martes, 31 de marzo de 2009

DOMINGO DE RAMOS -B-



PARA LA PROCESIÓN DE LAS PALMAS

EVANGELIO
Bendito el que viene en el nombre del Señor


Lectura del santo evangelio según S. Marcos 11,1‑10

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: "El Señor lo necesita y lo devolverá pronto."
Fueron y encontraron el borrico en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: ¿Por qué tenéis que desatar el borrico?
Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el borrico, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban:
¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nues­tro padre David. ¡Hosanna en el cielo!







MISA


PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 50, 4‑7.
No oculté el rostro a insultos; y sé que no quedaré avergonzado (tercer cántico del Siervo del Señor)

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.
El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado ni me he echado atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba.
No oculté el rostro a insultos y salivazos.
Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Palabra de Dios.




REFLEXIÓN

SERVIDORES DE LA VERDAD”

El profeta acepta la misión que el Señor le ha dado: ser portador de su palabra, de su mensaje, pero aceptar esto le va a exigir estar en constante actitud de escucha; cada mñana se ha de presentar para decir al Señor: “dime qué quieres de mi”, y con esa actitud se pone a disposición para hacer lo que le pida sin condiciones.
Esta actitud que describe el profeta es la que tiene Jesús, sin resistencias de ningún tipo y es la actitud que Cristo pide a todos los que le siguen: ser capaz de dar la cara, no pasar haciéndose el loco, el que no ve, ni oye, el que no se entera de la realidad que tiene delante, sin darle rodeos y sin hacer lo blanco negro y viceversa.
Esta actitud que presenta el profeta y que asume Jesús como suya y que pide a todos los que le siguen, no puedo evitar el acogerla yo para reflexionar cómo la asumo en mi vida y mirar cómo la estamos asunmiendo dentro de la comunidad.
En este momento no puedo volver la cara para otro lado y evitar la realidad que estamos viviendo en este Domingo de Ramos en el que Jesús, fiel a esta actitud, se presenta en Jerusalén dando la cara, de frente, contra un sistema de explotación y de muerte que se está imponiendo y que le piden que se calle y no deje a la gente que grite.
Él no se echa atrás frente a los que le insultan y le ofenden y le golpean. Hoy, con vergüenza estamos asistiendo a la cobardía de aquellos que en nombrre de jesus sostienen el sistema de muerte y ante las amenazas y las advertencias de los políticos se echanb atrás y se callan ante el crimen que se está cometiendo.


Salmo responsorial Sal 21, 8‑9. 17‑18a. 19‑20. 23‑24

V/. Dios mío, Dios mío, )por qué me has abandonado?

R/. Dios mío, Dios mío, )por qué me has abandonado?

V/. Al verme se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza:
*Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere.+
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

V/. Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores:
me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos.

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
V/. Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

V/. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo, linaje de Jacob, glorificadlo, temedlo, linaje de Israel.

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 6‑11
Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo

Hermanos:
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el *Nombre‑sobre‑todo‑nombre+;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble Cen el Cielo, en la Tierra, en el AbismoC, y toda lengua proclame: ¡Jesucristo es Señor!, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.



REFLEXIÓN


“NO UTILIZAR EL PODER EN BENEFICIO PROPIO”

La comunidad cristiana tiene presente la actitud de Cristo como referente para su vida: Él tiene en sus manos la posibilidad de hacer que todas las cosas sean de otra forma; Él podrá aprovechar del poder que tiene para hacer que su plan se realice con éxito de acuerdo a los esquemas que tiene establecidos el sistema.
Pero Cristo no se aprovecha del poder que tiene en beneficio propio, sino que prefiere quedarse al lado del hombre, al lado del último de los hombres: “tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres… se humilló a si mismo haciéndose obediente hasta la muerte”.
Tener esa posibilidad en las manos y desperdiciarla, es considerado de tontos: adán no se pudo resistir a la tentación de ser como Dios y precipitó al género humano al abismo; es exactamente lo que hacen todos los que quieren aprovecharse y muerden la manzana del poder, llegan a sentirse como “dioses” incluso sobre aquellos que los auparon al trono, ni siquiera se consideran deudores de una confianza que se puso en ellos y confunden lo que deberían ser: servidores de una causa par la que se les puso y se instalan en un endiosamiento megalómano.
El camino es completamente contrario: Cristo no muerde la “manzana” y su vida se convierte en salvación para todos, pues al vaciarse de si entra la potencia salvadora de Dios y hace que su vida y su persona se conviertan en expresión de la gloria de Dios.



Versículo antes del Evangelio Flp 2, 8‑9

Cristo por nosotros se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso, Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el *Nombre‑sobre‑todo‑nombre+.


