Lectura del profeta Isaías 45,1.4‑6
Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: "Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro."
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
“LOS DE FUERA RECONOCEN EL VALOR DE LO QUE DESPRECIAMOS”
El texto resulta desconcertante pues vemos cómo Dios se vuelca sobre un rey pagano que ni conoce siquiera el nombre de Yahvé y lo llama “Mi Ungido”, es decir, Dios utiliza como instrumento de salvación en su historia y en su proyecto a gente que no tiene que ver nada con el pueblo elegido, además, abiertamente se pone a su lado y lo sostiene frente a otros reyes, pues lo ha elegido como instrumento de salvación y por él va a quedar claro y patente ante todos los pueblos que Yahvé es el único Dios sobre la tierra.
Es un signo claro de que Dios es el dueño de la historia y toda autoridad en el mundo está basada en Él y se convierte en instrumento de salvación para el mundo cuando sigue las pautas de Dios que son la JUSTICIA la VERDAD, la PAZ. Estos son valores universales que no pertenecen a nadie sino que son exclusivamente de Dios y todo aquel que se atiene a ellas realiza una gestión positiva en colaboración con Dios indistintamente que lo confiese o que lo ignore; lo importante es que en los asuntos terrenos que se le encomiendan estén guiados por esos valores y a todo dirigente se le pedirá cuentas de la gestión que haya hecho si lo hizo a favor o en contra de estos valores.
Lo grave para el pueblo de Israel y hoy, para la iglesia, es que ambos saben que ese es el plan de Dios y ellos no tienen otro sentido de su existencia que ser testigos ante los pueblos de la puesta en práctica de estos valores y de su significado salvador y llegan a olvidarse hasta el punto que, tiene que venir uno de fuera a recordárselo y a darle testimonio de aquello que era suyo como principio identificativo y razón de su ser.
Salmo responsorial: 95
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo, /
cantad al Señor, toda la tierra. /
Contad a los pueblos su gloria, /
sus maravillas a todas las naciones. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, /
más temible que todos los dioses. /
Pues los dioses de los gentiles son apariencia, /
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, /
aclamad la gloria y el poder del Señor, /
aclamad la gloria del nombre del Señor, /
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, /
tiemble en su presencia la tierra toda; /
decid a los pueblos: "El Señor es rey, /
él gobierna a los pueblos rectamente." R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: "Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro."
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
“LOS DE FUERA RECONOCEN EL VALOR DE LO QUE DESPRECIAMOS”
El texto resulta desconcertante pues vemos cómo Dios se vuelca sobre un rey pagano que ni conoce siquiera el nombre de Yahvé y lo llama “Mi Ungido”, es decir, Dios utiliza como instrumento de salvación en su historia y en su proyecto a gente que no tiene que ver nada con el pueblo elegido, además, abiertamente se pone a su lado y lo sostiene frente a otros reyes, pues lo ha elegido como instrumento de salvación y por él va a quedar claro y patente ante todos los pueblos que Yahvé es el único Dios sobre la tierra.
Es un signo claro de que Dios es el dueño de la historia y toda autoridad en el mundo está basada en Él y se convierte en instrumento de salvación para el mundo cuando sigue las pautas de Dios que son la JUSTICIA la VERDAD, la PAZ. Estos son valores universales que no pertenecen a nadie sino que son exclusivamente de Dios y todo aquel que se atiene a ellas realiza una gestión positiva en colaboración con Dios indistintamente que lo confiese o que lo ignore; lo importante es que en los asuntos terrenos que se le encomiendan estén guiados por esos valores y a todo dirigente se le pedirá cuentas de la gestión que haya hecho si lo hizo a favor o en contra de estos valores.
Lo grave para el pueblo de Israel y hoy, para la iglesia, es que ambos saben que ese es el plan de Dios y ellos no tienen otro sentido de su existencia que ser testigos ante los pueblos de la puesta en práctica de estos valores y de su significado salvador y llegan a olvidarse hasta el punto que, tiene que venir uno de fuera a recordárselo y a darle testimonio de aquello que era suyo como principio identificativo y razón de su ser.
Salmo responsorial: 95
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo, /
cantad al Señor, toda la tierra. /
Contad a los pueblos su gloria, /
sus maravillas a todas las naciones. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, /
más temible que todos los dioses. /
Pues los dioses de los gentiles son apariencia, /
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, /
aclamad la gloria y el poder del Señor, /
aclamad la gloria del nombre del Señor, /
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, /
tiemble en su presencia la tierra toda; /
decid a los pueblos: "El Señor es rey, /
él gobierna a los pueblos rectamente." R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
Lectura de la 1ª carta del apóstol S. Pablo a los Tesalonicenses 1,1‑5b
Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordemos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados en Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
¿ES QUE NOS HEMOS DESFONDADO?
Nos encontramos ante el primer texto escrito del Nuevo Testamento. S. Pablo, junto con Timoteo y con Silvano, (probablemente es el mismo que en otros momentos denomina como Silas) Los tres, como parte de la iglesia, se dirigen a la comunidad de los tesalonicenses a quienes los denominan “Iglesia”, indicando de esta manera que no son un grupo a parte de la comunidad originaria de Jerusalén, sino que participan de las mismas prerrogativas de la primera comunidad que salió de las manos de Jesús; ellos han sido elegidos, consagrados por Dios Padre en Jesucristo el Señor.
