viernes, 29 de agosto de 2008

DOMINGO VEINTIDOS -T.O- -A-

Lectura del profeta Jeremías 20,7‑9
La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: "Violencia", proclamando: "Destrucción". La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: "No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre"; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

¿POR QUIÉN ESTAMOS SEDUCIDOS?

El profeta Jeremías se encuentra en una situación de fuerte conflicto: en su interior luchan tres grandes fuerzas que lo destrozan: el amor que tiene a Dios, siente que no lo puede traicionar ni decirle que no; por otro lado está el amor que tiene a su pueblo, a su tierra, a su cultura…y que ve cómo se está deteriorando y viniéndose abajo todo; y por último está la fuerza de su propia naturaleza que le dice que se resista, que no se enfrente con algo tan duro como lo que Dios le está pidiendo, que se desentienda y no se meta en jaleos…eso le va a complicar la vida, le va a hacer quedar mal ante sus propios amigos, se va a convertir en un ser despreciado por los demás… Pero Jeremías siente que lo que lleva dentro no lo puede contener, es superior a sus fuerzas, no se puede callar, porque si lo hace revienta, aunque al mismo tiempo siente deseos de abandonar el camino, de decirle a Dios que no cuente con él…
Utiliza un termino muy fuerte: “Seducido” (una persona que se ha sentido fascinada por algo o por alguien hasta el punto que no ha sido capaz de decirle que no y se ha entregado poniendo toda la carne en el asador y a la hora de la verdad se ha encontrado con que toda la ilusión se le vuelve en contra y no hay nadie ni nada que cambie esa situación: el camino de rosas que le fascinó se le convirtió en espinas muy duras y amargas) Jeremías se ha sentido así.
Es la historia personal de cada uno de nosotros: cada uno tenemos una llamada que nos invita a hacer un proyecto de vida en el que tengan prioridad los valores del reino que estableció Jesús; ese proyecto entra en conflicto inmediatamente con el proyecto que tiene el mundo, y con las apetencias que tiene nuestro mismo cuerpo; por un lado tenemos nuestros propios ideales, que están de acuerdo con el proyecto que nos presenta Dios, pero por otro lado está el ambiente que nos invita a vivir, a estar bien con todos y encontrar nuestro puesto de acuerdo a la felicidad que ofrece el sistema y por otro lado están nuestras apetencias corporales que no miran otra cosa que el pasárnoslo bien y complicarnos la vida cuanto menos mejor.
¿Qué hacer en medio de toda esta contraposición de fuerzas? El profeta optó al final por responderle a Dios antes que a las demás propuestas; Jesucristo hizo lo mismo, Pablo hizo así también y como él todos los apóstoles y de la misma manera han respondido millones de hombres y mujeres a través de toda la historia… En medio de esa historia de llamadas y respuestas también estoy yo, ¿Qué estoy haciendo?
¡Cuántos Jeremías se necesitan hoy día! ¡Cuántos hombres y mujeres que entiendan que en la vida hay cosas que no son negociables y, por tanto, no pueden entrar en ningún programa siendo sustituías por otra cosa: la VERDAD, la JUSTICIA la PAZ… que entiendan que la fuerza de los sentimientos, de la razón, de la presión social, de los intereses creados…no pueden desplazar esos grandes valores que son referentes absolutos.
Sería hermoso que los medios de comunicación social se dejasen seducir por la VERDAD y se pusieran al servicio de ella y no de intereses particulares o partidistas. Que la política se dejase seducir por la JUSTICIA; que los maestros, los curas, los artistas… se dejasen seducir por el AMOR… aunque el camino se convirtiera en duras espinas, pero estoy seguro que el mundo se convertiría en un oasis de felicidad.

Salmo responsorial: 62

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, /
mi alma está sedienta de ti; /
mi carne tiene ansia de ti, /
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

¡Cómo te contemplaba en el santuario /
viendo tu fuerza y tu gloria! /
Tu gracia vale más que la vida, /
te alabarán mis labios. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Toda mi vida te bendeciré /
y alzaré las manos invocándote. /
Me saciaré como de enjundia y de manteca, /
y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Porque fuiste mi auxilio, /
y a la sombra de tus alas canto con júbilo; /
mi alma está unida a ti, /
y tu diestra me sostiene. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.


Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 12,1‑2

Presentad vuestros cuerpos como hostia viva

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino trasformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios



REFLEXIÓN

“UN CRISTIANO NO TIENE POSIBILIDAD DE OPTAR”
S. Pablo insiste sobre el tema de dar la respuesta a la propuesta de Dios. Para él hay dos grandes propuestas en la vida para el hombre y para la iglesia:
1ª: La propuesta del mundo: establece como horizonte del hombre el dinero, al que le da la categoría de “dios” a quien te puedes entregar, fiarte y confiar de que te sacará de cualquier atolladero y con quien encontraras la felicidad y la seguridad: el dinero nos va a dar poder, riqueza,, prestigio, fama y nos va a abrir todas las puertas.
El dinero ubica al hombre en el centro de la vida y hará que todo gire alrededor del hombre, que utiliza las personas y las cosas siempre en beneficio suyo y las personas y las cosas tendrán sentido en tanto en cuanto le sirven a sus intereses.
Es resultado final de esta opción es un mundo en guerra y en odio ya que el ser humano llega a considerar a todos los demás como sus verdaderos contrincantes y enemigos y se encierra en una soledad impresionante
2ª.- La otra propuesta es la de Jesús: en el horizonte del hombre pone el REINO y toda la vida y el sentido de la existencia del hombre y del mundo se ponen en función del Reinado: de LA PAZ, el AMOR, la JUSTICIA, la VERDAD, la LIBERTAD… entonces todas las cosas recuperan su sentido y su grandeza al ponerse en relación a un referente absoluto. El resultado final será un mundo en armonía, en fraternidad.
Un cristiano, la iglesia, no tiene posibilidad de optar por otra cosa que no sea seguir el camino que ha trazado Jesucristo. Si opta por otro camino, no es cristiano y no es la iglesia de Jesús. Un cristiano no puede ser imparcial, necesariamente ha de estar ubicado siempre a favor del reino y en contra de todo lo que le agrede.
S. Pablo exhorta a los cristianos de Roma a que no se lo piensen, pues un cristiano no tiene otra alternativa: o apuesta por la propuesta de Jesús o no tiene sentido nada de lo que hace. Pablo pide que presenten sus cuerpos como ofrenda viva por esta causa, es decir: que pongan su persona entera al servicio de esta causa, o si queremos, dicho con palabras de Jeremías: “dejarse seducir por la causa de Jesús y poner al servicio de ella con todo lo que se tiene”
Hoy en cambio, se están queriendo hacer algunas componendas, como la que escuché en una cadena de TV a un presidente decir: “Yo soy cristiano practicante, pero reconozco que en el mundo en que vivimos no podemos seguir estancados en unos principios judeo-cristianos para seguir haciendo política”. Es decir: no se puede seguir sosteniendo los DIEZ MANDAMIENTOS como principios básicos para la convivencia de los seres humanos. La pregunta que queda en el aire es la siguiente: si quitamos los “diez mandamientos” ¿Qué ponemos que garantice la libertad y la dignidad de la persona? ¿Será tal vez el neoliberalismo económico el que apoye y sostenga la dignidad de la persona y su grandeza?

Lectura del santo evangelio según S. Mateo 16,21‑27

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte." Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios." Entonces dijo a sus discípulos: "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta."
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Y POR QUÉ NO EL CAMINO DE EN MEDIO?
Las tres lecturas de hoy nos llevan a un enfrentamiento frontal: También Jesús nos vuelve a poner contra la espada y la pared: Pedro le ha querido convencer de que es un disparate lo que está queriendo hacer: oponerse al sistema que hay montado; de alguna manera le está diciendo a Jesús que es un disparate oponerse a lo establecido, que lo que hay que hacer es entrar por el aro… y Jesús considera esta actitud y estos consejos provenientes del mismo Satanás y le dice “Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar;” y le da la alternativa: “Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.”: Es decir: la pelea está entablada y, o te pones en un bando o te pones en el otro, o cargas con tu cruz y te vas con El o te pones en contra de Él, o te juegas la vida por su causa y ganas la vida eterna y un mundo en camino del reino de la paz y del amor, o te la juegas por tus intereses, por tus negocios… por la propuesta del mundo y te perderás el futuro glorioso al que estamos llamados. No hay otro camino.
El problema nuestro es el mismo de Pedro: querer compaginar las dos cosas: coger la vía de en medio: ni algo tan radical como dice Jesús, ni algo tan extremo como dice el mundo y entonces inventamos un sistema en el que puedan convivir la verdad con la mentira, la justicia con la injusticia, el odio con el amor, la paz con la guerra, la libertad con la esclavitud y vamos dando una de cal y otra de arena y así no quedamos mal con nadie, incluso llegamos a decir que “ A veces, lo mejor es enemigo de lo bueno” y nos hemos convertido en unos artista de la mentira, y lo disfrazamos todo según conviene y cuando esto ocurre, nos dedicamos a jugar con las palabras y hacemos que digan aquello que queríamos que dijeran, cuando en realidad se dijo otra cosa, y vamos vistiendo al lobo con la piel que conviene en el momento para que el rebaño no se asuste cuando en definitiva lo que se sostiene es la muerte.

miércoles, 20 de agosto de 2008

DOMINGO VEINTIUNO -T.O. - -A-


Lectura del profeta Isaías 22,19‑23
Colgaré de su hombro la llave del palacio de David

Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna."
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“DIOS SE METE EN POLÍTICA”
El pasaje del profeta Isaías nos presenta un caso de corrupción de un tipo contra el que arremete con fuerza.
Se había dado lo que había anunciado el profeta: la victoria y la liberación de Jerusalén el año 701 a.C. En esa circunstancia, que es momento de reflexión, de toma de posturas firmes, de decidirse a levantar al país, resulta que hay gente, como el mayordomo de la casa real, Sobná, que bajo la tapadera del trono está haciendo de las suyas, derrochando el dinero público y robando: está queriendo hacerse un mausoleo subterráneo en lo alto de un monte. Salta a flote la corrupción.
Es curioso ver cómo la historia se repite y la gente sigue haciendo siempre las mismas cosas: delirios de grandeza, ambición desordenada, intrigas, negocios sucios… pero todo esto bendecido y tapado por la ley
El profeta Isaías sale al frente indicándole que no es momento de gastos superfluos ni de ostentaciones inútiles, peor aún si es que esto ha de hacerse a costillas del pueblo que tendrá que pagar todas las consecuencias de todo lo ocurrido y de todos los años aplastado por el desenfreno de sus gobernantes.
Isaías se lanza furioso contra este tipo a quien le pone los puntos sobre las ies haciéndole entender que no se puede atropellar la dignidad del pueblo y le amonesta con fuerza: “Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo”, pero ya en el versículo 18 le dice: “Yavé te va a enrollar como una pelota, te va a hacer rodar por tierra hasta llevarte a un país lejano y allí vas a morir con tus carrozas famosas, tú que deshonras la casa de tu amo”.
Cuando leemos esto y terminamos diciendo “Palabra de Dios” a mí me entra una paz enorme y me da una alegría grande al ver que Dios se interesa por las cosas, por la vida de su pueblo, de los pobres que han de pagar las consecuencias de la poca vergüenza de los dirigentes.
Resulta que a Dios le interesa mucho el desorden que comenten los dirigentes cuando ese desorden lo ha de pagar el pueblo; eso no es meterse en política, sino rectificar la justicia, impedir el atropello que, lo haga quien lo haga y por la razón que lo haga, no tiene excusas.
¡Qué necesitados estamos en la iglesia de PROFETAS, que al estilo de Isaías no tengan miedo a perder el puesto y sean capaces de denunciar la injusticia y el atropello que cponstantemente se hace del pueblo!
Lo más triste de todo esto, es que el mismo pueblo llega a conformarse de tal manera que, llega a ver bien que con su dinero y sus vidas unos cuantos vivan, engorden, jueguen y manipulen todo lo que quieran, para satisfacer los mismos delirios de grandeza, que el tipo Sobna, la avaricia y la ambición desordenada, llegando a aceptarles y a permitirles el que se conviertan en dueños y señores del pueblo y de su destino.