EVANGELIO



Pasión de nuestro Señor Jesucristo según S. Marcos 14,1-15,47

C Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos. Los sumos sacerdotes y los escribas pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:
S- No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo.
C- Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:
S- ¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres.
C- Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
+ Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho ésta.
Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

(En este momento se hace una pausa y todos se sientan)

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
S -¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
C- Él envió a dos discípulos, dicién­doles:
+ Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.
C- Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo Jesús:
+ Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo.
C- Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S- ¿Seré yo?
Respondió:
+ Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; (más le valdría no haber nacido!
C- Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:
+ Tomad, esto es mi cuerpo.
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.
C- Y les dijo:
+ Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
C- Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:
+ Todos vais a caer, como está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas." Pero, cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.
C- Pedro replicó:
S- Aunque todos caigan, yo no.
C- Jesús le contestó:
+ Te aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.
C- Pero él insistía:
S -Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
C- Y los demás decían lo mismo.
Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
+ Sentaos aquí mientras voy a orar.
C- Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
+ Me muero de tristeza; quedaos aquí velando.
C- Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y dijo:
+ ¡Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz. Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.
C- Volvió y, al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
+ Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora? Velad y orad, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
C- De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:
+ Ya podéis dormir y descansar. (Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. (Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
C- Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
S - "Al que yo bese, ése es; prendedlo y conducidlo bien sujeto".
C- Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:
S -¡Maestro!
C-Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
+ ¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras.
C- Y todos lo abandonaron y huyeron.
Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto sólo en una sábana, y le echa­ron mano; pero él, soltando la sábana, se les escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los ancianos y los escribas. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados a la lumbre para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muer­te; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban. Y algunos, poniéndose en pie, daban testimonio contra él, diciendo:
S- Nosotros le hemos oído decir: "Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres.
C- Pero ni en esto concordaban los testimonios.
El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:
S- ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
C- Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole:
S- ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?
C- Jesús contestó:
+ Sí, lo soy. Y veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.
C- El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:
S -Qué falta hacen más testigos? Habéis oído la blasfemia. )Qué decís?
C- Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
S- Haz de profeta.
C- Y los criados le daban bofetadas.
Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo sacer­dote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo:
S- También tú andabas con Jesús, el Nazareno.
C- El lo negó, diciendo:
S- Ni sé ni entiendo lo que quieres decir.
C- Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:
S- Este es uno de ellos.
C- Y él volvió a negar.
Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
S - Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo.
C- Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S -No conozco a ese hombre que decís.
C- Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: "Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres+, y rompió a llorar.
Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
S- Eres tú el rey de los judíos?
C- Él respondió:
+ Tú lo dices.
C- Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.
Pilato le preguntó de nuevo:
S- No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.
C- Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre.
Pilato les contestó:
S- Queréis que os suelte al rey de los judíos?
C- Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S- Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?
C- Ellos gritaron de nuevo:
S -Crucifícalo!
C- Pilato les dijo:
S -Pues )qué mal ha hecho?
C- Ellos gritaron más fuerte:
S -Crucifícalo!
C- Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

(En este momento Se hace una pausa y. Todos se ponen de nuevo de pie)

Los soldados se lo llevaron al interior del palacio Cal pretorioC y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
-S ¡Salve, rey de los ju­díos!
-C Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo.
Y a uno que pasaba, de vuel­ta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz.
Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de *la Calavera+), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: "El rey de los ju­díos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S ¡Anda!, tú que des­truías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
C- Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
S -A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.
C- También los que estaban crucificados con él lo insultaban.

Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:
[Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.)
C- Que significa:
[Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
C- Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S -Mira, está llamando a Elías.
C- Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:
S -Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.
C- Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

(Se hace una pausa Y todos se ponen de rodillas Durante un momento)

El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S -Realmente este hombre era Hijo de Dios.
C- Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea, lo seguían para aten­derlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de valor, se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Pilato se extrañó que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.
Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María la de José observaban dónde lo ponían.


REFLEXIÓN

“DANDO UN FUERTE GRITO, EXPIRÓ”

