martes, 28 de octubre de 2008

DOMINGO TREINTA Y UNO T.O. -A-





Lectura del profeta Malaquías 1,14b‑2,2b.8‑10
Os apartasteis del camino y habéis hecho tropezar a muchos en la ley

"Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones ‑dice el Señor de los ejércitos ‑. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no os proponéis dar gloria a mi nombre ‑dice el Señor de los ejércitos ‑, os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví ‑dice el Señor de los ejércitos ‑. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?"
Palabra De Dios


REFLEXIÓN

“¿Y NO LLEVARÁN RAZÓN?”

Al escuchar al profeta Malaquías no puedo evitar tener también presente a Jesús en el enfrentamiento que mantiene con los fariseos y los maestros de la ley. Tanto Malaquías como Jesús se enfrentan abiertamente con la práctica que se está llevando: un ritualismo muy bien hecho pero vacío completamente: lo que se celebra no responde a lo que se hace, más bien, lo que se hace escandaliza cuando se celebra.
La postura de Malaquías coincide con la de todos los profetas y Jesús con todos ellos.
Los sacerdotes se han empecinado y no quieren reconocer que no se puede uno asentar en una postura como la que tienen: ellos ocupan un cargo ante la comunidad y se creen con derecho a convertirse en jueces de los demás echándoles en cara sus faltas y rasgándose las vestiduras cuando alguien les dice que se apliquen el cuento y lo consideran una falta de respeto y una ofensa intolerable. Y no quieren aceptar que tienen un deber fundamental de de mirarse ante el espejo del evangelio dejándose interpelar por él y que no hacerlo es la peor falta de respeto al pueblo y al mismo Dios
Recuerdo que me llamaron a dar una conferencia sobre la droga y arremetí fortísimo contra el consumo de ella y expliqué con toda amplitud de detalles el por qué se dejaba una persona arrastrar por la droga y cómo podría salir de ella.
Al día siguiente, cuando me senté delante de mi máquina de escribir, fui a encender un cigarrillo y no tenía. Me dije: “luego más tarde salgo, compro y de paso me todo un café”. Cuando llegaron las 11 de la mañana había rebuscado en todo el edificio donde trabajaba en todas las papeleras para ver si encontraba siquiera una colilla y en las cuatro horas no había podido escribir ni una sola línea.
En la desesperación me di cuenta que estaba completamente enganchado y sentí una vergüenza terrible al recordar todo lo que había dicho la tarde anterior a más de cien personas que me escucharon. Desde entonces no he vuelto a ponerme un cigarrillo en mis labios, hace más de 20 años y me fumaba 4 cajetillas diarias.
Ahora tampoco puedo evitar el preguntarme: ¿Qué ha pasado para que la gente haya cogido el rebote que tiene contra la iglesia? ¿No será que nos acomodamos en una situación mientras le venimos exigiendo a la gente que salga de donde nosotros estamos instalados?



Salmo responsorial: 130

Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso, /
ni mis ojos altaneros; /
no pretendo grandezas /
que superan mi capacidad.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor
Sino que acallo y modero mis deseos, /
como un niño en brazos de su madre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor
Espere Israel en el Señor /
ahora y por siempre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor


Lectura de la 1ª carta del apóstol S. Pablo a los Tesalonicenses 2,7b‑9.13
Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas

Hermanos: Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésta es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.
Palabra De Dios


REFLEXIÓN

“EL MEJOR TESTIMONIO ES LA VIDA”
Pablo se dirige a los cristianos de la comunidad de Tesalónicas no como el maestro o el juez para recordarles normas o para reprocharles sus fallos, sino para expresarles todo el cariño que les tiene comparable a la figura entrañable de una madre: él los ha engendrado en la fe y los lleva clavados en lo más hondo de su alma y no tiene dificultad en decírselo y es únicamente desde ahí desde donde se pueden decir las cosas tanto para alabar como para corregir.
Por eso, Pablo invita a los tesalonicenses a que recuerden, no los sermones que les ha predicado ni todo lo que les ha aconsejado o les ha reprochado, sino que recuerden cómo ha vivido él el tiempo que ha estado con ellos, eso es lo que hace creíble lo que les ha dicho: su ejemplo personal. Aunque también les deja claro que si él ha podido vivir en esa coherencia ha sido por la fuerza del Espíritu del Señor que le sostiene, pues él, como cualquiera es tan débil que no sería capaz de sostenerse.
Lo que Pablo les ha dado no es una teoría, ni una ley ni un consejo, sino lo más preciado que tiene: es su propia vida.
Esta imagen es valiosísima y no deja de ser un referente para todos nosotros sacerdotes, maestros, padres de familia o personas implicadas en el servicio de la comunidad: ¿Qué es lo que damos a la comunidad? ¿Cómo lo damos? ¿Qué buscamos? ¿Desde qué óptica lo damos?