Salmo responsorial: 137

Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; /
delante de los ángeles tañeré para ti, /
me postraré hacia tu santuario, /
daré gracias a tu nombre. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
Por tu misericordia y tu lealtad, /
porque tu promesa supera a tu fama; /
cuando te invoqué, me escuchaste, /
acreciste el valor en mi alma. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
El Señor es sublime, se fija en el humilde, /
y de lejos conoce al soberbio. /
Señor, tu misericordia es eterna, /
no abandones la obra de tus manos. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.


Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 11,33‑36
Él es el origen, guía y meta del universo

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“LA TENTACIÓN DE MANIPULAR A DIOS”
Pablo reflexiona sobre la actitud del pueblo de la alianza: ha tenido todas las posibilidades en sus manos, ha gozado de todos los privilegios… y ha cometido la estupidez de despreciarlo todo y, encima, quiere manejar y manipular a Dios para que entre por donde a él se le ocurre.
Esto parece que es una constante en el ser humano que, cuando las cosas le van a su gusto, se convierte en el déspota que impone sus esquemas y obliga a que todos entren por su aro; es algo que constantemente se repite en todos los tiempos y en todos los esquemas de vida.
S. Pablo quiere que los cristianos hagan una cura de modestia y de humildad «¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero?». Mucha gente intenta dar lecciones y convertirse en consejera de Dios diciendo qué es lo que debería hacer: podemos recordar el momento cuando Pedro se pone a decir a Jesús lo que tiene que hacer y cómo cometió el error de todos: le aconsejó que se acomodara a las formas existentes. Podemos recordar cuántas veces, cada uno de nosotros, hemos dicho: “si yo fuera Dios…” Pero no solo eso, sino que, si Dios no hace lo que yo propongo, corto con Él.
A veces pienso: si Dios le hubiera pedido parecer al hombre para darle la libertad… ¿Qué hubiera pasado? Estoy seguro que le hubieran llegado comentarios de todo tipo y los más frecuentes le hubieran venido de los teólogos indicándole que se anduviera con mucho cuidado por lo peligroso que es poner en manos del ser humano un arma tan poderosa…
Si Jesús hubiera consultado a sus discípulos qué hacía con la mujer adultera, o con Zaqueo, o con Mateo… ¿Qué habría pasado si le hubiera pedido opinión para concluir la parábola del hijo pródigo a un doctor en derecho canónico? Estoy seguro que no se hubiera establecido el sacramento del perdón.
Y cuando vemos que Jesús nos rompe todos los esquemas y nos deja sin argumentos invitándonos a hacer lo mismo, entonces se dedican a interpretar lo que Jesús hizo y a dar consejos a los demás para que tengan cuidado, porque lo que hizo Jesús no es como aparece, sino como la interpretación que ellos hacen.
Pablo se da cuenta que todo esto existe y frena mucho la vida de la comunidad, lo mismo que ha frenado el que el pueblo elegido reconozca a Jesús y que en Él se han cumplido todas las promesas, por eso exclama: «¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento el de Dios...!» porque ve que si lo hubiera dejado en manos de los hombres hubieran estropeado de nuevo todo el proyecto, lo mismo que lo hicieron al principio.
Nosotros nos quedamos siempre en la superficie de las cosas, en lo establecido por la ley o por las conveniencias del ambiente que vivimos, lo que la moda ordena en un momento… pero difícilmente entramos en la profundidad del amor y de la sabiduría de Dios cuyos horizontes no están mediatizados ni por el espacio ni por el tiempo en donde nosotros nos movemos.
Siguiendo el mismo hilo de la misma reflexión, siento ganas de dar gracias a Dios porque no nos escucha cuando rezamos en el padrenuestro: “perdónanos como nosotros perdonamos”, si Dios hiciera esto, que a diario le pedimos, deberíamos estar ya todos condenados para siempre.



