jueves, 25 de diciembre de 2008

SAGRADA FAMILIA -B-



DOMINGO EN LA OCTAVA DE NAVIDAD


Lectura del Libro del Eclesiástico 3, 3‑7. 14‑17a
El que teme al Señor honra a sus padres

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros;
el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor le escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras viva; aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes, mientras seas fuerte.
La piedad para con tu padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados; el día del peligro se te recordará y se desharán tus pecados como la escarcha bajo el calor.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL HOMBRE, UN LOBO PARA EL HOMBRE”
El texto del Génesis presenta dos grandes momentos: 1º) Dios coge una realidad humana: una familia, la de Abraham y con esta familia comienza su proyecto de salvación del hombre; hace un pacto con esta familia: mientras le dejen un espacio en ella, Dios la cuidará y hará que sea referente de estabilidad y seguridad para todos los pueblos de la tierra. La familia de Abraham se convertirá en la primera célula de su pueblo.
2º) La otra gran realidad que aparece en el texto: ABRAHAM: escucha a Dios, se fía de Él, confía plenamente y no solo le deja un espacio en su familia, sino que le deja la dirección de su casa; Dios hará que por su descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra.
La vida de Abraham y toda la trayectoria de su familia no es de color de rosa, pero sin embargo hay algo en ella que la mantiene siempre unida y fuerte: Dios es el horizonte de su vida y todo lo que va ocurriendo en su historia es algo que encuentra su sentido dentro del plan que Dios tiene para ella y siempre aparece claro el sentido de su existencia: de dónde viene, qué hace aquí y a dónde va.
El gran problema de nuestro mundo y de nuestra cultura actual es haber roto el marco en el que estaba encuadrada la familia; lógicamente, roto el marco, quedan dañados los cimientos del edificio social.
Se ha querido desvincular la familia de Dios y del mismo marco natural en el que ha estado desde el principio y se le ha roto el horizonte que Dios mismo le había puesto, le ocurre como a todas las realidades humanas: cuando les quitas su fin y su marco quedan a la deriva y pueden convertirse en algo pernicioso para el hombre. Nosotros hemos roto el orden natural y el horizonte y finalidad que Dios le dio y la hemos querido enmarcar en otro marco, concretamente el económico. La familia ha dejado, pues de ser el espacio afectivo en donde el individuo aprende a amar y a ser amado, a respetar, a relacionarse; en donde crece vive y se siente valorado y acogido, en donde aprende a ser persona, a tomar conciencia de si mismo y su papel dentro del mundo.
La familia ha quedado reducida a una pieza de consumo dentro de la sociedad y al individuo se le ha abocado a la soledad más angustiosa: a la persona se la valora por lo que consume o produce y cuando deja de hacer una de las dos cosas, estorba en la sociedad.
Aunque a esto le llamemos progreso, no es sino una vuelta a las cavernas, en donde el hombre es su estado originariamente animal era un lobo para el hombre.


Salmo responsorial Sal 127, 1‑2. 3. 4‑5

V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!
R/. ¡Dichoso el que teme al Señor,y sigue sus caminos!

V/. ¡Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos !
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.

V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

V/. Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor:
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida.

V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!



Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 12‑21
La vida de familia vivida en el Señor

Hermanos:
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL VALOR DE LA DIFERENCIA”
Las personas caminamos en la vida impulsados por principios que son como el motor que lo mueve todo y que le da sentido a todo lo que hacemos. S. Pablo escribe a los cristianos de Colosas y les pide que no se acomoden a los esquemas del mundo, que suelen ser muy distintos a los que tiene Dios establecidos para su pueblo: “sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión”, de aquí se va a derivar una actuación concreta que va a ser la que identifique al pueblo en medio de todos los otros.
No obstante, siempre van a tener la otra propuesta, la del mundo, que pone como motor de su vida otros principios, otras ideas: la confianza y la seguridad están puestas en el dinero, y no existe otro objetivo posible que poseer cuanto más dinero, mejor; y el único motor es la avaricia y el horizonte la codicia, que sostiene que cuanto más se tiene más se desea y más se necesita.
Otros ponen como motor de su vida el “placer”: al final, su vida se puede resumir en aquello que el mismo Pablo dice: “su meta es su vientre y su gloria sus vergüenzas”; otros ponen como meta de su vida el “poder” hasta endiosarse y creerse “mesías” salvadores del pueblo, que están fundando el mundo y su paso por la tierra lo convierten en una pesadilla para todos los que los tienen que soportar y sufrir las consecuencias de su locura y su megalomanía.
Al final, todos pasamos por la tierra, pero nuestro paso puede ser como el que pone una piedra en la construcción de un mundo mejor o como el que pasa y derriba todo lo que se había puesto u obliga a volver atrás e impide seguir adelante construyendo.


