miércoles, 28 de julio de 2010

DOMINGO XVIII DEL T. ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21‑23
¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

¡Vanidad de vanidades, -dice Qohelet-; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado.
También esto es vanidad y grave desgracia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente.
También esto es vanidad.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“VANIDAD IGUAL A FRACASO”
Es curioso que el sabio “Qohelet comienza el libro con la palabra “hevel” (vanidad), en los versículos de estos dos primeros capítulos la repite 7 veces. Y es que el triunfo o el fracaso de una persona está en tener la vida llena o vacía.
Una cosa “vana” es algo lleno de viento, es decir: vacío, inconsistente, hueco. Y puede ocurrir que en la vida andemos buscando cosas huecas, vacías, inconsistentes… vanas
Para el sabio es inconsistente todo aquello que se tiene que dejar, todo aquello que te llena de tristeza, pues te lo tienes que dejar porque no te sirve para nada, pues no tiene consistencia: “Hay quien trabaja con sabiduría y acierto” es decir: poniendo todo lo mejor que tiene y, después, tiene que dejarlo todo a quien no lo ha trabajado” y para ello empleó su vida entera dejando de ser feliz y de compartir la felicidad con otros: “ todos sus días son sufrimiento, disgusto y fatigas y ni de noche descansa” pues tiene que pagar la letra del coche, del piso,, del chalet, de… sacrificando la vida de la familia, de los hijos, de los amigos, de uno mismo, para conseguir dinero que se ha de llevar un banco, y que en el momento en que dejas de reunir el dinero que te han estipulado, te lo roban todo y te dejan en la calle, o te mandan a la cárcel con todas las leyes a su favor.
Después, cuando ya no sirves para conseguir más dinero, te mueres, y has pasado por la vida amargado. Eso es “Vanidad= vaciedad, inconsistencia.


Salmo responsorial Sal 89, 3‑4. 5‑6. 12‑13. 14 y 17 (R.: 1)

R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.
R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.
R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
Ten compasión de tus siervos. R.
R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.
R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1‑5. 9‑11
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
No sigáis engañándoos unos a otros.
Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo.
En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“LA CODICIA ES IDOLATRIA”
Continuando la lectura de la carta de S. Pablo a los Colosenses en la que S. Pablo hace una especie de corte radical: se ha destruido una historia oscura y se ha roto la continuación del “libro” antiguo que se venía escribiendo para abrir otro libro completamente nuevo; se trata, pues, de seguir escribiendo esas páginas nuevas y no volver a recoger las que se habían arrancado del libro viejo para seguir haciendo lo mismo y viviendo bajo los mismos esquemas: “fornicación, impureza, liviandad, malos deseos, codicia…pues todo eso es idolatría”.
Vivir bajo esos impulsos, es vivir engañados, aunque lo revistamos de piedad y de virtud. Por tanto, algo que debemos desterrar de nuestras vidas es el mentirnos, el hacer distinciones, el catalogar a la gente… si Dios nos ha hecho sus hijos y nos ha aceptado, ¿qué sentido tiene que nosotros nos sigamos sintiendo extraños los unos con los otros? “Cristo está todo en todos”.
La otra gran equivocación de la que nos debemos liberar es de la codicia, pues ésta es como el sentimiento religioso que mueve el culto al dios “Mamón” que lleva a adorar al dinero y la riqueza como la máxima aspiración de la vida y cuya búsqueda y consecución se convierte en la meta y único sentido de la existencia.


Aleluya Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 13‑21
Lo que has acumulado, ¿de quién será?

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
—«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.» Él le contestó:
—«Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?» Y dijo a la gente:
—«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola:
—«Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Que haré? No tengo donde almacenar la cosecha."
Y se dijo:
"Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida."
Pero Dios le dijo:
"Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"
Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“LA “MALA HIERBA” DE LA AVARICIA”