Lectura del santo evangelio según S. Mateo 16,13‑20
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“Y YO, ¿QUÉ PINTO EN TU VIDA?”
Estamos viendo constantemente cómo se utilizan las encuestas y sondeos entre la población para ver el grado de aceptación que tiene una cosa o una persona.
Constantemente estamos escuchando los puntos que se aventajan los políticos y vemos cómo esto tiene una importancia enorme, ya que de acuerdo a lo que la gente opina se hacen unas políticas u otras.
Esto mismo que vemos en el mundo y que, en gran cantidad de veces, es lo que determina una forma u otra de actuación, es lo que, por desgracia, entró también en la iglesia y contó más el número de seguidores y la opinión favorable, que la calidad y la autenticidad del seguimiento. Se procuró que todos repitieran la lección políticamente correcta, antes que la vida y la realidad de encuentro con el verdadero Dios, de forma que se llegó a expresar a la perfección lo que estaba mandado, pero sin tener la más mínima experiencia de vida de eso mismo que se proclama.Esas han sido nuestras catequesis desde hace muchísimo tiempo.
Jesús rompe completamente el esquema, le pide a los apóstoles que le digan no lo que está mandado decir, sino lo que realmente sienten en su corazón; no lo que hace la gente normalmente : definir a la persona por lo que hace: “Tú eres el carpintero, el agricultor, el maestro, el ingeniero…” No. Sino aquello que nace de la experiencia profunda del encuentro con Él, fe los que supone Jesús como persona en sus vidas: “Para vosotros ¿quién soy yo?”
No se trata de repetir lo que dice el catecismo que debemos decir, eso ya se sabe; se trata, en cambio, de proclamar lo que en realidad Jesucristo es para mi, el peso que tiene en mi vida, el puesto que ocupa.
Ahí es donde realmente patinamos muchas veces los cristianos: nos ocurre como aquel especialista en vino que era abstemio y jamás probó una sola gota de vino, pero pasó toda su vida hablando de vino y dando conferencias sobre el tema.
Pedro rompe el protocolo y exclama con la fe y la vivencia que tiene por haber vivido a su lado y como expresión de su cariño a la persona de Jesús: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.". Y con toda su debilidad de hombre, en esa debilidad funda Jesucristo su iglesia y la clave de su seguimiento: nosotros seremos lo que Jesucristo sea en nuestras vidas y no tanto lo que sepamos de Él o hayamos aprendido en las catequesis o en los estudios que hayamos hecho sobre Él.
De la misma manera, al preguntar por la iglesia, el peligro que siempre tenemos es definirla por todo lo que hace, por todas sus obras… pero la iglesia, o es reflejo de Jesucristo muerto y resucitado, o de lo contrario, no pasa de ser más que una ONG de las muchas que hay hoy día.

miércoles, 13 de agosto de 2008

ASUNCIÓN DE LA VIRGEN 15-Agosto




Apocalipsis 11,19a; 12,1.3-6a.10ab
Una mujer vestida del sol, la luna por pedestal

Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de la alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas.
Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios.
La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios. Se oyó una gran voz en el cielo: "Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo."
Palabra de Dios

Salmo responsorial: 44

De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.
Hijas de reyes salen a tu encuentro, /
de pie a tu derecha está la reina, /
enjoyada con oro de Ofir. R.
De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, /
olvida tu pueblo y la casa paterna; /
prendado está el rey de tu belleza: /
póstrate ante él, que él es tu Señor. R.
De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.
Las traen entre alegría y algazara, /
van entrando en el palacio real. R.
De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.


SEGUNDA LECTURA

1Corintios 15,20-27a
Primero Cristo como primicia; después todos los que son de Cristo

Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.
Palabra de Dios

EVANGELIO

Lucas 1,39-56
El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia para siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