Aleluya Col 3, 15a. 16a

Aleluya, aleluya.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón;
que la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.
Aleluya.




Lectura del santo Evangelio según San Mateo 2, 13‑15. 19‑23
Coge al niño y a su madre y huye a Egipto

Cuando se marcharon los Magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
—Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
José se levantó, cogió al niño y a su madre de noche; se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes; así se cumplió lo que dijo el Señor por el Profeta:
«Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto.»
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo:
—Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel.
Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“COMO EL ACEITE Y EL VINAGRE”
Dios sigue manteniendo su plan a favor del hombre, pero éste también sigue empecinado en mantenerse en su postura contraria.
Dios ha hecho el universo y ha decidido poner su morada en un puntito de este universo; podía haberlo hecho en cualquier otro sitio, pero lo hace aquí, y de la forma menos escandalosa: sin ruidos, sin molestar a nadie, sin atropellar a nadie, sin quitar a nadie de su puesto, aceptando lo que hay, sometiéndose a lo que el hombre tiene establecido, aunque no coincida con lo que Él había pensado para el hombre. Dios se hace hombre y entra en el mundo de los humanos.
Y Dios viene a este mundo que Él creó para los hombres y éstos siguen organizando las cosas de espaldas a Dios y en contra del proyecto que Él había pensado para ellos: Mientras Dios había pensado para el hombre una tierra en la que pudiera ser feliz y tuviera lo necesario para vivir feliz todo el mundo, los hombres se han apoderado de ella, la han dividido, la están destrozando e impiden que otros vivan y cuando se ven amenazados en sus intereses, persiguen a muerte y matan.
Es vergonzoso ver cómo florecen los “herodes” por todas partes y cómo al mismo tiempo, el pueblo que vive en otra onda, cuando llegan momentos como estos de una navidad se puedan llegar a pagar hasta 3000 € por una cena, mientras en Chiapas, un indígena vive con menos de 90 € al año.
Dios hizo al HOMBRE varón y mujer para que se amaran y se relacionaran como PERSONAS a imagen y semejanza de la Trinidad (en familia), que es como el aire propicio y el ambiente propicio en el que el ser humano puede crecer y ser feliz, como el pez que vive en el océano, pero los hombres determinaron que el ser humano no fue puesto en la tierra para amar y ser feliz, sino para producir y consumir y al poner esta finalidad, se le ha destruido el espacio vital de la familia y se ha creado otro tipo de “familia” de acuerdo a los intereses del sistema, obligándosele a que se adapte a las condiciones que se imponen desde el sistema: algo así como si , al pez lo sacas del océano y lo metes en una pecera de agua dulce, un agua artificial que le va a generar anticuerpos contra todo lo que convenga al sistema. El resultado final: la perdida de sentido, la insatisfacción, la soledad y la muerte: cada vez se oyen más voces denunciando la cultura de la muerte y el sistema que apostó por la muerte proclamándola incluso como uno de los derechos del hombre. Dios se mete en esta dinámica del hombre teniendo que aceptar, incluso el ser excluido y perseguido cuando el hombre intuye que algo o alguien le puede torcer sus intereses.
Y es que el momento en que nos atrevemos a tocar los pilares del hombre, el edificio entero se nos viene abajo; después pasarán muchas generaciones para poder levantarlo.