón y en su lugar, siembran otra cosa, la defienden y no cesan de evitar que la semilla del reino pueda arraigarse.<br /> Jesús alerta de este peligro, y pone el ejemplo de aquellos que viviendo juntos, unos se han descuidado y lo han perdido todo, mientras que los que estuvieron a la expectativa y no se dejaron seducir, permanecieron.<br /> El gran peligro es desperdiciar el tiempo, pues paso que dejemos de dar hacia delante, es un retroceso, ya que la vida sigue y, si dejamos de llenarla de sentido, cosa que los contrarios no desperdician la más mínima oportunidad, poco a poco nos vamos quedando en la cuneta, desfasados, acomplejados y asustados.<br /> Dejarnos iluminar por la Palabra de Dios es ya vivir en la luz, aunque caigamos, pero siempre tendremos la posibilidad de levantarnos y tendremos siempre la iglesia donde encontraremos la luz y el apoyo para el combate.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-87056545312064008442010-11-16T02:03:00.000-08:002010-11-16T02:07:34.111-08:00DOMINGO XXXIV -C- CRISTO REY<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1‑3<br /></strong><span style="font-size:78%;">Ungieron a David como rey de Israel<br /></span><br />En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: <br />—«Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."» <br />Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“¿DÓNDE ESTÁN LOS PASTORES?</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje de hoy nos muestra algunos rasgos muy interesantes que es bueno tener en cuenta: el pueblo reconoce en David una autoridad moral que no se la ha dado la ley, sino su vida, su persona; es un don que Dios le ha dado y que todos reconocen: “Ya antes que Saúl reinara, eras tú quien guiaba a Israel”.<br /> El otro aspecto que le capacita para estar a la cabeza del pueblo es su cercanía, su unión con el pueblo, que lo siente suyo y se identifica con él: “Somos de tu misma carne y sangre”.<br /> Con estas características es posible convertirse en catalizador de unidad y llevar adelante la tarea de pastor que cuida de su pueblo, lo protege y lo conduce.<br /> Pero es importante que veamos otra cosa: estos dones o cualidades que David tiene, no se los ha dado el pueblo, sino Dios y, son los que lo capacitan para llevar adelante su misión, el pueblo, lo único que hace, es reconocer esto que Dios le ha dado.<br /> En la cumbre de los tiempos Jesús es el modelo anunciado por David, el elegido y el ungido por Dios para ser el pastor que da la vida por sus ovejas, que reconocen en Él la presencia de Dios: “ la gente se quedaba admirada porque enseñaba con autoridad y no como los maestros de la ley” (Mt. 7. 28-29).<br /> Traspasado todo esto al terreno de la vida ordinaria en la que nos movemos, podemos observar lo lejos que andamos del ideal: los “pastores” hoy no son reconocidos por su autoridad moral, ni por sus dotes de pastor, que da la vida por sus ovejas, ni por su cercanía y unión con el pueblo, sino que es el dinero quien los monta en la poltrona del poder y los convierte en servidores sumisos del que los eleva, a costa de ir saqueando al pueblo.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 121, 1‑2. 4‑5 (R.: cf. 1)<br /></strong><br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor.</strong> <br />¡Qué alegría cuando me dijeron:<br />«Vamos a la casa del Señor»!<br />Ya están pisando nuestros pies<br /> tus umbrales, Jerusalén. R.<br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor.</strong> <br />Allá suben las tribus,<br />las tribus del Señor,<br />según la costumbre de Israel,<br />a celebrar el nombre del Señor;<br />en ella están los tribunales de justicia,<br />en el palacio de David. R. <br /><strong>R. Vamos alegres a la casa del Señor.</strong> <br /><br /> <br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12‑20<br /></strong><span style="font-size:78%;">Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido<br /></span><br />Hermanos: <br />Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. <br />É1 nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. <br />É1 es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. <br />É1 es anterior a todo, y todo se mantiene en él. <br />É1 es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. <br />É1 es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. <br />Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. <br />Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. <br /><strong>Palabra de Dios. <br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL REINO REFERENTE ABSOLUTO”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo escribe a los Colosenses y hace un canto a la persona de Cristo como el modelo supremo del que han de copiar y a quien hay que mirar como único referente en la vida, pues en Cristo se ha mostrado toda la grandeza de Dios y toda la gloria a la que puede aspirar el hombre.<br /> Acercarse a Jesús y comprenderlo, es poseer toda la sabiduría, pues quien acepta a Jesús está participando ya del éxito seguro, del triunfo en la vida; Cristo no tiene igual en el mundo, por tanto, ante Él se ha de inclinar toda criatura; oponerse a Él es despreciar el destino supremo de todo hombre, resignarse a aceptar el ser rechazado y anulado por toda la creación.<br /> Cristo se convierte en el referente máximo para el ser humano, en la garantía de futuro, en la certeza única y absoluta; por encima de Él no hay nada, por tanto, nadie tiene capacidad para cambiar sus planes, de ahí que, la iglesia no podrá jamás agachar la cabeza ni inclinarse ante nada ni ante nadie.<br /> El problema serio y triste se da cuando la iglesia reconoce otros intereses, ante los que se inclina y sirve; en ese momento deja de ser instrumento del reino, o sacramento de Cristo, para convertirse en el peor de los obstáculos que puede encontrar el reino.<br /></span></em><br /><strong>Aleluya Mc 11, 9b‑10a<br /></strong>Bendito el que viene en nombre del Señor. <br />Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43<br /></strong><em><span style="font-family:trebuchet ms;font-size:78%;">Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino<br /></span></em><br />En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: <br />—«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.» <br />Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: <br />—«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.» <br />Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.» <br />Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: <br />—«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.» <br />Pero el otro lo increpaba: <br />—«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.» <br />Y decía: <br />—«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»<br />Jesús le respondió: <br />—«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.» <br />Pal<strong>abra del Señor.<br /></strong><br /><br /><a name="OLE_LINK2"></a><a name="OLE_LINK1"><strong>REFLEXIÓN</strong></a><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA CAUSA DE JESÚS REY”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Lucas hace una descripción extraordinaria del momento presentando varios planos en los que se desenvuelven unos personajes: por un lado está el pueblo “allí mirando”, indiferente, como alguien que no tiene que ver en el tema y permanece al margen, cuando es el principal destinatario de todo lo que se está ventilando. En otro plano aparecen las autoridades, el poder establecido, que se burlan y se sienten muy felices y satisfechos porque se han quitado de en medio un grave estorbo, con lo que están seguros de que por encima de ellos no puede existir nadie. En otro plano aparecen los soldados, los servidores del poder que han perdido su dignidad, y se venden al mejor postor. Por ultimo están los ajusticiados al lado de Jesús, que sufren las consecuencias de todo el montaje.<br /> Este es el cuadro en el que los personajes van desarrollando la escena y van respondiendo ante el hecho de la muerte y la personalidad de Jesús; pero es curioso ver cómo S. Lucas se va haciendo eco de aquellas mismas propuestas que le van planteando a Jesús, que son las mismas que se le han ido planteando toda su vida, podemos recordar el momento del desierto: en el momento de las tentaciones.<br /> Hemos de tener bien presente una cosa: Jesús viene y toda su vida gira en torno a algo que para Él es absoluto y por encima de eso no puede haber nada: EL REINO DE DIOS; esto es lo que le da sentido y consistencia a todo. Jesús no viene a montar una religión, ni a defender un sistema de leyes, ni un orden concreto… sino a hacer que este mundo responda al esquema que Dios tiene: que vivamos felices, amándonos, respetándonos, siendo sinceros y justos y viviendo en paz, pero esto no lo entiende nadie y lo llevan al suplicio.<br /> Hay algo contra lo que atacan todos, pues no pueden soportar: Jesús se ha mantenido todo el tiempo con una confianza plena sintiéndose Hijo de Dios a quien ha llamado “Abba”, algo que suena a blasfemia, pero este sentimiento es el que lo ha mantenido firme en su lucha, sabiendo que su Padre no lo abandona, pues está haciendo lo que su Padre quiere.<br /> Por eso, las autoridades se le burlan de la actitud que ha venido manteniendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»; esta burla recuerda la tentación que le ataca diciendo que demuestre lo que dice: “Si eres Hijo de Dios, tírate desde lo alto del alero del templo y los ángeles cuidarán que tu pie no tropiece”, aquí le piden otra prueba distinta, pero es por lo mismo: pidiéndole que demuestre quién es, que Dios está a su lado y haciéndole ver que no hay más poder que aquel que Él mismo ha rechazado: “Te daré el poder sobre todos los reinos de la tierra si postrándote me adoras” a lo que Cristo le contesta: “Solo a Dios adorarás” y a nadie más.<br /> El mismo malhechor que está colgado a su lado le insulta lanzándole la duda: “¿Dónde está el que dices que tanto te ama? ¿Por qué te deja morir y no sale en tu ayuda?<br /> La certeza frente a todos los ataques la declara Jesús al dirigirse al otro ajusticiado que le pide lo tenga en cuenta cuando llegue a su reino: «Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.» Jesús tiene la certeza de que Dios ha de actuar y dar la última palabra sobre todo lo que están haciendo y sobre todo lo que tenemos montado. </span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-45556000184810280212010-11-10T11:20:00.000-08:002010-11-10T11:25:53.882-08:00DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19‑20a<br /></strong><span style="font-size:78%;">Os iluminará un sol de justicia<br /></span><br />Mirad que llega el día, ardiente como un horno: <br />malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir <br />—dice el Señor de los ejércitos—, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. <br />Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“PONER LAS COSAS EN SU SITIO”<br /></span></strong> </div><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Hay algo que jamás llegamos a convencernos, que nos ha de llegar y que no podemos evadirlo: la muerte. Es el hecho y el momento supremo y definitivo de todo ser humano, donde cada cosa se pone en su sitio, todo encuentra su sentido pleno, donde cada uno recoge aquello que ha ido sembrando durante toda su vida y gozará de lo que ha construido.<br /> Es el momento en que se guardará aquello que realmente vale y, lo demás, será como paja que se lleva el viento, o que destruye el fuego. Ahí no valdrán poderes, riquezas, prestigios, intereses… Cada cosa tendrá que aguantar el juicio de la verdad y quedará aquello que es digno de la eternidad.<br /> Ese día será como entrar en una patria nueva, donde la justicia, la verdad, la paz y la libertad serán como la luz del sol que lo ilumina todo, y en ella caminarán como en su propia casa, aquellos que en la vida apostaron por vivir en consonancia con la verdad, con la justicia y con la paz.<br /> Todo lo demás, será destruido como en el horno, donde es reducido a ceniza todo lo demás, que es considerado restos de basura.<br /> Esta realidad es algo que no debe olvidar jamás el pueblo, e individualmente, cada una de las personas, pues es la base y el sentido de la esperanza y el acicate que nos invita a seguir caminando, huyendo de la mediocridad.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 97, 5‑6. 7‑9a. 9bc (R.: cf. 9)</strong><br /><br /><strong>R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. <br /></strong>Tañed la cítara para el Señor,<br />suenen los instrumentos:<br />con clarines y al son de trompetas,<br />aclamad al Rey y Señor. R. <br /><strong>R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.</strong> <br />Retumbe el mar y cuanto contiene,<br />la tierra y cuantos la habitan;<br />aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor,<br />que llega para regir la tierra. R.<br /><strong>R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.</strong> <br />Regirá el orbe con justicia<br />y los pueblos con rectitud. R.<br /><strong>R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. <br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7‑12<br /></strong><span style="font-size:78%;">El que no trabaja, que no coma<br /></span><br />Hermanos: <br />Ya sabéis como tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. <br />No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. <br />Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. <br />Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. <br />Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL ESCÁNDALO DE LA INCOHERENCIA”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo ha venido hablando a los tesalonicenses de todo aquello que deben mantener como principios supremos e inamovibles, de aquella doctrina segura que han de tener como referentes eternos, sin permitir que nada ni nadie los cambie, porque el día que eso ocurriera, entrará la confusión en la comunidad y se perderán.<br /> De la misma manera, hemos de guardar la pureza en la práctica: no se pueden poner parches y cambiar unas cosas por otras, por ejemplo: con la excusa de la predicación, vivir del cuento engañando a la gente y haciendo que comulguen con ruedas de molino: “El que no trabaja, que no coma”; él lo está demostrando: ha renunciado a sus derechos y se gana su pan con el sudor de su frente y es con su sudor con lo que él comparte su vida con sus hermanos.<br /> Pablo está viendo cómo algunos, con el pretexto del “servicio a la comunidad”, se han montado una forma de vivir a base del cuento; hacer esto, desorienta a la comunidad, crea confusión, es un mal ejemplo y anda creando molestias y siendo un peso para la comunidad.<br /> Esta actitud de Pablo, le trajo muchísimos problemas provenientes de los mismos dirigentes de las comunidades, porque era romper con la tradición asumida de la época, según la cual, los “maestros” tenían el derecho de ser alimentados y sostenidos por el pueblo. Los dirigentes de las comunidades eran tenidos por “maestros”. La postura de Pablo se convierte en una denuncia y, peor aún, cuando invita a que lo imiten a él, para no ser identificados con el resto de “maestros” que pululan por el pueblo. Esta actitud de Pablo es como un eco de las palabras de Jesús: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve”<br /></span></em><br /><strong>Aleluya Lc. 21, 28<br /></strong>Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.<br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5‑19<br /></strong><span style="font-size:78%;">Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas<br /></span><br />En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: <br />—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» <br />Ellos le preguntaron: <br />—«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»<br />Él contestó: <br />—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. <br />Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. <br />Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» <br />Luego les dijo: <br />—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. <br />Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. <br />Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. <br />Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. <br />Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mia. <br />Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.» <br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL REINO DE DIOS COMO ALTERNATIVA AL REINADO DEL TENER”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <span style="font-family:trebuchet ms;"><em>Los apóstoles se quedan ensimismados viendo la riqueza y el esplendor del templo, pero Jesús les hace caer en la cuenta que nada de so tiene valor, si es que eso no sirve más que para ser admirado y producir estupor; eso es como paja que el fuego ha de quemar, y de lo que no quedará piedra sobre piedra, porque no sirve para nada: Jesús, contrariamente a los apóstoles, siente pena y tristeza, porque allí no existen huellas del reino de Dios, ni tampoco se quiere poner al servicio, se adoran las riquezas, el esplendor, los honores, el poder, el lujo…y todo eso no sirva más que para admirarlo y hacer que nos sintamos distantes y diferentes a los demás, eso no tiene conexión alguna con el amor, con la justicia, con la verdad, con la fraternidad y, menos aún con la paz.<br /> Ese templo es un signo equívoco que confunde el camino, pues allí no se acoge la justicia, ni allí se celebra la vida, ni en él encuentran apoyo los pobres, ni se presta a ser voz de los que no la tienen… aquello, más bien ofende a Dios y, por eso, no ha de dejar de él piedra sobre piedra. Esto le llena de dolor, hasta el punto de producirle lágrimas.<br /> Como nuestras vidas están orientadas a estos valores eternos del reino, cuando llegue el momento supremo, lo único que quedará será aquello que estaba en conexión con estos valores eternos, lo demás será como escoria que hay que purificar. Por tanto, no vale escuchar a aquellos que vienen anunciando grandeza, triunfo, llegada del reino en estas dimensiones… todo eso es un engaño, una ilusión que solo va a durar el rato que la tenemos, pero se irá enseguida y lo único que nos quedará será el vacío.<br />En tiempos como los que vivimos, en donde constantemente nos asalta la tentación de huir hacia delante y llenar la vida de “cosas” que embellezcan y dejen tranquila la conciencia, quizás sea bueno escuchar a Jesús frente a la suntuosidad del templo: no la justifica, ni la aprueba, ni la acepta, la única alternativa que plantea es dar por terminado todo aquello que no tiene sentido, que resulta el peor obstáculo y que está alimentando una religión engañosa, que evade la responsabilidad que tenemos de instaurar el reino.<br /> Romper esto que se ha venido sosteniendo durante siglos, no es nada fácil, ni se trata de quitarse de en medio a aquellos que lo sostienen; es duro hasta el punto que hace llorar, por el hundimiento en el que se somete al pueblo y por el sufrimiento que genera a tanta gente buena que lucha por cambiarlo, como le ocurrió siempre a los profetas.<br /> Es por lo mismo que Jesús anuncia con toda claridad: ponernos a anunciar el reino del amor, de la solidaridad, de la justicia, de la paz, de la verdad en medio del reinado del “tener”, veremos que el enfrentamiento estará servido, y vendrá envuelto en guerras, en hambres, en corrupción de todo orden, en amenazas… y frente a la propuesta del reino, se nos presentará también la del reinado del “TENER” que se presentará como lo único que nos da la seguridad y la paz y, muchos, incluso de los elegidos, caerán en las redes e intentarán imponerlo como norma, sostenida y respaldada por Dios. </em></span></div><div align="justify"><span style="font-family:trebuchet ms;"><em>El éxito está en mantenerse firmes, inamovibles, como el que sabe seguro que el triunfo lo tiene ya ganado y, por muy fuerte que sea la batalla, está todo perdido para los adversarios. El reino de Dios está por encima del templo, de la iglesia, de las estructuras, de la ley, de la religión… y todo eso, si es que no se alinea con el reino, no es más que ilusiones, espejismos, paja que será destruida por el fuego de la verdad.</em></span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-61068575036141247612010-11-04T15:32:00.000-07:002010-11-04T15:38:00.374-07:00DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><br /><strong>Lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1‑2. 9‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">El rey del universo nos resucitará para una vida eterna</span></div><span style="font-size:78%;"><div align="justify"><br /></span>En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. <br />Uno de ellos habló en nombre de los demás: <br />—«¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.» <br />El segundo, estando para morir, dijo: <br />—«Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.» <br />Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: <br />—«De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.» <br />El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. <br />Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: <br />—«Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.» <br /><strong>Palabra de Dios. <br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong>“LA FIDELIDAD A DIOS MANTIENE AL PUEBLO”</strong></span></div><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong><div align="justify"><br /></strong></span> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Es impresionante la lectura del texto de Macabeos, sobre todo en un tiempo en el que no se está dispuesto a hacer lo más mínimo si es que no está pagado con dinero. En él aparece una idea muy clara: la ley (la voluntad de Dios) está por encima de todo y a ella, se es fiel hasta la misma muerte; el único motor que hace aguantar es la esperanza de la eternidad que aguarda a los que son fieles a ella.