REFLEXIÓN

“UNA FORMA DISTINTA DE VIVIR LAS VACACIONES”
En nuestro calendario el día de hoy es un referente en el tiempo y en los proyectos de la gente: “La Virgen de Agosto”.
Pero es un momento tan anacrónico que da la sensación de estar completamente fuera de todo, a desmano de todo. Es una época de vacaciones en la que todo el mundo lo que tiene es ganas de divertirse, de olvidarse de todo, de desconectarse de obligaciones y de problemas…
Los textos que trae la liturgia no son muy aptos para meternos en honduras: ¿quién tiene ganas de ponerse a pensar en la situación de la comunidad que lucha contra el dragón que la quiere barrer? ¿Qué mujer siente deseos de ponerse como modelo de lucha por la dignidad de la mujer?
No obstante, hay algo que no es anacrónico, ni está fuera de las preocupaciones que todos cargamos: vivir en soledad, sentirse desamparados y solos… y al contrario, también hay mucha gente que en este tiempo de vacaciones lo emplea no en evadirse, sino en implicarse: gente que estuvo ahorrando todo el año para poder pagarse un pasaje de avión y se va a África o América a una misión a dar clase a unos niños que no han podido tener escuela, o a un hospital a hacer operaciones y dar la posibilidad de que alguien recupere la salud y la esperanza de vivir. De esta gente no hablan los medios de comunicación ni se hacen presupuestos para ayudar a financiarla.
De la misma manera existe el caso contrario: la persona que se ha venido huyendo de su tierra porque allí pasa el año entero sin que nadie le diga buenos días y porque teme que el momento en que entre a un hospital le quiten la vida sin pedirle permiso.
Es el caso concreto de esta mujer: fue a visitar a sus dos hijas al principio del verano y éstas, en cuanto llegó le dijeron que aprovechaban su estancia en casa para darse una vuelta por Europa, de esa manera ella podía descansar tranquila. Y se vino sin poder estar con sus hijas. Ahora decía: “Aquí, siquiera, cuando me levanto por la mañana, mis vecinos me saludan”. Y esta es la razón por la que vive sola en una casita en una aldea de la costa del sol.
Esta tragedia se está viviendo cada vez con más fuerza y desgraciadamente a eso le llamamos progreso y modernismo y hacia eso aspiramos como una gran meta deseable. En esa carrera en la que estamos “compitiendo”, y en estos momentos del año en donde se observa esto con más fuerza, María viene a decirnos que hay otra forma de organizar unas vacaciones, otra forma más segura de ser felices: ayudando y acompañando a que otros vivan.
Cuando oímos y conocemos casos como el de esta señora, inmediatamente nos damos cuenta y nos ponemos en contra de esta situación y aceptamos que es una equivocación muy grave la que estamos cometiendo, pues estamos haciendo una sociedad solo para los fuertes, para los jóvenes, para los que están sanos y están en condiciones de disfrutar la vida… pero los demás, ¿Qué pasa con los demás que no están fuertes, que no son guapos, que no son jóvenes…?
Estamos gritando constantemente que hay que ser tolerantes, respetuosos, acogedores… y estamos haciendo a cada momento una exclusión social de los que no entran en estos esquemas: los niños, a quienes metemos en guarderías; los enfermos a quienes se recluyen en hospitales; los ancianos que se les aparca en asilos y residencias… y vemos cómo se excluye de nuestra sociedad a todos aquellos que no responden al esquema establecido, sin darnos cuenta que a la vuelta de la esquina, a cada uno de nosotros se le va a aplicar el mismo patrón.
En medio de esta situación aparece la Virgen, que en el momento en que se entera que su pariente, que es mayor y está en dificultad, necesita de ayuda, sale corriendo y se queda con ella todo el tiempo que la necesita.
Esta es la única forma de experimentar la verdadera alegría que supone el haber podido arrancar de lo más hondo del que está caído, una sonrisa de esperanza y de gratitud al sentirse que no está solo, que el amor no es un cuento, que vale la pena seguir viviendo y luchando.
Esta forma de ver y vivir la vida, es completamente diferente de la que se nos propone y se pregona en todos los medios de comunicación; es un gozo diferente, es el gozo de saberse instrumento de salvación, pues empiezas a ver los resultados inmediatamente: el joven que por tu ayuda ha podido superar un curso que de otra manera se hubiera perdido para siempre; la persona que está a punto de caer en una depresión nerviosa ante la angustia de la soledad; el anciano que no encuentra quien lo escuche y se hunde en la soledad y en la decepción; la familia que tiene algún miembro en la cárcel y es despreciada por todos los vecinos y no tiene medios para defenderse…
En este tiempo de evasión, la Virgen viene a ser como uno de esos grandes carteles que encontramos en el camino de la vida que nos anuncia, no una playa ni un hotel, sino la situación de un hermano que siente necesidad de tu presencia.

martes, 12 de agosto de 2008

DOMINGO VEINTE T.O. -A-




Lectura del libro de Isaías 56, 1. 6‑7
A los extranjeros los traeré a mi Monte Santo

Así dice el Señor:
Guardad el derecho, practicad la justicia, que mi salvación está para llegar y se va a revelar mi victoria.
A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza: los traeré a mi Monte Santo, los alegraré en mi casa de oración; aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios, porque mi casa es casa de oración y así la llamarán todos los pueblos.

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“PARA DIOS NO HAY EXCLUIDOS”
Quiero terminar el pasaje que nos trae hoy la liturgia sobre el profeta Isaías ya que se dirige concretamente a dos sectores de la población que son marginados y despreciados: los extranjeros, que no tienen derechos ningunos y los eunucos, parece que estas dos categorías de personas están, por ley, excluidas de toda salvación y de la bendición de Dios, es más, ellos mismos así se consideran y han llegado a pensar que son una especie de casta despreciable que ha de estar agradecida de que los dejen vivir:
El texto continúa diciendo:
“Así dice Yavé: Actúen correctamente y hagan siempre lo debido, pues mi salvación se viene acercando y mi justicia está a punto de aparecer. Feliz el hombre que siempre se comporta así, sin desmayar, que se fija en no profanar el sábado y trata de no hacer el mal.
Que el extranjero, que se ha puesto al lado de Yavé, no diga: «Con toda certeza Yavé me dejará afuera de su pueblo.» Ni tampoco afirme el castrado: «Yo no soy más que un árbol seco.» Pues esto dice Yavé a los castrados que observan sus sábados, que hacen lo que a Él le gusta y que no faltan a su compromiso con él: «Les daré dentro de los muros de mi Casa un lugar y una consideración que tendrán más valor que hijos e hijas; les daré una fama que nunca se olvidará.»
Y a los extranjeros que se han puesto de parte de Yavé, para obedecerle, amar su Nombre y ser sus servidores, que tratan de no profanar el sábado y que cumplen fielmente su compromiso conmigo, los llevaré a mi cerro santo y haré que se sientan felices en mi Casa de oración. Serán aceptados los holocaustos y los sacrificios que hagan sobre mi altar, ya que mi casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos.”
Es decir: los esquemas de Dios no son nuestros esquemas ni Él funciona llevado de prejuicios, para Él solo cuenta la actitud que se convierte en una práctica del bien y de la justicia; la situación personal o social, Él no la mira, pues ante Él somos todos iguales.
En cambio, es curioso ver cómo los privilegiados socialmente. Miran con recelo a todos estos que no pertenecen a su estatus y ponen normas para que se impida el acceso al templo del Señor.
Cuando se toma esta actitud, es el mismo Dios quien toma las riendas y coge de la mano a los excluidos por los privilegiados para recorrer con ellos el camino que nosotros hemos prohibido para encontrarse con ellos y llenarlos de gozo.
Podríamos decir que el gran sueño de Dios es hacer que su “casa” sea una gran familia en la que quepan todos, sin puertas ni ventanas, en donde se rompa toda discriminación y todos nos sintamos hijos del mismo Padre.
Cuando leemos despacio estos textos se siente miedo al ver todo lo que hemos montado y la cantidad de leyes que hemos creado que exigen, coartan, excluyen y castigan… cuando Dios Padre solo quiere la unidad, la fraternidad, la acogida, la familiaridad.
Nos hemos inventado leyes y normas que estoy seguro Dios no se le hubieran ocurrido y Él goza haciendo todo lo contrario de lo que nosotros consideramos un pecado gravísimo, pues ve que, en cambio, pasamos por alto otras cosas que deberían asustarnos y sin embargo las hemos aceptado como algo absolutamente normal y lógico, por ejemplo: somos capaces de sentirnos escandalizados profundamente al ver que una mujer realice un gesto determinado dentro de la liturgia, y en cambio nos quedamos tan tranquilo al ver cómo la iglesia se inhibe frente a problemas tan fuertes como el que estamos viviendo de la muerte de tantos pobres que llegan a nuestras costas o de la nueva forma de esclavitud que está naciendo a raíz de su presencia entre nosotros. Yo no hago más que preguntarme: ¿Qué pensarán de nosotros que confesamos que todos somos hermanos?