Cuando Jesús habla del reino de los cielos, lo compara al sembrador que echa la semilla y una cae en un terreno lleno de zarzas y malas hierbas que ahogan la semilla y no la dejan que crezca…
Conocemos las personas que hemos tenido contacto con el campo cómo hay ciertas hierbas que nacen y ahogan por completo la semilla, es más, como se les deje crecer, llenan el terreno e impiden que crezca cualquier otra cosa; esa “mala hierba” es la AVARICIA que seca el corazón, lo mina todo, y esteriliza la vida para todo lo que no sea el dinero y la riqueza; incluso, vemos cómo esteriliza el corazón hasta el punto que estando en el lecho de muerte, la única preocupación es lo que se deja, quién se lo va a llevar y hasta el último momento, increíblemente, es cuando más amarrado se siente al dinero.
Recuerdo una escena que me impresionó: fui a dar la unción a una mujer agonizando y estaba acostada sobre billetes de 20 $ y de 50 $ para que ni sus hijos ni nadie se los quitara. Lógicamente, todos los de la familia estaban deseosos que se muriera y ninguno dejaba que los otros se encontraran a solas con la anciana. Mientras estuve confesándola se taparon los oídos pero no quisieron salir de la habitación, me estuvieron vigilando todos los movimientos que hice, no se me fuera a ocurrir coger alguno de aquellos malditos billetes.
Pero esto que resulta cómico, lo estamos viendo a otros niveles, pues todos sentimos el mismo deseo de “tener”, que es lo que guía la conducta de la gran mayoría de la gente, sea de la ideología o de la condición social que sea.
El sistema capitalista que tenemos montado no hace sino dirigir y desarrollar esta tendencia que tenemos innata en nuestro corazón, pero no podemos pensar que otros sistemas, que no se llaman capitalistas, hacen otra cosa distinta ¡ni mucho menos! Al final, todos hacen lo mismo, cada uno desde su punto de vista y desde su ángulo de posición.
Queramos o no, el hombre actual de occidente se ha hecho materialista y ha desplazado a Dios, sustituyéndolo por el dinero, a lo que profesa un amor incondicional. El gran vacío existencial que produce el egoísmo y la insolidaridad de la avaricia, se pretende llenar con cosas, con lo que al final sigue estando vigente la sentencia de Jesús: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"

martes, 20 de julio de 2010

DOMINGO XVII DEL T. ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 18, 20‑32
No se enfade mi Señor, si sigo hablando

En aquellos días, el Señor dijo:
—«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»
Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán.
Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios:
—«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»
El Señor contestó:
—«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.»
Abrahán respondió:
—«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»
Respondió el Señor:
—«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.»
Abrahán insistió:
— «Quizá no se encuentren más que cuarenta.»
Le respondió:
—«En atención a los cuarenta, no lo haré.»
Abrahán siguió:
—«Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?»
É1 respondió:
—«No lo haré, si encuentro allí treinta.»
Insistió Abrahán:
—«Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?»
Respondió el Señor:
—«En atención a los veinte, no la destruiré.»
Abrahán continuó:
—«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»
Contestó el Señor:
—«En atención a los diez, no la destruiré.»
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“EL ROSTRO MISERICORDIOSO DE DIOS”

La escena que nos muestra el pasaje del Génesis está en conexión directa con la que nos presentaba el domingo anterior: el ejemplo de acogida de Abraham: él descubre en aquellos hombres la presencia de Dios y los trata como si a Dios mismo acogiera en su casa, hasta el punto que los huéspedes lo consideran amigo y le revelan proyectos de de Dios: Sara va a dar a luz un hijo; las aberraciones de Sodoma y Gomorra claman al cielo y Dios va a hacer justicia contra los degradados y corrompidos….
Abrahán, ante la noticia, no es que justifique el mal, sino que se compadece de toda la gente buena que habrá en estas ciudades y tendrá que pagar lo que no ha hecho a pesar de estar sufriendo la degradación que han impuesto los perversos y, encima van a tener que perecer por culpa de ellos.
A Abraham le duele esto y suplica a Dios que mire a los inocentes, a los que están sufriendo; él sabe que Dios no es sordo ni ciego a la realidad del dolor de los pobres e indefensos y, entonces, se convierte en el intercesor de todos ellos.
Hubiera sido también correcto que apoyara el castigo de los culpables, pero su corazón se inclina más bien a la misericordia antes que a la justicia, pues a Dios lo siente más padre que juez y, efectivamente, así es: Dios está dispuesto a sopesar, a dialogar y, por fin, a perdonar, mientras haya un solo inocente que no se haya manchado en la corrupción.
El pasaje es entrañable, y la imagen que nos deja de Dios es algo que llega a lo más hondo del alma. Es la imagen que nos revela también Jesús: Dios Padre, lleno de misericordia, que sale cada día a mirar en el horizonte a ver si vuelve el hijo que lo despreció, o el buen pastor que busca la oveja que se le ha ido y no puede soportar el pensar que esté pasándolo mal o en peligro.
Esta es la imagen que debería reflejar la iglesia y cada uno de los creyentes en Jesús, frente a la que todo el mundo tiene: la inquisición, las cruzadas, el Vaticano, el oro, los títulos…


