miércoles, 28 de enero de 2009

DOMINGO -IV- DEL T. ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15‑20
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca

Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir."
El Señor me respondió: "Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.”»
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

CADA CRISTIANO ES UN PROFETA”
En un momento el pueblo pide a Moisés que sea él quien se encuentre con Dios y que transmita lo que Dios quiere, pues el pueblo no es capaz de aguantar la presencia de Dios y Moisés plantea lo que significa lo que están pidiendo: esta misión que le han encomendado es la de ser profeta y, el profeta, junto con la ley y la tradición, la sabiduría, serán los signos de la presencia viva de Dios en el pueblo; escucharlo a él será escuchar a Dios mismo.
El profeta no es quien predice el futuro ni dice cosas raras, sino el que habla en nombre de Dios, transmite al pueblo con su vida y su palabra la palabra de Dios.
Lógicamente, la presencia del profeta en un mundo que vive de espaldas a Dios es tremendamente molesta, pues su palabra y su misma persona son una denuncia abierta del mal.
Por eso, el profeta no es cosa de libros, ni fruto de una revolución humana, ni de unas cualidades humanas, ni de una preparación específica… El profeta es un hombre o una mujer que Dios escoge de entre la comunidad “«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios.” Y Dios da al profeta un carisma especial para que su persona sea presencia viva de Él, que pondrá en su boca sus palabras para que las pronuncie.
La profecía es uno de los dones y servicios más importantes que se pueden hacer dentro de una comunidad.
La iglesia tiene el carisma de la profecía, está llamada a ser “palabra de Dios” que ilumina con la verdad al mundo y con su forma de vivir y con su palabra denuncia el mal.
Según esto, es cuestión de que miremos a la iglesia y veamos si el mundo descubre en ella esa presencia y ese eco de la palabra viva de Dios.


Salmo responsorial Sal 94, 1‑2. 6‑7. 8‑9 (R/.: 8)

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.» R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 32‑35
La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos

Hermanos:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“EL REINO, ÚNICO HORIZONTE DEL HOMBRE”
S. Pablo continúa con la misma reflexión que veníamos escuchando: si el tiempo final ha llegado, no merece la pena amarrarse a preocupaciones que nos puedan desviar del objetivo fundamental: el REINO. Todas las cosas recuperan un sentido nuevo en referencia al reino. De esa manera, el matrimonio, como la soltería, como cualquier otra forma de vida, tendrán sentido en función del reino, pero si el hombre o la mujer en lugar de luchar juntos por el reino se convierten en obstáculo el uno para el otro y van a tener que perder la vida luchado por agradarse el uno al otro, entonces no vale la pena perder la vida, es mejor quedarse soltero.
Cuando miramos esto así, y pensamos en la mentalidad actual, nos quedamos estupefactos, pues la motivación actual no es el reino, sino la comodidad, el placer, la actitud de no complicarse la vida; por esta razón, incluso, se pone en tela de juicio el matrimonio y cualquier responsabilidad que podamos afrontar en la vida.
Pero lo que es realmente chocante y triste es que los cristianos nos estemos acomodando a esta mentalidad y la misma religión la supeditamos a estos esquemas.
Según Pablo, el único móvil en la vida ha de ser “Agradar a Dios”, aplicándose a fondo a la construcción del reino, pero esto choca frontalmente con los motivos que mueven la sociedad actual: gozar es igual a ser feliz.


Aleluya Mt 4, 16

El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21‑28
Enseñaba con autoridad

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
—«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó:
—«Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
—«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.


REFLEXION

“CRISTIANO NO ES EL QUE SABE DE JESÚS, SINO EL QUE VIVE”
Jesús aparece en la sinagoga de Cafarnaún como un maestro al que le siguen unos discípulos y se pone a explicar las escrituras; la gente se queda admirada, hasta el punto que llegan a decir que jamás han oído hablar de esa manera, resulta algo completamente nuevo expuesto con autoridad; lo que dice no lo transmite como los otros rabinos.
¿Qué hace a Jesús diferente del resto? Lo que dice no es fruto de algo aprendido en la escuela ni estudiado y preparado para un discurso que pueda resultar original, sino que es algo que vive en lo más profundo de su corazón, es la VERDAD lo que lo guía y es ella su referente, algo que todos ven con claridad, que todos entienden y eso que dice con su boca, ven que lo vive con su vida y lo siente en su corazón; esto es algo que todos perciben con sus ojos, con sus oídos y con todos sus sentidos. Esta es la gran novedad que no han visto jamás en los rabinos, hasta ahora están acostumbrados a oír lecciones de la Toráh, de los profetas… pero es algo de lo que se quedan fuera. El pueblo está harto de “saberes”, de lecciones que se aprenden para repetir y demostrar con ello que estamos preparados, pero se sorprende cuando encuentra a alguien que vive y eso mismo transmite.
El gesto que realiza con el hombre poseído no es más que una demostración clara de la vida y la certeza de sus palabras.
El texto pone en jaque toda nuestra pastoral y todo el esfuerzo que estamos haciendo en la iglesia por “preparar” sacramentos, catequistas, líderes… el profeta no es el que habla de lo aprendido en los libros ni el cristiano es el que demuestra todo lo que sabe de leyes y teorías, sino el que vive recerca el encuentro y la amistad con Jesucristo.