Salmo responsorial Sal 66, 2‑3. 5. 6 y 8

V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V/. El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges la tierra con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe.

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11, 13‑15. 29‑32
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel

Hermanos:
A vosotros, gentiles, os digo: Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida?
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios; pero ahora, al desobedecer ellos, habéis obtenido misericordia.
Así también ellos que ahora no obedecen, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“PRIMERO YO, Y SI SOBRA ALGO, PARA MI”
S. Pablo se enfrenta a un problema distinto al que se ha encontrado Isaías: aquí se trata del pueblo de Israel, que es el portador de las promesas, el privilegiado de Dios que se autoexcluye: no quiere saber de Dios, no acepta sus mandatos, no quiere seguir el camino que Dios le ha propuesto, ha decidido emprender otros derroteros.
Estoy recordando el encuentro con una persona que me viene con una actitud agresiva reclamándome que tengo que darle dinero “porque estamos atendiendo a las mujeres extranjeras y a las españolas las tenemos abandonadas; que ella siempre ha sido cristiana…” etc.
Cuando le dije que era la primera vez que la veía y que nunca la había visto implicada en algún gesto de solidaridad de los que hacemos en la parroquia, me dijo que ella no estaba de acuerdo con la gente que venía por aquí, que eran todos gente de “no fiar”, es decir: ella se excluye de la comunidad porque se considera tan buena, que no puede estar con gente que “no es de fiar”, ella solo debe acercarse para aprovecharse de los pocos que nos reunimos y en nuestra “maldad”, nos acordamos de los excluidos; ella se excluye y no acepta que se ayude y se acojan a otros que fueron excluidos.
Algo parecido ocurre en el pueblo de Israel: ha despreciado todo el don de Dios, mientras los paganos están ansiándolo, pues ellos nunca han podido gozar, siempre se han sentido excluidos…
Pero ante el abandono del pueblo de sus principios, otros van cogiendo posiciones que se han quedado vacías, hasta el punto que llegan a hacerse fuertes por el abandono de los hijos y llega el momento en que se imponen y son los que establecen las normas.
Ahora Pablo pide que también ellos estén abiertos para que los israelitas puedan tener acceso a la bendición que ellos, por la desobediencia de los otros, ahora gozan, porque si se cierran, pueden llegar a repetir la misma historia, incluso aumentada por el resentimiento y la venganza y convertirse en los peores excluyentes, racistas, intolerantes, fanáticos que existen y hasta en unos peligrosos inquisidores.
El problema con el que se enfrenta Pablo es muy semejante al que nos encontramos en nuestro momento: El pueblo de Israel ha despreciado sus orígenes, su fe y se ha montado en un tren que le lleva a la destrucción; hay otros que están viniendo de fuera y ocupando los puestos que ellos han despreciado, cuando quieran volver se encontrarán que tendrán que pedir permiso, no ya para ocupar otra vez los puestos, que ya no podrán, sino es muy probable que lo tengan que pedir para poder vivir.




EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21‑28
Mujer, qué grande es tu fe