S. Mateo presenta a Jesús como el Hijo del Hombre, como el Dios supremo y rey de la gloria que tiene en sus manos todo el poder y reunirá a todas las naciones y les pedirá cuentas… Pues este Señor de toda la creación es el que presenta humillado y deshecho.
Parece una gran contradicción y en todo el relato de la pasión va sacando dos elementos contradictorios: el poder y la mansedumbre, la grandeza y la humildad: tiene en sus manos la posibilidad de echar mano a todos los ejércitos celestes y se deja capturar, es el rey del universo y deja que se rían de Él, o se calla ante aquellos que tienen el poder porque se les ha dado… En todo el relato aparece una cosa muy clara: no acepta presentarse en ningún momento como un superhombre; es más S. Mateo subraya su sentimiento de soledad y la necesidad que tiene de estar con los suyos, incluso su sensación de debilidad ante la situación que le supera: va tres veces y se los encuentra durmiendo y les insiste en que estén despiertos porque la carne es débil. Una cosa que quiere dejar bien claro es que la pasión es algo que entra dentro de los planes de salvación de Dios y por eso hace constantemente referencia a la Escritura.
Termina el relato de la pasión diciendo que Jesús, como el hombre roto, machacado… dando un fuerte grito, expiró.
Cada vez que pienso en ese momento, siento que suena en mi interior ese grito desgarrado de Jesús, es el grito que resume toda su vida: Jesús fue un hombre sin relevancia social, económica o política, pero fue una persona que tuvo un corazón abierto a todos los despreciados de la sociedad, a todos esos seres sin relevancia alguna, esos por los que nadie da un real; Él vivió en su carne el dolor de los despreciados y se sintió a su lado y teniendo la posibilidad de desclasarse, prefirió seguir a su lado, por eso se convirtió en una amenaza para la clase de los “de bien”
Un hombre que apuesta por los pobres, que se pone al lado de los sin techo, de los despreciados, de los que han sido despedidos y se les han quitado todos sus derechos... es considerado uno de ellos y, por tanto, un ser molesto, una denuncia que no deja que la comida nos siente bien.
El grito desgarrado de Jesús es el grito de toda esta gente que la sociedad margina, que le niega los derechos elementales que toda persona tiene a ser feliz y a desarrollar toda la riqueza que tiene.
Es imposible hacerse el sordo hoy al grito enmudecido al que se le está sometiendo a todos los niños indefensos que se les destroza y no se les deja la posibilidad de defenderse, de desarrollar todo lo que hubieran podido hacer de bien para esta mundo, que por unos prejuicios, por unos intereses económicos, por miles de razones se determinan que son seres molestos, indeseados... lo mismo que ocurrió con Jesús, y se les asesina.
Es el grito del mayor genocidio de la historia de la humanidad que hoy se convierte en estruendo en la boca de Jesús desde lo alto del patíbulo. ¡Qué tristeza que el vientre de una madre se haya convertido en la cruz de los indeseados, de aquellos que no merecían ni siquiera que la tierra los abrace!
En los primeros cristianos quedó grabado este grito de Jesús como algo que produjo un eco en el corazón de todas las comunidades que nunca olvidaron; hoy tiene una resonancia especial, hasta el punto que ha cogido una fuerza enorme y rompe los tímpanos de todos los que sostienen la muerte como un derecho y atentan contra la vida.

miércoles, 25 de marzo de 2009

DOMINGO -V- DE CUARESMA -B-


PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Jeremías 31,31‑34
Mirad que llegan días Coráculo del Señor en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor "oráculo del Señor". Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días "oráculo del Señor": Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande Coráculo del SeñorC, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.
Palabra de Dios

REFLEXION
“EL ESFUERZO POR BORRAR LA LEY DEL CORAZÓN”
Jeremías es un hombre con un amor inmenso a su pueblo y cuando lo ve cómo se precipita al caos, le advierte por activa y por pasiva que deje el camino de perdición y el pueblo le responde a patadas hasta que en el año 586 a.C. Nabucodonosor entra en Jerusalén, la destruye y hace una deportación de esclavos.Jeremías huye con un grupo de gente y experimenta con ellos lo que es vivir como prófugos en tierra extraña no ya bajo la guía del Señor, pues cuando llega esta situación, ya no es la solidaridad fraterna la que funciona como norma de convivencia, sino la ley del “Salvese quien pueda” y a como dé lugar; esta situación se ve con extraordinaria claridad en los inmigrantes que llenan nuestra tierra: observamos con un dolor enorme cómo se explotan los unos a los otros cuando debería ser al contrario.
En esta situación, Jeremías habla a su gente transmitiéndoles esperanza y consolándoles.Los capítulos 30 y 31 son un mensaje de esperanza, cuyo centro está en el pasaje que comentamos: Yahvé promete hacer una Alianza nueva: “Pondré mi ley en su corazón y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” y ya no necesitarán que desde fuera alguien venga a instruirlo o recordárselo, pues será el mismo Dios quien hablará a cada uno a su corazón, los perdonará y no se acordará más de sus pecados.
Esta nueva relación será la que caracteriza esta Alianza nueva, de tal forma que cada uno sentirá –como Jeremías- esa voz de Dios dentro de su corazón, pues es ahí donde habitará el Señor.
Es, pues, una referencia a los tiempos nuevos que inaugurará Jesús: el Espíritu Santo vendrá y llenará la faz de la tierra y el reino de Dios se establecerá en el corazón de cada creyente.
La realidad por parte de Dios será, ciertamente así, pero lo que nunca hemos tenido cierto es, que el hombre la asuma y la sostenga de esa manera: Cristo viene y se le expulsa de la tierra, como a un malhechor y en el momento actual, se le quiere borrar como alternativa para el hombre, se le desprestigia, se le difama, se le convierte en objeto de burla, mientras los hombres, al estilo de israel, se precipitan al vacío y al caos; aquel pueblo que nació a su sombra, hoy se rebela y no quiere escuchar su nombre que, incluso, lo considera ofensivo.
SALMO RESPONSORIAL

Salmo 50 3-4. 12-13. 14-15. 18-19
R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..
Misericordia, Dios mío,por tu bondad,
por tu inmensa com­pasiónborra mi culpa;
lava del todo mi delito,limpia mi pecado.R-
Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentrocon espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..
Devuélvemela alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvadostus caminos,
los pecadores volverán a ti.
R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..
Los sacrificios no te satisfacen
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 5,7‑9
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN

“LA RADICALIDAD DE LA OBEDIENCIA”

Cristo se presenta como el que da cumplimiento a toda la esperanza que anuncian los profetas y lo hace obedeciendo al Padre.
En Cristo tienen cumplimiento, no solo el anuncio de los profetas, sino todo lo que la ley y el culto significaban, ahora todo se ha convertido en realidad y Jesús se convierte en el único Sumo Sacerdote que ofrece el único y auténtico sacrificio cuya víctima es Él mismo.
Se dice que, lo que no se asume no se salva y Cristo asume la naturaleza humana, con lo que hace suya toda la debilidad, lo mismo que toda la grandeza del hombre; todo el dolor y la alegría, todas las esperanzas y desilusiones del hombre.
Es curioso lo que nos dice el texto: “Presentó oraciones y súplicas con lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y lo escuchó”. ¿Cómo entender eso de que “lo ecuchó” cuando vemos que murió? El sentido correcto es otro: El Padre lo escuchó dándole la posibilidad de aprender de la forma más radicalmente humana: obedeciendo, es decir, logrando ponerse en el puesto del otro, vivir desde el otro, escucharlo desde su realidad, la humana: y Cristo se hace semejante en todo al hombre, menos en el pecado, que ni la muerte lo echó atrás ni lo venció.Cristo aprendió a ser hombre siendo hombre, desde dentro, no como el que hace un experimento.
El sufrimiento que atraviesa todo ser humano es la gran lección que Cristo-Dios aprendió y le autorizó para poder ponerse al lado del último de los seres humanos, naciendo como el último y muriendo como el deshecho humano más despreciable, con lo cual nadie puede sentirse inferior a Él.Cristo agota todos los argumentos que el hombre pueda presentar en contra de la voluntad salvífica de Dios; nadie queda excluido, nadie queda fuera del amor de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según S. Juan 12,20‑33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: "Señor, quisiéramos ver a Jesús."Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.Jesús les contestó: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y mue­re, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre"Entonces vino una voz del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo."
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.Jesús tomó la palabra y dijo: *Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuan­do yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí. -Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN

“PROHIBIDO COGER LA LINEA DE EN MEDIO”

En todo el evangelio de S. Juan, el tema de la “Hora” de Jesús es un elemento que se viene repitiendo. Pero esa “HORA” hay muchos momentos que no se sabe si es la de Jesús o la de los discípulos; si es cuando Jesús ve claro su momento definitivo o cuando los discípulos están en capacidad de entender lo que les está dando.
En definitiva Jesús va recorriendo el camino trazado por el Padre, que es el que marca sus momentos a los que Él responde con absoluta libertad, pero no quiere ni adelantar ni atrasar justamente, para que el hombre entienda y asuma la nueva dimensión que Él ha traído y que va a costar la muerte, como la del grano de trigo que cae en tierra y muere para que resucite una espiga nueva, un hombre nuevo que pueda ser comprendido por griegos, judíos, romanos, justos y pecadores, sabios y torpes.
El amor de Dios brillará con la claridad del sol de medio día, de tal forma que la luz del amor y la verdad, dejará al descubierto todo lo que existe: “Es la hora en que el mundo va a ser juzgado” y ya no habrá posibilidad de esconderse en otros argumentos.
A partir de ahora, ya no queda otra alternativa: o estoy con Él y soy testigo de la verdad, del amor, de la justicia, de la paz y de la libertad, tan claro y diáfano como la luz del sol, o me convierto en su enemigo y soy un destructor de este orden nuevo que Él ha hecho nacer como la espiga del nuevo trigo de libertad.
La tesitura de los dos polos que establece está bien clara en el mundo en que vivimos: el que apuesta por el hombre como valor absoluto y construye la paz como resultado de la justicia, el amor y la verdad, o el que apuesta por otros intereses y convierte al hombre en un instrumento del que se sirve para conseguirlos y apuesta por la muerte y la destrucción.
En esta tesitura no caben posturas medias, que es la tentación constante que nos asalta: la de irnos por el camino de en medio, pero Él ya lo dejó bien claro: “El que no está conmigo, está en contra mía”, es decir, no podemos estar un rato con Él y otro con el enemigo; no podemos coger una cosa de uno y otra de otro, como quien va a un gran mercado y va cogiendo lo que le gusta de cada uno de los estantes que se exponen.

martes, 17 de marzo de 2009

DOMINGO -IV- DE CUARESMA -B-



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de las crónicas 36,14‑16.19‑23

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gen­tiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén.
El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio.
Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta jeremías: "Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años."
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de jere­mías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: "Así habla Ciro, rey de Persia: "El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"+
Palabra de Dios


“DIOS ACTUA EN BENEFICIO DEL HOMBRE”