miércoles, 21 de enero de 2009

DOMINGO -III- DEL T. ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1‑5. 10
Los ninivitas se convirtieron de su mala vida

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás:
—«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando:
—« ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“NI HACEN NI DEJAN HACER”
Contrasta el texto con los que nos presentaba la liturgia el domingo pasado: Samuel respondió inmediatamente: “Aquí estoy”; la misma cosa hicieron Andrés y Juan.
Hoy comienza el texto diciendo que por tercera vez Dios se había dirigido a Jonás pidiéndole que fuera a Nínive y después de muchas excusas, acepta la llamada.
No es precisamente Jonás un modelo digno de seguir, aunque sí es una imagen fenomenal de lo que hacemos la gran mayoría, de tal forma que muchas veces respondemos a la fuerza aunque después nos alegramos, algo parecido a lo que le ocurrió a Jonás.
El protagonista de la historia se nos presenta como un ejemplo práctico que caracteriza la postura del pueblo de Israel: un pueblo acomodado y lleno de prejuicios que le impiden levantarse y cambiar. La postura de Jonás contrasta fuertemente con la de los de Nínive: los ninivitas responden positivamente a la predicación de Jonás con una gran docilidad y cambian radicalmente su postura.
Dios invita a una conversión al pueblo de Nínive, pero la conversión tiene que empezar por el mismo que predica el mensaje que ha de abandonar la postura que tiene de huida ante la Palabra de Dios y ha de aceptar que el perdón y la misericordia de Dios alcancen incluso a Nínive que está siendo la causante de un gran dolor para el pueblo de Israel.
Jonás es el ejemplo típico del que no hace ni deja hacer, del que exige lo que no da, del que critica justamente aquello mismo en lo que él está cayendo.
Este es Jonás y su figura es la imagen del pueblo de Israel: se siente acomodado en una situación incluso de injusticia y atropello; no quiere hacer nada para cambiar y, al mismo tiempo critica y protesta incluso del posible perdón que Dios va a dar a Nínive.
La historia vuelve a repetirse con los mismos elementos: vivimos en una situación de injusticia, de corrupción, de abandono de todos los valores… y nadie quiere mojarse, nadie quiere distinguirse, todos criticamos y pedimos que den un cambio desde arriba, pero nosotros no movemos ni un dedo; criticamos cuando nos encontramos a alguien que ha entendido las cosas y está intentando realizar ese cambio. Estoy pensando en aquellos que fueron capaces de romper el rollo de las primeras comuniones o de las bodas: nadie está de acuerdo con lo que se está haciendo y todos critican, pero no somos capaces de cortar con ese rollo y ponemos de vuelta y media al que intenta hacer algo y nadie quiere saber de tomar una postura que pueda suponer enfrentamiento.


Salmo responsorial Sal 24, 4‑5ab. 6‑7bc. 8‑9 (R/: 4a)

R/. Señor, enséñame tus caminos.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.



SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29‑31
La representación de este mundo se termina

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

LLAMADOS A VIVIR EN LIBERTAD”
S. Pablo se dirige a los cristianos de Corinto dando respuesta a algunas de las preocupaciones que hay dentro de la comunidad.
Para Pablo, con la venida de Cristo y su resurrección hemos entrado en una etapa nueva y definitiva de la historia, lo antiguo ya ha pasado, el esquema en el que se ha vivido ya no tiene sentido ni consistencia; hemos entrado en la etapa final y definitiva; ya no se pueden seguir manteniendo posturas que se tenían anteriormente: la cerrazón, estar esclavos de las cosas como si éstas fueran la salvación del hombre; no se puede vivir arrastrados por las bajas tendencias. No se puede vivir amarrados de las cosas como si éstas fueran principios absolutos de vida.
Nada de lo antiguo tiene ya consistencia, el futuro ya ha sido abierto; se nos ha mostrado ya con claridad lo que es absoluto y definitivo para la vida, es, por tanto, perder el tiempo miserablemente el estancarse en aquello que no tiene futuro ni nos lleva a ninguna parte: aquí hemos de vivir como quien está de paso, como quien sabe que nada de lo que existe es definitivo. Es un grave error amarrarse a lo pasajero y perder la vida sirviendo a lo que no nos va a servir para nada, todo se va a quedar aquí.
Estas reflexiones de Pablo hoy tienen un eco impresionante, aunque sea una de las posturas menos aceptadas. Si en su tiempo los atenienses lo dejaron solo cuando empezó a decir que Cristo había resucitado, hoy harían lo mismo al escuchar este discurso, pero su eco no deja de ser algo que tiene una actualidad enorme, porque l hombre, como nunca, busca la libertad y cada vez se va amarrando y siendo esclavo de más cosas: la gente vive esclavizada de los bancos a base de letras y de hipotecas; se tiene hipotecada la casa, el salario, los bienes… hasta la vida... Y encima nos atrevemos a decir que somos libres.