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
—Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.
El no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
—Atiéndela, que viene detrás gritando.
El les contestó:
—Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas:
—Señor, socórreme.
El le contestó:
—No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Pero ella repuso:
—Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.
Jesús le respondió:
—Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“DERECHO A TENER PARA DESPRECIAR”
Siempre se ha dicho que ante un atracón de comida lo mejor es un buen ayuno, pues cuando estamos hartos (hastiados, empachados, repletos…) nos produce hasta asco la comida y preferimos cosas suaves, ligeras, sin consistencia.
El pueblo de Israel era el pueblo de la promesa, con quien Dios se había volcado y a quien tenía siempre a su disposición; era el pueblo preferido, llamado a estar siempre en la cabeza, a gozar de todos los privilegios.
A este pueblo viene Jesús y en él realiza toda su obra e inaugura su mensaje proclamando la Buena Noticia del Reino que la pone en manos de su pueblo.
Llega un momento en que Jesús tiene que decirles: “hay muchos que desearon oír y ver lo que vosotros habéis visto y oído pero no pudieron” y sin embargo respondieron a la llamada de Dios.
El pasaje del evangelio de hoy es un ejemplo clarísimo que deja a Jesús perplejo: esta mujer se conforma con las migajas que el pueblo de Israel desprecia y tira, para ella son signos de esperanza y de salvación, en cambio el pueblo de Israel no valora lo que tiene y lo desprecia.
Yo no puedo evitar ver el reflejo actual: en un jueves santo me toca ir a celebrar la cena del Señor en una comunidad; asisten tres personas y no pude hacer el gesto de lavar los pies porque ninguna de las tres mujeres que fueron dejó que se los lavara. Aquella noche me llamaron de Ecuador diciéndome: “pídele a tu obispo que te deje venir a celebrar la pascua con nosotros pues no tenemos sacerdote”, es una parroquia con treinta mil habitantes y no tienen quién pueda presidir la Eucaristía.
Pero si nos saltamos a otros niveles podremos observar que en casa tenemos un armario tan atiborrado que ya no sabemos qué ponernos y salimos a comprar algo nuevo; o el niño que necesita una habitación para poder meter todos los juguetes y al final se aburre como una ostra porque no sabe a qué jugar ni tiene con quién hacerlo, pues en casa vive solo.
En este mundo que vivimos, en el que tenemos todos los medios a nuestro alcance, que nos sobra de todo y nos sentimos con derecho a tener para poder elegir y despreciar, desde el colegio al médico y hasta el sacerdote, el gran problema que tenemos es que no sabemos qué hacer para no engordar y seguir comiendo, mientras la gran mayoría no sabe qué hacer para poder vivir.
Y hasta las migajas se escatiman y se procura derivarlas por cauces que al final repercutan en beneficio propio.
Ante esta situación de “hartura”, pedimos las cosas blanditas, suaves, sin contenido que comprometa (Light), una religión a la carta, unos ritos para nuestras conveniencias, unas doctrinas que defiendan nuestros intereses, una fe desconectada de la vida y acomodada a mis circunstancias… y todo esto sostenido por unas leyes que me dicen que “yo tengo derecho” y, por lo tanto, exijo lo que me pertenece.
Y aquella gente que para venir el domingo a misa ha de andar durante siete horas por caminos infernales y cuando llega se pone su ropa limpia para asistir a la asamblea y escuchar la palabra de Dios y se mete de lleno en la celebración de la Eucaristía sin mirar el reloj y en ella pasa dos horas bien medidas y sale de ella feliz con toda su familia… esta gente no reclaman derechos, simplemente aprecia y valora el don de Dios que hace exclamar al mismo Jesús: “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas”.

miércoles, 6 de agosto de 2008

DOMINGO DIECINUEVE -T. O. -A-

Lectura del Libro primero de los Reyes 19, 9a. 11‑13a
Aguarda al Señor en el monte

En aquellos días, al llegar Elías al monte de Dios, al Horeb, se refugió en una gruta. El Señor le dijo:
—Sal y aguarda al Señor en el monte, que el Señor va a pasar.
Pasó antes del Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó un susurro.
Elías, al oírlo, se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“DIOS NO GRITA”
Estamos en unos tiempos en los que todo se precipita, las cosas nacen ya viejas y obsoletas, las modas no duran más que la época de la temporada, los escándalos se suceden y son tantos que solo impresionan la semana que los medios de comunicación los tienen en el candelero porque interesan… El ambiente es de tormenta, de huracanes, de ruidos, de truenos y relámpagos… En ese desmadre difícilmente se podrá encontrar a Dios.
Sin embargo, hay mucha gente que quisiera que Dios aparezca gritando y diciendo ¡¡¡ Basta yaaaaaa !!!
No, Dios no habla en la turbulencia; ahí es fácil confundir las voces y engañarse creyendo una cosa que no es.
Elías desaparece de la escena y se refugia en la cueva justamente por esto, tiene que salir de la presión que le envuelve y hacer silencio en su interior para escuchar con claridad y reconocer con nitidez la voz del Señor.
Tantas voces nos gritan a nuestro alrededor, tantas propuestas nos ofrecen la felicidad, tantas voces nos pregonan la “verdad”… que con frecuencia todo se mezcla y se confunde; es algo así como cuando en una radio se cruzan varias emisoras y hay que elevar la antena y afinar perfectamente la frecuencia para poder oír con nitidez
Pienso que Dios sigue hablando, somos nosotros los que estamos en otra frecuencia; el silencio es otra forma de lenguaje: cuando dos se aman, los momentos más entrañables no son los que se atiborran de palabras, sino los que se viven en silencio y desde ahí se comparte lo más grande, por eso, cuando Dios nos quiere decir algo importante, nos pide silencio, que es otra forma de palabra, es espacio de revelación
Quizás llevamos demasiado tiempo con una voz demasiado potente, sosteniendo tormentas con rayos y truenos y manteniendo la gente asustada; ahora, cuando se perdieron los miedos, y cada uno se sintió con fuerza para gritar, ahora nos damos cuenta que Dios no está, que estamos solos en una especie de mercado en el que cada uno pregona su mercancía… Pero Dios emite en otra frecuencia: la del silencio
Podemos constatar con mucha facilidad algo que golpea la vista hasta el punto de hacer daño: los niños de hoy son incapaces de hacer silencio y en cuanto les obligas a estar unos segundos en silencio dicen que están aburridos, son incapaces de adentrarse en el interior. Los jóvenes han de estar envueltos en decibelios, pues el silencio les horroriza y es pánico el que le tienen; en el diálogo la gente no es capaz de aguantar el razonamiento del interlocutor para poder tener una idea completa de lo que piensa para responderle… Es decir: tendríamos que decir que este mundo vive bajo el síndrome del miedo al silencio, metidos en una esquizofrenia colectiva.
La iglesia ha sido más fuerte y auténtica justamente en el silencio y no en los “ruidos”, los grandes hombres y mujeres se hicieron grandes precisamente en el silencio, en el dolor, en el anonimato… “En la brisa estaba Dios”.
Si Dios habla en el silencio, se presenta en la brisa tenue… hemos de ponernos en su sintonía y crear el espacio para poder encontrarnos con Él.