El pueblo de Israel vive siempre en la disyuntiva: o escucha a Yahvé Dios y sigue sus normas y tendrá a Dios a su lado, o mira a otros pueblos, sigue otros sistemas de vida, adora a otros dioses y los sigue y, rápidamente dejará de existir como pueblo, pues no tiene fuerza ninguna, es un pueblo pequeñísimo y por no tener, no tiene ni tierra.
En cuanto se separa de la alianza que tiene con Dios, se queda a merced de otros que inmediatamente lo someten y los convierten en esclavos.
Dios se va haciendo presente constantemente, le manda los profetas que van avisando que han dejado el camino y la senda que han cogido les lleva a la perdición y cuando se empecinan, van a parar al exilio; después tienen que sufrir las consecuencias y en ese sufrimiento recuperan de nuevo la cordura y se reconducen por el camino, pero es una pena que todo esto tenga que ser a base de sufrimiento y de golpes como se tienen que dar cuenta de su fracaso. Como podemos ver, es la historia que se repite a cada momento en todos los ambitos de la vida humana
Mientras tanto, Dios va haciendo que el camino se les facilite por otros sitios y con otras personas, incluso que no son ni creyentes, si es que deciden volverse.
En este caso se vale de Ciro, rey de Persia, a quien le encomienda la misión de sacarlos del exilio y ayudarles a reconstruir el templo que es símbolo de recuperación nacional.
Esta es la historia de todos los pueblos y de todas las personas: el momento que se rompe el pacto por la justicia, por el amor, por la verdad, … automáticamente caemos en la mentira, en la corrupción, en el odio, en la violencia, en la injusticia, en el atropello y en la muerte… Es que no hay otra alternativa: o la vida o la muerte.


SALMO RESPONSORIAL

SALMO 136

R- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti

Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras.
R- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opre­sores, a divertirlos:
¡Cantadnos un cantar de Sión.!
R- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha.
R- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías.
R- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti



SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta de S. Pablo a los Efesios 2,4‑10

Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo Cpor pura gracia estáis salvadosC, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él.
Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.
Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.
Palabra de Dios



REFLEXIÓN


“VIVIR EN LA DISYUNTIVA: VIDA O MUERTE

Los términos VIDA-MUERTE están en Pablo como la disyuntiva en la que nos movemos: nos separamos del AMOR de Dios y caemos en la muerte: o estamos en un lado o en el otro. Y es que nosotros hemos nacido de Dios, “Somos hechura de Dios” por tanto, fuera de Él nos destruimos, es como el pez que lo sacamos del agua.
El hombre optó por dar la espalda a Dios y murió a la VIDA, ya no se reconocía a si mismo. Ha sido Dios quien le ha vuelto a regalar la VIDA a través de Cristo y nos ha indicado el camino: fuera de Él volvemos a precipitarnos en la muerte, es perder el sentido de la vida y borrar el horizonte de esperanza.
Este es el regalo que el hombre ha tenido siempre al alcance, es algo que ya está dado y, lo tomamos o lo dejamos. Si lo aceptamos encontraremos el camino de la salvación, si lo despreciamos, nos abocamos a nuestra propia destrucción.
Lo triste es ver cómo el hombre, desde que se conoce su existencia en la tierra, ha venido haciendo una historia de autodestrucción: enfrentarse a Dios es enfrentartse a si mismo, destruirse. Cada época lo ha expresado de una forma, pero siempre ha hecho igual.



EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según S. Juan 3,14‑21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios."
Palabra del Señor


REFLEXION


“LA VERDAD NO ES RELATIVA”

Jesús se ha encontrado con Nicodemo, y ante la pregunta de éste: “¿Cómo es posible que un hombre vuelva a nacer siendo viejo? Jesús le da la respuesta y la única posibilidad que existe es aceptarlo a Él mismo: Él es la vida nueva: “Lo mismo que la serpiente de Moisés era signo de salvación”, ahora Él será la única fuente de salvación a la que habrá que mirar, porque no hay otra.
La serpiente para los israelitas era signo de muerte, pero para la civilización cananea era símbolo de fecundidad, de vida. La cruz también es signo de muerte, pero Cristo la convertirá, como Moisés, en signo de vida, de resurrección: Jesús en la cruz muere como un maldito, pero a la vez la cruz aparece como el signo máximo de amor, de entrega, de libertad y de glorificación de Cristo.
Todo este proceso ha sido realizado por el amor de Dios que es el gran regalo a los hombres, pero todo eso se queda anulado el momento en que, el hombre se cierra y lo desprecia: en el desierto, quien deseaba curarse tenía que mirar a la serpiente, pero si se negaba, moría bajo los efectos del veneno; ahora el mismo S. Juan lo dirá: “El que no cree en Él ya está condenado” es que ha preferido vivir en las tinieblas antes que en la luz, por tanto, permaneciendo en las tinieblas no puede gozar de la alegría y del esplendor de la luz.
Al leer este pasaje es imposible eludir las situaciones en que a diario nos vamos encontrando: gente que vive empecinada en “su” verdad y exige que el mismo Dios se someta a ella; no estoy hablando de gente que ha perdido la fe y no quiere saber nada de la iglesia, sino de aquella que se vanagloria de estar dentro de la iglesia y se expresa con las posiciones típicas: “¿Y por qué tiene que ser como dicen ellos y no como digo y pienso yo? “Mi forma de pensar es ésta y es tan valida y respetable como la de cualquiera” “Pues a mi me importa un bledo lo que diga o piense el Papa y todos los obispos, yo sé que Dios está de acuerdo con lo que yo opino”…
Pero no nos damos cuenta ni queremos aceptar que LA realidad y LA verdad no es como a mi me convenga o como yo establezco, no es MI verdad la que se impone, sino que es como ES, independiente a lo que yo diga o imagino.
El sostener el relativismo y el subjetivismo como norma de actuación, es tanto como quitar a Dios y ponerme yo, con lo que me convierto en principio y fin de mi mismo.