Aleluya Mc 1,15
Está cerca el reino de Dios:
Convertíos y creed en el Evangelio.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14‑20
Convertíos y creed en el Evangelio

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

LA LIBERTAD ES IGUAL LIBERACIÓN”
Jesús sale de Nazaret y comienza su vida pública con un mensaje que irá repitiendo constantemente: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Esta es la gran “noticia”: que el reino ya está aquí, y que ese reino lo llena todo, que es el horizonte y el único sentido de todo lo que existe, que da respuesta a todas las expectativas del hombre. Estar pensando en otra cosa, afanarse en la vida por otra cosa, emplear la vida en otra cosa… es perder miserablemente el tiempo.
Frente a esta gran NOTICIA no queda otra postura coherente y sensata que convertirse, es decir salir de esa estructura de vida en la que estábamos instalados, empujados por el egoísmo, la avaricia, el odio, la violencia, la envidia… Todo eso está abocado a la destrucción y a la muerte, por tanto, es de tontos perder la vida metidos en esa onda y terminar destruyéndonos.
Esta gran noticia hay que acogerla con alegría, creer en Jesús como Dios que se ha encarnado para sacar a los hombres de las tinieblas del error y ponernos en el camino de la liberación y la salvación.
¿En qué consiste, pues, esa conversión? Justamente en liberarse de todo aquello que nos tenía amarrados, ofuscados, creyéndonos que eran esas cosas las que le daban el sentido a la vida abriéndonos a la perspectiva del amor, de la verdad, de la justicia, de la paz… que plantea Jesús.
Si esta es así, nuestra conversión consistiría en empezar quitándonos miedos, prejuicios, falsas seguridades…
Sin embargo, esto que aparentemente está tan claro, y que Jesús lo plantea como el motivo máximo de podemos tener de alegría, cuando hoy lo planteamos a una sociedad con el estómago lleno y con la cabeza embotada de cosas materiales, suena a locura y a discurso de subnormales; decir hoy que el dinero no es la gran seguridad del hombre es un disparate imperdonable; que el prestigio no es el único aval del hombre es vivir fuera de la existencia humana; que la imagen o el poder no son valores fundamentales para poder estar y desenvolverte frente a la gente es sencillamente estar locos.
Y cuando la gente de hoy oye que hay que liberarse de ataduras, lo primero que siente como atadura es a Dios del que intenta liberarse inmediatamente, pues dios es lo que más estorba, lo mismo que la religión, para amarrarse a todo aquello que no tiene futuro, que es a lo que el ser humano suele agarrarse con todas sus fuerzas.

jueves, 15 de enero de 2009

DOMINGO -II- del T. ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b‑10. 19
Habla, Señor, que tu siervo te escucha

En aquellos di as, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió:
‑«Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo:
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí:
—«No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse.
Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo:
—«aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí:
—«No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel:
—«Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha.”»
Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:
—« ¡Samuel, Samuel!» Él respondió: ‑«Habla, que tu siervo te escucha.» Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