Pablo, Silvano y Timoteo se sienten felices porque el evangelio que recibieron no lo han malogrado, sino que han permanecido fieles, lo cual quiere decir para ellos, que lo que hicieron cuando les presentaron la Buena Noticia fue válido y correcto, pues de lo contrario, no hubiera permanecido y ha sido la fuerza de la Palabra (el Espíritu Santo) la que ha producido los frutos de la gracia y la paz que ellos ahora les desean.
Es importante destacar los tres pilares en los que Pablo acentúa su alegría por la respuesta de los Tesalonicenses: la iglesia se mantiene por “la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor”. Son las tres virtudes cardinales, lo específico del cristiano, los tres pilares en los que se apoya toda nuestra vida.
Pero Pablo recalca las cualidades de cada uno de estos pilares: se trata de una fe activa que hace que el cristiano se convierte en luz en medio de un mundo en tinieblas, de un amor esforzado, no puramente sentimental y “ñoño”, que se queda en un sentimentalismo ante una idea o una imagen; el amor que están presentando es un amor que se manifiesta en el desprendimiento, en la generosidad, en la entrega, en la acogida, en el respeto… Esto les está llevando a tener que enfrentarse a graves dificultades, y de una esperanza firme que se ha convertido para ellos en la seguridad ante la vida que les lanza a crear un futuro ilusionante que se proyecta al más allá, comprometidos con la transformación de la historia.
Esta imagen de la iglesia de Tesalónicas no es algo que se pierde en la neblina de los tiempos, sino que se convierte hoy en una lámpara que ilumina nuestra realidad de una iglesia que lleva 2000 años de historia, que ha sido evangelizadora, que al estilo de Pablo, Silvano y Timoteo fue y ha sido misionera y hoy parece hacer agua. Salta al aire la pregunta: ¿Qué está pasando? ¿Qué ha ocurrido que nos hemos dejado fascinar por otras propuestas y la fe se ha convertido en un sentimentalismo, la esperanza en una ilusión y el amor lo hemos teñido con el color de la moda?
Lectura del santo evangelio según S. Mateo 22,15‑21
Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?" Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: "Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto." Le presentaron un denario. Él les preguntó: "¿De quién son esta cara y esta inscripción?" Le respondieron: "Del César." Entonces les replicó: "Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios."
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
“LA IGLESIA NO PUEDE SER IMPARCIAL”
Constantemente estamos oyendo que la iglesia no se meta en política y no aceptamos que tome opciones y se defina, sino que preferimos que se quede en la indefinición, es decir en la postura “Light” (vacía) que a nadie hace daño ni le compromete a nada. Eso es un error garrafaz porque es tanto como desentenderse del mundo para el que ha sido establecida como sal y como luz.
La iglesia no puede hacer eso, a no ser que renuncie a su misión y a su esencia, entonces no tendría razón de su existencia.
La iglesia. Lo mismo que hizo Jesucristo, se define y se pone en el lado y a favor incondicionalmente del REINO DE DIOS y este reino es el reinado de la PAZ, de la JUSTICIA, de la VERDAD, del AMOR, de la FRATERNIDAD y no se puede convertir en algo “Light”, tiene que tener una clara definición a favor de este reino y todo aquello que lo deteriore se encontrará a la iglesia en frente. Sea un partido político, una idea filosófica, unos intereses concretos, una moda… La iglesia, el cristiano, no puede ser indiferente.
¡Por supuesto! La iglesia no puede ni debe ser “PARTIDISTA” pues el momento que cae en esta trampa no estaría luchando por el reino de Dios, sino por los intereses de un grupo, excluyendo a los de otros. Eso es “Politiquería”, eso es lo que nos tiene divididos, eso está siendo el cáncer del mundo actual, pues no se ponen en el horizonte los grandes valores: PAZ, JUSTICIA, AMOR, LIBERTAD, SOLIDARIDAD, RESPETO, VERDAD… en donde el hombre encuentra el sentido y la alegría de vivir, sino que hemos construido un sistema de lucha, de intolerancia y de exclusión y esto es un pecado y la iglesia tiene obligación de ser luz que ilumine esta situación y la denuncie. Lógicamente, el que se siente denunciado se revuelve contra la iglesia y le dice que se está metiendo donde no la llaman y ¿no será esa persona la que está metida donde no debe?
El ejemplo de Jesús es clarísimo: el emperador está queriendo hacerse dios y pide que se le rinda culto; el pueblo sabe que Yahvé es el único Dios y que no puede ser suplantado por nadie, Yahvé no tiene imagen, por tanto no puede ser representado en monedas.
Le presentan a Jesús, para ponerlo a prueba, el tema: ¿Es lícito pagar el tributo al Cesar? La pregunta era: ¿Podemos rendir culto al Cesar?
Y Jesús coge una moneda y les hace ver: ¿Qué es lo que el Cesar quiere, dinero? Denle su dinero, pero vuestras vidas son de Dios, con lo cual toma una postura bien concreta: no acepta al Cesar como Dios y lo pone en su sitio: el que resuelva los asuntos temporales para los que ha sido puesto, pero él no es dueño de vuestras vidas. Políticamente se definió de una forma contundente. La iglesia y un cristiano no puede estar con una cara al Cesar y otra a Dios, que es lo que hoy se quiere hacer.