martes, 10 de marzo de 2009

DOMINGO -III- DE CUARESMA -B-




PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Éxodo 20,1‑17

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guar­dan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él."
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“ATENTAR CONTRA LA FUENTE”
El pueblo de Israel ha vivido 400 años en la esclavitud, ha perdido su identidad de pueblo y ha olvidado la dignidad que Dios le había dado de ser a imagen y semejanza suya. Ahora, cada uno se ha acomodado a la imagen y semejanza del que lo domina y lo dirige con el látigo del tipo que sea, que eso es la esclavitud.
Dios no quiere ni permite esta situación para nadie, ni tampoco que la persona se convierta en “dios” para nadie.
Ante esta situación, Dios hace un pacto con el pueblo, comprometiéndose a enfrentarse a esta situación, el pueblo, por su parte, deberá seguir estas diez normas que el mismo Dios grabará en su corazón y no quedarán escritas en ningún sitio, para que no se olviden jamás. Eso no lo podrá borrar nadie y por eso, quien las rompe, sentirá que se está atacando a si mismo.
Aceptar este pacto, lleva consigo una norma fundamental: quitar los ídolos que se levantan queriendo que seamos a su imagen y semejanza. Pero al mismo tiempo, establece una relación de justicia y fraternidad, es decir: no permite que nadie se levante como esclavizador de nadie ni que se le acepte como tal y, al mismo tiempo, obliga a tratar a los demás como exiges que te traten a ti mismo.
Romper esto, será volver de nuevo a Egipto, a la destrucción del pueblo.
Este pacto dio lugar a que Europa llegara a abolir la esclavitud; que el mundo reconociese que la persona es valor supremo y absoluto en la tierra, que se reconociesen a nivel mundial los “Derechos Humanos”.
Este pacto ha estado vigente como referente durante miles de años y, gracias a él, los seres humanos hemos sido capaces de respetarnos y dejar de ser “lobos para los hombres”.
Ahora, en la cumbre de los tiempos, el hombre, en su delirio de grandeza empieza a pensar que esto de Dios, que estos principios de respeto entre los seres humanos, que estas normas de convivencia… es todo un cuento que nos han venido metiendo con el miedo de las religiones; que estos principios por los que se ha venido rigiendo la humanidad y que han tenido como referente a Dios, son principios “ñoños”, de gente desquiciada por la religión; que la verdad es una quimera pues no existe,, que no hay más verdad que yo mismo y cada uno tiene la suya y vive la que cree en cada momento de su vida; que nada es igual en ningún momento de la vida, por tanto, no hay una verdad estable que pueda ser referente de nada pues solo me sirve para el momento que vivo.
Y para poder convivir, no es Dios quien establece las normas ni da la fuerza ni el sentido, como hasta ahora se ha venido diciendo, sino que es el “dios-estado” quien dicta las normas o leyes que convienen en el momento con lo que será bueno lo que el estado diga en un momento y malo lo que vaya en contra de lo establecido, es decir: se acabó la libertad y volveremos otra vez a Egipto en donde será “Faraón” el que diga lo que es bueno o lo que es malo según las conveniencias de sus intereses, en el momento concreto.



SALMO RESPONSORIAL

SALMO 18, 8. 9.10.11

R- Señor, tú tienes palabras de vida eterna
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
R- Señor, tú tienes palabras de vida eterna
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
R- Señor, tú tienes palabras de vida eterna
La voluntad del Señor es pura
y eter­namente estable;
los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos.
R- Señor, tú tienes palabras de vida eterna
Más preciosos que el oro,
más el oro fino;
más justos que la miel
de un panal que destila.
R- Señor, tú tienes palabras de vida eterna


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la 10 carta de S. Pablo a los corintios 1,22‑25

Hermanos:
Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados Cjudíos o griegosC, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios


REFLEXIÓN

“LA UNIDAD ES EL AGUA DE LA FUENTE”
En Corinto está ocurriendo un problema: la comunidad se ha dividido: unos siguen a Pablo, otros a Apolo, otros a Pedro… unos, por tanto, son tradicionales, otros son más “progres”, otros más espirituales, otros más sociales… es decir: exactamente igual que nos ocurre en el momento actual y todos nos convertimos en jueces de los otros. ¿Quién será el que lleva la razón? ¡¡ Ninguno!!
Pablo interviene y lo deja claro: ¿Qué es lo que unos y otros predican? ¿En nombre de quién bautizan? ¿Qué doctrina es la que están dando? ¿Será la moda de los griegos que solo aceptan sabiduría, o el principio judío que solo pide leyes y milagros?
El centro de la vida cristiana es Jesucristo muerto y crucificado por todos los hombres que en su muerte y resurrección nos ha traído la salvación y esta verdad no está supeditada ni a Pablo ni a Pedro ni a Apolo ni a nadie y en esto se fundamenta nuestra fe.
No tenemos más signo que la cruz que ha sido la respuesta de Dios Padre y en ella está nuestra liberación, no en las doctrinas que se predican que vengan de fuera ni que se impongan de moda.
Esta lógica de la cruz está en contraposición a todo lo que nos viene de fuera y no podemos caer en la tentación de querer acomodarla a otros criterios que luchan por imponerse.
La traducción actual de este problema tiene una actualidad impresionante: distintas tendencias, distintos grupos que siguen caminos diversos y que cada uno se levanta con la exclusiva de la verdad haciendo una interpretación a su medida de la salvación que Cristo nos regaló y van estableciendo un seguimiento de acuerdo a sus gustos e intereses.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según S. JUAN 2,13‑25
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre."
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora."
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos mues­tras para obrar así? Jesús contestó: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré."
Los judíos replicaron: "Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?"
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

OPCIÓN POR EL REINO, MÁS NO POR LA RELIGIÓN
Es interesante ver cómo Juan presenta el relato del templo justo al mismo inicio de su evangelio y es que el signo del templo va a enmarcar también todo el proyecto de la vida y la persona de Jesús.
En Juan Cristo se presenta como la nueva pascua, la nueva dimensión que Dios ha establecido para el mundo y para el hombre con el reino.
El acontecimiento ocurre en la gran fiesta: la pascua, que se celebra en el templo. Esa celebración está ya completamente adulterada; aquel lugar lo han convertido en espacio de comerciantes, ya no es signo de la presencia de Dios, sino de la corrupción.
Lo que se celebra allí ya no es la Pascua del Pueblo, sino el negocio de comerciantes y farsantes religiosos.
Cristo rompe esta situación dispersa a los animales que allí se venden para los sacrificios y cuando le preguntan con qué autoridad hace aquello, da la razón: este templo ya no tiene sentido, el verdadero templo donde se da el sacrificio que Dios quiere es Él, la celebración que allí se hace, ya no recuerda nada, pues de Egipto ya nadie se acuerda y han vuelto a caer en otro tipo de esclavitud tan grave como la de Egipto.
Él ha venido a romper las cadenas, Él es la nueva pascua, Él es el único y verdadero Cordero para el sacrificio expiatorio de los pecados del pueblo, por tanto, vendedores, sacerdotes y personal que viven a costillas del pueblo que está obligado a ir a ese lugar, han pasado, ya no tienen sentido, es la una nueva realidad que Dios ha inaugurado y ya no hay vuelta atrás.
Con Cristo la humanidad ha comenzado una nueva andadura, no podemos, por tanto seguir mirando atrás y quedarnos anclados en esquemas que quedaron superados con su venida: el templo de Israel era lo más sagrado que existía y Cristo dice que el nuevo templo es Él, que tendríamos que traducir hoy: EL HOMBRE; no reconocer a Cristo en el hombre es volver a la “religión” del templo. Cuando Cristo ataca esta institución sienten que tiemblan los pilares del sistema y nadie acepta quedarse en el aire; el templo y la religión son el obstáculo para aceptar el REINO
Este gesto de Jesús nos obliga a que nosotros nos planteemos qué es lo que estamos haciendo y en qué estamos poniendo nuestra seguridad y nuestra respuesta Dios: ¿En unos ritos? ¿En unas normas? ¿En unas costumbres? ¿En objetos? ¿En imágenes?
Cuando nos acercamos a unas fiestas como es la Pascua no podemos quedarnos tranquilos y hacernos todas estas preguntas: ¿Todo esto que estamos montando responde al proyecto de Jesús o es una especie de bálsamo para nuestras conciencias o una bendición de nuestros intereses mientras que el compromiso por transformar el mundo e implantar la justicia decimos que eso es asunto de la política? ¿Es ese el tipo de religión que estamos fomentando?
En ese caso estamos necesitando que Cristo venga de nuevo con el látigo en la mano

martes, 3 de marzo de 2009

DOMINGO -II- DE CUARESMA -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 22,1‑2.9‑13.15‑18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: "¡Abrahán­!"
Él respondió: "Aquí me tienes."
Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré".
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrah­án tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ¡Abrahán! ¡Abrahán!"
Él contestó: "Aquí me tienes."
El ángel le ordenó: "No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo tu único hijo".
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: "Juro por mí mismo, oráculo del Señor: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido".
Palabra de Dios


REFLEXION


“¿CONFIAR EN DIOS O EN EL DINERO?”

