martes, 24 de noviembre de 2009

DOMINGO - I - de ADVIENTO - C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 33, 14‑16
Suscitaré a David un vástago legítimo

“Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra.
En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: "Señor-nuestra-justicia"”
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA MUERTE NO HA DE IMPONER SU REINADO”

El profeta Jeremías venía advirtiendo al pueblo desde hacía mucho tiempo sobre la deriva en la que había entrado y le advierte de las amenazas que les espera si es que persisten en su desvarío e infidelidad, (lo que les ha venido diciendo durante tanto tiempo ya es inminente: nos encontramos en el año 587 a.C. cuando Jerusalén está a punto de caer en manos de sus enemigos)
Pero al mismo tiempo les anuncia que Dios va a hacer justicia y no va a dejar que sea el caos el que establezca su señorío, como ellos han querido, sino que va enviar a quien establecerá la justicia y se llamará: “El Señor nuestra Justicia”.
Es imposible volver la cabeza y cerrar los ojos y los oídos ante esto que denuncia el profeta Jeremías y la realidad que estamos viviendo: si echamos mano a los medios de comunicación: el 90% de lo que nos transmiten es olor a corrupción y a podredumbre: robos, personas corrompidas, mafias, engaños, muertes, mentiras de los políticos burlándose del pueblo y tomándole el pelo, personas y familias atropelladas por el sistema que los van dejando en la cuneta de la vida, gente ha perdido la dignidad y exponen sus vergüenzas al público para ganar dinero...
En esta situación suena con una fuerza enorme el grito de esperanza del profeta: esto que estamos sufriendo no lo arregla la política, que es la que lo ha producido, ni el dinero, ni el poder ni la violencia… Esto solo lo arregla el establecimiento de la JUSTICIA. El profeta nos ha dicho que Dios no va a dejar que se salgan con la suya los que pregonan la muerte pues Jesús se ha vinculado a la historia de la humanidad y no va a dejar que sea la muerte la que impere. Yo quiero sentir que esto está dicho para nosotros, para hoy; que el Señor ponga su mano y ¡QUE SE HAGA JUSTICIA!

Salmo responsorial Sal 24, 4bc‑5ab. 8‑9. 10 y 14 (R.: 1b)

R. A ti, Señor, levanto mi alma.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
R. A ti, Señor, levanto mi alma.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
R. A ti, Señor, levanto mi alma.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R.
R. A ti, Señor, levanto mi alma.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 12- 4, 2
Que el Señor os fortalezca internamente, para cuando Jesús vuelva

Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.
Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.
En fin, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante.
Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

VIVIR EN AUTENTICIDAD, BASE PARA LA ESPERANZA”

La comunidad de Tesalónicas vive momentos muy duros pero se mantiene firme en la fraternidad; todos esperan y desean un cambio radical en las estructuras de la sociedad; Pablo les invita a no perder la calma y a continuar dando el testimonio de fraternidad y de caridad que vienen dando; ese es el camino más seguro y certero para conseguir lo que desean y de responder al proyecto que Dios ha establecido para ellos; no seguir por ahí, es convertirse en obstáculo para que se acelere el cambio. Esto es lo que hará que cuando llegue el momento del encuentro, el Señor los hallará dispuestos. Esta es la forma de mantener la “tensión” del reino, de vivir en esperanza, lo demás, es de ilusos.
La otra gran preocupación que han de tener es la de agradar a Dios y no buscar el que los hombres los aplaudan: vivir en autenticidad. Esta forma de existencia va a hacer que cada día crezcan en el conocimiento de Dios y en el fortalecimiento de su vida cristiana y va a ser lo único que convenza ante el mundo, pues ante la verdad no hay posibilidad de negar lo evidente.


Aleluya Sal 84, 8
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25‑28. 34‑36
Se acerca vuestra liberación

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el hijo del hombre" Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


¡¡OJALÁ LLEGARA MAÑANA!!

S. Lucas mira también la realidad del mundo y ve que todo lo que hay montado sobre la mentira, la injusticia, el atropello… todo eso se ha de venir abajo: las grandes potencias apoyadas en el dinero, en la opresión “quedarán violentamente sacudidas”
De la misma manera que han quedado al descubierto aquellos que mataron a Jesús, cuya muerte es la certificación de su fracaso, así los grandes del mundo constatarán que su acción ha sido un fracaso estrepitoso.
Esas manifestaciones de las que habla Jesús en el evangelio serán los signos que van apareciendo en la misma vida y en la naturaleza que nos van indicando que el camino es errado. No será algo que en una noche nos asuste terroríficamente, sino algo que va dándose y que nos indica que el camino que hemos cogido, que lo que hemos montado no nos lleva a ningún sitio, sino a la muerte y a la destrucción: podemos pensar en lo que estamos haciendo con la destrucción del planeta, es nuestra casa la que estamos rompiendo ¿Para qué querrán tanto dinero cuando ya no tengan qué comprar? ¿A dónde lleva el armamento nuclear? ¿Ese es el poderío y el señorío de los hombres, la muerte? ¿El terror? ¿Qué pretenden los políticos con la vertiente que están cogiendo corrompiendo la política y utilizando al pueblo para engordarse, en lugar de servir y hacer posible la convivencia y la paz?
Esos signos negativos se están dando y nos indican que ese camino no nos lleva a ninguna parte. El Señor nos está diciendo que no tengamos miedo, que todo esto es la señal de que están llegando al tope, de que se les ha acabado ya la imaginación y lo que viene después de todo esto, es su destrucción y la liberación de esa pesadilla. Ya no pueden llegar a más y lo único que se espera es su destrucción.
Pero el Señor nos advierte que tengamos cuidado no vaya a ser que también nosotros entremos en el rollo, por eso nos dice: “Procurad” no mezclarse con esa podredumbre, “velad” para no equivocarse en las posturas que tomamos y “orad” para que no falten las fuerzas para mantenerse en la verdad y en la justicia: “no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra”. La advertencia de jesús tiene una actualidad enorme: Un cristiano no puede renunciar a la esperanza y quedarse a gusto en un mundo que se ha estructurado sobre la injusticia. Tenemos el gran peligro de embotar nuestro corazón con un montón de cosas y sentirnos a gusto adaptándonos al ambiente de consumo que se ha implantado; cuando una persona tiene embotado el estómago, se encuentra “harto” y ante la “hartura” ya le trae sin cuidado todo, ha perdido la esperanza, se hacen insensibles al dolor y al sufrimiento de los demás.
Es el único cuidado que hemos de tener, para no entrar en la dinámica de la muerte, que es la pérdida de todo sentido, de la esperanza y de la posibilidad de un mundo mejor en el que vivamos todos como hermanos.
Por lo demás, ¡¡Ojala llegue mañana mismo el reino de Dios y desaparezca de la tierra toda la maldad, el atropello, la injusticia, la podredumbre que tienen a la humanidad angustiada y oprimida!.