¿ QUIÉN ESTÁ DISPUESTO HOY?
Uno de los versículos anteriores al pasaje que nos presenta hoy la liturgia, le dan el contexto a todo esto que nos cuenta sobre la llamada de Samuel: dice textualmente: “La Palabra del Señor era rara en aquel tiempo… la lámpara de Dios todavía no se había apagado” (ver. 2)
En este tiempo, el templo era signo de la presencia de Dios y todavía sigue en pie, pues todavía queda Elí, aunque Dios ya no está de moda y su palabra suena como algo raro.
El momento es clave: Elí está a punto de cerrar sus ojos y sus hijos ya no siguen la línea de su padre, se han apartado de Dios, con él se cierra una etapa, todo apunta a que con él acaba todo, el resto del pueblo, con sus hijos la cabeza, vive perdido, dormido en sus cosas. Es el final de una etapa.
La escena se repite en otros momentos de la historia: El momento en que Jacob tiene que salir huyendo de su tierra, pues su hermano Esaú, que ha roto con todos los principios, se ha casado con una extranjera hitita y a asumido la religión y la cultura de su mujer, lo persigue a muerte y ha perdido las esperanzas.
Cuando todo está aparentemente perdido, Dios le sale al paso y le dice en sueños: “No tengas miedo, yo estoy contigo, te protegeré a donde quiera que vayas, no te abandonaré…” (Gn. 28,15-18) Cuando Jacob despertó, puso la piedra sobre la que había reposado la cabeza durante el sueño, como cimiento para un altar, como signo de la presencia de Dios en aquel lugar, Betel (casa de Dios). Esto era el comienzo de una nueva etapa.
Otro momento semejante a éste, que marca otra época en la vida de una persona y del pueblo, es el momento de la llamada de Isaías: Dios se le acerca cuando el pueblo está perdido, lo purifica y le dice: “¿A quién enviaré a mi pueblo? Isaías responde: Aquí estoy yo, envíame” Y Dios le deja bien clara la situación en la que se encuentra el pueblo y con quien tiene que luchar: “Por más que escuchan no entienden y por más que miran no comprenden”, es decir: se han cerrado a todo, viven ciegos y ofuscados.
Después de presentar la situación tan dura, termina diciendo: “Va a ser talado y exterminado todo, “pero este tronco será semilla santa” Es decir: comienza una siembra nueva (Isa. 6, 7-13)
La misión que Dios le presenta a Samuel es dura pues tendrá que anunciarle al mismo Elí la condena que Dios tiene preparada para él, pues siendo el único justo que queda, ha permitido que se pierda su casa y sus hijos ya no respeten al Señor.
No podemos resistir la tentación de trasplantar la situación al momento que vivimos, por la cantidad de coincidencias:
Elí: Representa la imagen de que todo está acabado, pues ni su presencia de justo es signo de fidelidad a Dios. Con él había que cerrar ya el templo, pues ha dejado de ser signo de presencia de Dios; el resto del pueblo vive a espaldas de Dios, dormido.
Hoy: Tenemos la misma sensación: nuestra vida es signo de todo menos de presencia de Dios y cuando nos miramos, siempre damos la sensación de que después de nosotros hay que cerrar el templo.

Jacob: tiene que huir porque la fe en Yahvé y las costumbres han caído en desuso y son perseguidas.
Hoy: Estamos asistiendo a una lucha globalizada de una cultura que quiere imponer la muerte como un derecho y como algo digno; la iglesia se está quedando sola como defensora de la vida y de la dignidad de la persona.

Isaías: Le presenta a un pueblo completamente cerrado a la luz y una cultura envolvente que le ofusca
Hoy: Tenemos una sociedad que ya no distingue entre el bien y el mal, pues está poniendo el subjetivismo como principio moral y el relativismo como base en la que se apoya todo.

Pero en medio de todo esto, en este proceso, Dios sigue estando presente, su lámpara sigue encendida en mucha gente que parece que ya no tiene nada qué decir, pero en ella sigue Dios actuando y preparando un paso hacia delante que va a romper todos los esquemas y lo va a hacer desde los más débiles.
La esperanza no está en el mundo acomodado, en los “hartos”, en el grupo de los “Siete” ni en el de los “Veinte” ni en los políticos, ni en las grandes multinacionales… todos estos ya tienen demostrado lo que saben hacer y no hacen otra cosa, pues es imposible que aquellos que han hundido el mundo buscando sus intereses, estén dispuestos a desinstalarse y establecer la justicia, igualándose a los más pobres. Estos, van a ser “talados y exterminados dejando el tronco” del que nacerá un nuevo orden y una vida renovada.
Pero hemos de tener mucho cuidado, porque nadie estamos libres de la tala, ni siquiera la iglesia (Elí) contra él también iba la denuncia y la condena, aún siendo el único signo que quedaba de la presencia de Dios; tampoco ahora la “iglesia” en todos sus niveles está libre, porque en todos ellos entró la plaga de la corrupción.

Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8‑9. 10 (R/.: 8a y 9a)

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Entonces yo digo: «Aquí estoy
—como está escrito en mi libro‑
para hacer tu voluntad.» Dios mío,
lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c‑15a. 17‑20
Vuestros cuerpos son miembros de Cristo

Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo.
Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
El que se une al Señor es un espíritu con él.
Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios.
No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros.
Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“PROGRES VERSUS CARCAS”

La historia se repite y suelen presentarse siempre los mismos esquemas: gente que corta por lo derecho y dan por supuestas y superadas un montón de cosas, dándolas por trasnochadas y caducas, como si hubieran descubierto el mundo y van por la vida dándoselas de “liberados”, pensando que todos los que han venido detrás hubieran vivido en la ignorancia y en el engaño; es la eterna división de bandos: los “progres” frente a los “carcas” y todos condenando a los opuestos, es decir: todos con la misma actitud.
En la comunidad de Corinto también hubo un grupo de “progres” que se sintieron liberados de un montón de esquemas en los que se había vivido hasta entonces y ellos saltan por encima de todos los principios tradicionales y fundamentales de la vida y la convivencia cristiana, concretamente con el tema del cuerpo: El cuerpo nos lo ha dado el Señor como instrumento para construir el reino y éste es el sentido que tiene, incluso la libertad cristiana; pero éstos han cogido el rábano por las hojas e interpretan que la libertad que Cristo ha traído es para no sentirse obstaculizados por nada ni por nadie para hacer lo que vaya en su provecho, entonces interpretan que el cuerpo es algo secundario y lo emplean como instrumento no para el reino, sino para el placer y sostienen que Dios lo ha hecho todo bien y todo me es lícito, como si los placeres del mundo a ellos no les hicieran nada, dando por resultado la degradación total y ese libertinaje lo extienden incluso a la lujuria, a la gula, a la avaricia…
Por otro lado, en el ambiente de la época está flotando la mentalidad griega que contrapone el cuerpo al alma como dos realidades opuestas y distintas, dando importancia solo al alma y despreciando el cuerpo, por tanto lo único que interesa es el alma (gnosticismo): teniendo salvada el alma, el cuerpo es completamente secundario.
Pablo pone las cosas en su sitio y hace ver que cuerpo y alma no se pueden separar: el alma sin el cuerpo no es nada y el cuerpo sin el alma es un animal. Cristo ha venido a salvar cuerpo y alma, a la persona entera, por tanto, carne y espíritu son un todo inseparable que forma parte del cuerpo de Cristo.
El problema, después de dos mil años sigue en pie con términos distintos: hoy se quiere ignorar el espíritu y potenciar el cuerpo como máximo instrumento de placer y de revolución: cultivar el cuerpo en todas sus facetas es hoy encontrar la máxima y única forma de felicidad, pero esto no es más que hacer la misma reducción que en tiempos de Pablo convirtiendo al hombre en un animal que no tiene más sentido de la vida ni más perspectivas que su cuerpo y, por tanto, solo es válido aquellos que se puede pesar, medir o contar, que es lo único que da el disfrute puntual e inmediato.

Aleluya Jn 1, 41. 17b
Hemos encontrado al Mesías, que es Cristo;
la gracia y la verdad vinieron por medio de él.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 35‑42
Vieron dónde vivía y se quedaron con él

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
—«Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
—«¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron:
—«Rabí (que significa Maestro), ¿donde vives?»
Él les dijo:
—«Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
—«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
—«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“NO ES CUESTIÓN DE SABER, SINO DE VIVIR”