<br /> Nos encontramos en el s. II a. C. cuando Antioco IV pretendió introducir el culto a los dioses griegos entre los judíos, hasta el punto que en el interior del templo de Jerusalén, llegó a levantar una imagen de Zeus el año 167, cosa que supuso una provocación y un fuerte escándalo en la población judía, esto causó un gran dolor para todos los creyentes que le hicieron una fuerte resistencia.<br /> A esta época pertenece el relato de esta familia, que hoy nos presenta la liturgia y que se convierte en el prototipo de lo que hicieron muchas familias y personas creyentes, ante la barrida que se quiso hacer de la fe en Yahvé, que aunque rompieran y dividiesen al pueblo, sin embargo, estos relatos de resistencia sirvieron de modelo y acicate para fidelidad de otros.<br /> El relato es fácil traspasarlo a nuestros tiempos, en donde encuentra su parecido en ambos extremos: en el de la fidelidad, y ahí nos encontramos con todos nuestros mártires, que han presentado resistencia en estos últimos tiempos y siguen haciéndolo; y de la misma manera nos encontramos el modelo de la infidelidad de todos aquellos que han ido traicionando su fe y su pueblo convirtiéndose en instrumentos de desolación, de opresión y de corrupción a todos los niveles.<br /> Es curioso ver cómo la historia se repite y se puede observar como en todas partes, y en todas las culturas existen los parásitos que siempre viven chupando de la situación que se les presenta y en un momento son fieles adictos a un régimen y en el siguiente se convierten en sus peores enemigos. Esta fue también la lacra que tuvo que aguantar el pueblo de Israel.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 16, 1. 5‑6. 8 y 15 (R.: l5b)<br /></strong><br /><strong>R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.<br /></strong>Señor, escucha mi apelación,<br />atiende a mis clamores,<br /> presta oído a mi súplica,<br />que en mis labios no hay engaño. R<br /><strong>R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.<br /></strong>Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,<br />y no vacilaron mis pasos.<br />Yo te invoco porque tú me respondes,<br />Dios mío; inclina el oído<br />y escucha mis palabras. R. <br /><strong>R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.<br /></strong>Guárdame como a las niñas de tus ojos,<br />a la sombra de tus alas escóndeme.<br />Yo con mi apelación vengo a tu presencia,<br />y al despertar me saciaré de tu semblante. R. <br /><strong>R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.<br /></strong><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong> <br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 16 -3,5<br /></strong><span style="font-size:78%;">El Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas</span></div><span style="font-size:78%;"><div align="justify"><br /></span>Hermanos: <br />Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. <br />Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos. <br />El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno. <br />Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado. <br />Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y tengáis la constancia de Cristo. <br /><strong>Palabra de Dios. <br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong>“MANTENER LA COHERENCIA EN COMUNIÓN”</strong></span></div><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong><div align="justify"><br /></strong></span> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">En el capítulo 1º de la carta a los Tesalonicenses S. Pablo planteaba la derrota final del mal y, le pedía a la comunidad que se mantuvieran fieles, con la seguridad de que Dios no falla; ahora da gracias a Dios porque constata que en Tesalónicas hay una comunidad fuerte, que es signo de esa fidelidad y de la grandeza de Dios y se alegra aún más al pensar que él ha sido el instrumento que Dios ha escogido para que se dé este hecho y, por eso les pide que rueguen por él, para que no se canse en la lucha por la extensión del reino y el Señor lo libre de todos los peligros que le acosan.<br /> Por otro lado, sigue insistiéndoles en la fidelidad a todo lo que han recibido, que es lo que los mantendrá unidos. Por esto, él pide para que el mismo espíritu y la misma esperanza que lo sostienen a él, sean lo que sostiene también a la comunidad..<br /> En este ambiente de confianza, comunión y fraternidad, les pide que oren por él para que no se venga abajo frente a los que le acosan y atentan contra su vida.<br /> Pablo es consciente que el camino es duro: se trata de dar testimonio con la palabra y de confirmarlo con las obras, por tanto, hemos de cuidar las formas de decirlo, y afianzarlo con el comportamiento; que este estilo de vida es dificilísimo sostenerlo manteniendo la coherencia y el enemigo está al acecho para asaltar por todas partes.<br /></span></em><br /><strong>Aleluya Ap 1, 5a y 6b<br /></strong>Jesucristo es el primogénito de entre los muertos; a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong> </div><div align="justify"><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27‑38<br /></strong><span style="font-size:78%;">No es Dios de muertos, sino de vivos<br /></span><br />En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: <br />—«Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con e11a.» <br />Jesús les contestó: <br />—«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. <br />Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.» <br /><strong>Palabra del Señor. <br /></strong><br /><strong><span style="font-size:78%;">O bien más breve:</span></strong> <br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27. 34‑38<br /></strong><br />En aquel tiempo, dijo Jesús a los saduceos, que niegan la resurrección: <br />—«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. <br />Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.» <br /><strong>Palabra del Señor<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“¿EN QUÉ CONFIAMOS Y DE QUIÉN NOS FIAMOS?”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Se acercan a Jesús un grupo de saduceos, (los dueños del capital, que no creen en la resurrección, pues dicen que Dios bendice durante la vida con la riqueza a aquellos que le son fieles, por tanto, si ellos son ricos es porque Dios está contento con ellos).<br /> Ellos, por ley, y por tanto, por la voluntad de Dios, son los auténticos descendientes de Sadoc y tienen derecho a su puesto de poder y a ser casta privilegiada y pudiente, es así como lo ha dispuesto Dios y, si lo ha hecho, ha de ser por algo, si tienen dinero y poder, es porque Dios se lo da, porque está contento y satisfecho con ellos; los demás son unos desgraciados despreciables, entre ellos Jesús, que va a morir sin ni siquiera tener descendencia. <br /> Para los saduceos, lo único que los eterniza son los hijos, que heredarán sus bienes y su poder, éste es la única transcendencia que tiene la vida.<br /> Frente a esta mentalidad materialista de los saduceos, Jesús apela al Dios que aparece en la zarza del Sinaí: es el Dios de los patriarcas, el Dios de la vida, que es el único y gran don que Él da a quien ama, y Jesús se proclama Hijo de ese Dios, que no desciende de la capacidad engendradora que tiene un hombre y, por tanto, no es por ahí por donde Dios bendice, sino por el don de la vida que da a los hombres y la respuesta filial que debemos tener es de agradecimiento, porque no solo nos da la vida, sino que nos ha regalado la resurrección que lleva consigo la vida eterna.<br /> Vivir en Dios, es vivir en el Amor y, “vivir amando” es ser como ángeles, que viven ya en comunión con Dios y, lógicamente, ya en la tierra son expresión viva del futuro glorioso que les espera.<br /> Este lenguaje les resulta extraño e irrisorio a los saduceos, pues para ellos solo tiene valor aquello que se puede pesar, medir y contar en beneficio propio, lo demás, es de ilusos y de locos.<br /> Esta actitud saducea no está lejos de lo que hoy vivimos, a todos los niveles sociales; pero lo triste es que eso mismo se vive a nivel de creyentes cristianos y se quiere tapar la gran mayoría de las veces con ritos y gestos religiosos, dando por resultado una división absurda entre religiosidad y confesión de la fe en Jesucristo, cuando en lo que menos se cree y menos se confía es en Jesucristo y en su proyecto del Reino.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-43676979227790517492010-10-26T02:18:00.000-07:002010-10-26T02:22:34.367-07:00DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22—12, 2<br /></strong><span style="font-size:78%;">Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres<br /></span><br />Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.<br />Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan. <br />Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. <br />Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido? <br />¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado? <br />Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. <br />Todos llevan tu soplo incorruptible. <br />Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor. <br /><strong>Palabra de Dios. <br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“UN AMOR A TODA PRUEBA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Hay algo que choca frontalmente con nuestra manera de hacer: cuántas veces ocurre que llegamos a decir: “Si yo fuera Dios o yo tuviera en mis manos el poder para hacer las cosas, cambiaría de un plumazo la realidad” y nos quitaríamos de en medio a todos aquellos que, según nuestros esquemas, no responden a lo que pensamos y deseamos. Esto lo estamos viendo hasta la saciedad en todos aquellos que llegan a un nivel de poder, en el ámbito que sea, y barren con todo lo que había, no dejando en pie cualquier cosa que pueda tener relación con el anterior que estuvo en el cargo.<br /> Dios, en cambio, da la sensación de que ni existiera, pues todo va lento, nada parece que cambia o si lo hace es con una lentitud inapreciable. Pero resulta que así es el ritmo de la vida entera: nada se ve, nada se precipita, pero todo va creciendo sin ruidos y sin grandes espavientos. Dios respeta y deja plena libertad incluso para que hagamos el mal, como si no le importara, y es que para Dios, lo que realmente cuenta y le interesa es el hombre pues quiere que el pecador se de cuenta de su camino errado, se convierta y cambie.<br /> Por tanto, no es que a Dios no le importe la creación o el daño que el hombre va haciendo a todo aquello que El ha hecho y se lo ha regalado al hombre para que sea feliz, ¡claro que le importa! Esa creación es el hábitat, la casa donde el hombre ha de vivir, lo que le ocurre es que, por encima de todo, le importa el hombre que es lo que le da sentido a toda la creación.<br /> El autor del libro de la Sabiduría intuye esta dimensión y ve como la bondad y la paciencia de Dios, que podría destruirlo todo y barrerlo de un solo golpe, se convierte en amor que “juzga con mansedumbre y gobierna con indulgencia” para que el pecador pueda encontrar la oportunidad de arrepentirse y cambiar.<br /> Si existen los enemigos de Dios es porque su amor abarca a todos los hombres y no solo a su pueblo y los deja que vivan para que puedan encontrarlo y sentir que los quiere.<br /></span></em>.<br /><strong>Salmo responsorial Sal 144, 1‑2. 8‑9. 10‑11. 13cd‑14 (R.: cf. 1)<br /></strong><br />R<strong>. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.</strong> <br />Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;<br />bendeciré tu nombre por siempre jamás.<br />Día tras día, te bendeciré<br />y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.<br /><strong>R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.</strong> <br />El Señor es clemente y misericordioso,<br />lento a la cólera y rico en piedad;<br />el Señor es bueno con todos,<br />e<strong>s cariñoso con todas sus criaturas. R.<br />R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.</strong> <br />Que todas tus criaturas te den gracias,<br />Señor, que te bendigan tus fieles;<br /> que proclamen la gloria de tu reinado,<br /><strong>que hablen de tus hazañas. R.<br />R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.</strong> <br />El Señor es fiel a sus palabras,<br />bondadoso en todas sus acciones.<br />El Señor sostiene a los que van a caer,<br />endereza a los que ya se doblan. R.<br /><strong>R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.</strong> <br /> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><strong><br /></strong><span style="font-size:78%;"><span style="font-size:100%;"><strong>Lectura de la 2ª carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11 ‑ 2,2<br /></strong></span>Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él<br /></span><br />Hermanos: <br />Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. <br />Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /> </div><div align="justify"><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA TENTACIÓN DEL DESÁNIMO”<br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo se dirige por segunda vez a la comunidad de Tesalónica, dándole gracias porque se siguen manteniendo firmes, a pesar de todas las dificultades y los contratiempos que están existiendo, pues hasta están llegando a la comunidad cartas falsas que perturban y confunden a la gente, diciendo que vienen de parte de él sosteniendo cosas que nunca ha dicho, con lo que se pone en peligro la unidad.<br /> Ante este problema, Pablo les pide que se mantengan firmes y seguros en lo que oyeron de sus labios, que eso no ha cambiado, y no se dejen llevar de los sensacionalismos alarmistas que están llegando y se están metiendo aunque digan que es él quien lo está diciendo.<br /> Él les ha mostrado un Dios Padre lleno de amor, tal como Cristo nos transmitió y no un Dios vengativo, lejano y justiciero. Eso es lo que deben creer y mantener como doctrina segura y en lo que han de centrar toda su esperanza y su identidad.<br /> Frente a los rumores que andan de que se va a terminar el mundo, les invita a dejar de pensar en esas cosas y a que se impliquen en la lucha por ir cambiando cada día este mundo, a pesar de las dificultades que van apareciendo y a no evadirse, cayendo en la tentación de dejarse evitando todo esfuerzo, pensando que ya no vale la pena trabajar ni seguir luchando; hacer esto no es cristiano, pues la glorificación de Jesús viene por la implicación que el cristiano toma, por establecer el reino de Dios incluso teniendo que llegar a la cruz, si es que fuera necesario.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya Jn 3, 16<br /></strong>Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida eterna. <br /><br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1‑10<br /></strong><span style="font-size:78%;">El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido<br /></span><br />En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. <br />Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. <br />Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: <br />—«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» <br />É1 bajó en seguida y lo recibió muy contento. <br />Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: <br />—«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.» <br />Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: <br />—«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.» <br />Jesús le contestó: <br />—«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. <br />Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.» <br /><strong>Palabra del Señor<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL DIOS QUE NOS ESPERA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Zaqueo es uno de los excluidos por la ley, un enemigo del pueblo y de Dios, un despreciado como traidor y apátrida vendido a los romanos… sin embargo, en el corazón de Zaqueo pervive el deseo de encontrarse con Dios y vivir en paz con Él, el deseo de ser tenido como persona, de ser aceptado y respetado en la comunidad…<br /> Es interesante tener en cuenta algo que incide en este pasaje: Jericó es el signo de la liberación que Dios hizo a su pueblo: Josué rodeó sus murallas y las derribó, dando la victoria final del éxodo al pueblo. En Jericó se va a dar también la derrota de Jesús, el nuevo Josué, que va a realizar lo que aparentemente es imposible, tanto como el que entre un camello por el ojo de una aguja y es que un rico despegue su corazón de las riquezas y se salve.<br /> Jesús lo consigue de Zaqueo: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.». en Jericó se presenta también la derrota al peor de los enemigos del hombre: la avaricia y la codicia que representan el culto a Mamón.<br /> En el encuentro con Jesús, Zaqueo abre su casa y su corazón a los pobres y al perdón, a la reconciliación y a la justicia.<br /> Sin embargo, vuelve a quedar en el aire la otra realidad que ya exponía en la parábola del hijo pródigo: el hermano mayor, el bueno, el que cumplía al pie de la letra la ley, no entró a la fiesta, no se quiso reconciliar, ni abrió su corazón a su hermano, sino que se quedó juzgando al padre y al hermano.<br /> Aquí también los justos, los buenos, los cumplidores, de la ley se quedaron fuera criticando al ver que Jesús se ha acercado a Zaqueo y éste ha abierto su corazón a Dios.<br /> La propuesta sigue estando en pie: ¿Quién está dispuesto a bajar las barreras, a sentir y reconocer su pecado y aceptar que Dios es un regalo para todos?<br /> El reto de Jesús sigue siendo fuerte para todos y, fundamentalmente a la iglesia a la que le invita a seguir presentando el rostro de Dios “amor incondicional”, “acogida total” “escucha sin límites”</span></em> </div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-90271335895523624152010-10-20T01:43:00.000-07:002010-10-20T01:47:28.217-07:00DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12‑14. 16‑18<br /></strong><span style="font-size:78%;">Los gritos del pobre atraviesan las nubes<br /></span><br />El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“DIOS ES JUSTO”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El autor del libro del Eclesiástico, teniendo presente la sabiduría del pueblo que muestra con contundencia algo que se muestra tan evidente como la luz del sol y es que Dios es justo y no favorece a unos perjudicando a otros, ni deja pasar por alto las injusticias que causan daño a otros y, sobre todo si es que son pobres.<br /> De la misma manera, Dios no tolera el atropello de los débiles y se pone siempre a su lado, ni deja de escuchar a los justos. Estas son verdades que no se pueden ni olvidar ni dejar aparcadas a un lado, pues son la base de nuestra esperanza y el pueblo ha de tener siempre presente.<br /> Al final termina diciendo que la justicia de Dios no puede borrarla nadie y no cesa hasta que se realice, es decir: -con palabras nuestras- “la vida no se queda con nada de nadie y al final, cada cosa se pondrá en su sitio”.<br /> Pero el problema se da cuando nosotros queremos poner las cosas en el sitio que creemos y entonces entramos en la misma dinámica del mal, respondiendo con la misma moneda, ahí ya no es la justicia la que funciona, sino la fuerza y la violencia dando siempre como resultado que el pez grande se come al pequeño.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 33, 2‑3. 17‑18. 19 y 23 (R.: 7a)<br /></strong><br /><strong>R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha. <br /></strong>Bendigo al Señor en todo momento,<br />su alabanza está siempre en mi boca;<br /> mi alma se gloría en el Señor:<br />que los humildes lo escuchen y se alegren. R.<br /><strong>R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.</strong> <br />El Señor se enfrenta con los malhechores,<br /> para borrar de la tierra su memoria.<br />Cuando uno grita, el Señor lo escucha<br />y lo libra de sus angustias. R. <br /><strong>R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.</strong> <br />El Señor está cerca de los atribulados,<br />salva a los abatidos.<br />El Señor redime a sus siervos,<br /> no será castigado quien se acoge a él. R.<br /><strong>R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.</strong> <br /> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6‑8. 16‑18<br /></strong><span style="font-size:78%;">Ahora me aguarda la corona merecida<br /></span><br />Querido hermano: <br />Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. <br />He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. <br />Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. <br />La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. <br />Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. <br />El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. <br />A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. <br /><strong>Palabra de Dios. </strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA DIDELIDAD AL CARISMA ORIGINAL”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo hace una confesión de su vida a su amigo Timoteo, cuando se encuentra la final de sus años: Pablo tiene el presentimiento que las cosas han llegado a su fin y lo expresa utilizando dos imágenes muy interesantes: la primera la coge de lo que suele hacerse en el culto: su vida ha sido sacrificada por la causa de Jesús, no ha sido por algo inútil, sino por una causa noble y lo ha hecho sabiendo lo que hacía: es una carrera que él ha hecho, en la que ha puesto su vida y se siente orgulloso de haber corrido bien la carrera, de haber llegado a la meta manteniendo intacto el mensaje que se encomendó.<br /> Reconoce también que no se ha sentido solo: el Señor ha estado a su lado dándole las fuerzas que necesitaba para resistir el combate, pues ha supuesto una lucha fuerte contra todos los elementos.