Salmo responsorial Sal 137, 1‑2a. 2bc‑3. 6‑7ab. 7c‑8 (R.: 3a)
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo. R.
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.
Y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 12‑14
Os dio vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados

Hermanos:
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados.
Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“MISERICORDIA POR ENCIMA DE TODO”
Para S. Pablo, hay un antes y un después en su vida: el momento en que todo cambió de una forma radical: algo así como si fuéramos escribiendo un libro con las páginas numeradas y de repente se hace un corte y se arrancan todas las páginas que restan en el libro y se comienza un libro nuevo.
Ese momento, para Pablo, es el bautismo, ahí se abre un libro completamente nuevo y se cierra para siempre lo que se venía escribiendo, se quemó, se borró, se sepultó.: “Estabais muertos a causa de vuestros delitos… pero Dios os ha hecho revivir… ha destruido el pliego de acusaciones que había contra vosotros…”
De nuevo la misericordia de Dios se establece por encima de la justicia. Dios ha pagado un precio elevado por nosotros, le hemos costado la sangre de su Hijo; la resurrección es la prueba de nuestra nueva situación de hombres rescatados, libres, con la dignidad recuperada, y el bautismo es nuestro sí a este rescate que Dios nos ha hecho.
No obstante, nuestra libertad, ahora, mientras vivimos, hemos de ejercitarla aceptando o despreciando lo que Dios ha hecho con nosotros y viviendo en coherencia con lo que hemos optado, aceptando las consecuencias que se derivan de nuestra opción.
De todas formas, independientemente de lo que hayamos optado, el proyecto de Dios es irreversible: lo que yo haga o deje de hacer, no va a cambiar ni un milímetro la postura de Dios: su voluntad y su proyecto es la salvación, aunque el mío sea mi propia destrucción y ahí Dios, sí es plenamente justo: va a hacer lo que yo determine, respetando mi decisión; mi actitud de cambio, de conversión será la que active el resorte de la misericordia, pues Dios está dispuesto en todo momento a “romper” la página, si es que yo decido a volverme a Él.



Aleluya Rm 8, 15bc
Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre.»

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1‑13
Pedid y se os dará

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
—«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo:
—«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»
Y les dijo:
—«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle:
"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle."
Y, desde dentro, el otro le responde:
"No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos."
Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por lo inoportuno, se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“ORAR, CONDICIÓN NECESARIA”

Jesús vuelve a incidir en un tema que considera fundamental y que los apóstoles han de tener muy claro: la oración; ellos lo han visto que constantemente entra en relación con el Padre.
El vivir en constante un ión con Dios Padre es algo tan fundamental que han de vivir en esa tensión por encima de cualquier cosa que se presente.
Ellos, llevados por la curiosidad y por la experiencia que tienen de verlo que a cada momento se pone en contacto con el Padre y no hace nada si no es en su presencia, le piden que los introduzca en eso que Él hace: ORAR y Jesús les abre a algo que es clave: Dios es Padre y los invita a que lo traten como “Abba”, pero para esto han de sentirlo así; Dios no se deja superar en nada: ante el corazón abierto y sincero del hijo, a quien quiere desde lo profundo a su padre, Dios no se resiste a esto ni se anda con medidas, se da en plenitud y se complace dando lo que el hijo le pide, que en un momento puede que no es lo que le convenga, y le da todo lo mejor que necesita, y no lo va a dejar en la estacada.
Sabiendo que Dios está abierto y dispuesto a dar a sus hijos lo que necesitan, el evangelista quiere dejar claro a la comunidad la actitud constante en la que ha de estar: en una actitud de búsqueda, y para ello hay que pedir, llamar… y ¿qué pedir, a dónde llamar, qué hay que buscar…? Eso no importa tanto, eso ya lo sabe bien Dios, lo que hace falta es que no falte nunca ese Espíritu que es el que nos mantiene con vida, porque el momento que esto falta, el momento en que nos sentimos seguros e instalados dejaremos de pedir, de buscar, de llamar y nos llenaremos de miedo a perder las situación que habíamos conseguido.
Jesús les recalca la lección: El Padre no va a dejar de escucharlos, pero eso sí, siempre que se den las condiciones: que por nuestra parte exista el cariño y la confianza del hijo. Jesús termina diciendo: Si vosotros que sois malos, sois capaces de ceder hasta por la inoportunidad y la impertinencia, cuánto más vuestro Padre dará el Espíritu Santo a quien se lo pida!
La pregunta que siempre nos hacemos queda en pie: ¿Y por qué no me escucha Dios a mi? Habría que responderla con esta otra: ¿Y hasta qué punto yo siento a Dios como mi Padre y confío en Él con la seguridad de que él no me va a dar jamás algo que no me convenga?