Juan se encuentra a la orilla del Jordán invitando a la gente a convertirse, a cambiar la forma de pensar que tienen, a tomar una actitud diferente a la que se está queriendo imponer: hemos de responder a Dios y no a la ley que han impuesto.
Juan muestra a la persona de Jesús como un verdadero modelo a seguir, como la única alternativa que hay de respuesta a Dios, y dos de sus discípulos se van detrás de Jesús observándolo, buscando ese modelo que Juan les ha indicado.
De pronto, Jesús les sale al paso con una pregunta que los deja al descubierto: ¿qué buscáis? ¿Qué deseáis encontrar en mí? ¿A qué aspiráis en vuestra vida?
La respuesta de los dos, es la pregunta que llevan dentro y que desea la respuesta de lo que les inquieta: “maestro, ¿qué haces? ¿Cómo organizas tu vida? ¿Desde dónde orientas tú las cosas…? “¿Dónde vives?”
Jesús no se entretiene en darles explicaciones ni fórmulas mágicas, ni les aconseja que lean libros… la vida no se aprende leyendo, ni oyendo, sino viviendo: “Venid y veréis”, es decir: haced la experiencia vosotros mismos, porque hay lecciones en la vida que solo se `pueden aprender viviéndolas.
La vida cristiana no se trata de “saberes”, sino de “vivires”, y el gran problema que tenemos es que estamos demasiados que sabemos demasiado, y muy pocos que vivan lo que saben y aconsejan.
Pero en el texto aparece otra cosa interesante: Juan está con el grupo y él les muestra el camino; del grupo hay dos que tienen inquietud o, por lo menos curiosidad; el resto se quedan tranquilos con Juan, están a gusto, no necesitan más.
Jesús sale al paso del que busca, le invita a tener la experiencia de cercanía con Él: “Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día;” A partir de ahí cambiaron radicalmente las cosas, pero para poder encontrarse con Jesús hay que tener ganas de buscarlo; al que está muy a gusto con lo que tiene, seguro y acomodado, difícilmente va a aceptar la invitación que Jesús le lanza, es que no le va a dejar oportunidad de que lo haga.
Pero también es importante otro detalle: en la vida cristiana, la clave no está en buscar “algo”, eso es facilísimo encontrarlo, y una vez que lo tenemos, nos cerramos y nos sentimos tranquilos y satisfechos; en cristiano se trata de buscar a “alguien” (Jesús) y cuando lo encontramos, nos revoluciona nuestra vida: Jesús no deja tranquilo al que lo encuentra, pues cuando se presenta, nos invita a vivir lo que ha encontrado, y esto cambia radicalmente nuestros esquemas: la historia está llena de casos de millones personas que se dejaron alcanzar por Él, desde los primeros discípulos hasta los hombres y mujeres que hoy están dando sus vidas, porque hicieron suyos los planteamientos de Jesús.
Como he dicho antes, no se trata de “saber” muchas cosas sobre Jesús, sino de encontrarnos con Él, conocerlo, hacer mías sus actitudes fundamentales, sentir que su persona llena mi vida, y cuando esto ocurre, entonces empiezo a mirar la vida, a tratar a la gente, como lo hacía Él; a tener una forma de ser: acogiendo, escuchando, acompañando, comprendiendo, solidarizándome, lo mismo que hacía Él, de tal forma que, cuando alguien se encuentra conmigo, inmediatamente siente que se encontró con Él, y cuando esto ocurre, el verdadero discípulo no puede evitar el ofrecer el camino, como lo hizo Juan Bautista, o como después hicieron Andrés y Juan.
Aquí está la respuesta de todo: el gran problema que la iglesia tiene en nuestros tiempos, de no saber por dónde orientar la pastoral, es porque al no haber “vivires” queremos entusiasmar a la gente con los “saberes” y, lógicamente, hay cosas mucho más agradables que nos dejan tranquilos, y no nos complican la existencia y, si además, nuestras vidas como cristianos, no levantan ninguna interrogante, pues no se distinguen en nada del no creyente, no nos podemos extrañar de nada de lo que nos está ocurriendo.

miércoles, 7 de enero de 2009

BAUTISMO DEL SEÑOR Dom. I del T. Ordinario -B-



Primer domingo del Tiempo Ordinario



PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 42, 1‑4. 6‑7
Mirad a mi siervo, a quien prefiero

Esto dice el Señor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará
hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

MIRAR DESDE OTRO PUNTO DE VISTA”
Isaías, en este primer canto del Siervo de Yahvé, se encuentra a finales del exilio y presenta al mensajero de Dios que viene a proclamar la esperanza, pero se confunde y no se sabe bien si es una persona enviada al pueblo o es el mismo pueblo que ha de transmitir el mensaje de esperanza al mundo; el que sea es un “ungido del Señor”, alguien que viene hablando al corazón. La misión de este “ungido” es restaurar la Alianza de Dios con el pueblo.
Este “ungido” va a presentar la Palabra de Dios con una actitud completamente de humildad: sin imponer, sin gritar, sin exigir, sin romper nada, sin apagar nada, va a ofrecer la salvación como un regalo.
Aunque va a hacer las cosas con la humildad más absoluta, no por eso va a dejar de ser firme: va a proclamar el derecho con firmeza, a establecer la justicia… es decir: va a establecer la Alianza de Dios para quien la quiera, va a regalar la salvación.
El Señor lo llenará de su Espíritu y va a regalar la luz a las naciones, va a abrir los ojos a los ciegos, a sacar de la cárcel a los cautivos, y va a dar la luz a todos los que viven en las tinieblas del error y la mentira.
Este es su proyecto y su misión la va a realizar sin forzar a nadie, sin violentar; es un regalo cargado de amor, como Dios suele hacer siempre las cosas, como cuando da la vida. No exige nada, simplemente desea que gocemos con lo que nos ha dado, pero no obstante, suele ocurrirnos como hacemos con aquellas cosas que no las tenemos catalogadas con el canon del dinero y no las hemos pagado: parece que no tienen valor y es triste ver cómo reaccionamos: parece que tuviéramos fobia a la Palabra de Dios y a sus propuestas y abiertamente no se la quiere escuchar y molesta hasta oír, aburre y suena a cantinela de curas y de monjas y se prefiere la ley que esclaviza y se valora lo que se impone por la fuerza o por el dinero y frente a la sencillez y la gratuidad respondemos con el desinterés y el desprecio.