<br /> Compara su vida con la de Jesús y ve que ha seguido los mismos pasos: ha sido traicionado de la misma manera que lo fue Jesús: “La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió”<br /></span></em><br /><strong>Aleluya 2 Co 5, 19<br /></strong>Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no<br /></span><br />En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: <br />—«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: <br />"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." <br />El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: <br />"¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." <br />Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» <br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“YO NO SOY COMO ESOS”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje de este domingo, que todos nosotros conocemos como la parábola del fariseo y el publicano, más que una parábola, que pudiera servir de referente para una comparación, es la narración de un hecho real que se daba a cada momento quitándole los nombres y apellidos. De alguna manera viene a completar lo que nos decía el domingo pasado sobre la necesidad que tenemos de confiar en Dios para poder acercarnos a Él<br /> Hoy nos presenta la foto de lo que a diario podemos encontrar: nos muestra dos personajes que viven dos situaciones distintas y que, por tanto, interiormente tienen sentimientos distintos frente a Dios.<br /> Estas dos imágenes tienen una traducción perfecta en nuestros días y pueden servir de narración para hoy casi con las mismas palabras.<br /> 1º- Aparece el fariseo, que la sociedad, la ley, la estructura, la religión… lo han colocado en el marco de los “buenos” y él responde de acuerdo al papel social que se le ha impuesto: según la ley, por fuerza, obligadamente Dios ha de estar en deuda con esa estructura social, los pertenecientes a ella tienen asegurada la salvación y por eso, allí delante, frente a frente, casi de tú a tú le saca a relucir para que no se le vaya a olvidar todo lo que hace: “Yo ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo… yo no soy ladrón ni injusto, ni adúltero…” por tanto, casi le exige a Dios que esté agradecido y, por eso mismo, se atreve a juzgar al otro: “Yo no soy como ese publicano”<br /> El 2º personaje es el pecador, el publicano, el excluido y despreciado por todos; la ley lo considera un enemigo del pueblo, un ser despreciable. Delante de Dios, aunque siente que su conciencia no le reprocha, pero intuye que Dios está con los otros y no se atreve a dar un paso hacia delante, se queda atrás, en un rincón, sin atreverse ni siquiera a ponerse de pie, se queda prosternado, con la vista al suelo, golpeándose el pecho y pidiendo a dios que tenga compasión de él y lo perdone, sabiendo que todo lo que reciba, incluso la atención de Dios, no es más que un rtegalo del amor y de la misericordia de Dios, a lo que él no le queda más remedio que responder de la misma forma.<br /> Al contemplar esta imagen no podemos evitar el traer a la escena, lo mismo que lo hizo Jesús, lo que a cada momento estamos haciendo: desde mirar y medir a la persona con el código de derecho, sin acercarnos a su vida, a su realidad… hasta terminar diciendo, no solo a Dios, sino a los cuatro vientos: “Yo no soy como esos” y haciendo el mismo juicio que el fariseo. </span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-22614647581037816012010-10-12T00:15:00.000-07:002010-10-12T00:20:27.689-07:00DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro del Éxodo 17, 8‑13<br /></strong><span style="font-size:78%;">Mientras Moíses tenía en alto la mano, vencía Israel<br /></span><br />En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. <br />Moisés dijo a Josué: <br />—«Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» <br />Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. <br />Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. <br />Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. <br />Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“SERÉIS SAL Y LUZ PARA EL MUNDO”</span></strong></div><strong><span style="font-family:Arial;font-size:130%;"></span></strong><div align="justify"><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Moisés es el hombre que está en contacto con Dios, que permanece fiel a su amistad y esto le convierte en el intercesor y el intermediario entre Dios y el pueblo. Él es el que el pueblo elige para que se dirija a Dios, porque el pueblo tiene miedo de encontrarse cara a cara con Dios. Al mismo tiempo, Moisés se convierte en el intermediario a través del cual Dios se comunica con el pueblo.<br /> La misión que Dios ha encomendado al pueblo es dura y difícil, sin Él será imposible que la pueda llevar adelante. La actitud de Moisés va a ser clave en el éxito o en el fracaso del pueblo<br /> La imagen de Moisés con los brazos levantados expresa de alguna manera el hecho de mantener la línea abierta con Dios: mientras ésta se mantiene así, el pueblo triunfa, el momento en que decae o se cierra, el pueblo se viene abajo, se desconcierta y es vencido.<br /> En el mundo en que vivimos la iglesia es la figura que ocupa el puesto de Moisés en el nuevo pueblo; de la fidelidad a Dios, a su mensaje y a su amistad va a depender el triunfo o el retraso que pueda sufrir la implantación del proyecto de Jesús que es el reino de Dios.<br /> Pero la iglesia no es un “ente” abstracto sino una realidad concreta que se expresa en cada comunidad particular, en cada individuo; de nuestra fidelidad a Jesucristo va a depender la credibilidad de su mensaje.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 120, 1‑2. 3‑4. 5‑6. 7‑8 (R.: 2)</strong><br /><br /><strong>R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. <br /></strong>Levanto mis ojos a los montes:<br />¿de dónde me vendrá el auxilio?<br />El auxilio me viene del Señor,<br />que hizo el cielo y la tierra. R.<br /><strong>R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. <br /></strong> No permitirá que resbale tu pie,<br />tu guardián no duerme;<br />no duerme ni reposa el guardián de Israel. R. <br /><strong>R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.</strong> <br />El Señor te guarda a su sombra,<br />está a tu derecha;<br /> de día el sol no te hará daño,<br /> ni la luna de noche. R.<br /><strong>R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. <br /></strong>El Señor te guarda de todo mal, el guarda tu alma;<br />el Señor guarda tus entradas y salidas,<br /> ahora y por siempre. R.<br /><strong>R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.</strong> <br /> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14 ‑ 4,2</strong><br /><span style="font-size:78%;">El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena<br /></span><br />Querido hermano: <br />Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. <br />Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. <br />Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“ ES NECESARIO TENER CLARO EL ORIGEN”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo parece estar preocupado del peligro que puede haber de tergiversar las cosas y cambiarlas por otro mensaje que no sea el de Jesús, pues en definitiva sería apostar por otro proyecto que nos llevaría a la muerte.<br /> Ya en el cap. 2º le recuerda a Timoteo lo que por nada del mundo debe permitir que se cambie, pues en la fidelidad a ese mensaje está la certeza del triunfo y, ahora, de nuevo vuelve a insistir en la fidelidad al mensaje original, que es el fundamento de todo, para lo que encuentra en la sagrada escritura argumentos, razones e ideas “para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud;” a quien lo necesite.<br /> S. Pablo sabe que está siempre constante y presente la charlatanería de aquellos que lo embrollan todo: los falsos profetas que destruyen la unidad y la paz dentro de la comunidad, pues para ellos el único interés es destruir el rebaño.<br /> Por todo ello, Pablo invita a Timoteo que no deje que esto se rompa y por eso le pide que no cese de exponerlo a tiempo y a destiempo, pues de su escucha y puesta en práctica va a depender la salvación, que es el éxito o el fracaso del proyecto de Jesús.<br /> Ante esta llamada fuerte que nos hace la Palabra de Dios, es imposible sustraerse y volver la vista hacia otro lado ante la gran cantidad de cosas que seguimos manteniendo y que no se corresponden con el mensaje del evangelio, sabiendo que, en definitiva, es lo único que queda ante la vista de las gentes, de ahí que la imagen que la iglesia presenta en tantas ocasiones y la que queda en la retina de la gente, no sea justamente la que predicó Jesús, sino un “apaño” religioso que deja mucho que desear.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya Hb 4, 12<br /></strong>La palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón. <br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong> </div><div align="justify"><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1‑8<br /></strong><span style="font-size:78%;">Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan<br /></span><br />En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:<br />—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.<br />En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:<br />"Hazme justicia frente a mi adversario."<br />Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:<br />"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»<br />Y el Señor añadió:<br />—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»<br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /> </div><div align="justify"><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">¿CUANÁNDO LLEGARÁ EL MOMENTO?</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Lucas está siempre atento a mostrar con fuerza aquellos rasgos que caracterizan la realidad de Dios entre los hombres hasta el punto que no se pueden dejar de tener en cuenta a la hora de hablar de Dios, como es la misericordia, la acogida, y en este caso de hoy la escucha: Dios siempre está atento a las necesidades y situación del hombre, aunque éste se encuentre de forma inadecuada: cuanta gente que no va a la iglesia para nada, la liturgia le trae sin cuidado, pero en el fondo de su corazón está convencido que sólo Dios es su único asidero y vuelve la vista a Él en los momentos duros de la vida…<br /> Pienso en esas chicas que han sido arrolladas por el sistema, que se dejaron llevar y a la hora de la verdad se han quedado en la cuneta de la vida, sin trabajo, sin defensa de ningún tipo, burladas, sin familia, con un hijo… ¿Cómo no va a escuchar Dios su llanto?<br /> Pienso en el padre de familia que honradamente trabajaba para sacar su hogar adelante y de golpe, a una edad avanzada se encuentra sin trabajo, con hijos para educar, sin recursos y sin posibilidades de ningún tipo…¿Cómo podemos imaginar que Dios permanezca indiferente a su dolor y a su impotencia?<br /> Aparentemente el pasaje de hoy viene a decirnos la importancia que tiene la oración, cosa que es verdad, pero lo que fundamentalmente muestra, es la actitud de Dios con respecto a quien se dirige a Él: Dios atiende la súplica, o cualquier cosa que el hombre le plantea y para que lo entendamos, lo hace contraponiendo el modelo del juez inicuo que, a pesar de ser un hombre injusto, ante la insistencia de quien no le importa para nada, accede a escucharle, para quitarse la molestia. Pues si él, que siendo injusto lo hace, para quitarse de encima la carga, cuánto más lo hará Dios para quien le importamos y ocupamos el centro de su corazón.<br /> Esta convicción es fundamental para sostener nuestra fe: de la misma manera que un niño siente la seguridad en su padre, aunque en muchos momentos el niño pide cosas intranscendentes o inadecuadas y el padre le da aquello que realmente le hace bien, aunque el niño no se lo haya pedido, y busca siempre para él lo mejor, sin tomarle en cuenta las pataletas y los enfados al hijo.<br />Dios nos invita a que no perdamos la confianza, que estemos seguros que él está a nuestro lado y cuando ya el hombre esté decidido a dejarle un espacio Él ha de jacer justicia. La pregunta que nos queda a todos es siempre la misma: ¿Cuándo llegará ese momento?<br />Pero también late en el aire otra pregunta que es la misma de Jesús: ¿Cuándo llegue ese momento, habrá gente que lo quiera reconocer? Basta recordar los leprosos del domingo pasado: solo uno fue capaz de reconocerlo.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-63658645156981515182010-10-06T05:23:00.000-07:002010-10-06T05:29:18.470-07:00DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14‑17<br /></strong><span style="font-size:78%;">Volvió Naamán al profeta y alabó al Señor<br /></span><br />En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el<br />profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de<br />la lepra, como la de un niño.<br />Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo:<br />—«Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de<br />Israel. Acepta un regalo de tu servidor.»<br />Eliseo contestó:<br />—«¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.»<br />Y aunque le insistía, lo rehusó.<br />Naamán dijo:<br />—«Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un<br />par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos<br />ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»<br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /> </div><div align="justify"><br />REF<strong>LEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“ABRIRSE A LA PRESENCIA DE DIOS”</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="font-family:Arial;font-size:130%;"></span><br /></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El relato que nos presenta el libro de los Reyes con la figura de Naamán puede orientarnos en la comprensión de varios aspectos: el 1º es el “bautismo”, el 2º es el significado del milagro.<br /> El hecho es el siguiente: Naamán, es el ministro del ejército de Aron, enemigo mortal de Israel. Una de sus esclavas, que era hebrea, ante la enfermedad de la lepra que le ha caído, aconseja a su amo que vaya a Samaria a visitar a Eliseo, un profeta de Israel que, en nombre de Yahvé, cura a los enfermos.<br /> La propuesta para Naamán es fuerte, pues esto significa ir a arrodillarse ante el enemigo para pedirle un favor y reconocer que la verdad está en Israel.<br /> Naamán se opone rotundamente a la propuesta, pero ante la realidad de la lepra que lo devora no le queda más alternativa: o baja su cabeza y somete su orgullo, o se muere con su lepra. Al final accede a presentarse ante Eliseo; cuando éste le dice que vaya a lavarse 7 veces al Jordán, cree que se están burlando de él, pues le cuesta creer que algo tan simple le pueda devolver su salud, ¿acaso en Siria no hay ríos más importantes que el Jordán? Y contrariado decide volverse; entonces, por consejo de sus siervos, sigue las ordenes de Eliseo y obtiene el gran regalo de un cambio radical en su persona: se le limpió la lepra y su piel se renueva completamente quedando como la de un niño.<br /> Esta es exactamente la acción del bautismo: el hombre es sanado desde lo más profundo de su ser y restablecido como una criatura completamente nueva.<br /> Naamán sale decidido a no adorar a nadie más que a Yahvé y su vida estará siempre en su presencia, por eso se lleva la tierra de Israel, pues sabe que Dios habita en esa tierra.<br /> Por otro lado –como decíamos al principio- el acontecimiento presenta las características propias de lo que es un milagro: Dios se manifiesta de forma gratuita y su presencia produce hechos sorprendentes, que hacen que sea reconocida su presencia, cosa que produce un cambio radical en la vida. Pero esta acción puede ser anulada en cada persona dependiendo de la actitud que tenga. De hecho Dios se manifiesta constantemente y se están produciendo hechos sorprendentes, pero no todo el mundo los ve, ni los interpreta, ni los acepta como presencia de Dios y, por tanto, tampoco estos hechos cambian la existencia del que no los ve.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 97, 1. 2‑3ab. 3cd‑4 (R.: cf. 2b)</strong><br /><br /><strong>R. El Señor revela a las naciones su salvación.</strong> <br />Cantad al Señor un cántico nuevo, </div><div align="justify">porque ha hecho maravillas: </div><div align="justify">su diestra le ha dado la victoria, </div><div align="justify">su santo brazo. R.<br /><strong>R. El Señor revela a las naciones su salvación.</strong> <br />El Señor da a conocer su victoria, </div><div align="justify">revela a las naciones su justicia: </div><div align="justify">se acordó de su misericordia y su fidelidad </div><div align="justify">en favor de la casa de Israel. R.<br /><strong>R. El Señor revela a las naciones su salvación.</strong> <br />Los confines de la tierra han contemplado </div><div align="justify">la victoria de nuestro Dios. </div><div align="justify">Aclama al Señor, tierra entera, </div><div align="justify">gritad, vitoread, tocad. R. <br /><strong>R. El Señor revela a las naciones su salvación.</strong> <br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 8‑13</strong><br /><span style="font-size:78%;">Si perseveramos, reinaremos con Cristo</span><br /><br /> Querido hermano: <br /> Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. <br /> Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.<br /> Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. <br /> Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /> <strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong>“VIIVIR AMANDO”<br /></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo le recuerda a Timoteo algo que es innegociable y que por nada del mundo puede perder: él es transmisor de un mensaje que ha recibido y lo ha de hacer a costa, incluso, de la persecución y de la muerte, tal como le ocurrió a Jesús y como él mismo está sufriendo.<br /> Para tener fuerzas y enfrentar el reto, le invita a que mire a Jesús y a nadie más; se cerciore y reconozca que resucitó, pues Él es el anunciado por los profetas. Ha de quedar claro que Cristo es la Palabra de Dios, que nadie puede encadenar con ningún interés, que Él es la expresión máxima del amor y de la fidelidad.<br /> Si nos unimos a Él, si seguimos sus pasos, si morimos con Él, correremos la misma suerte de resucitar con Él.<br /> Morir con Cristo es vivir amando, pues amar es darse, entregarse, para que el otro crezca y sea feliz “el grano de trigo que se entierra y se pudre para que nazca una espiga”.<br /> Sufrir con Cristo es vivir en solidaridad con el mundo y con los hombres para que en ellos se realice el reino de Dios, por tanto, situarse en esta lucha es participar ya del triunfo que Cristo ha obtenido, pero en cambio, si lo negamos, si lo traicionamos, le estamos planteando lo que en justicia le pedimos que haga con nosotros.<br /> De todas formas, aunque nosotros lo neguemos, o le hagamos lo que queramos, Él también lo va a hacer y lo que Él hace es ser fiel a si mismo: al Amor, a la Verdad, a la Justicia… porque eso es ÉL y no puede negarse a sí mismo.</span></em> <br /> <br /><strong>Aleluya 1 Ts 5, 18<br /></strong>Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.<br /> </div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11‑19</strong><br /><span style="font-size:78%;">¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?<br /></span><br /> Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: <br /> —«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» <br />Al verlos, les dijo: <br /> —«Id a presentaros a los sacerdotes.» <br />Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. <br /> Éste era un samaritano. <br />Jesús tomó la palabra y dijo: <br /> —«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» <br />Y le dijo: <br /> —«Levántate, vete; tu fe te ha salvado.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /> </div><div align="justify"><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“RECONOCER EL BIEN QUE SE NOS HACE”</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Sabemos la mentalidad del pueblo de la Biblia sobre la enfermedad: Dios es la Vida, si ésta se deteriora es porque hemos actuado en contra de Dios y la enfermedad es la manifestación del pecado que hemos cometido.<br /> La lepra era considerada como un castigo grave, de forma que, el leproso era un maldito de Dios y de la sociedad, por tanto, quedaba marginado de todo y recluido a vivir fuera de la ciudad, sin poder acercarse a nadie.<br /> Jesús va de camino a Jerusalén y se le acercan 10 leprosos, a la distancia que marcaba la ley y, a gritos, le piden: “¡Ten piedad de nosotros”! Esta era la súplica que todo judío piadoso le dirigía a Yahvé para que se acordase del pobre.<br /> Los leprosos se atreven a decirle a Jesús lo mismo, pues saben que nadie más que Dios puede librarlos de lo que les ha caído ya que la ley, que es la última instancia, los rechaza y los condena, por tanto no tienen salvación.<br /> Jesús realiza la sanación total: les sana la “ofensa” que pueden haber hecho a Dios y que es la raíz de la enfermedad y les indica que vayan al sacerdote para que compruebe que están limpios y de esa manera puedan recuperar también la dignidad que la ley les ha quitado y puedan recuperarla junto con su ciudadanía..<br /> Cuando van de camino se dan cuenta que han quedado limpios, con lo que comprueban que Jesús es el Mesías Esperado y anunciado en todos los profetas, pero tan solo uno vuelve a dar las gracias por el regalo recibido y Jesús muestra su decepción al ver cómo responde su pueblo, representado esta vez por los 9 leprosos que no han sido capaces de reconocer el bien que se les ha hecho y el cariño que Dios les tiene: el que ha vuelto es un extranjero, los otros que son judíos parece que se lo merecen todo, el hecho de pertenecer al pueblo parece que les da todos los derechos, hasta el de ser ingratos y desagradecidos, el creerse que son superiores a todo el mundo, que son los mejores, que no le deben a nadie nada…<br /> Esta es la actitud de mucha gente que ha perdido por completo el sentido de la gratuidad. Lo estamos viendo a diario cómo es considerado una estupidez el sentido de compasión y de gratuidad y se sustituye por la desconfianza y los prejuicios hasta el punto que no nos fiamos de nada ni de nadie. </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Jesús rompe el esquema establecido por las leyes: se detiene, escucha. Deja que se le acerquen, los atiende gratuitamente y les sana de raíz interior y exteriormente.