Lectura del santo evangelio según S. Mateo 23,1‑12
No hacen lo que dicen

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“VOSOTROS NO SEÁIS ASÍ…”
Las palabras de Jesús resuenan como un eco del profeta Malaquías: en tiempos del profeta los sacerdotes y los representantes del pueblo habían perdido todo el espíritu de la ley y lo habían reducido todo a una mera apariencia del cumplimiento de unas leyes rituales que solo preocupaba la apariencia, pero desconectadas completamente de la vida convirtiendo el culto a Yahvé en un teatro ridículo y vergonzoso.
Jesús se encuentra de nuevo con la misma problemática, cosa que ocurrirá más adelante con las mismas comunidades que se esfuerzan mucho en aparentar, en dar una imagen que no corresponde a la realidad de la vida, y Jesús se lanza no con la “ternura” del S. Pablo, sino con la fuerza de Malaquías en contra de esa práctica vergonzosa..
La denuncia de Jesús no es más suave, ni mucho menos, que la del profeta; es que hay cosas que son incompatibles con la respuesta a Dios: no pueden convivir la verdad con la mentira: “ellos no hacen lo que dicen” y eso es intolerable;, no se puede estar diciendo una cosa y luego haciendo otra, “no se puede servir a dos señores” eso confunde, pues el pueblo sencillo y la persona normal, tiende siempre a hacer lo que ve y no lo que oye. “Obras son amores y no buenas razones”.
La iglesia no puede entrar en la onda de la incoherencia: estar predicando el amor, la justicia, la fraternidad, la verdad y la limpieza… y estar al mismo tiempo enfrascada en la corrupción, eso es escandaloso y desorienta.
Por eso ha de estar abierta siempre a la crítica y su postura no es la de condenar a todo el que le dice los fallos que comete, o lo que está presentando distorsionado, su postura debe ser la contraria, entendiendo siempre que, como humana que es, puede equivocarse.
Lo ideal sería poder presentar su vida, tal como hace Jesús: “Si no creéis mis palabras, creed mis obras” que es exactamente lo que dice S. Pablo a la comunidad de los tesalonicenses.
El día que los cristianos y la iglesia pueda decir esto, ese día el sol brillará como en pleno día.






CONMEMORACIÓN DE TODOS
LOS FIELES DIFUNTOS
2-XI-08


Lectura del libro de las LAMENTACIONES 3,17-26

Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor».
Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello, y estoy abatido.
Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión; antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad!
El Señor es mi lote, me digo, y espero en Él.
El Señor es bueno para los que esperan en Él y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios


REFLEXIÓN

¿DÓNDE ESTÁ DIOS CUANDO TODO SE PONE EN CONTRA?

El texto nos presenta la situación del hombre que ha entrado en la vida en una situación de dolor y desdicha: todo parece confabularse en su contra y llega el momento en que piensa si estará Dios enojado con él y lo está castigando, pero cuando mira a su interior, su conciencia no le reprocha una conducta adversa a Dios, más bien ocurre lo contrario: se encuentra en paz con Dios y con todos, sin embargo, la situación se le enfrenta y le lleva al dolor y a la catástrofe.
En esta situación siente que Dios está en la oscuridad, no aparece por ningún lado y tiene la sensación de que lo ha dejado en el desamparo. ¿Cómo mantener la fe en esos momentos?
Es la realidad que a cada momento vivimos y la tentación que sentimos de abandonarlo todo, porque sentimos que Dios nos ha dejado en la estacada, y las fuerzas ya no dan para más.
En esta situación, la palabra de Dios nos invita a que echemos la vista atrás y nos demos cuenta cómo Dios ha estado a nuestro lado en otros momentos difíciles, incluso cuando llegamos a pensar lo mismo, pero al final nos damos cuenta que, si Él no hubiera estado a nuestro lado, hubiera sido imposible seguir adelante y mantenernos firmes.
Al final nos damos cuenta que el Señor es fiel, que va caminando a nuestro lado, que nos sostiene; Él no nos suplanta como muchas veces hace la madre a su hijo: hacer lo que necesariamente debería hacer él; nos apoya a que nos enfrentemos, y nos sostiene en la lucha parta que al final, también nos sintamos a gusto con nosotros mismos y constatemos que es la forma más auténtica de amarnos: no dejándonos solos.
Cuando somos capaces de mirar atrás y constatar la realidad, sentimos ganas de decir como el autor de la “lamentaciones”: “¡qué grande es tu fidelidad!”