Salmo responsorial Sal 84, 9ab‑10. 11‑12. 13‑14

V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor. Dios anuncia la paz.
La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
V/. El Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 9, 1‑5
Quisiera ser un proscrito por el bien de mis hermanos

Hermanos:
Como cristiano que soy, voy a ser sincero; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza y sangre, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo.
Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según lo humano, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“AMORES EN COLISIÓN”
S. Pablo vive una lucha interior fortísima: por un lado siente un amor entrañable a su pueblo, a su tierra, a su cultura, a su gente… cosa que siente como parte de su ser, pero por otro lado se da cuenta que la VERDAD es demasiado grande, demasiado fascinante como para negarla y abandonarla, pues supondría el aceptar la condena eterna por una estupidez.
A Pablo le duele la ignorancia, la cerrazón y la estupidez de su pueblo que teniéndolo todo a su favor, cierra los ojos a la luz de la verdad y prefiere perderse y renunciar a todas las promesas y a toda la grandeza a la que ha sido destinado, antes que abrirse a Dios y ser feliz.
Él confiesa que sería capaz de aceptar lo que fuera, de sufrir lo que hiciera falta, hasta el ser proscrito y despreciado, si es que esto sirviera para que su pueblo abriera los ojos y aceptara lo que el Señor le ofrece: su propia salvación.
Esta misma sensación puede percibirse hoy a todos los niveles: Dios ofrece la PAZ, la FRATERNIDAD, la ALEGRÍA, la JUSTICIA, la VERDAD… la FELICIDAD. Es cuestión de organizar el mundo de otra manera: haciendo que todos vivan con dignidad como personas, colaborando en el desarrollo de todos los pueblos y de una vida mucho más digna, empleando los recursos que existen en la felicidad de todos… estarían acabados todos los problemas, desparecerían todos los desequilibrios, este mundo sería un paraíso en el que cada uno expondría la riqueza de su cultura, de su tierra… Saldríamos todos beneficiados y sobraría para todos. Sin embargo la avaricia, el ansia de poder, y la envidia ciega los corazones de los hombres y se obstinan hasta el punto de establecer la muerte antes que optar por la vida. Entran ganas de decir como S. Pablo: “Estaría dispuesto a dar todo lo que fuera si es que sirviera para que se dieran cuenta”, pero ni la misma muerte de Jesús, Dios encarnado, sirvió para romper la obstinación de los hombres.


Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 22‑33
Mándame ir hacia ti andando sobre el agua

Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida:
— ¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!
Pedro le contestó:
—Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. El le dijo:
—Ven.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
—Señor, sálvame.
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
— ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo:
—Realmente eres Hijo de Dios.
Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“EL SILENCIO, ESPACIO DEL AMOR”
Jesús ha estado todo el día rodeado de gente, no ha podido dedicar su espacio al Padre y Jesús deja el tiempo necesario libre, sale de la aglomeración, de la superficialidad, del chismorreo y la palabrería, del vacío… Dios no está ahí.
Jesús crea el espacio del silencio, de lo gratuito, de lo “ineficiente” para encontrarse con el Padre sin prisas, sin preocupaciones, en la calma.
Jesús despide a la gente después que le ha calmado el hambre del estómago y del oído. Lo hace para poder seguir con ellos: es necesario que Él esté en paz consigo mismo, que se sienta lleno, que tenga la seguridad de Dios y la sienta para poder transmitirla a la gente.
En el episodio de la barca en medio de la tormenta Pedro siente esto y se deja a los compañeros trajinando, siente que el barullo, el miedo y la tremenda preocupación los tiene fuera de la onda de Dios y se da cuenta que sin Él están perdidos; intenta hacer un paréntesis y se arroja al agua en busca de Jesús. Sin embargo, el trajín de lo que está ocurriendo lo vuelve a apartar del deseo de encuentro con Jesús y se viene abajo: «¡Señor, sálvame!»
En los dos momentos se manifiestan dos actitudes interesantes de Pedro que nos identifican a todos: 1ª el hombre que en el peligro siente la seguridad de que Dios no falla y se arroja a sus manos y el 2º momento es cuando Pedro se siente seguro de si mismo y se da cuenta que se viene abajo y da la posibilidad de entender que es Dios quien lo sostiene y no él.
Esta experiencia la reforzará Jesús en el momento en que le pregunta por tres veces: “Pedro, ¿me amas?” Como queriendo decirle: “Fíate de mi” y Pedro reconoce que solo Él es su fuerza: “Tú sabes, Señor, que yo te quiero”. Lo importante no está en ser el artífice del proyecto, sino en recorrerlo y efectuarlo de la mano de Jesús, que es el que en definitiva lo realiza.
No se trata de proclamarnos héroes, sino de ser capaces de compartir y recorrer el camino juntos dejando que Dios sea el que lleva las riendas.
La lección es fenomenal en los momentos en que vivimos para todas las comunidades en las que cada uno intenta ser el gran protagonista y llevarse todos los laureles, en cambio nos hemos olvidado que el triunfo no está en nuestra sabiduría, en nuestra imaginación, en nuestra fuerza en nuestros saberes, en nuestra simpatía… sino en aceptar que Dios es el que lleva el timón y yo a su lado comparto con mis hermanos el esfuerzo y la tarea, atentos siempre a sus ordenes… ¡No a las mías!