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-81524454487301094502010-10-01T07:56:00.000-07:002010-10-01T08:01:33.320-07:00DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la profecía de Habacuc 1 2‑3; 2, 2‑4<br /></strong><span style="font-size:78%;">El justo vivirá por su fe<br /></span><br />¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?<br />¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves?<br />¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?<br />El Señor me respondió así:<br />«Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido.<br />La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará;<br />si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse.<br />El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.»<br />Palabra de Dios.<br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong></div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">¿HASTA CUÁNDO?... ¿POR QUÉ?<br /></div></span></strong><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;">Las palabras del profeta podemos trasladarlas perfectamente al momento que vivimos: ¿Quién de nosotros no se hace constantemente las mismas preguntas?: ¿Hasta cuándo, Señor, va a seguir todo esto? ¿Por qué da lugar Dios a que ocurran las injusticias que se vienen dando?<br />No me refiero a las catástrofes naturales, pues la naturaleza sigue su ritmo natural que a lo sumo responde cuando se le agrede queriendo cambiarlo; nos referimos a lo mismo que se refiere el profeta: “¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?”… la maldad que realizan los hombres.<br />Es, en definitiva, la pregunta por la causa del mal en el mundo y la pregunta por la aparente actitud de desinterés e indiferencia por parte de Diosa quien nos dirigimos ante la injusticia, pero vemos que Dios permanece en silencio, se hace el sordo y deja campar a sus anchas a los malhechores.<br />Pero Dios rompe el silencio aparente y le hace ver claro al profeta invitándole a escribir para que quede constancia ante su pueblo de que no es indiferente a lo que ocurre, que está bien atento y que no ha de dejar las cosas sin su respuesta.<br />Únicamente hay algo que no debemos olvidar: nuestro tiempo no es el de Dios, ni nuestros esquemas son los suyos, pero su justicia es inapelable y cada uno pagará lo que ha hecho, la vida no se queda con nada de nadie.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 94, 1‑2. 6‑7. 8‑9 (R.: 8)<br /></strong><br /><strong>R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»</strong><br />Venid, aclamemos al Señor,<br />demos vítores a la Roca que nos salva;<br />entremos a su presencia dándole gracias,<br />aclamándolo con cantos. R.<br /><strong>R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»</strong><br />Entrad, postrémonos por tierra,<br />bendiciendo al Señor, creador nuestro.<br />Porque él es nuestro Dios,<br />y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.<br /><strong>R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»<br /></strong>Ojalá escuchéis hoy su voz:<br />«No endurezcáis el corazón como en Meribá,<br />como el día de Masá en el desierto;<br />cuando vuestros padres me pusieron a prueba<br />y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.<br /><strong>R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»</strong><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 6‑8. 13‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor<br /></span><br />Querido hermano:<br />Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio.<br />No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero.<br />Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.<br />Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús.<br />Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.<br />Palabra de Dios.<br /><br /></div><strong></strong><div align="justify"><strong>REFLEXIÓN<br /></div></strong><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL SILENCIO DE LOS BUENOS”</span></strong></div><strong><span style="font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong><em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo previene a Timoteo ante los ataques que puede sufrir: ser testigo de Jesús y de su reino le va a suponer enfrentarse justamente a aquellos que son contrarios y la tentación de bajar la guardia, de no complicarse, de no ofrecer resistencia, va a ser constante.<br />Es la misma situación nuestra en la actualidad: frente a los ataques, a los insultos, a las barbaridades que se proclaman y se gritan a los cuatro vientos, la actitud del silencio y la condescendencia, nos hacen cómplices; pero lo grave no está en no querer entrar en debate, lo peor es que, al final, el silencio es signo claro de la participación consciente y la aceptación del mal en la práctica. Podemos poner un ejemplo que nos escenifica lo que decimos: frente al robo descarado y el saqueo al pueblo de los políticos… ¿quién no los imita haciendo sus chanchullos? Así, todos somos cómplices en mayor o menor grado de una corrupción generalizada.<br />Pablo le pide a Timoteo que no condescienda y que mantenga siempre su cara y sus manos limpias, para poder dar un testimonio claro de Jesucristo, es que de otra forma el “testimonio” puede convertirse en una burla.<br />El gran problema que muchas veces tenemos los cristianos es justamente éste: que tampoco tenemos nuestras manos limpias y, lógicamente, cada uno nos convertimos en una especie de mancha que va ensuciando el rostro de la iglesia.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya 1 P 1, 25</strong><br />La palabra del Señor permanece para siempre; </div><div align="justify">y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos.<br /></div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 5‑10</strong><br /><span style="font-size:78%;">¡Si tuvierais fe...!<br /></span><br />En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor:<br />—«Auméntanos la fe.»<br />El Señor contestó:<br />—«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:<br />"Arráncate de raíz y plántate en el mar."<br />Y os obedecería.<br />Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice:<br />"En seguida, ven y ponte a la mesa"?<br />¿No le diréis:<br />"Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"?<br />¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?<br />Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:<br />"Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»<br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">“DEJAR LIBRE EL ESPACIO A DIOS”</span></strong><br /></div><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;">En el cap. 17 S. Lucas recoge una serie de “dichos” del Señor sobre diferentes temas y hoy, concretamente, recoge una expresión de Jesús sobre la fe a cuento de la constatación que los apóstoles hacen de la pequeñez de la suya, para acometer la misión que Jesús les ha encomendado; ante este problema que ellos tienen, le piden que les aumente la fe.<br />Jesús, en lugar de darles la solución, les da una respuesta que los deja desconcertados, pues les dice que una fe pequeñita, sería capaz de hacer cosas imposibles, con lo que los deja fuera de juego, ellos que se creen capacitados y los mejores…<br />Ellos creen en un montón de cosas, tienen un sistema de creencias perfectamente establecido, sin embargo, algo falla pues no logran dar el verdadero sentido a la vida; y es que no se trata de creer más cosas, sino hacerlo de otra forma<br />A continuación les hace caer en la cuenta que hay que empezar por algo que es básico antes de pensar en grandezas: cumplir con la obligación que cada uno tiene y gozar con lo que hace bien hecho; no se trata, por tanto, de cantidad de cosas en las que hay que creer, sino en una forma nueva de mirar y de ver las cosas y la vida.<br />La primera condición que pide Jesús es tener una actitud de profunda humildad y no tener pretensiones, para que a nadie se le suban los humos a la cabeza; a partir de ahí aparecerá clara la disponibilidad a Dios y a dejarle libre el espacio, entendiendo que somos instrumentos en sus manos: el lápiz no se siente orgulloso de lo que ha escrito, ni tampoco dice que lo ha hecho él, debe más bien sentirse feliz y orgulloso porque el dueño se ha servido de él para hacerlo y él ha dado lo mejor que tenía, él solo ha hecho lo que debía.<br />Cuando esto se da, es cuando estamos capacitados para poder ver la grandeza de Dios en nuestras vidas y en la de los demás, es cuando comenzamos a ver lo que Dios es capaz de hacer a través de nosotros.<br />Desde esta perspectiva ¡cuánto necesitaríamos pedir a Dios que “aumente nuestra fe” fiándonos de Él y dejando el campo libre de nuestros protagonismos, de nuestro orgullo, de nuestros intereses… para que sea Él quien se exprese.<br />“Que aumente nuestra fe” y no nos deje confundir ni mezclar en ella intereses particulares de todo tipo que buscan otros fines distintos al evangelio.<br />“Que aumente nuestra fe” de manera que tengamos una relación distinta con Él y, en consecuencia, con los hermanos.<br />“Que aumente nuestra fe” para que seamos capaces de contagiar a los demás como lo hicieron todos aquellos que pasaron antes que nosotros y dejaron el entusiasmo por Jesús y por su causa.<br />“Que aumente nuestra fe”, para que seamos capaces de poner su reino por encima de cualquier otro interés que nos presenta este mundo en el que vivimos.<br />“Que aumente nuestra fe”, para que no nos dejemos invadir por el ambiente que se propone hacer desaparecer la cruz de la vida y nos convierte en verdaderos fugitivos y en eternos insatisfechos, ya que nuestra ansia de placer jamás se ve saciada.<br />“Que aumente nuestra fe” para que no nos conformemos con mantener un sistema de “creencias”, sino una actitud de unión y amistad con Jesucristo, de manera que quien se acerque a nosotros se encuentre siempre con Él.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-70148631133273899732010-09-22T03:51:00.000-07:002010-09-22T03:59:47.957-07:00DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la profecía de Amós 6, 1a. 4‑7<br /></strong><span style="font-size:78%;">Los disolutos encabezarán la cuerda de cautivos<br /></span><br />Así dice el Señor todopoderoso: <br />«¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria! <br />Os acostáis en lechos de marfil; arrellenados en divanes, <br />coméis carneros del rebaño y terneras del establo; <br />canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; <br />bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José. <br />Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgia de los disolutos.» <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL ESPEJISMO DE LA RIQUEZA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">La liturgia de hoy vuelve con la advertencia del gran peligro que tiene la riqueza al presentarse como la solución al problema de inseguridad que tenemos, haciendo caer al hombre en la trampa de creer que la posesión de riquezas es la solución a la vida, con lo que se convierte en el gran proyecto para el hombre, a costa de la justicia y la solidaridad.<br /> La sociedad del “bienestar” que el domingo pasado denunciaba la Palabra de Dios, vuelve hoy a estar en escena, pues se convierte en un espejismo, ya que está fundamentada en la injusticia y en el atropello de los débiles.<br /> El lujo desvergonzado y sin límites de unos, se convierte en una ofensa y en una provocación al odio y a la guerra para los pobres, a quienes se les roba descaradamente.<br /> Cuando la corrupción llega a los extremos en que se pierde la vergüenza y, descaradamente se roba, es fácil pensar que estalle de un momento a otro la violencia, provocada por los corruptos que terminarán, como dice el profeta: “encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgia de los disolutos.»<br /> La pregunta que siempre queda en el aire es siempre la misma: ¿Cuándo tendremos la suerte de que ocurra esto?<br /></span></em> </div><div align="justify"><br /><strong>Salmo responsorial Sal 145, 7. 8‑9a. 9bc‑10 (R.: 1b)<br /></strong><br /><strong>R. Alaba, alma mía, al Señor.</strong> <br />Él mantiene su fidelidad perpetuamente,<br />él hace justicia a los oprimidos,<br />él da pan a los hambrientos.<br />El Señor liberta a los cautivos. R.<br /><strong>R. Alaba, alma mía, al Señor.</strong> <br />El Señor abre los ojos al ciego,<br />el Señor endereza a los que ya se doblan,<br />el Señor ama a los justos,<br />el Señor guarda a los peregrinos. R.<br /><strong>R. Alaba, alma mía, al Señor.</strong> <br />Sustenta al huérfano y a la viuda<br />y trastorna el camino de los malvados.<br />El Señor reina eternamente,<br />tu Dios, Sión, de edad en edad. R. <br /><strong>R. Alaba, alma mía, al Señor.</strong> <br /> </div><div align="justify"><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11‑16<br /></strong><span style="font-size:78%;">Guarda el mandamiento hasta la manifestación del Señor<br /></span><br /> Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. <br /> Combate el buen combate de la fe. <br /> Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. <br /> En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. <br />A él honor e imperio eterno. Amén. <br /><strong>Palabra de Dios</strong>. <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN</strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><br />“NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN”<br /></span></strong> </div><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Pablo invita a Timoteo encarecidamente a no entrar en esta dinámica del mundo, a mantenerse, por el contrario, fuerte en el combate de la fe: “te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche”: a ser honrado, limpio… al estilo de cómo lo hizo Jesús que no se dobló ante nada ni ante nadie.<br /> Es que claudicar ante esto, es dejarnos arrebatar el triunfo de la vida eterna por algo secundario, que no tiene más valor que el de un momento pasajero, pero que al final, nos deja vacíos, nos enfrenta a los hermanos y nos hace odiosos a todos.<br /> Entrar en esta dinámica de las riquezas es renegar de Dios, como horizonte supremo del hombre y darle la supremacía al dinero, considerándolo nuestro salvador supremo.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya 2 Co 8, 9<br /></strong>Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriqueceros con su pobreza.<br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 19‑31<br /></strong><span style="font-size:78%;">Recibiste bienes y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tu padeces<br /></span><br />En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: <br />—«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. <br />Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. <br />Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. <br />Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: <br />"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." <br />Pero Abrahán le contestó: <br />"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. <br />Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." <br />El rico insistió: <br />"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." <br />Abrahán le dice: <br />"Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." <br />El rico contestó: <br />"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." <br />Abrahán le dijo: <br />"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“UNA CARICATURA DEL BIENESTAR”</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"> </div></span></strong><em><span style="font-family:trebuchet ms;"></span></em><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;">La parábola que nos presenta hoy el evangelio, es aquella en la que Jesús escenifica la situación de aquellos que quitaron a Dios del horizonte de sus vidas y pusieron la riqueza; con esta actuación, cambiaron todo el orden de las cosas: las personas no importan para nada, no son, ni sirven para otra cosa, que para sostener mis intereses; el dinero ciega la mente y seca el corazón.<br /> En la parábola escenifica esta situación y resalta un detalle que indica hasta qué punto una persona se degrada: lo único que pesa en ella es el dinero, el lujo, el pasárselo bien, ni siquiera la dignidad de su nombre lo sostiene, vemos que es un personaje que no tiene nombre, no es nadie, solo tiene dinero; en contraposición está el mendigo “Lázaro”; además, ha perdido por completo la sensibilidad: “hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.” Indicando que los perros tienen un corazón más sensible que el rico: ellos lamín las llagas, con lo que se las curaban, mientras el rico ni siquiera lo toma en cuenta.<br /> La escena es fortísima: el rico ha establecido ya en vida una distancia infranqueable que le imposibilita acercarse y comprender el dolor del pobre. Su corazón se ha secado y le imposibilita comprender y acercarse al dolor. Lógicamente, él mismo ha abierto el abismo y su vida está abocada al fracaso total, pues cuando quiera acordar, ya no habrá posibilidad de rectificar y tendrá que pagar en justicia todo lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer: “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre…”, pero ya no hay vuelta atrás, ya no se puede borrar lo hecho, ni posibilidad de hacer lo que se dejó. El abismo que vamos creando en vida se hace cada vez más grande, hasta que se convierte en algo infranqueable. Es la escenificación del que opta por dar la espalda a Dios: automáticamente se pone en contra de sus hermanos y se convierte en un obstáculo para la vida.<br /> Alguien puede estar pensando que hay mucha gente muy buena y humanitaria sin que tenga que confesar a Dios. Yo no conozco a nadie que se haya puesto de espaldas a la VERDAD a la JUSTICIA, al AMOR, y a la PAZ y sea buena persona, cariñoso y solidario con los seres humanos y con el planeta tierra.<br /> Es interesante también observar que al rico no se le juzga por explotador, ni por ser un impío, un antirreligioso… se le juzga porque “ha pasado” del pobre, lo ha ignorado y solo ha pensado en si mismo.<br /> Yo no puedo evitar el grave peligro en el que estamos cayendo en nuestra sociedad en donde parece que se nos quiere vacunar en contra del dolor y no se quiere estar cerca de él porque –hoy decimos- nos traumatiza. Recuerdo en este momento la llamada que me hizo algún padre porque “estaba hiriendo la sensibilidad de su hijo” cuando les puse un video en el que se indicaba la pobreza de otros niños. Una sociedad que promociona los “epulones” y nos aferramos a que tenemos derecho a sostenerla </span></em></div><div align="justify"><em><span style="font-family:trebuchet ms;">Por otro lado, la intermediación que pide el rico a Abrahán se hace imposible, pues lo que pide lo tiene, pero están tan ciegos y obsesionados, que ni a un muerto que volviera le harían caso, y es que quien opta por un camino contrario al amor, se va incapacitando para encontrarse con el AMOR, incluso, en el momento en que se diera el encuentro, es muy posible que no se le reconozca</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-81376655441857933642010-09-14T23:49:00.000-07:002010-09-14T23:54:29.925-07:00DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la profecía de Amós 8, 4‑7</strong><br /><span style="font-size:78%;">Contra los que «compran por dinero al pobre»<br /></span><br />Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo: <br />«¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?» <br />Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, <br />compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones. <br /><strong>Palabra de Dios</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El cuadro que dibuja el profeta Amos de la sociedad de su tiempo en Samaria en los días de Jeroboan es perfectamente asimilable al momento que vivimos de una sociedad de consumo que ha llegado a una esquizofrenia colectiva en donde el “tener”, el “consumir”, el “usar y el tirar”, se ha convertido en norma de vida que se aplica a todos los niveles.<br />Amos es un hombre que llega del campo, donde se las ven y se las desean para poder sobrevivir y se encuentra con una sociedad en la que los pobres no tienen cabida, pues no pueden responder a las demandas; una sociedad en las que las reglas de un juego justo han desaparecido: lo único que interesa es ganar dinero vaciando los bolsillos de los pobres y para ello se utilizan todos los atropellos posibles: trucar las balanzas, bajar los salarios, subir los impuestos, aumentar el precio de las cosas, cambiar la calidad… y este ritmo es tan frenético que ya se ha impuesto sobre las celebraciones de la vida y de la fraternidad del pueblo: están deseando que pase el sábado para vender…<br /> Como podemos ver, es un cuadro perfecto de la sociedad de consumo o del “bienestar” de unos pocos que se monta en la ignorancia y en la ceguera de la masa.<br /> Lógicamente, en un sistema así, los que pagan todos los platos rotos y los que no pueden vivir, son siempre los mismos: los que no tienen capacidad física o económica y para poder sobrevivir se tienen que vender como esclavos y vivir toda la vida juntando dinero para los negociantes.<br /> Como he dicho antes, podríamos hacer una versión del cuadro casi al pie de la letra de los tiempos que vivimos.<br /> Al final queda la sentencia del profeta que sigue teniendo para nosotros un eco especial: “El Señor lo ha jurado, por el honor de Jacob,: nunca olvidaré lo que han hecho”. ¿Es que el sistema que hemos montado está abocado a la ruina y a la muerte? ¡Pues yo creo que sí! Y lo que aparece seguro es que no tiene la aprobación de Dios por más que contemporicemos e intentemos buscarle todas sus bondades.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 112, 1‑2. 4‑6. 7‑8 (R.: cf. la y 7b)</strong><br /><br /><strong>R. Alabad al Señor, que alza al pobre.</strong> <br /> Alabad, siervos del Señor,<br />alabad el nombre del Señor.<br />Bendito sea el nombre del Señor, <br />ahora y por siempre. R.<br /><strong>R. Alabad al Señor, que alza al pobre.</strong> <br />El Señor se eleva sobre todos los pueblos,<br />su gloria sobre los cielos.<br />¿Quién como el Señor, Dios nuestro,<br />que se eleva en su trono y se abaja<br />para mirar al cielo y a la tierra? R.