miércoles, 14 de julio de 2010

DOMINGO XVI DEL T. ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 18, 1‑10a
Señor, no pases de largo junto a tu siervo

En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo:
—«Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo.»
Contestaron:
—«Bien, haz lo que dices.»
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
—«Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.»
Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron.
Después le dijeron:
—«¿Dónde está Sara, tu mujer?»
Contestó:
—«Aquí, en la tienda.»
Añadió uno:
—«Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.»
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL VALOR DE LA ACOGIDA”

La lección que nos deja hoy la palabra de Dios es magistral para un mundo en el que el individualismo se ha establecido como “religión” y las devociones y prácticas religiosas consisten en blindar puertas y en cercarlo todo, de forma que ya no puedes salir al campo ni te puedes fiar de nadie, pues incluso, cuando llamas a una puerta el vecino a quien vas a visitar en el décimo piso ya sabe quien eres y te puede negar la entrada sin que haya mediado palabra…
En ese ambiente irrumpe hoy la figura de Abraham, mientras sestea a la sombra de su tienda , a la hora de más calor, y ve que se acercan tres hombres; da un salto, se va corriendo hacia ellos, no espera que le pidan auxilio, es él quien se adelanta: se postra ante ellos y les pide que acepten su hospitalidad. Abraham considera un favor que le hacen aceptando su casa y su ayuda; les brinda todo lo que tiene y se muestra generoso con ellos, sintiéndose feliz de poder servirles.
Abraham considera que el forastero, el necesitado, tiene derecho a ser hospedado y socorrido y se muestra completamente a su disposición, sin reparar en esfuerzo y en todo lo que necesiten, para ello implica a toda su familia: a Sara, a los criados…y él mismo permanece de pie mientras comen, para servirles lo que necesiten.
Cuando contemplamos esta actitud y la comparamos con todo lo que nosotros mantenemos hoy: nos encerramos y no queremos ver a nadie, nos molesta que vengan a rompernos el ritmo de nuestra vida, pasamos largas temporadas sin visitarnos… y la cosa se hace más grave todavía cuando vemos las costumbres nuevas que se van introduciendo en nuestra sociedad: ves que la gente se levanta de la mesa antes de terminar de comer y se deja al invitado, y el otro se encierra en su cuarto y se pierde en su ordenador o en su videoconsola y el invitado se queda sin saber qué hacer.
En cambio, todos recordamos a nuestra madre, o a nuestra abuela, como algo grande y entrañable, cuando íbamos a la casa y ponía todo el cariño para recibir a la familia, a la que reunía cada domingo para comer el arroz llegando a convertirse esto en una especie de rito sagrado.