Salmo responsorial Sal 28, 1a y 2. 3ac‑4. 3b y 9b‑10

V/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

V/. El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.




SEGUNDA LECTURA


Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34‑38
Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
—Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Palabra de Dios.




REFLEXIÓN

“EL SENTIDO DE VIVIR”

Pedro comienza su discurso en Cesarea en casa de Cornelio y presenta el mensaje de Jesús y su persona abiertos a todo el mundo. Cristo ha roto las barreras que la ley tenía puestas al pueblo elegido y se ha dado para todos.
Su salvación traspasa todas las fronteras de lengua, raza, cultura… El ejemplo claro de lo que está hablando será el bautismo del centurión romano: “Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.”
El que Dios se haya encarnado, ha hecho posible que la naturaleza humana haya recuperado la dignidad que Dios le había dado. A cuantos aceptan la Palabra de Cristo y lo reconocen Hijo de Dios, le son perdonados los pecados y son hechos hijos de Dios.
Es la clave y el fundamento de todo el sentido de la vida del hombre. A partir de ahí, todo cobra su sentido, la vida entera tiene otra dimensión. Es la luz de la fe la que ilumina al hombre y le hace mirar el mundo de otra manera.
Sin embargo, como nos ha dicho el profeta Isaías, siempre es una propuesta que Dios nos hace, que no la impone, ni obliga: las cosas de Dios se han de coger como Él las da: en absoluta libertad, por eso, siempre encontraremos a quien se burla de Dios, de los que caminan bajo su luz y se sienten orgullosos de enfrentarse a Dios oponiendo el odio a la paz, la mentira a la verdad, el cinismo al respeto, la división a la unidad… lógicamente, aquellos que optan por las tinieblas, son hijos de las tinieblas y su paso por la tierra será siempre una estela de desolación; creo que la historia demuestra lo que estoy diciendo, pues está llena de personas que son de luz y de otras personas que son de tinieblas y desolación.

Aleluya Mc 9, 6
Aleluya, aleluya.
Los cielos se abrieron
y se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.
Aleluya.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 13‑17
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él

En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: —Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le contesto: —Déjalo ahora. Esta bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: —Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.

REFLEXIÓN

“UN DIOS QUE ROMPE ESTRUCTURAS”

Hasta el tiempo de Jesús los hombres habían tenido una imagen distorsionada de Dios, imagen que, a pesar de haber sido revelada por Jesús ha continuado hasta nuestros días alimentada muchas veces por la misma religión que la ha mezclado de misterio, ocultismo y tabú y aderezada por un miedo a lo desconocido, a lo sagrado e intocable capaz de caer sobre el hombre y aplastarlo.
Y es que el hombre tiene tendencia a hacer las cosas a su imagen y semejanza y no acepta ser al contrario: él está hecho a imagen y semejanza de Dios y por eso siempre ha creído que Dios actúa como nosotros.
Lo que ocurre en el Jordán es bien significativo: mientras hay gente que se escandaliza porque Jesús se deja bautizar pues dice que entonces está haciendo a Juan más importante que a Él, o que Jesús con su bautismo se convierte en seguidor de Juan… es decir: el problemas no es el bien o el mal, sino el protagonismo.
Jesús tiene que decirle al mismo Juan: “¡Anda ya, déjate de todas esas tonterías y hagamos lo que tenemos que hacer!” y ante este ruptura de esquemas que hace Jesús se abre el cielo y no se oye a un Dios exigiendo su puesto ni reclamando sus derechos, condenando, ni denunciando a nadie, ni fustigando… como hacía Juan; simplemente se abre el cielo y se oye diciendo a Dios: “Ahí está mi hijo, el que rompe los esquemas, eso es lo que me gusta”
¡Qué lección más maravillosa! ¡Esta es la actitud que me complace: la humildad, la sencillez, la apertura, la cercanía! Y no va dando voces, condenando, rompiendo lo que está resentido, apagando lo que está a punto de extinguirse; no entra exigiendo derechos ni reclamando honores, ni tiene miedo de que lo consideren menor que Juan, ni siquiera que puedan pensar que es un pecador más. Su mejor palabra es su vida, su actitud y su persona. Esto le hará replantearse al mismo Juan toda su existencia, hasta el punto que dirá: “Mi bautismo es una tontería, el único que quita los pecados es Él, yo no soy más que una voz que grita en el desierto, un junco que se mueve con el viento”.
No, no puedo evitar el mirarme a mi y mirar también a la iglesia. ¡Cuánto tenemos que aprender! ¡Cuánto camino nos queda por recorrer!
Andamos buscando formulas, se lanzan teorías, se inventan estrategias… pero todo va dirigido a mantener el tinglado, pues estamos viendo cómo se va desvaneciendo todo. Da la sensación que hemos montado una imagen esculpida en sal y en el momento en el que se ha levantado la tempestad y las olas empiezan a tocarla estamos viendo que se va diluyendo y mezclándose con el agua de las tinieblas. Parece que lo único que nos interesó fue mantener una apariencia de poder y de seguridad, exactamente la misma cosa que le ocurrió al pueblo judío que creían que con el templo y la ley tenían un seguro de vida, pero se olvidaron de Dios. Nosotros tenemos muchos cristianos, pero muy pocos hombres convertidos que acepten a Dios, hay muchas familias según la ley pero muy pocos sacramentos de amor; no hay vocaciones al servicio porque no hay cristianos convertidos… y es que tenemos muchas leyes, pero poca fe en Jesucristo muerto por nuestro amor, y resucitado para nuestra salvación.