<br /><strong>R. Alabad al Señor, que alza al pobre. <br /></strong>Levanta del polvo al desvalido,<br />alza de la basura al pobre,<br />para sentarlo con los príncipes,<br />los príncipes de su pueblo. R. <br /><strong>R. Alabad al Señor, que alza al pobre.</strong> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 1‑8</strong><br /><span style="font-size:78%;">Que se hagan oraciones por todos los hombres a Dios, que quiere que todos se salven<br /></span><br />Querido hermano: <br />Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. <br />Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. <br />Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de los gentiles en fe y verdad. <br />Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN</strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA AMISTAD Y LA FIDELIDAD A DIOS”<br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">En momentos anteriores, la liturgia nos presentaba el pasaje del Éxodo 32,7-11 en el que Moisés aparecía intercediendo ante Dios por su pueblo, al que Dios se había escogido y, Dios, por la amistad que le unía a Moisés, depone el castigo que el pueblo merece y está pidiendo con su conducta, pero ante la petición de Moisés, se impone la misericordia por encima de la justicia.<br /> Ahora es Pablo quien le recuerda a Timoteo que la iglesia debe ocupar el puesto de Moisés y hacer de intercesora frente al desvarío de los reyes, de los gobernantes, de los políticos, que están llevando a la deriva al pueblo y, la iglesia, antes de interceder por ella misma, para poder mantenerse en medio del vendaval, debe rogar por los que llevan las riendas, para que se conviertan y ejerzan el ministerio del servicio que el pueblo les ha encomendado y establezcan la justicia entre los hombres.<br /> Para que esto pueda darse, se supone que la iglesia vive la misma condición de amistad y fidelidad que tenía Moisés en el cumplimiento de la norma del Señor. El problema se presenta justamente cuando es la misma iglesia la que necesita de la oración y de la súplica, para mantenerse en la fidelidad; cuando esto se da, entonces se ha perdido, incluso, el sentido de su existencia.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya 2 Co 8, 9<br /></strong>Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriqueceros con su pobreza.<br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1‑13<br /></strong><span style="font-size:78%;">No podéis servir a Dios y al dinero</span><br /><br />En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: <br />—«Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. <br />Entonces lo llamó y le dijo: <br />"¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." <br />El administrador se puso a echar sus cálculos: <br />"¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." <br />Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" <br />Éste respondió: <br />"Cien barriles de aceite." <br />É1 le dijo: <br />"Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." <br />Luego dijo a otro: <br />"Y tú, ¿cuánto debes?" <br />É1 contestó: <br />"Cien fanegas de trigo." <br />Le dijo: <br />"Aquí está tu recibo, escribe ochenta." <br />Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. <br />Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. <br />El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. <br />Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?<br />Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong> <br /><br /><span style="font-size:78%;">O bien más breve:<br /></span><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 10‑13</strong><br />En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: <br />— «El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. <br />Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? <br />Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">S. Lucas afronta, justamente, el problema que suele darse: los hijos de la luz no son lo suficientemente sagaces, para aprovecharse de los medios que se ofrecen en el mundo, para emplearlos en potenciar, cuidar y cultivar el bien, ser testigos de Dios que es Amor, Justicia, Verdad, Paz y Fraternidad; esto es lo que los distingue de los hijos de las tinieblas y todo lo que encuentran en el mundo, entre otras cosas el dinero, ha de ser instrumento que les ayude a esta tarea, esto lo deja claro Jesús y es de una contundencia total: “No podéis servir a Dios y al dinero”.<br />Pero la experiencia nos da otra cosa muy distinta, incluso nos afanamos en reinterpretar la expresión de Jesús y buscar otras aplicaciones, de forma que podamos justificar otras vivencias: seamos sinceros, ¿Quién no tiene experiencias referentes a este tema y que, precisamente, contradicen a Jesús?: líos de familia por temas de dinero, de herencias, inquietudes y rencores por temas de dinero que nos han hecho perder las amistades, enfrentamientos sociales que han llegado a convertirse en problemas graves, que han roto la unidad entre los pueblos y entre los vecinos por el dinero; sentimientos de una tristeza enorme, por habernos encontrado decepcionados porque el dinero estaba por encima de la amistad, el cariño que creíamos…<br />Y constatamos con tristeza que no suele ser, como Jesús dice, en la gran mayoría de los casos, sino que más bien se pierde de vista lo fundamental y nos dejamos atrapar por la codicia, la avaricia y la soberbia y esto va matando nuestro corazón que, al dejarse atrapar por el dinero, va perdiendo la sensibilidad, se vuelve calculador, desconfiado y se endurece ante el dolor de los demás.<br />El corazón que se deja invadir por la avaricia, la única fuerza que le motiva a vivir es la codicia y establece la dinámica del “TENER”, con lo que nunca se sentirá satisfecho, sin importarle la necesidad de los demás. Esta es la peor de las miserias; en el corazón del miserable no hay espacio para lo gratuito, para la solidaridad: todo se hace por interés, por eso no entenderá jamás el amor de Dios, que es la expresión máxima de gratuidad<br />Es curioso constatar que no se hable de este tema dentro de la iglesia y estemos tan preocupados de otras muchas cosas, cuando ésta es la clave de un montón de problemas: la gente se separa de Dios, no tanto por convencimientos ideológicos, sino porque se adhiere al dinero y lo pone como principio de la existencia, no cree en la fraternidad.<br />Cuando la persona pone como objetivo máximo y único el ganar y su vida gira en torno a la consecución del dinero, que se coloca como última y única meta, porque tiene que vivir mejor, porque tiene que conseguir lo necesario para pagar todo lo que se ha puesto como necesidades… el dinero termina quitando la libertad y ocupando todos los rincones de la persona: el amor, la amistad, la alegría, el disfrutar de la vida, el formarse, el celebrar la vida… todo queda supeditado a la consecución de dinero que exige la obediencia absoluta, que solo se le debe a Dios.<br />Y aunque nos duela y seamos reacios, y no queramos reconocerlo, no nos queda más remedio que aceptar que hemos montado una sociedad y hemos aceptado un sistema en el que Dios no cabe, hemos puesto otro dios supremo al que no queda más remedio que rendirle culto y someternos a él en obediencia suprema. En este sistema no hay posibilidad ni espacio para el Dios Padre que nos trajo Jesús y, lógicamente, tampoco es posible sentir a los demás como hermanos, sino como enemigos o contrincantes.<br />La llamada que nos hace hoy la Palabra de Dios es fuerte y comprometedora: ¿En qué dios creo? ¿A qué dios sirvo? ¿En qué dios tengo puesta mi confianza? ¿Qué hago por recuperar la libertad, la fraternidad, la alegría, la solidaridad, la paz que me regaló Dios Padre, que me ama por encima de cualquier otra cosa?</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-3563312967311492762010-09-01T02:35:00.000-07:002010-09-01T02:40:01.318-07:00DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><br /><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><br /><strong>Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13‑18</strong><br /><em><span style="font-size:78%;">¿Quien comprende lo que Dios quiere?<br /></span></em><br />¿Qué hombre conoce el designio de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere? <br />Los pensamientos de los mortales son mezquinos, y nuestros razonamientos son falibles; <br />porque el cuerpo mortal es lastre del alma, y la tienda terrestre abruma la mente que medita. <br />Apenas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos lo que está a mano: <br />pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo?<br />¿Quien conocerá tu designio,<br />si tú no le das sabiduría, enviando tu santo espíritu desde el cielo? <br />Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada, y la sabiduría los salvó. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA VERDADERA GRANDEZA DEL HOMBRE”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje que nos presenta la liturgia de hoy es la última parte de la oración que hace Salomón, en la que pide a Dios sabiduría y sensatez para poder gobernar a su pueblo.<br /> A parte de ser una composición verdaderamente artística y literaria y de una estilística maravillosa, tiene una profundidad enorme, pues al fin y al cabo está centrada en todo el meollo del mensaje del libro de la Sabiduría: la verdadera sabiduría está en la conexión y armonía que tengamos con Dios; la vida auténtica del hombre está en mantener una relación limpia, clara, transparente e íntima con Dios, de forma que en ella pueda verse sin obstáculos la presencia de Dios<br /> Esta relación con Dios es la oración y esa forma de vivir, es la verdadera sabiduría que llena de sentido toda la vida.<br /> No obstante, hay algo en esa relación: el hombre constata su debilidad y su incapacidad para mantenerse: “Si a duras penas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos lo que está a mano…” expresión que podríamos traducir nosotros: “si no somos capaces de orientar nuestra vida y ser felices, ¿cómo podemos tener el cinismo de querer indicarle a Dios y decirle lo que tiene que hacer?”<br /> Es necesario aceptar que solo de la mano de Dios seremos capaces de llegar a algún sitio medio interesante, porque la misión a la que Dios nos invita, trasciende todas nuestras posibilidades y por muchos y grandes que sean nuestros valores no son suficientes para responderle a Dios: “¿Quien conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría?” Sin embargo, frente a la incapacidad del hombre está la grandeza de Dios, que al dejarnos abrazar por Él, su grandeza nos hace grandes.</span></em><br /> </div><div align="justify"><br /><strong>Salmo responsorial Sal 89, 3-4. 5‑6. 12‑13. 14 y 17 (R.: 1)</strong><br /><br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. <br /></strong>Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:<br />«Retornad, hijos de Adán.»<br />Mil años en tu presencia <br />son un ayer, que pasó;<br />una vela nocturna. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Los siembras año por año,<br />como hierba que se renueva:<br />que florece y se renueva por la mañana,<br />y por la tarde la siegan y se seca. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Enséñanos a calcular nuestros años,<br />para que adquiramos un corazón sensato.<br />Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?<br />Ten compasión de tus siervos. R. <br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Por la mañana sácianos de tu misericordia,<br />y toda nuestra vida será alegría y júbilo.<br />Baje a nosotros la bondad del Señor<br />y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b‑10. 12‑17</strong><br /><em><span style="font-size:78%;">Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido<br /></span></em><br />Querido hermano: <br />Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envío como algo de mis entrañas. <br />Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. <br />Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. <br />Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. <br />Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL AMOR HACE MILAGROS”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El pasaje es realmente entrañable y de una profundidad que solo el amor puede dar y es capaz de hacer una transformación de este tipo: Onésimo es esclavo de Filemón y se escapa de su amo robándole, con lo que se exponía a la muerte; se acerca a Pablo, que sabe que es amigo de Filemón y puede ayudarle salvándole la vida.<br /> El amor y el buen criterio de Pablo, expresión de la presencia de la sabiduría de Dios en él, van a hacer que el problema se transforme en un acontecimiento vital y en un éxito: Onésimo recupera su libertad y su dignidad de ciudadano libre, aunque sigue haciendo lo mismo y Filemón va a aprender a mirar las cosas y la gente de forma completamente distinta: “Ahí te envío a Onésimo, es como si enviara mi propio corazón… para que lo recuperes, no ya como esclavo…, sino como un hermano muy querido…”<br /> Desde ese momento, Onésimo se siente como un hombre libre, que actúa, no por sometimiento, sino por amor y Filemón ve a su lado, no a un esclavo a quien puede oprimir, sino a un hombre libre, a un hermano, a una persona como él, con toda su dignidad. El amor ha producido el gran milagro<br /> El mirar las cosas así y cambiar la actitud frente a la vida, fue el gran aporte que Jesús dio a la humanidad y el motor que generó todo un cambio en ella.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya Sal 118, 135</strong><br />Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus leyes.<br /><br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 25‑33<br /></strong><span style="font-size:78%;">El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío<br /></span><br />En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: <br />—«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, <br />y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso<br />a sí mismo, no puede ser discípulo mío. <br />Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. <br />Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? <br />No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: <br />"Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." <br />¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? <br />Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. <br />Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN</strong><br /> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“JESÚS ES EL HORIZONTE DEL HOMBRE”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> La verdadera sabiduría, signo de la presencia de Dios en el hombre, conduce siempre a la libertad y a la felicidad; dejarnos en manos de Dios para alcanzar lo que por nosotros mismos no podríamos –según la primera lectura- y aprender a mirar y a valorar la vida de otra forma, como hace S. Pablo en la segunda lectura, conducen a la libertad del hombre y en concreto a Onésimo y a Filemón.<br /> Jesús es la máxima expresión de esa liberación: que ni el padre, ni la madre, ni el esposo, ni la esposa, ni los hijos, ni los propios intereses particulares… ni nadie nos la pueden dar ni tampoco podemos permitir que nos la quiten amarrándonos, de tal forma que nos impidan responder a la misión que Dios ha establecido para nosotros y en la que nos vamos a realizar y ser felices.<br /> Decir esto hoy, en un mundo como el que vivimos, en donde por todas partes se nos ofrecen ídolos que presumen tener la clave de la libertad que andamos buscando e intentan captar el centro de interés de nuestras vidas para hacerse nuestros guías; en definitiva vamos buscando cada uno nuestro “dios” para encontrarle sentido a lo que hacemos y por lo que luchamos: dinero, seguridad, títulos, fama, prestigio, poder, tranquilidad… afirmar que Jesús es el objetivo supremo de todo hombre y en donde podemos encontrar la libertad que buscamos y el sentido de lo que hacemos, suena a fanatismo.<br /> Pero independientemente de lo que suene o parezca, la realidad se impone y ahí está. Jesús nos provoca y no acepta otros caminos para el hombre. Esto solo se entiende el momento en que nos atrevemos a seguir incondicionalmente a Jesús.<br />Sigo pensando que es cuestión de que alguien demuestre lo contrario, pues la realidad nos dice que Él es la manifestación de Dios y el proyecto supremo de toda persona, a esto no se puede renunciar.<br />Por eso, cuando alguien tiene que hacer un proyecto de vida, tiene que calcular y ver hasta qué punto su proyecto particular, está en consonancia o interfiere lo que Dios le pide o tiene pensado para él pues puede convirtiéndose en obstáculo, y nada puede oponerse al proyecto de Dios, que es en definitiva lo más importante para nosotros, pues no hacerlo nos llevaría a la esclavitud: <strong>“quien no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío”</strong></span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-90408842005592086502010-08-23T02:35:00.000-07:002010-08-23T02:40:04.460-07:00DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del libro del Eclesiástico 3, 17‑18. 20. 28‑29</strong><br /><span style="font-size:78%;">Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios</span><br /><br />Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. <br />Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; <br />porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. <br />No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta. <br />El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará. <br /><strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LO QUE HACE GRANDE AL HOMBRE”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">La reflexión que el pueblo va haciendo de la vida desde el sentido común, se va percibiendo como la luz que Dios mantiene viva y que manifiesta su presencia dentro del pueblo.<br /> Esta reflexión, desde el sentido común, se convierte en espiritualidad del pueblo que le ayuda a ir creando un esquema moral y ético para poder vivir con sentido y poder descubrir la presencia de Dios.<br /> En el texto que nos trae la liturgia de hoy vemos que presenta un consejo y su puesta en practica llevará, como recompensa un bien. Las dos grandes virtudes que aportarán un gran bien son: la humildad y la generosidad.<br /> La HUMILDAD es la base de la grandeza del hombre pues al reconocerse débil acepta a Dios y lo escucha y Dios lo acoge: “Dios acepta que los humildes lo honren”. Esta actitud hace grande al hombre ante Dios que lo acoge, lo escucha y lo ama colmándolo de su bendición, mientras que al soberbio lo mantiene a raya.<br /> La segunda gran virtud que hace al hombre grande ante Dios y ante los hombres es la GENEROSIDAD, pues en ella demuestra la grandeza de su alma y l su calidad humana y por eso se perdonarán sus pecados, pues cuando Dios ve que alguien se apiada de sus hermanos, Él no se deja ganar en generosidad ya que la misericordia de Dios está por encima de todo.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 67, 4‑5ac. 6‑7ab. 10‑11 (R.: cf. 11b)<br /></strong><br /><strong>R. Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.</strong> <br />Los justos se alegran,<br />gozan en la presencia de Dios,<br />rebosando de alegría.<br />Cantad a Dios, tocad en su honor;<br />su nombre es el Señor. R. <br /><strong>R. Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.</strong> <br />Padre de huérfanos, protector de viudas,<br />Dios vive en su santa morada.<br />Dios prepara casa a los desvalidos,<br />libera a los cautivos y los enriquece. R.<br /><strong>R. Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.</strong> <br />Derramaste en tu heredad, oh Dios,<br />una lluvia copiosa,<br />aliviaste la tierra extenuada;<br />y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad,<br />oh Dios, preparó para los pobres. R.<br /><strong>R. Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.</strong> <br /> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta a los Hebreos 12, 18‑19. 22‑24a<br /></strong><span style="font-size:78%;">Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo<br /></span><br />Hermanos: <br />Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. <br />Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA CERCANÍA VITAL DE DIOS”</span></strong></div><strong><span style="font-family:Arial;font-size:130%;"></span></strong><div align="justify"><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">El autor de la carta a los hebreos parte de una realidad completamente nueva que no tiene nada que ver con lo que hasta ese momento se ha venido viviendo: hasta ahora han venido guiándose a través de signos misteriosos, pero las cosas han cambiado: Dios ha hecho una nueva alianza y se ha hecho visible , cercano, presente en la vida y en la historia del hombre; ya no caminamos en la oscuridad, sino en la certeza: Dios se ha bajado y se ha hecho vida nuestra, por tanto, no es algo distinto y externo a nuestros sentidos, de modo que se pueda tocar, palpar, oír… sino que es algo que se vive, que llena la vida de sentido y de fuerza.<br /> Con Cristo se ha inaugurado esa nueva alianza, esta nueva era que nos hace vivir en un mismo espíritu.<br /> Creer, por tanto, no es ese sentimiento raro, compuesto por el miedo y expectación ante algo incontrolable e impredecible, sino que es un sentimiento lleno de amor, confianza y seguridad ante alguien que tengo la certeza que me ama, me acoge, me entiende y me acepta; no se trata, pues, de algo que se puede tocar, sino de algo que llena la vida., es algo que se vive.<br /> El autor de esta nueva situación es Cristo; por Él podemos llamar a Dios Padre y sentirlo de esa manera; en Él, Dios Padre nos ha hablado y se ha hecho presente; con Él se ha inaugurado una nueva etapa para la vida de los hombres.<br /></span></em> </div><div align="justify"><br /><strong>Aleluya Mt 11, 29ab</strong><br />Cargad con mi yugo y aprended de mí —dice el Señor—,<br />que soy manso y humilde de corazón.<br /> </div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /> </div><div align="justify"><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 1. 