Salmo responsorial Sal 14, 2‑3ab. 3cd‑4ab. 5 (R.: 1a)

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.
R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 24‑28
El misterio escondido desde siglos, revelado ahora a los santos

Hermanos:
Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos.
A éstos ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“SERVIDORES DE LA SALVACIÓN”
S. Pablo se siente acogido en la iglesia, ha sido el mismo Cristo quien lo ha incorporado y lo ha hecho parte de su familia; él no puede negarse a seguir haciendo lo mismo que han hecho con él: ser parte de este cuerpo es ser servidor, acogedor de todos aquellos que llegan y viven en él. Si él ha sido acogido, nadie puede ser retirado y cada uno tenemos la obligación de hacer lo mismo que han hecho con nosotros.
Pablo entiende que el plan que Dios ha mantenido en secreto durante siglos ha sido éste: el pueblo que ha permanecido cerrado, la salvación estaba reducida a unos pocos, era algo exclusivo de Israel y ahora se ha abierto para todos y todo el que entra en la iglesia se convierte en servidor de esta salvación que Cristo presenta en la iglesia; esta salvación no puede permanecer escondida, ha de ser llevada al mundo, servida al estilo de Abraham.
S. Pablo pone lo mejor que tiene en este servicio pues entiende que la salvación, la alegría, la esperanza deben llegara a todos los hombres, es un derecho que Cristo ha concedido a todos y la iglesia tiene la obligación de servirlo sin distinción de lenguas, credos, culturas, países….
¡Cómo es necesario que los cristianos entendamos esto y nos lo repitamos a diario, para que nos convirtamos en servidores de la salvación y de la alegría antes que en obstáculos de ella!

Aleluya cf. Lc 8, 15
Dichosos los que con un corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios y dan fruto perseverando.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
—«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó:
—«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“EL PROBLEMA DE LAS LEYES”

Cuando leemos este pasaje tenemos el peligro de desviar la atención y minusvalorar algunos aspectos dejándonos llevar, incluso, por la respuesta de Jesús, pero en verdad Jesús no desprecia nada, no reprocha nada ni minusvalora nada de lo que Marta está haciendo, sino que le da a cada cosa su importancia.
Pienso que el pasaje no trata de dejar una representación de las dos posturas típicas de la vida: el activismo y la contemplación, sino que son las dos partes de una misma realidad que se complementan; en Abraham se contemplan unidas, en cambio aquí, es Marta la que lo recibe, le abre la casa y realiza lo que está establecido en las normas sociales del tiempo: Marta prepara la comida, realiza todos los quehaceres de una mujer en el hogar, tal como manda la norma de educación para ofrecer todo lo mejor que tiene la familia, de forma que Jesús pueda sentirse como un miembro más de ella.
María es la que lo acoge haciéndole que se sienta a gusto, tenido en cuanta, escuchado, pero esto que está haciendo no es propio del ambiente: no está bien visto el que una mujer se siente a los pies de un maestro a escucharlo como lo hace un discípulo, esto es algo reservado a varones y es posible que Marta se sintiese molesta al ver que tanto Jesús como María estaban rompiendo las normas establecidas y es posible también que fuera en este sentido la lección que Jesús quiere que Marta aprenda: que frente a la palabra de Dios y a su atención a los hombres, en Dios no hay diferencia y nadie ni nada puede privar a una mujer de amar a Dios y escucharlo y expresarse sin limitaciones, de la misma forma que lo hace un hombre.
Pienso que es la lección que todavía le quepa por asumir a la iglesia en general en la que persisten todavía aspectos que solo son entendidos en relación a los varones mientras quedan vetados para la mujer que se la sigue poniendo en relación a Marta y considerando que es ese su papel dentro de la iglesia, cuando Jesús abiertamente dijo lo contrario.
A María le ha tocado, ciertamente, la parte más agradable, que es la de estar a su lado escuchándolo, compartiendo su sonrisa, sus sentimientos… pero la otra parte, la de Marta, también es necesaria, pues de no haberlo hecho así, Jesús hubiera tenido que irse a comer a otro sitio o se hubiera tenido que ir a la cocina y tomarse una cerveza mientras Marta cocinaba y hablaba, como solemos hacer con frecuencia, cuando visitamos una casa en donde tenemos confianza y se nos trata como un miembro de la familia.
Lo importante es que Betania se convirtió para Jesús en referente de familia acogedora, donde Él se encontró con sus amigos que eran su verdadera familia. El evangelio dice expresamente que Jesús amaba a Lázaro, a Marta y a María.

martes, 6 de julio de 2010

DOMINGO XV DEL T. ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10‑14
El mandamiento esté muy cerca de ti; cúmplelo

Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma.
Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: "¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?"; ni está más allá del mar, no vale decir: "¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?"
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.»
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“RESPUESTA A DIOS”

Moisés le pide al pueblo que recuerde todo lo que ha vivido y tome conciencia de todo lo que Dios ha hecho con él: desde sacarlo de Egipto y mantenerlo vivo en el desierto… no se quiere basar en ideas, sino en realidades; es la señal clara de que Dios está a su lado, que es fiel y no los ha dejado; ellos han de responderle con la misma moneda: “obedecer su voz, cumplir sus mandatos y convertirse” es la respuesta necesaria a todo lo que Dios ha hecho con ellos, no les pide más.
Si el pueblo, después de todo lo que ha vivido, no quiere responder de esa manera a Dios, tendrá que cargar con las consecuencias: “volverá al exilio” y no habrá posibilidad de salir de él, si es que Dios no vuelve a poner su mano y no se da por nuestra parte una conversión.
Esto que Dios está pidiendo como respuesta no es algo que sea imposible hacerlo, que exceda de sus posibilidades y capacidad, al contrario, es algo que está al alcance de todos, “es algo que está muy cerca de ti, en tu boca, en tu corazón”. Obedecer esta ley del Señor es algo que está dentro de cada uno, es la fuente de toda bendición y de felicidad; caminar en esta ley es el único camino de la vida, por el contrario, caminar en otra dirección es perderse, dirigirse hacia la muerte y a la destrucción.
El mensaje que nos trae la palabra de Dios deberíamos aplicárnoslo todos, pero de una forma especial aquellos que dirigen los hilos de la estructura social: gobernantes y dirigentes políticos, sociales, religiosos… seguir el camino de Dios es poner la justicia, la verdad, el amor, la paz, la libertad como horizonte para la humanidad y todo lo que existe ha de estar al servicio de este objetivo, que es el hábitat donde puede vivir la persona, desarrollarse y ser feliz.
Cuando el horizonte es otro: el dinero, el poder… el mundo y la persona no son fines, sino que se los convierte en medios y entonces se establece la destrucción y la muerte.



Salmo responsorial Sal 68, 14 y 17. 30‑31. 33‑34. 36ab y 37 (R.: cf. 33)

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Mi oración se dirige a ti, Dios mío,
el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mi. R.
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Yo soy un pobre malherido; Dios mío,
tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en e11a. R.
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

O bien:

Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R.: 9a)

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que desti1a. R.
R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 15‑20
Todo fue creado por él y para él

Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.
É1 es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
É1 es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
É1 es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA MISIÓN DE LA IGLESIA”

S. Pablo escribe a la comunidad de Colosas y presenta las bases y el fundamento de la fe y de toda la vida cristiana: JESUCRISTO, Él es la transparencia del Padre, creador del cielo y tierra, de todo el universo. Si Cristo es la transparencia del Padre, Él es anterior a todo lo que existe y en Él todo cobra sentido, ya que todo lo que existe ha sido creado para que se realice el plan que Dios Padre tenía desde la eternidad, por lo tanto, Cristo está por encima de todo lo que existe y es el principio y el fin de todo el universo. Por tanto, despreciar o prescindir de Cristo es oponernos no solo a nuestro propio destino, sino al mismo sentido de nuestra existencia.
Si Cristo es todo eso, la iglesia, que es su cuerpo, de la que Él es la cabeza, está en el mundo para hacer la misión que Él tiene encomendada por el padre: “Reconciliar consigo todas las cosas… trayendo la paz”.
También sería bueno que de vez en cuando nos planteáramos todos, como miembros de la iglesia, en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros objetivos principales, en torno a qué nos movemos, en qué se nos distingue en el mundo… porque si no es en, para y por aquello por lo que Cristo la instituyó, no solo no tiene sentido su existencia, como tal iglesia, sino que se convierte, incluso, en obstáculo para el reino.


Aleluya cf. Jn 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25‑37
¿Quién es mi prójimo?

