viernes, 29 de agosto de 2008

DOMINGO VEINTIDOS -T.O- -A-

Lectura del profeta Jeremías 20,7‑9
La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: "Violencia", proclamando: "Destrucción". La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: "No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre"; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

¿POR QUIÉN ESTAMOS SEDUCIDOS?

El profeta Jeremías se encuentra en una situación de fuerte conflicto: en su interior luchan tres grandes fuerzas que lo destrozan: el amor que tiene a Dios, siente que no lo puede traicionar ni decirle que no; por otro lado está el amor que tiene a su pueblo, a su tierra, a su cultura…y que ve cómo se está deteriorando y viniéndose abajo todo; y por último está la fuerza de su propia naturaleza que le dice que se resista, que no se enfrente con algo tan duro como lo que Dios le está pidiendo, que se desentienda y no se meta en jaleos…eso le va a complicar la vida, le va a hacer quedar mal ante sus propios amigos, se va a convertir en un ser despreciado por los demás… Pero Jeremías siente que lo que lleva dentro no lo puede contener, es superior a sus fuerzas, no se puede callar, porque si lo hace revienta, aunque al mismo tiempo siente deseos de abandonar el camino, de decirle a Dios que no cuente con él…
Utiliza un termino muy fuerte: “Seducido” (una persona que se ha sentido fascinada por algo o por alguien hasta el punto que no ha sido capaz de decirle que no y se ha entregado poniendo toda la carne en el asador y a la hora de la verdad se ha encontrado con que toda la ilusión se le vuelve en contra y no hay nadie ni nada que cambie esa situación: el camino de rosas que le fascinó se le convirtió en espinas muy duras y amargas) Jeremías se ha sentido así.
Es la historia personal de cada uno de nosotros: cada uno tenemos una llamada que nos invita a hacer un proyecto de vida en el que tengan prioridad los valores del reino que estableció Jesús; ese proyecto entra en conflicto inmediatamente con el proyecto que tiene el mundo, y con las apetencias que tiene nuestro mismo cuerpo; por un lado tenemos nuestros propios ideales, que están de acuerdo con el proyecto que nos presenta Dios, pero por otro lado está el ambiente que nos invita a vivir, a estar bien con todos y encontrar nuestro puesto de acuerdo a la felicidad que ofrece el sistema y por otro lado están nuestras apetencias corporales que no miran otra cosa que el pasárnoslo bien y complicarnos la vida cuanto menos mejor.
¿Qué hacer en medio de toda esta contraposición de fuerzas? El profeta optó al final por responderle a Dios antes que a las demás propuestas; Jesucristo hizo lo mismo, Pablo hizo así también y como él todos los apóstoles y de la misma manera han respondido millones de hombres y mujeres a través de toda la historia… En medio de esa historia de llamadas y respuestas también estoy yo, ¿Qué estoy haciendo?
¡Cuántos Jeremías se necesitan hoy día! ¡Cuántos hombres y mujeres que entiendan que en la vida hay cosas que no son negociables y, por tanto, no pueden entrar en ningún programa siendo sustituías por otra cosa: la VERDAD, la JUSTICIA la PAZ… que entiendan que la fuerza de los sentimientos, de la razón, de la presión social, de los intereses creados…no pueden desplazar esos grandes valores que son referentes absolutos.
Sería hermoso que los medios de comunicación social se dejasen seducir por la VERDAD y se pusieran al servicio de ella y no de intereses particulares o partidistas. Que la política se dejase seducir por la JUSTICIA; que los maestros, los curas, los artistas… se dejasen seducir por el AMOR… aunque el camino se convirtiera en duras espinas, pero estoy seguro que el mundo se convertiría en un oasis de felicidad.

Salmo responsorial: 62

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, /
mi alma está sedienta de ti; /
mi carne tiene ansia de ti, /
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

¡Cómo te contemplaba en el santuario /
viendo tu fuerza y tu gloria! /
Tu gracia vale más que la vida, /
te alabarán mis labios. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Toda mi vida te bendeciré /
y alzaré las manos invocándote. /
Me saciaré como de enjundia y de manteca, /
y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Porque fuiste mi auxilio, /
y a la sombra de tus alas canto con júbilo; /
mi alma está unida a ti, /
y tu diestra me sostiene. R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.


Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 12,1‑2

Presentad vuestros cuerpos como hostia viva

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino trasformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios



REFLEXIÓN

“UN CRISTIANO NO TIENE POSIBILIDAD DE OPTAR”
S. Pablo insiste sobre el tema de dar la respuesta a la propuesta de Dios. Para él hay dos grandes propuestas en la vida para el hombre y para la iglesia:
1ª: La propuesta del mundo: establece como horizonte del hombre el dinero, al que le da la categoría de “dios” a quien te puedes entregar, fiarte y confiar de que te sacará de cualquier atolladero y con quien encontraras la felicidad y la seguridad: el dinero nos va a dar poder, riqueza,, prestigio, fama y nos va a abrir todas las puertas.
El dinero ubica al hombre en el centro de la vida y hará que todo gire alrededor del hombre, que utiliza las personas y las cosas siempre en beneficio suyo y las personas y las cosas tendrán sentido en tanto en cuanto le sirven a sus intereses.
Es resultado final de esta opción es un mundo en guerra y en odio ya que el ser humano llega a considerar a todos los demás como sus verdaderos contrincantes y enemigos y se encierra en una soledad impresionante
2ª.- La otra propuesta es la de Jesús: en el horizonte del hombre pone el REINO y toda la vida y el sentido de la existencia del hombre y del mundo se ponen en función del Reinado: de LA PAZ, el AMOR, la JUSTICIA, la VERDAD, la LIBERTAD… entonces todas las cosas recuperan su sentido y su grandeza al ponerse en relación a un referente absoluto. El resultado final será un mundo en armonía, en fraternidad.
Un cristiano, la iglesia, no tiene posibilidad de optar por otra cosa que no sea seguir el camino que ha trazado Jesucristo. Si opta por otro camino, no es cristiano y no es la iglesia de Jesús. Un cristiano no puede ser imparcial, necesariamente ha de estar ubicado siempre a favor del reino y en contra de todo lo que le agrede.
S. Pablo exhorta a los cristianos de Roma a que no se lo piensen, pues un cristiano no tiene otra alternativa: o apuesta por la propuesta de Jesús o no tiene sentido nada de lo que hace. Pablo pide que presenten sus cuerpos como ofrenda viva por esta causa, es decir: que pongan su persona entera al servicio de esta causa, o si queremos, dicho con palabras de Jeremías: “dejarse seducir por la causa de Jesús y poner al servicio de ella con todo lo que se tiene”
Hoy en cambio, se están queriendo hacer algunas componendas, como la que escuché en una cadena de TV a un presidente decir: “Yo soy cristiano practicante, pero reconozco que en el mundo en que vivimos no podemos seguir estancados en unos principios judeo-cristianos para seguir haciendo política”. Es decir: no se puede seguir sosteniendo los DIEZ MANDAMIENTOS como principios básicos para la convivencia de los seres humanos. La pregunta que queda en el aire es la siguiente: si quitamos los “diez mandamientos” ¿Qué ponemos que garantice la libertad y la dignidad de la persona? ¿Será tal vez el neoliberalismo económico el que apoye y sostenga la dignidad de la persona y su grandeza?

Lectura del santo evangelio según S. Mateo 16,21‑27

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte." Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios." Entonces dijo a sus discípulos: "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta."
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Y POR QUÉ NO EL CAMINO DE EN MEDIO?
Las tres lecturas de hoy nos llevan a un enfrentamiento frontal: También Jesús nos vuelve a poner contra la espada y la pared: Pedro le ha querido convencer de que es un disparate lo que está queriendo hacer: oponerse al sistema que hay montado; de alguna manera le está diciendo a Jesús que es un disparate oponerse a lo establecido, que lo que hay que hacer es entrar por el aro… y Jesús considera esta actitud y estos consejos provenientes del mismo Satanás y le dice “Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar;” y le da la alternativa: “Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.”: Es decir: la pelea está entablada y, o te pones en un bando o te pones en el otro, o cargas con tu cruz y te vas con El o te pones en contra de Él, o te juegas la vida por su causa y ganas la vida eterna y un mundo en camino del reino de la paz y del amor, o te la juegas por tus intereses, por tus negocios… por la propuesta del mundo y te perderás el futuro glorioso al que estamos llamados. No hay otro camino.
El problema nuestro es el mismo de Pedro: querer compaginar las dos cosas: coger la vía de en medio: ni algo tan radical como dice Jesús, ni algo tan extremo como dice el mundo y entonces inventamos un sistema en el que puedan convivir la verdad con la mentira, la justicia con la injusticia, el odio con el amor, la paz con la guerra, la libertad con la esclavitud y vamos dando una de cal y otra de arena y así no quedamos mal con nadie, incluso llegamos a decir que “ A veces, lo mejor es enemigo de lo bueno” y nos hemos convertido en unos artista de la mentira, y lo disfrazamos todo según conviene y cuando esto ocurre, nos dedicamos a jugar con las palabras y hacemos que digan aquello que queríamos que dijeran, cuando en realidad se dijo otra cosa, y vamos vistiendo al lobo con la piel que conviene en el momento para que el rebaño no se asuste cuando en definitiva lo que se sostiene es la muerte.