7‑14</strong><br /><span style="font-size:78%;">El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido<br /></span><br />Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. <br />Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: <br />—«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: <br />"Cédele el puesto a éste." <br />Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. <br />Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: <br />"Amigo, sube más arriba." <br />Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. <br />Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» <br />Y dijo al que lo había invitado: <br />—«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. <br />Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.» <br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA POBREZA, LUGAR PRIVILEGIADO DE LA PRESENCIA DE DIOS”<br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Ante la lectura del texto de S. Lucas, no se puede evitar el imaginar el momento, pues tuvo que ser tremendamente chocante, hasta el punto que a Jesús le llamó fuertemente la atención pues le hizo sentirse mal: como cuando a uno lo invitan a un sitio donde ves que no encajas en ese marco, pues allí empieza a llegar tipos que se sienten tan importante, que esperan que todos se acerquen a saludarlos y, poco más o menos, hay que darles las gracias porque han asistido. En cambio uno, se siente un pobre hombre de a pie, que no tiene nada de qué presumir ni ostentar y no sabe dónde sentarse, ni al lado de quién hacerlo y, siente el deseo, más bien, de que lo pongan en un rincón, al lado de los sirvientes, pues no se siente parte del cuadro que contiene aquel marco decepcionado, incluso, de que lo hayan invitado..<br /> Jesús no desaprovechó el momento, y cuando le dejaron un espacio para intervenir, no salió contando un chiste para agradarles la velada y quedar como un tipo simpático, ni tampoco se puso a vender sus títulos y su poder, sino que les hizo reflexionar sobre el espectáculo que ellos mismos estaban protagonizando para que se dieran cuenta de lo que realmente es grande y de lo que Dios valora. A la fiesta que da Dios estamos todos invitados, y en ese banquete, que es el que realmente nos debe preocupar, no van a ser los títulos, los puestos, los honores, el dinero… la carta de presentación de los invitados, sino la grandeza de corazón que hayamos tenido, que nos haya hecho sentirnos hermanos y que, al mismo tiempo, se nos pueda sentir como tales.<br /> Esto que lo tuvo tan claro Jesús y que quiso que fuera norma para su iglesia y su comunidad, parece que tiene sus altibajos: en un tiempo parecía que se había olvidado y el Concilio lo volvió a desempolvar, recordándonos que es base fundamental de la iglesia; hubo un tiempo que volvió a estar en actualidad y por todas partes se hablaba en la iglesia: “La Opción por los pobres” pues la voluntad de Jesús está muy clara: “Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos”, es decir, la gente que no tiene relevancia alguna en el mundo, que han sido despreciados, pues eso indica que los que han dado lugar a esta situación no han entendido que Dios es Padre de todos y no permite que entre sus hijos haya “clases”.<br /> Pues esto que estaba tan claro, vuelve otra vez a tenerse oscuro y hasta se considera un lenguaje peligroso el hablar de los pobres, de los lisiados, de los marginados.<br /> Nos resistimos a querer mirar a Jesús en donde Él se ubicó y a ver las cosas desde donde Él las miró, porque el momento que las miramos desde ese ángulo, la realidad cambia radicalmente. Y el día que la iglesia se olvide de mirar desde donde miró Jesús y de ponerse donde Él se puso, ese mismo día ha terminado de ser un signo para el mundo de la presencia del Padre.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-28910081164362836132010-08-20T01:57:00.000-07:002010-08-20T02:03:17.773-07:00DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del libro de Isaías 66, 18‑21<br /></strong><span style="font-size:78%;">De todos los países traerán a todos vuestros hermanos<br /></span><br />Así dice el Señor:<br />«Yo vendré para reunir<br />a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria, <br />les daré una señal, y de entre ellos<br />despacharé supervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia, <br />Masac, Tubal y Grecia, a las costas lejanas <br />que nunca oyeron mi fama<br />ni vieron mi gloria; y anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los países, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos a caballo y en carros y en literas, en mulos y dromedarios, hasta mi monte santo de Jerusalén —dice el Señor—, como los israelitas, en vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De entre ellos escogeré sacerdotes y levitas» —dice el Señor—. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“VIVIR EN CONSONANCIA CON EL PROYECTO DE DIOS”</span></strong></div><strong><span style="font-family:Arial;font-size:130%;"></span></strong><div align="justify"><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El profeta Isaías concluye su libro con una proclamación de la universalidad del proyecto de Dios que romperá todas las barreras de nacionalismos, razas, lenguas, culturas…<br /> Las ofrendas que se ofrecerán a Dios, trascenderán todo lo que se hace en la actualidad, pues la ofrenda que se hará a Dios serán las personas, que se entregarán a Él y, su culto se extenderá a todas las naciones de la tierra.<br /> El autor del libro mira al pasado y analiza la presencia de Dios que ha venido dirigiéndolo todo y concluye con que, el futuro pertenece a Dios; lógicamente, el presente, como el pasado, es suyo y está presente en él, aunque haya mucha gente que obsesionada no lo perciba.<br /> La actitud deseable y correcta, consistirá en estar atento, descubrir sus huellas y seguirlas.<br /> Leyendo despacio la profecía, podemos aterrizar perfectamente en nuestros días y ver cómo continúa abriéndose cada vez más: este siglo va a tener una característica propia, que es la mezcla de razas y culturas… se va a posibilitar la convivencia entre todos los hombres de toda la tierra que, hasta ahora, permanecían como ubicados cada uno en su sitio; da la sensación que se rompieron los espacios y se han mezclado todos.<br /> Lógicamente, esto trae una desestabilización muy grande, que lo trastorna todo, pero al mismo tiempo supone una riqueza enorme y, sobre todo, esta situación que se ha creado, por unas condiciones económicas concretas, va a resultar que ha sido la forma de que llegue a realizarse el proyecto de Dios: hacer de todos los pueblo uno solo y, con todos los hombres, una sola familia. Esto ocurrirá el momento en que todos entiendan que Dios es el Padre de todos y que todos nosotros somos hermanos.<br /> Contra este proyecto, el peor de los obstáculos son los nacionalismos, los racismos y los fanatismos, pues se convierten en actitudes excluyentes que desprecian a los demás considerándolos despreciables.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)<br /></strong><br /><strong>R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.</strong> <br />Alabad al Señor, todas las naciones,<br />aclamadlo, todos los pueblos. R.<br /><strong>R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.</strong> <br />Firme es su misericordia con nosotros,<br />su fidelidad dura por siempre. R.<br /><strong>R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.</strong> <br /><br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la carta a los Hebreos 12, 5‑7. 11‑13<br /></strong><span style="font-size:78%;">El Señor reprende a los que ama<br /></span><br />Hermanos: <br />Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: <br />—«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.» <br />Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos? <br />Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz. <br />Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA CAPACIDAD DE DISCERNIR”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El autor de la carta a los Hebreos invita a la comunidad a tener un espíritu crítico; esto le va a ayudar a crecer, pero si se empecinan, se incapacitan para escuchar y, sobre todo, para corregir si algo está errado.<br /> Sin lugar a duda, tiene un fin pedagógico: quiere hacerles comprender que Dios tiene sus planes y en ellos entramos nosotros; lógicamente, puede haber interferencias y hasta enfrentamientos entre nuestros planes y los de Dios: algo así como ocurre entre un padre y un hijo: el padre busca el bien del hijo, mientras éste, se mueve por sus caprichos; en un momento, el padre llega a detener al hijo para que no continúe en el error y le corrige su camino. En un primer momento cae muy mal la corrección y hasta descontrola, pero después se producen frutos de paz.<br /> No podemos evitar escuchar estas palabras y sentir que tienen un eco extraordinario en el momento actual que vivimos: habíamos montado muchas estructuras, habíamos abierto muchos caminos que no llevan a ningún sitio; estructuras que no tienen base ninguna en el evangelio. Ahora llegan momentos en que se nos caen y tenemos que volvernos; al final, ha de volver a aparecer la luz.</span></em><br /><br /><br /><strong>Aleluya Jn 14, 6<br /></strong>Yo soy el camino, y la verdad, y la vida —dice el Señor—;<br /> nadie va al Padre, sino por mi.<br /> </div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /> </div><div align="justify"><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22‑30</strong><br /><span style="font-size:78%;">Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el reino de Dios<br /></span><br /> En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. <br /> Uno le preguntó: <br /> —«Señor, ¿serán pocos los que se salven?» <br /> Jesús les dijo: <br /> —«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: <br /> "Señor, ábrenos"; <br /> y él os replicará: <br /> "No sé quiénes sois." <br /> Entonces comenzaréis a decir. <br /> "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." <br /> Pero él os replicará: <br /> "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados." <br /> Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. <br /> Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»<br /> <strong>Palabra del Señor.</strong><br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA RISA ES DEL ULTIMO QUE RÍE”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> El gran problema que tenemos es pensar que Dios debe entrar por donde nosotros establecemos y que el plan de salvación, somos nosotros los que decidimos cómo ha de ser y lo que hay que hacer y, somos nosotros los que determinamos quién está en el camino o fuera de él. Esto lo tenían muy claro los fariseos y la clase dominante de Israel, tal como aparece en el evangelio: ellos se consideraban dueños de la llave que cierra o abre el reino a los demás, de tal manera que: “ni entraban ni dejaban entrar” –según palabras de Jesús-.<br /> Jesús ve que esta forma de hacer y de pensar, no está en consonancia con lo que piensa y hace su Padre, y todo por una razón muy sencilla: Dios plantea las cosas desde el AMOR y los hombres las planteamos desde los intereses y desde el poder, por tanto, no puede haber conexión posible.<br /> Jesús ve la realidad de otra manera, no está de acuerdo con lo que hay, las cosas son posibles de otra forma, que no es, precisamente, la que hay establecida.<br /> Para Jesús, no es la forma de hacer de los poderosos la que hace que el hombre sea feliz y, por tanto, plantea con toda claridad, que no somos nosotros los que disponemos, ni tampoco Dios tiene que atenerse a lo que nosotros establecemos: Dios no va a aceptar una sociedad en la que, por norma, unos dominan a otros, unos se tienen que someter para ser protegidos por otros; unos tienen que ser los dominadores y otros los dominados…<br /> Él está viendo cómo en la cabeza está el emperador y sus representantes en Palestina y, los demás, son sus esclavos que han de estar a sus ordenas, pudiendo, incluso, matar…<br /> Pero la misma estructura existe en las autoridades judías: está el sumo sacerdote y todos los que forman la cúpula del poder judía, que hacen lo que quieren y tienen sometido y aplastado al pueblo…<br /> Esto no puede ser así, esto no está de acuerdo con el proyecto de Dios y tampoco hoy puede estar en consonancia, con el proyecto de Jesús, el que exista un primer mundo, un tercero y hasta un “cuarto” mundo, en el que las personas no cuentan, pues no tienen ni “papeles” y, por tanto, no son personas, pues ha venido a resultar que un papel es más importante que una persona… esto no puede ser reconocido por Dios y, cuando llegue el momento supremo –dice Jesús- que vendrán apelando a las buenas obras que hicieron en nombre de este sistema, pero Dios no reconocerá nada de eso, porque fue el gran obstáculo para su reino.<br /> El reproche de Jesús es muy fuerte y no nos puede dejar indiferentes, pues cuando llegue el momento, cada cosa se pondrá en su sitio y “la paja será separada del trigo” y los que llevaban la batuta apropiándose su nombre, pueden escuchar el reproche: “Apartaos de mi, malditos”<br /> En ese momento supremo, será Dios quien determine quién lo hizo bien o quién vivió equivocado, hasta el punto que perdió su vida inútilmente y se convirtió en un estorbo para que la vivieran otros. Así, pues, tendremos que aceptar eso que dice el refrán: “La risa es del último que se ríe”</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-15879406864246490382010-08-03T14:56:00.000-07:002010-08-03T15:04:57.401-07:00DOMINGO XIX DEL T.ORDINARIO -C-<strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del libro de la Sabiduría 18, 6‑9</strong><br /><span style="font-size:78%;">Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti<br /></span><br /> La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres, para que tuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban. <br /> Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables, pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti. <br /> Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“SEGUIR LA PAUTA DE DIOS ES SIGNO DE SEGURIDAD”<br /></span></strong><br /> <em>Para el autor del libro de la Sabiduría, el libro del Éxodo es un acontecimiento que tiene que servir de referencia para el pueblo y hay que estar releyéndolo a cada momento, para no perder de vista la acción de Dios en el pueblo, pues éste es el signo más claro de su presencia. Es muy importante que tengan una visión clara de la historia del pueblo<br /> Esta presencia de Dios se ha convertido en una especie de luz que ilumina a todo hombre y que le hace caminar con rectitud. Cuando el hombre se deja guiar por esta luz, al final ve que el triunfo de la justicia y la verdad se imponen, sobre todo en momentos de dificultad en que todo parece venirse abajo, lo único que mantiene la seguridad es esta presencia de Dios que es quien nos da la certeza.<br /> El autor deja bien claro que, esta actitud de fidelidad es como el piloto automático que nos ha de sacar de la tormenta.<br /> Quien haya tenido la experiencia de montar en una avioneta pequeña que tiene que atravesar por una zona con muchas turbulencias, es impresionante ver como ese aparatito es vapuleado por el viento, que en momentos parece desbaratarlo, pero por más que lo zarandea, el piloto le hace mantener el rumbo seguro hasta salir de la tormenta.<br /> Dios es el “piloto automático” que no nos deja perder el rumbo y nos mantiene con rumbo recto. El invita a que todos se unan a esta seguridad que Él da.<br /></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 32, 1 y 12. 18‑19. 20 y 22 (R.: l2b)<br /></strong><br /><strong>R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.</strong> <br />Aclamad, justos, al Señor,<br />que merece la alabanza de los buenos.<br />Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,<br />el pueblo que él se escogió como heredad. R. <br /><strong>R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.</strong> <br />Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,<br />en los que esperan en su misericordia,<br />para librar sus vidas de la muerte<br />y reanimarlos en tiempo de hambre. R.<br /><strong>R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.</strong> <br />Nosotros aguardamos al Señor:<br />él es nuestro auxilio y escudo;<br />que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,<br />como lo esperamos de ti. R.<br /><strong>R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.</strong> <br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1‑2. 8‑19<br /></strong><span style="font-size:78%;">Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios<br /></span><br /> Hermanos: <br /> La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. <br /> Por su fe, son recordados los antiguos. <br /> Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. <br /> Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas— y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa—, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. <br /> Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. <br /> Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas. <br /> Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra. <br /> Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver. <br /> Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. <br /> Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad. <br /> Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: «Isaac continuará tu descendencia.»<br /> Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos. <br /> Y así, recobró a Isaac como figura del futuro. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong><span style="font-size:78%;">O bien más breve:</span></strong> <br /><br /><strong>Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1‑2. 8‑12</strong><br /><br /> Hermanos: <br /> La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. <br /> Por su fe, son recordados los antiguos. <br /> Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. <br /> Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas —y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa—, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios. <br /> Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. <br /> Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA SEGURIDAD DE LA FIDELIDAD DE DIOS”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">La carta a los Hebreos, al estilo del libro de la Sabiduría, hace una relectura de la historia de la salvación desde Abraham, pasando por los profetas y constata cómo Abraham y Sara se dejan guiar por la invitación que les hace Yahvé y se ponen en sus manos, a pesar de que todo lo tienen en contra y el camino no es fácil pero se concentran en algo que tienen seguro: Dios es fiel y no abandona; Él hace que se cumpla a plenitud la promesa que ha hecho y Él sabrá cómo lo hace.<br /> El texto pone como foco de atención a dos personajes: Abraham y Sara: ambos creen y se fían de la palabra de Dios, que les ha prometido ser padres de un gran pueblo, a pesar de tener todas las condiciones adversas.<br /> Ellos entienden que son instrumentos de un proyecto que no es suyo, sino de Dios y, se ponen en sus manos con una total obediencia.<br /> La historia de este proyecto de Dios supera todos los cálculos y perspectivas de ambos, que se ven desbordados: la sensación de tristeza de su esterilidad se convierte en una riqueza inmensa de un gran pueblo que heredará la promesa.<br /> El mismo sacrificio de Isaac se convierte en imagen del sacrificio de Cristo que hará posible el nacimiento del nuevo pueblo como prolongación del antiguo.<br /></span></em><br /> <strong>Aleluya Mt. 24, 42a y 44<br /></strong>Estad en vela y preparados, porque a la hora que menos pensáis viene el Hijo del hombre.<br /><br /><br /><strong>EVANGELIO<br /></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 32‑48<br /></strong><span style="font-size:78%;">Estad preparados<br /></span><br /> En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: <br />—«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. <br />Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la poli11a. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. <br /> Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. <br /> Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. <br /> Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. <br /> Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. <br /> Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» <br /> Pedro le preguntó: <br />—«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» <br />El Señor le respondió: <br />—«¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? <br /> Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. <br /> Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. <br /> El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. <br /> Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió más se le exigirá.» <br /><strong>Palabra del Señor. </strong><br /><br /><strong><span style="font-size:78%;">O bien más breve.<br /></span></strong><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 35‑40<br /></strong><br /> En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: <br />—«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. <br /> Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. <br /> Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. <br />Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. <br /> Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» <br /><strong>Palabra del Señor. <br /></strong><br /><br /> <strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong>“VIVIR EN LA TENSIÓN DEL REINO”</strong><br /></span><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Lucas vuelve a centrar y apuntalar lo que realmente tiene valor y nos va a mantener en la dirección de Dios, invitando a mantenernos en la seguridad y en la certeza (con el piloto automático encendido) de Dios, que es fiel y seguro; Él es el objetivo supremo, todo lo que no esté orientado a Él es perder el norte de la vida, el sentido de la existencia.