En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
—«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
É1 le dijo:
—«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
É1 contestó:
—«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
É1 le dijo:
—«Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse. preguntó a Jesús: —«¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús dijo:
—«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayo en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó‑ de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:
"Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
É1 contestó:
— «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús:
—«Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“EL CAMINO A LA VIDA ETERNA”

La pregunta que el maestro de la ley le hace a Jesús no tiene sentido en alguien como él, que debe ser quien dé la respuesta a los que no tienen posibilidad de estar instruidos en las leyes.
La pregunta es propia de alguien sencillo del pueblo y es fundamental: ¿qué hay que hacer para alcanzar la vida eterna? Pero un maestro de leyes debe saber esto. Se trata de saber el sentido que tiene la vida actual y la eterna o, dicho de otra manera ¿qué sentido tiene la esperanza?
Pero ya lo indica el evangelio: el maestro de leyes intenta poner una trampa a Jesús y al final es él mismo quien cae en ella, pues Jesús le revuelve la pregunta y lo deja al descubierto pidiéndole que conteste lo que dice la ley.
El fariseo, cuando se da cuenta que ha sido cogido en su intento, al dar él mismo la respuesta a lo que ha preguntado, se queda al descubierto su intención maliciosa de poner una trampa a Jesús, entonces intenta arreglar la cosa haciéndole otra pregunta: ¿Quién es mi prójimo? Quiere saber si se trata de aquellos que pertenecen al pueblo de Israel o son otros, los extranjeros, los inmigrantes, los de otras religiones… y vuelve a empeorar el asunto, pues el que es maestro de leyes no puede ignorar estas cosas, ya que la escritura lo dice bien claro: Lv. 19,33-34; Dt. 10,19: “Si un inmigrante se instala en vuestra tierra, no lo molestaréis; será para vosotros como un nativo más y lo amarás como a ti mismo”
Por si no recuerda bien estas cosas y no las tiene bien claras le escenifica la respuesta con un ejemplo en el que lo involucra y le hace definirse; Jesús termina diciéndole dónde se tiene que ubicar para dar cumplimiento a eso mismo que él enseña.
En la parábola acentúa dos cosas que deben quedar bien claras:
1º: Su prójimo no está mediatizado por la raza, la lengua, la religión, la ideología, la situación
personal. Su prójimo es la PERSONA, eso lo entiende hasta el más ignorante, hasta el samaritano que ellos despreciaban.
2º- Prójimo no es quien yo elijo y lo hago “Mi prójimo”, sino quien se acerca a mi, porque está necesitado de mi ayuda, eso no lo elijo yo ni lo marcan mis reglas; a mi me toca compadecerme de su dolor; se trata de ponerme en su puesto y hacerle lo que a mi me gustaría que me hicieran, si es que me encontrara en su situación.
Por tanto, volviendo a la pregunta inicial: la vida eterna la conseguirá aquel que tiene las cosas muy claras:
-Ser cristiano no es responder a una serie de ritos, por los que se es capaz de prescindir de la persona, con tal de que el rito sea perfecto.
-ser cristiano es aquel que no le da rodeo a las necesidades del que se encuentra hundido y se acerca a él sin preguntarle quién es.
- Es Iglesia de Cristo aquella que se plantea constantemente su conversión y no su renovación litúrgica.
-Es cristiano aquel o aquella institución que hace del amor no un mandato, porque no se puede amar por obligación, sino que en la base de la educación pone como fundamento el amor, de tal manera que nace como algo espontáneo y natural, es que no se puede ser de otra manera, tal como lo hace Jesús o Dios Padre.
- Ser cristiano es andar por la vida teniendo el MAOR como el único principio de existencia, es un estilo concreto de vivir en donde el prójimo tiene un puesto en la vida, a quien se le trata por principio con misericordia.
Ante la pregunta: "¿Qué he de hacer para entrar en la vida eterna?", Jesús se lo deja muy claro: él es maestro de leyes; pues el asunta no consiste en “saber” muchas leyes, muchas normas…mucha doctrina, sino en amar y realizado el amor de forma práctica, que lo sienta la gente, no en teorías bonitas. Jesús lo dejará todavía más claro en la parábola del momento final en el que nos hemos de encontrar con el Rey: no nos van a examinar del catecismo ni vamos a defender ninguna tesis doctoral: se le denominará “benditos” y no “licenciados” a todos aquellos que estuvieron al lado del que se encontraba en necesidad (Mt. 25, 31-46) aunque no supieran a quien lo estaban haciendo.