lunes, 5 de enero de 2009

EPIFANIA DE JESÚS -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 60, 1‑6
La gloria del Señor amanece sobre ti

(Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 71, 2. 7‑8. 10‑11. 12‑13

V/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributos;
que los reyes de Sabá y de Arabia
le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

V/. Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 3, 2‑3a. 5‑6
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos

Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra de Dios.


Aleluya Mt 2, 2
Aleluya, aleluya.
Hemos visto salir su estrella,
y venimos a adorarlo.
Aleluya.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 2, 1-12
Venimos de Oriente para adorar al Rey

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: C)Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:CEn Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: *Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel.+
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro; incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.


REFLEXIÓN

“LOS REYES MAGOS”
Mt. 2, 1-12

La fiesta de los Reyes Magos ha tenido siempre en la tradición cristiana una magia especial por todo lo que lleva envuelto: es la fiesta de los sueños, de la ternura, de las manifestaciones de cariño... En su origen es la catequesis que se dio a la primitiva comunidad indicando que la salvación que Cristo había traído era para todos los hombres, de la misma manera que su mensaje del reino era universal: Dios no queda reducido a las fronteras del pueblo de Israel.
Pero la fiesta de hoy tiene también otras connotaciones que nos ponen en guardia, pues aparecen dos mundos muy distintos entre los “magos” que se acercan al “Niño” y lo adoran y Herodes que tiembla y quiere matarlo:
Herodes y toda su corte representan al mundo de los poderosos para quienes lo único que interesa es el poder y con el fin de asegurarlo utilizan todo lo humanamente posible empezando por la mentira y el engaño (a los magos les dijo que quería él también adorarlo y les pidió que le indicasen dónde estaba) y después no dudan incluso en atropellar y en aliarse con el terror importándoles un bledo la vida hasta establecer como ley la muerte del inocente si es que esto les va a dar votos.
Es increíble cómo la historia se repite y como los modelos se van adaptando a cada momento de la historia, revestidos de formas diferentes, pero es la misma cosa.
Herodes se presenta como cuidadoso de la paz, del orden y de la justicia, pero en el fondo quiere quitarse de en medio a Jesús; ha perdido por completo el respeto a la dignidad de la persona.
En ese mundo en el que la gente vive asustada y nadie quiere complicarse aparecen unos personajes extraños que no viven según estos esquemas herodianos ni del pueblo sometido; para estos hombres lo más importantes son los valores grandes del ser humano y buscan dónde se encuentran pues en esos valores es donde está el rastro de lo divino dentro de lo humano.
Herodes ha perdido por completo esta dimensión, hasta el punto que el poder está antes que la persona y no duda en dar una ley de extermino.
Los “magos”, en cambio, van buscando la dimensión divina dentro de lo humano y cuando se encuentran con el Niño, no lo matan, sino que lo adoran, reconocen en él la dignidad humana, descubren en su sencillez la presencia sublime de Dios.
Nos cuenta el evangelio que postrándose le adoraron y pusieron a sus pies los presentes que traían: oro, incienso y mirra indicando que el ser humano está por encima de todos los tesoros y poderes del mundo, que no puede haber otro valor por encima de la dignidad de la persona, pues todo ser humano está llamado a participar de la vida de Dios.
Cuando leemos este pasaje desde esta dimensión cambian radicalmente todas las cosas y uno siente escalofrío al contemplar cómo sigue repitiéndose la historia y cómo volvemos la cara para no darnos por enterados de la denuncia tan impresionante que supone esta celebración.
Al final no nos queda más remedio que ubicarnos: O CON HERODES O CON LOS MAGOS, pero no vale el camino de en medio: con el “Papá Noel” con las bolitas y con los renos