<br /> Pero Jesús tiene bien claro que el mundo no camina en esa dirección, al contrario, tiene infinidad de presiones que empujan por todos lados para desviar el camino, infinidad de objetivos que se presentan como fines absolutos y se proponen desplazar a Dios haciendo que nuestro corazón se quede enganchado en ellos.<br /> El tema es de una actualidad impresionante: La persona actual ha llegado a creer que el desarrollo tecnológico tiene unas posibilidades ilimitadas y, por tanto, Dios no tiene sentido, sin embargo se da cuenta que el sistema que el hombre ha montado prescindiendo de Dios y de todo sentido de trascendencia, cada vez lo hace más desdichado, incluso cuando llegan momentos de crisis, como el que vivimos, se da cuenta que no tiene sentido lo que está haciendo y lo deja desconcertado, pues ve que la dirección que ha cogido y lo que está haciendo no le lleva a ningún sitio y, mucho menos, a ser feliz, con lo que el pueblo mismo sencillo empieza a darse cuenta que esto es un camino ciego que conduce a la desesperación y al absurdo y estamos llegando al momento en que la gente ya no sabe en qué confiar ni en qué poner su corazón, viviendo a la deriva como quien se ve envuelto en una locura sin sentido que no sabe a dónde va a parar todo esto. En una situación así, es imposible hacer un proyecto de futuro, todo está en el aire y la mayoría se dedican a vivir el momento como algo irrepetible, pero siempre termina con el vacío: el corazón no se puede poner en cosas que no tienen consistencia, que son fugaces y sin futuro. Aunque el hombre diga otra cosa, su existencia exige la trascendencia y esto no se encuentra en ningún sitio sino en el Ser invisible, incontrolable, inabarcable, pero que nos envuelve y nos llena de sentido<br /> Contra todas las presiones que se imponen queriendo afirmar que aceptar a Dios es un signo de limitación del hombre, el cristiano mantiene una tensión constante por el reino: hemos de vigilar, de no bajar la guardia, porque inmediatamente que lo hacemos,, el espacio que dejamos es ocupado por el mundo.<br /> El “Tener encendidas las lámparas y ceñida la cintura”, significa mantenerse en la amistad y en la cercanía de Dios, esto hará que en cualquier momento estaremos dispuestos a rendir cuentas y a responder a la llamada de Dios. Significa no acomodarse en posiciones que están fuera de onda, distrayéndose en asuntos que nos alejan y nos hacen perder el tiempo.<br /></span></em>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-18457830442591877602010-07-28T02:52:00.000-07:002010-07-28T02:57:46.047-07:00DOMINGO XVIII DEL T. ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21‑23<br /></strong><span style="font-size:78%;">¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?<br /></span><br /> ¡Vanidad de vanidades, -dice Qohelet-; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. <br /> También esto es vanidad y grave desgracia. <br /> Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? <br /> De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. <br /> También esto es vanidad. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“VANIDAD IGUAL A FRACASO”<br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Es curioso que el sabio “Qohelet comienza el libro con la palabra “hevel” (vanidad), en los versículos de estos dos primeros capítulos la repite 7 veces. Y es que el triunfo o el fracaso de una persona está en tener la vida llena o vacía.<br /> Una cosa “vana” es algo lleno de viento, es decir: vacío, inconsistente, hueco. Y puede ocurrir que en la vida andemos buscando cosas huecas, vacías, inconsistentes… vanas<br /> Para el sabio es inconsistente todo aquello que se tiene que dejar, todo aquello que te llena de tristeza, pues te lo tienes que dejar porque no te sirve para nada, pues no tiene consistencia: “Hay quien trabaja con sabiduría y acierto” es decir: poniendo todo lo mejor que tiene y, después, tiene que dejarlo todo a quien no lo ha trabajado” y para ello empleó su vida entera dejando de ser feliz y de compartir la felicidad con otros: “ todos sus días son sufrimiento, disgusto y fatigas y ni de noche descansa” pues tiene que pagar la letra del coche, del piso,, del chalet, de… sacrificando la vida de la familia, de los hijos, de los amigos, de uno mismo, para conseguir dinero que se ha de llevar un banco, y que en el momento en que dejas de reunir el dinero que te han estipulado, te lo roban todo y te dejan en la calle, o te mandan a la cárcel con todas las leyes a su favor.<br /> Después, cuando ya no sirves para conseguir más dinero, te mueres, y has pasado por la vida amargado. Eso es “Vanidad= vaciedad, inconsistencia.<br /></span></em><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 89, 3‑4. 5‑6. 12‑13. 14 y 17 (R.: 1)<br /></strong><br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:<br />«Retornad, hijos de Adán.»<br />Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;<br />una vela nocturna. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong><br />Los siembras año por año,<br />como hierba que se renueva:<br />que florece y se renueva por la mañana,<br />y por la tarde la siegan y se seca. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Enséñanos a calcular nuestros años,<br />para que adquiramos un corazón sensato.<br />Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?<br />Ten compasión de tus siervos. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br />Por la mañana sácianos de tu misericordia,<br />y toda nuestra vida será alegría y júbilo.<br />Baje a nosotros la bondad del Señor<br />y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.<br /><strong>R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.</strong> <br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1‑5. 9‑11</strong><br /><span style="font-size:78%;">Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo<br /></span><br /> Hermanos: <br /> Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. <br /> Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. <br /> En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. <br /> No sigáis engañándoos unos a otros. <br /> Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. <br /> En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA CODICIA ES IDOLATRIA”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Continuando la lectura de la carta de S. Pablo a los Colosenses en la que S. Pablo hace una especie de corte radical: se ha destruido una historia oscura y se ha roto la continuación del “libro” antiguo que se venía escribiendo para abrir otro libro completamente nuevo; se trata, pues, de seguir escribiendo esas páginas nuevas y no volver a recoger las que se habían arrancado del libro viejo para seguir haciendo lo mismo y viviendo bajo los mismos esquemas: “fornicación, impureza, liviandad, malos deseos, codicia…pues todo eso es idolatría”.<br /> Vivir bajo esos impulsos, es vivir engañados, aunque lo revistamos de piedad y de virtud. Por tanto, algo que debemos desterrar de nuestras vidas es el mentirnos, el hacer distinciones, el catalogar a la gente… si Dios nos ha hecho sus hijos y nos ha aceptado, ¿qué sentido tiene que nosotros nos sigamos sintiendo extraños los unos con los otros? “Cristo está todo en todos”.<br /> La otra gran equivocación de la que nos debemos liberar es de la codicia, pues ésta es como el sentimiento religioso que mueve el culto al dios “Mamón” que lleva a adorar al dinero y la riqueza como la máxima aspiración de la vida y cuya búsqueda y consecución se convierte en la meta y único sentido de la existencia.<br /></span></em><br /><br /> <strong>Aleluya Mt 5, 3<br /></strong>Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.<br /><br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 13‑21<br /></strong><span style="font-size:78%;">Lo que has acumulado, ¿de quién será?<br /></span><br />En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: <br />—«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.» Él le contestó: <br />—«Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?» Y dijo a la gente: <br />—«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.» <br />Y les propuso una parábola: <br />—«Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Que haré? No tengo donde almacenar la cosecha." <br />Y se dijo: <br />"Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." <br />Pero Dios le dijo: <br />"Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" <br />Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.» <br /><strong>Palabra del Señor.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA “MALA HIERBA” DE LA AVARICIA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Cuando Jesús habla del reino de los cielos, lo compara al sembrador que echa la semilla y una cae en un terreno lleno de zarzas y malas hierbas que ahogan la semilla y no la dejan que crezca…<br /> Conocemos las personas que hemos tenido contacto con el campo cómo hay ciertas hierbas que nacen y ahogan por completo la semilla, es más, como se les deje crecer, llenan el terreno e impiden que crezca cualquier otra cosa; esa “mala hierba” es la AVARICIA que seca el corazón, lo mina todo, y esteriliza la vida para todo lo que no sea el dinero y la riqueza; incluso, vemos cómo esteriliza el corazón hasta el punto que estando en el lecho de muerte, la única preocupación es lo que se deja, quién se lo va a llevar y hasta el último momento, increíblemente, es cuando más amarrado se siente al dinero.<br /> Recuerdo una escena que me impresionó: fui a dar la unción a una mujer agonizando y estaba acostada sobre billetes de 20 $ y de 50 $ para que ni sus hijos ni nadie se los quitara. Lógicamente, todos los de la familia estaban deseosos que se muriera y ninguno dejaba que los otros se encontraran a solas con la anciana. Mientras estuve confesándola se taparon los oídos pero no quisieron salir de la habitación, me estuvieron vigilando todos los movimientos que hice, no se me fuera a ocurrir coger alguno de aquellos malditos billetes.<br /> Pero esto que resulta cómico, lo estamos viendo a otros niveles, pues todos sentimos el mismo deseo de “tener”, que es lo que guía la conducta de la gran mayoría de la gente, sea de la ideología o de la condición social que sea.<br /> El sistema capitalista que tenemos montado no hace sino dirigir y desarrollar esta tendencia que tenemos innata en nuestro corazón, pero no podemos pensar que otros sistemas, que no se llaman capitalistas, hacen otra cosa distinta ¡ni mucho menos! Al final, todos hacen lo mismo, cada uno desde su punto de vista y desde su ángulo de posición.<br /> Queramos o no, el hombre actual de occidente se ha hecho materialista y ha desplazado a Dios, sustituyéndolo por el dinero, a lo que profesa un amor incondicional. El gran vacío existencial que produce el egoísmo y la insolidaridad de la avaricia, se pretende llenar con cosas, con lo que al final sigue estando vigente la sentencia de Jesús: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-53352342917903650532010-07-20T09:35:00.000-07:002010-07-20T09:39:55.771-07:00DOMINGO XVII DEL T. ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /></div><strong></strong><div align="justify"><strong>Lectura del libro del Génesis 18, 20‑32<br /></strong><span style="font-size:78%;">No se enfade mi Señor, si sigo hablando<br /></span><br />En aquellos días, el Señor dijo: <br />—«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.» <br />Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán. <br />Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios: <br />—«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?» <br />El Señor contestó: <br />—«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.» <br />Abrahán respondió: <br />—«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?» <br />Respondió el Señor: <br />—«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.» <br />Abrahán insistió: <br />— «Quizá no se encuentren más que cuarenta.» <br />Le respondió: <br />—«En atención a los cuarenta, no lo haré.»<br />Abrahán siguió: <br />—«Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?» <br />É1 respondió: <br />—«No lo haré, si encuentro allí treinta.» <br />Insistió Abrahán: <br />—«Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?» <br />Respondió el Señor: <br />—«En atención a los veinte, no la destruiré.» <br />Abrahán continuó: <br />—«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?» <br />Contestó el Señor: <br />—«En atención a los diez, no la destruiré.» <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL ROSTRO MISERICORDIOSO DE DIOS”<br /></span></strong><br /> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">La escena que nos muestra el pasaje del Génesis está en conexión directa con la que nos presentaba el domingo anterior: el ejemplo de acogida de Abraham: él descubre en aquellos hombres la presencia de Dios y los trata como si a Dios mismo acogiera en su casa, hasta el punto que los huéspedes lo consideran amigo y le revelan proyectos de de Dios: Sara va a dar a luz un hijo; las aberraciones de Sodoma y Gomorra claman al cielo y Dios va a hacer justicia contra los degradados y corrompidos….<br /> Abrahán, ante la noticia, no es que justifique el mal, sino que se compadece de toda la gente buena que habrá en estas ciudades y tendrá que pagar lo que no ha hecho a pesar de estar sufriendo la degradación que han impuesto los perversos y, encima van a tener que perecer por culpa de ellos.<br /> A Abraham le duele esto y suplica a Dios que mire a los inocentes, a los que están sufriendo; él sabe que Dios no es sordo ni ciego a la realidad del dolor de los pobres e indefensos y, entonces, se convierte en el intercesor de todos ellos.<br /> Hubiera sido también correcto que apoyara el castigo de los culpables, pero su corazón se inclina más bien a la misericordia antes que a la justicia, pues a Dios lo siente más padre que juez y, efectivamente, así es: Dios está dispuesto a sopesar, a dialogar y, por fin, a perdonar, mientras haya un solo inocente que no se haya manchado en la corrupción.<br /> El pasaje es entrañable, y la imagen que nos deja de Dios es algo que llega a lo más hondo del alma. Es la imagen que nos revela también Jesús: Dios Padre, lleno de misericordia, que sale cada día a mirar en el horizonte a ver si vuelve el hijo que lo despreció, o el buen pastor que busca la oveja que se le ha ido y no puede soportar el pensar que esté pasándolo mal o en peligro.<br /> Esta es la imagen que debería reflejar la iglesia y cada uno de los creyentes en Jesús, frente a la que todo el mundo tiene: la inquisición, las cruzadas, el Vaticano, el oro, los títulos…<br /></span></em><br /><br /> <strong>Salmo responsorial Sal 137, 1‑2a. 2bc‑3. 6‑7ab. 7c‑8 (R.: 3a)</strong><br /></div><strong></strong><div align="justify"><strong>R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.</strong> <br />Te doy gracias, Señor, de todo corazón;<br />delante de los ángeles tañeré para ti,<br />me postraré hacia tu santuario. R<br /><strong>R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.</strong> <br />Daré gracias a tu nombre,<br />por tu misericordia y tu lealtad.<br />Cuando te invoqué, me escuchaste,<br />acreciste el valor en mi alma. R.<br /><strong>R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.<br /></strong>El Señor es sublime, se fija en el humilde,<br />y de lejos conoce al soberbio.<br />Cuando camino entre peligros,<br />me conservas la vida;<br />extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo. R.<br /><strong>R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.</strong><br />Y tu derecha me salva.<br />El Señor completará sus favores conmigo:<br />Señor, tu misericordia es eterna,<br /> no abandones la obra de tus manos. R. <br /><strong>R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.<br /></strong><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 12‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">Os dio vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados<br /></span><br />Hermanos: <br />Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. <br />Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. <br />Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“MISERICORDIA POR ENCIMA DE TODO”<br /></div></span></strong><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Para S. Pablo, hay un antes y un después en su vida: el momento en que todo cambió de una forma radical: algo así como si fuéramos escribiendo un libro con las páginas numeradas y de repente se hace un corte y se arrancan todas las páginas que restan en el libro y se comienza un libro nuevo.<br /> Ese momento, para Pablo, es el bautismo, ahí se abre un libro completamente nuevo y se cierra para siempre lo que se venía escribiendo, se quemó, se borró, se sepultó.: “Estabais muertos a causa de vuestros delitos… pero Dios os ha hecho revivir… ha destruido el pliego de acusaciones que había contra vosotros…”<br /> De nuevo la misericordia de Dios se establece por encima de la justicia. Dios ha pagado un precio elevado por nosotros, le hemos costado la sangre de su Hijo; la resurrección es la prueba de nuestra nueva situación de hombres rescatados, libres, con la dignidad recuperada, y el bautismo es nuestro sí a este rescate que Dios nos ha hecho.<br /> No obstante, nuestra libertad, ahora, mientras vivimos, hemos de ejercitarla aceptando o despreciando lo que Dios ha hecho con nosotros y viviendo en coherencia con lo que hemos optado, aceptando las consecuencias que se derivan de nuestra opción.<br /> De todas formas, independientemente de lo que hayamos optado, el proyecto de Dios es irreversible: lo que yo haga o deje de hacer, no va a cambiar ni un milímetro la postura de Dios: su voluntad y su proyecto es la salvación, aunque el mío sea mi propia destrucción y ahí Dios, sí es plenamente justo: va a hacer lo que yo determine, respetando mi decisión; mi actitud de cambio, de conversión será la que active el resorte de la misericordia, pues Dios está dispuesto en todo momento a “romper” la página, si es que yo decido a volverme a Él.<br /></span></em><br /><br /><br /><strong>Aleluya Rm 8, 15bc<br /></strong>Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre.»<br /> </div><div align="justify"><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1‑13<br /></strong><span style="font-size:78%;">Pedid y se os dará<br /></span><br /> Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: <br />—«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.» <br /> Él les dijo: <br />—«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."» <br /> Y les dijo: <br />—«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: <br />"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle."<br /> Y, desde dentro, el otro le responde: <br />"No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos." <br /> Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por lo inoportuno, se levantará y le dará cuanto necesite. <br /> Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. <br /> ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? <br /> ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? <br /> Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“ORAR, CONDICIÓN NECESARIA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;">Jesús vuelve a incidir en un tema que considera fundamental y que los apóstoles han de tener muy claro: la oración; ellos lo han visto que constantemente entra en relación con el Padre.<br />El vivir en constante un ión con Dios Padre es algo tan fundamental que han de vivir en esa tensión por encima de cualquier cosa que se presente.<br />Ellos, llevados por la curiosidad y por la experiencia que tienen de verlo que a cada momento se pone en contacto con el Padre y no hace nada si no es en su presencia, le piden que los introduzca en eso que Él hace: ORAR y Jesús les abre a algo que es clave: Dios es Padre y los invita a que lo traten como “Abba”, pero para esto han de sentirlo así; Dios no se deja superar en nada: ante el corazón abierto y sincero del hijo, a quien quiere desde lo profundo a su padre, Dios no se resiste a esto ni se anda con medidas, se da en plenitud y se complace dando lo que el hijo le pide, que en un momento puede que no es lo que le convenga, y le da todo lo mejor que necesita, y no lo va a dejar en la estacada.<br /> Sabiendo que Dios está abierto y dispuesto a dar a sus hijos lo que necesitan, el evangelista quiere dejar claro a la comunidad la actitud constante en la que ha de estar: en una actitud de búsqueda, y para ello hay que pedir, llamar… y ¿qué pedir, a dónde llamar, qué hay que buscar…? Eso no importa tanto, eso ya lo sabe bien Dios, lo que hace falta es que no falte nunca ese Espíritu que es el que nos mantiene con vida, porque el momento que esto falta, el momento en que nos sentimos seguros e instalados dejaremos de pedir, de buscar, de llamar y nos llenaremos de miedo a perder las situación que habíamos conseguido.<br />Jesús les recalca la lección: El Padre no va a dejar de escucharlos, pero eso sí, siempre que se den las condiciones: que por nuestra parte exista el cariño y la confianza del hijo. Jesús termina diciendo: Si vosotros que sois malos, sois capaces de ceder hasta por la inoportunidad y la impertinencia, cuánto más vuestro Padre dará el Espíritu Santo a quien se lo pida!<br />La pregunta que siempre nos hacemos queda en pie: ¿Y por qué no me escucha Dios a mi? Habría que responderla con esta otra: ¿Y hasta qué punto yo siento a Dios como mi Padre y confío en Él con la seguridad de que él no me va a dar jamás algo que no me convenga?</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-82715660962023515992010-07-14T14:27:00.000-07:002010-07-14T14:32:48.998-07:00DOMINGO XVI DEL T. ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro del Génesis 18, 1‑10a<br /></strong><span style="font-size:78%;">Señor, no pases de largo junto a tu siervo<br /></span><br />En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: <br />—«Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo.» <br />Contestaron: <br />—«Bien, haz lo que dices.» <br />Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: <br />—«Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.» <br />Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. <br />Después le dijeron: <br />—«¿Dónde está Sara, tu mujer?» <br />Contestó: <br />—«Aquí, en la tienda.» <br />Añadió uno: <br />—«Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.» <br /><strong>Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL VALOR DE LA ACOGIDA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> La lección que nos deja hoy la palabra de Dios es magistral para un mundo en el que el individualismo se ha establecido como “religión” y las devociones y prácticas religiosas consisten en blindar puertas y en cercarlo todo, de forma que ya no puedes salir al campo ni te puedes fiar de nadie, pues incluso, cuando llamas a una puerta el vecino a quien vas a visitar en el décimo piso ya sabe quien eres y te puede negar la entrada sin que haya mediado palabra…<br /> En ese ambiente irrumpe hoy la figura de Abraham, mientras sestea a la sombra de su tienda , a la hora de más calor, y ve que se acercan tres hombres; da un salto, se va corriendo hacia ellos, no espera que le pidan auxilio, es él quien se adelanta: se postra ante ellos y les pide que acepten su hospitalidad. Abraham considera un favor que le hacen aceptando su casa y su ayuda; les brinda todo lo que tiene y se muestra generoso con ellos, sintiéndose feliz de poder servirles.<br /> Abraham considera que el forastero, el necesitado, tiene derecho a ser hospedado y socorrido y se muestra completamente a su disposición, sin reparar en esfuerzo y en todo lo que necesiten, para ello implica a toda su familia: a Sara, a los criados…y él mismo permanece de pie mientras comen, para servirles lo que necesiten.<br /> Cuando contemplamos esta actitud y la comparamos con todo lo que nosotros mantenemos hoy: nos encerramos y no queremos ver a nadie, nos molesta que vengan a rompernos el ritmo de nuestra vida, pasamos largas temporadas sin visitarnos… y la cosa se hace más grave todavía cuando vemos las costumbres nuevas que se van introduciendo en nuestra sociedad: ves que la gente se levanta de la mesa antes de terminar de comer y se deja al invitado, y el otro se encierra en su cuarto y se pierde en su ordenador o en su videoconsola y el invitado se queda sin saber qué hacer.<br /> En cambio, todos recordamos a nuestra madre, o a nuestra abuela, como algo grande y entrañable, cuando íbamos a la casa y ponía todo el cariño para recibir a la familia, a la que reunía cada domingo para comer el arroz llegando a convertirse esto en una especie de rito sagrado.<br /></span></em><br /><strong>Salmo responsorial Sal 14, 2‑3ab. 3cd‑4ab. 5 (R.: 1a)</strong><br /><br /><strong>R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? <br /></strong>El que procede honradamente<br />y practica la justicia,<br />el que tiene intenciones leales<br />y no calumnia con su lengua. R.<br /><strong>R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?</strong> <br />El que no hace mal a su prójimo<br />ni difama al vecino,<br />el que considera despreciable al impío<br />y honra a los que temen al Señor. R.<br /><strong>R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?</strong> <br />El que no presta dinero a usura<br />ni acepta soborno contra el inocente.<br />El que así obra nunca fallará. R.<br /><strong>R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?</strong> <br /><br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 24‑28<br /></strong><span style="font-size:78%;">El misterio escondido desde siglos, revelado ahora a los santos<br /></span><br /> Hermanos: <br /> Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. <br /> A éstos ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. <br /> Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo. <br /> <strong> Palabra de Dios.<br /></strong><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“SERVIDORES DE LA SALVACIÓN”</span></strong><br /></div><div align="justify"> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo se siente acogido en la iglesia, ha sido el mismo Cristo quien lo ha incorporado y lo ha hecho parte de su familia; él no puede negarse a seguir haciendo lo mismo que han hecho con él: ser parte de este cuerpo es ser servidor, acogedor de todos aquellos que llegan y viven en él. Si él ha sido acogido, nadie puede ser retirado y cada uno tenemos la obligación de hacer lo mismo que han hecho con nosotros.<br /> Pablo entiende que el plan que Dios ha mantenido en secreto durante siglos ha sido éste: el pueblo que ha permanecido cerrado, la salvación estaba reducida a unos pocos, era algo exclusivo de Israel y ahora se ha abierto para todos y todo el que entra en la iglesia se convierte en servidor de esta salvación que Cristo presenta en la iglesia; esta salvación no puede permanecer escondida, ha de ser llevada al mundo, servida al estilo de Abraham.<br /> S. Pablo pone lo mejor que tiene en este servicio pues entiende que la salvación, la alegría, la esperanza deben llegara a todos los hombres, es un derecho que Cristo ha concedido a todos y la iglesia tiene la obligación de servirlo sin distinción de lenguas, credos, culturas, países….<br /> ¡Cómo es necesario que los cristianos entendamos esto y nos lo repitamos a diario, para que nos convirtamos en servidores de la salvación y de la alegría antes que en obstáculos de ella!<br /></span></em><br /><strong>Aleluya cf. Lc 8, 15<br /></strong>Dichosos los que con un corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios y dan fruto perseverando.<br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /><strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42<br /></strong><span style="font-size:78%;">Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor<br /></span><br />En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. <br />Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. <br />Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: <br />—«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.» <br />Pero el Señor le contestó: <br />—«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN</strong><br /><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL PROBLEMA DE LAS LEYES”</span></strong></div><div align="justify"><br /> <span style="font-family:trebuchet ms;"><em> Cuando leemos este pasaje tenemos el peligro de desviar la atención y minusvalorar algunos aspectos dejándonos llevar, incluso, por la respuesta de Jesús, pero en verdad Jesús no desprecia nada, no reprocha nada ni minusvalora nada de lo que Marta está haciendo, sino que le da a cada cosa su importancia.<br /> Pienso que el pasaje no trata de dejar una representación de las dos posturas típicas de la vida: el activismo y la contemplación, sino que son las dos partes de una misma realidad que se complementan; en Abraham se contemplan unidas, en cambio aquí, es Marta la que lo recibe, le abre la casa y realiza lo que está establecido en las normas sociales del tiempo: Marta prepara la comida, realiza todos los quehaceres de una mujer en el hogar, tal como manda la norma de educación para ofrecer todo lo mejor que tiene la familia, de forma que Jesús pueda sentirse como un miembro más de ella.<br />María es la que lo acoge haciéndole que se sienta a gusto, tenido en cuanta, escuchado, pero esto que está haciendo no es propio del ambiente: no está bien visto el que una mujer se siente a los pies de un maestro a escucharlo como lo hace un discípulo, esto es algo reservado a varones y es posible que Marta se sintiese molesta al ver que tanto Jesús como María estaban rompiendo las normas establecidas y es posible también que fuera en este sentido la lección que Jesús quiere que Marta aprenda: que frente a la palabra de Dios y a su atención a los hombres, en Dios no hay diferencia y nadie ni nada puede privar a una mujer de amar a Dios y escucharlo y expresarse sin limitaciones, de la misma forma que lo hace un hombre.<br /> Pienso que es la lección que todavía le quepa por asumir a la iglesia en general en la que persisten todavía aspectos que solo son entendidos en relación a los varones mientras quedan vetados para la mujer que se la sigue poniendo en relación a Marta y considerando que es ese su papel dentro de la iglesia, cuando Jesús abiertamente dijo lo contrario.<br /> A María le ha tocado, ciertamente, la parte más agradable, que es la de estar a su lado escuchándolo, compartiendo su sonrisa, sus sentimientos… pero la otra parte, la de Marta, también es necesaria, pues de no haberlo hecho así, Jesús hubiera tenido que irse a comer a otro sitio o se hubiera tenido que ir a la cocina y tomarse una cerveza mientras Marta cocinaba y hablaba, como solemos hacer con frecuencia, cuando visitamos una casa en donde tenemos confianza y se nos trata como un miembro de la familia.<br /> Lo importante es que Betania se convirtió para Jesús en referente de familia acogedora, donde Él se encontró con sus amigos que eran su verdadera familia. El evangelio dice expresamente que Jesús amaba a Lázaro, a Marta y a María.</em></span></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-61377941322862531082010-07-06T02:38:00.000-07:002010-07-06T03:01:32.526-07:00DOMINGO XV DEL T. ORDINARIO -C-<div align="justify"><strong>PRIMERA LECTURA<br /></strong><br /><strong>Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10‑14<br /></strong><span style="font-size:78%;">El mandamiento esté muy cerca de ti; cúmplelo</span><br /><br />Moisés habló al pueblo, diciendo: <br />—«Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. <br />Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: "¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?"; ni está más allá del mar, no vale decir: "¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?" <br />El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.» <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-size:130%;">“RESPUESTA A DIOS”</span></strong></div><strong><span style="font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> Moisés le pide al pueblo que recuerde todo lo que ha vivido y tome conciencia de todo lo que Dios ha hecho con él: desde sacarlo de Egipto y mantenerlo vivo en el desierto… no se quiere basar en ideas, sino en realidades; es la señal clara de que Dios está a su lado, que es fiel y no los ha dejado; ellos han de responderle con la misma moneda: “obedecer su voz, cumplir sus mandatos y convertirse” es la respuesta necesaria a todo lo que Dios ha hecho con ellos, no les pide más.<br /> Si el pueblo, después de todo lo que ha vivido, no quiere responder de esa manera a Dios, tendrá que cargar con las consecuencias: “volverá al exilio” y no habrá posibilidad de salir de él, si es que Dios no vuelve a poner su mano y no se da por nuestra parte una conversión.<br /> Esto que Dios está pidiendo como respuesta no es algo que sea imposible hacerlo, que exceda de sus posibilidades y capacidad, al contrario, es algo que está al alcance de todos, “es algo que está muy cerca de ti, en tu boca, en tu corazón”. Obedecer esta ley del Señor es algo que está dentro de cada uno, es la fuente de toda bendición y de felicidad; caminar en esta ley es el único camino de la vida, por el contrario, caminar en otra dirección es perderse, dirigirse hacia la muerte y a la destrucción.<br /> El mensaje que nos trae la palabra de Dios deberíamos aplicárnoslo todos, pero de una forma especial aquellos que dirigen los hilos de la estructura social: gobernantes y dirigentes políticos, sociales, religiosos… seguir el camino de Dios es poner la justicia, la verdad, el amor, la paz, la libertad como horizonte para la humanidad y todo lo que existe ha de estar al servicio de este objetivo, que es el hábitat donde puede vivir la persona, desarrollarse y ser feliz.<br /> Cuando el horizonte es otro: el dinero, el poder… el mundo y la persona no son fines, sino que se los convierte en medios y entonces se establece la destrucción y la muerte.</span></em><br /><br /><br /><strong>Salmo responsorial Sal 68, 14 y 17. 30‑31. 33‑34. 36ab y 37 (R.: cf. 33)<br /></strong><br /><strong>R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.<br /></strong>Mi oración se dirige a ti, Dios mío,<br />el día de tu favor;<br />que me escuche tu gran bondad,<br />que tu fidelidad me ayude.<br />Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;<br />por tu gran compasión, vuélvete hacia mi. R.<br /><strong>R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.</strong><br />Yo soy un pobre malherido; Dios mío,<br />tu salvación me levante.<br />Alabaré el nombre de Dios con cantos,<br />proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.<br /><strong>R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.</strong><br />Miradlo, los humildes, y alegraos,<br />buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.<br />Que el Señor escucha a sus pobres,<br />no desprecia a sus cautivos. R. <br /><strong>R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.<br /></strong>El Señor salvará a Sión,<br />reconstruirá las ciudades de Judá.<br />La estirpe de sus siervos la heredará,<br />los que aman su nombre vivirán en e11a. R. <br /><strong>R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.</strong><br /><br /><strong><span style="font-size:78%;">O bien:</span></strong> <br /><br /><strong> Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 9a)</strong><br /><br /><strong>R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.</strong> <br /><br />La ley del Señor es perfecta<br />y es descanso del alma;<br />el precepto del Señor es fiel<br />e instruye al ignorante. R.<br /><strong>R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.</strong> <br />Los mandatos del Señor son rectos<br />y alegran el corazón;<br />la norma del Señor es límpida<br />y da luz a los ojos. R.<br /><strong>R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.</strong> <br />La voluntad del Señor es pura<br />y eternamente estable;<br />los mandamientos del Señor son verdaderos<br />y enteramente justos. R. <br /><strong>R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.</strong> <br />Más preciosos que el oro,<br />más que el oro fino;<br />más dulces que la miel<br />de un panal que desti1a. R. <br /><strong>R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.</strong> <br /><br /><strong>SEGUNDA LECTURA</strong><br /><br /><strong>Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 15‑20<br /></strong><span style="font-size:78%;">Todo fue creado por él y para él<br /></span><br />Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, <br />Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. <br />É1 es anterior a todo, y todo se mantiene en él. <br />É1 es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. <br />É1 es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. <br />Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. <br />Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. <br /><strong>Palabra de Dios.</strong> <br /><br /><strong>REFLEXIÓN<br /></strong> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“LA MISIÓN DE LA IGLESIA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> S. Pablo escribe a la comunidad de Colosas y presenta las bases y el fundamento de la fe y de toda la vida cristiana: JESUCRISTO, Él es la transparencia del Padre, creador del cielo y tierra, de todo el universo. Si Cristo es la transparencia del Padre, Él es anterior a todo lo que existe y en Él todo cobra sentido, ya que todo lo que existe ha sido creado para que se realice el plan que Dios Padre tenía desde la eternidad, por lo tanto, Cristo está por encima de todo lo que existe y es el principio y el fin de todo el universo. Por tanto, despreciar o prescindir de Cristo es oponernos no solo a nuestro propio destino, sino al mismo sentido de nuestra existencia.<br /> Si Cristo es todo eso, la iglesia, que es su cuerpo, de la que Él es la cabeza, está en el mundo para hacer la misión que Él tiene encomendada por el padre: “Reconciliar consigo todas las cosas… trayendo la paz”.<br /> También sería bueno que de vez en cuando nos planteáramos todos, como miembros de la iglesia, en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros objetivos principales, en torno a qué nos movemos, en qué se nos distingue en el mundo… porque si no es en, para y por aquello por lo que Cristo la instituyó, no solo no tiene sentido su existencia, como tal iglesia, sino que se convierte, incluso, en obstáculo para el reino.<br /></span></em><br /><br /><strong>Aleluya cf. Jn 6, 63c. 68c<br /></strong>Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.<br /><br /><br /><strong>EVANGELIO</strong><br /><br /> <strong>Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25‑37<br /></strong><span style="font-size:78%;">¿Quién es mi prójimo?<br /></span><br /> En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:<br />—«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» <br />É1 le dijo: <br />—«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?» <br />É1 contestó: <br />—«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.» <br />É1 le dijo: <br />—«Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.» <br />Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse. preguntó a Jesús: —«¿Y quién es mi prójimo?» <br />Jesús dijo: <br />—«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayo en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó‑ de largo. <br /> Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: <br /> "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» <br />É1 contestó: <br />— «El que practicó la misericordia con él.» <br />Díjole Jesús: <br />—«Anda, haz tú lo mismo.» <br /><strong>Palabra del Señor.</strong><br /><br /><br /> <strong>REFLEXIÓN</strong><br /> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;">“EL CAMINO A LA VIDA ETERNA”</span></strong></div><strong><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><div align="justify"><br /></span></strong> <em><span style="font-family:trebuchet ms;"> La pregunta que el maestro de la ley le hace a Jesús no tiene sentido en alguien como él, que debe ser quien dé la respuesta a los que no tienen posibilidad de estar instruidos en las leyes.<br /> La pregunta es propia de alguien sencillo del pueblo y es fundamental: ¿qué hay que hacer para alcanzar la vida eterna? Pero un maestro de leyes debe saber esto. Se trata de saber el sentido que tiene la vida actual y la eterna o, dicho de otra manera ¿qué sentido tiene la esperanza?<br /> Pero ya lo indica el evangelio: el maestro de leyes intenta poner una trampa a Jesús y al final es él mismo quien cae en ella, pues Jesús le revuelve la pregunta y lo deja al descubierto pidiéndole que conteste lo que dice la ley.<br /> El fariseo, cuando se da cuenta que ha sido cogido en su intento, al dar él mismo la respuesta a lo que ha preguntado, se queda al descubierto su intención maliciosa de poner una trampa a Jesús, entonces intenta arreglar la cosa haciéndole otra pregunta: ¿Quién es mi prójimo? Quiere saber si se trata de aquellos que pertenecen al pueblo de Israel o son otros, los extranjeros, los inmigrantes, los de otras religiones… y vuelve a empeorar el asunto, pues el que es maestro de leyes no puede ignorar estas cosas, ya que la escritura lo dice bien claro: Lv. 19,33-34; Dt. 10,19: “Si un inmigrante se instala en vuestra tierra, no lo molestaréis; será para vosotros como un nativo más y lo amarás como a ti mismo”<br /> Por si no recuerda bien estas cosas y no las tiene bien claras le escenifica la respuesta con un ejemplo en el que lo involucra y le hace definirse; Jesús termina diciéndole dónde se tiene que ubicar para dar cumplimiento a eso mismo que él enseña.<br /> En la parábola acentúa dos cosas que deben quedar bien claras:<br />1º: Su prójimo no está mediatizado por la raza, la lengua, la religión, la ideología, la situación<br />personal. Su prójimo es la PERSONA, eso lo entiende hasta el más ignorante, hasta el samaritano que ellos despreciaban.<br /> 2º- Prójimo no es quien yo elijo y lo hago “Mi prójimo”, sino quien se acerca a mi, porque está necesitado de mi ayuda, eso no lo elijo yo ni lo marcan mis reglas; a mi me toca compadecerme de su dolor; se trata de ponerme en su puesto y hacerle lo que a mi me gustaría que me hicieran, si es que me encontrara en su situación.<br /> Por tanto, volviendo a la pregunta inicial: la vida eterna la conseguirá aquel que tiene las cosas muy claras:<br />-Ser cristiano no es responder a una serie de ritos, por los que se es capaz de prescindir de la persona, con tal de que el rito sea perfecto. <br />-ser cristiano es aquel que no le da rodeo a las necesidades del que se encuentra hundido y se acerca a él sin preguntarle quién es.<br />- Es Iglesia de Cristo aquella que se plantea constantemente su conversión y no su renovación litúrgica.<br />-Es cristiano aquel o aquella institución que hace del amor no un mandato, porque no se puede amar por obligación, sino que en la base de la educación pone como fundamento el amor, de tal manera que nace como algo espontáneo y natural, es que no se puede ser de otra manera, tal como lo hace Jesús o Dios Padre.<br />- Ser cristiano es andar por la vida teniendo el MAOR como el único principio de existencia, es un estilo concreto de vivir en donde el prójimo tiene un puesto en la vida, a quien se le trata por principio con misericordia.<br />Ante la pregunta: "¿Qué he de hacer para entrar en la vida eterna?", Jesús se lo deja muy claro: él es maestro de leyes; pues el asunta no consiste en “saber” muchas leyes, muchas normas…mucha doctrina, sino en amar y realizado el amor de forma práctica, que lo sienta la gente, no en teorías bonitas. Jesús lo dejará todavía más claro en la parábola del momento final en el que nos hemos de encontrar con el Rey: no nos van a examinar del catecismo ni vamos a defender ninguna tesis doctoral: se le denominará “benditos” y no “licenciados” a todos aquellos que estuvieron al lado del que se encontraba en necesidad (Mt. 25, 31-46) aunque no supieran a quien lo estaban haciendo.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4553767950222771307.post-7380024607445149102010-07-06T02:37:00.000-07:002010-07-06T02:38:03.554-07:00Unknownnoreply@blogger.com