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los ROMANOS 6,3-9

Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“DIOS NO HA HECHO MAL AL HOMBRE”

S. Pablo ha venido hablando a los romanos de la gran realidad que se ha dado en el momento de su bautismo: han sido arrancados del mundo del pecado, han sido transplantados en la vida nueva del Espíritu, han sido injertados en la nueva realidad que nos ha traído Cristo… Con el bautismo han crucifica al hombre viejo que recibieron y han resucitado al hombre nuevo que nos ha traído Cristo; su antigua condición de esclavos ha sido rota y han sido revestidos del hombre libre y de la nueva condición de “Hijos de Dios” y hermanos de Jesucristo.
Con el bautismo ha comenzado una andadura nueva en una vida nueva: se han insertado en la muerte de Cristo que no es otra cosa que comenzar la andadura del camino del amor: vivir en el amor es ir muriendo cada día a nuestro egoísmo, a nuestra comodidad, a nuestros intereses, a la avaricia, al odio, a la venganza… acercándonos cada día a la meta, que es la muerte total, para recibir el triunfo, como aquel atleta que al llegar a la meta recibe la corona de triunfador.
Esto es doctrina segura –nos dirá en otro momento- “si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él”
Si esta realidad la quitamos del horizonte de nuestras vidas, todo se viene abajo, nada tiene sentido, no nos diferenciamos de cualquier animal o cualquier planta que nace, crece, se reproduce y muere convirtiéndose en polvo, con lo cual, la muerte es el momento del caos y del sin sentido.
Vistas las cosas así, se entiende la rebeldía y la repugnancia que el hombre siente ante el hecho de la muerte: a nadie le gusta saber que su vida termina en un fracaso y si esa es la meta y el final del ser humano, con toda razón podríamos decir que no tuvo sentido el que el hombre naciera con capacidad de ser libre e inteligente, es más, habría que decir que es el ser más desdichado y peor pensado de toda la creación.. eso repugnaría a la misma realidad de Dios, y peor todavía si es que encima decimos que fue creado a imagen y semejanza de Dios; es impensable un Dios cuyo horizonte es la angustia, la desesperación y el caos.


Lectura del santo evangelio según san JUAN 14,1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya-sabéis el camino.
Tomás le dice:
-Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?
Jesús le responde:
-Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“SIN JESÚS, ES IMPOSIBLE ENTENDER”

Jesús ha vivido junto a sus discípulos la experiencia de la fraternidad, esa primera experiencia, o el primer paso de la presencia del reino de Dios que se presenta en contraposición al reino del egoísmo, de la competición, de la soledad, del mal. Les ha hecho gustar la vivencia del amor verdadero, ese que rompe todas las ataduras y les abre a una nueva dimensión de la vida… Les ha dicho que esto no es más que mostrarles el gran regalo que Dios guarda para aquellos que lo aceptan; eso ya está entre ellos y poco a poco han de ir descubriéndolo, y eso les va a hacer encontrarle sentido a todo lo que hacen y lo que viven, en la medida que se vayan adentrando y se dejen poseer y llenar de su contenido.
La vivencia de esta realidad les irá preparando a su posesión total y plena, pero eso solo es posible más allá de las estructuras en donde nosotros nos movemos, eso es vivir en otra dimensión no sujeta a estructuras humanas.
Esta nueva dimensión es Jesús quien la ha abierto, pues es una realidad divina; es Él quien nos la regala y no hay forma de adquirirla por ningún otro cauce que no sea por Él, no es algo que se puede comprar o que nos puede prestar alguien, esta realidad está en Él y se acerca uno a ella por Él y no hay cómo acercarse, verla y menos saborearla, si no es por Él.
Jesús es el CAMINO la VERDAD y la VIDA y… “Nadie va al Padre, sino por Él.”
Ciertamente esto suena a un lenguaje de “locos”, pues rompe todos los esquemas en los que nos movemos; es un lenguaje de fe, de transcendencia, que está por encima de los esquemas del mundo, que no es evaluable con los cánones mundanos y cualquiera que lo escuche no entiende nada. Y es que hay realidades que solo es posible entenderlas desde la vivencia: el que nunca ha amado ni se ha sentido amado, jamás podrá entender lo que es el amor y considerará un disparate amar y perdonar a quien te ha hecho daño o a quien te está dando constantemente razones para odiarlo.