El domingo anterior abríamos la cuaresma con un pacto de Dios por la vida proclamando sagrado al hombre. Hoy nos trae la liturgia al patriarca Abraham que en un acto de fidelidad y confianza en Dios está a punto de cometer un crimen creyendo que Dios le está pidiendo que le sacrifique a su hijo primogénito, tal como es la costumbre entre los paganos y Dios le sale al encuentro y le impide que haga ese disparate, incluso reconociendo su buena voluntad: *No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada”
Abrahán se extraña que Dios le pida esto, pues Isaac es el hijo de la promesa en quien Dios le ha asegurado que va a multiplicar su descendencia y, ya no entiende a dónde le quiere llevar Dios, se queda en el aire, pero aún así, aunque no entiende, asume la voluntad de Dios y la acepta con todas sus consecuencias.
Toda la subida al monte Moria es de una fuerza impresionante, pues Abrahán se debate en la oscuridad y el dolor: Isaac le pregunta dónde está la víctima y él le responde que Dios proveerá, pues no tiene la respuesta o, por lo menos no quiere aceptarla, pero él está decidido a hacer lo que cree le está pidiendo Yahvé, hasta el punto de llegar al extremo: justo en el momento en que va a matar al hijo interviene Dios, cuando Abrahán ha demostrado su total actitud de escucha y disponibilidad a Dios, es bendecido y premiado con la renovación de la promesa en ese hijo, que se convierte en el signo de la aceptación suprema y total de la voluntad de Dios, y por él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.
Dios deja que el hombre agote sus recursos y cuando ya no tiene nada qué hacer, ahí sale Dios con toda su fuerza. Esta es su forma de actuar, de esta manera se ve a dónde llega el hombre y a dónde puede llegar Dio
La lección es impresionante, para un mundo en el que vivimos angustiados porque el dinero, por el que hemos apostado y hemos puesto como base de nuestra confianza, es lo más inseguro, lo más cambiante y, lo mismo nos pone en el candelero, que nos hunde en la miseria.
Frente a esta opción se presenta la de Abrahán que pone a Dios como la seguridad de su vida, como la única certeza de futuro, frente a la indecisión y angustia de lo relativo y cambiante del mundo. Para nuestros días es el grito que nos dice que otra forma de vida, de existencia para los hombres es posible y es más humana.

SALMO 115

R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida

Tenía fe, aun cuando dije:
*(Qué desgraciado soy!+
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 8, 31B‑34

Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, )cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Qui­én condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“COLMÓ LA MEDIDA”
Este pasaje de S. Pablo es como un desdoblarse sacando las consecuencias del himno al amor de I.Cor. 13 1 ss: ese Dios-Amor que todo lo cree, todo lo soporta… es el que ha apostado por nosotros poniendo como prenda a su propio Hijo que no ha dudado en entregar su vida por nosotros. ¿Se puede pedir más? ¿Se puede ofrecer una prueba más fuerte y convincente?
Es imposible dar un signo más grande, una prueba de amor más evidente de su actitud para con el hombre, de su voluntad salvadora que está por encima de cualquier otra cosa en este mundo. ¿Quién se atreverá a presentarse como acusador del hombre frente a Dios, que siendo el ofendido se presenta como defensor?
Nadie ni nada podrá cambiar la actitud y la decisión de Dios. Solo una cosa podrá impedir que esto tenga su efecto salvador: el hombre, que decide despreciar lo que Dios ha hecho para él y opta por su perdición, dejando a Dios con los brazos abiertos, llorando mientras él le da la espalda y lo desprecia.
Cada vez que pensamos en la capacidad de hacer el mal y autodestruirse que tiene el hombre, nos sobrecoge, pues aunque parece un absurdo, nos damos cuenta que el hombre, con su libertad, es capaz de hacer las mayores estupideces, como puede ser el jugarse su propio destino por el simple hecho de no doblegar su orgullo.


Lectura del santo evangelio según S. Marcos 9, 2‑10

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blan­co deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡ué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Ellas.!"
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo."
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN
"EL MIEDO A ESCUCHAR"

Es curioso ver que S. Marcos narra el acontecimiento de la transfiguración al comienzo de la segunda parte de su evangelio, cuando Jesús comienza a hablar a sus discípulos justamente de su pasión; ha venido presentándoles el mensaje de Reino con sus palabras y los milagros, ahora presenta a dónde lleva todo esto que ha venido anunciando y en este momento ubica a Jesús indicando a los discípulos las consecuencias a las que va a llevar todo lo que ha predicado y ha revelado.
Pero la escena la traslada a Dios Padre, es Él quien lleva la trama de todo, Jesús es su misma presencia viva que ha venido a concluir la ley y los profetas, todo lo cual ha sido como una sombra que ha ido revelando de forma muy opaca la presencia de Dios en el mundo.
Dios presenta a Jesús como el testigo cualificado y fiel, escuchar su palabra, seguir su propuesta, es estar en la onda de Dios “*Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”.
El problema en el mundo actual es el ser capaces de “escucharlo” pues eso significa el detenernos, el centrarnos, el hacer silencio para escuchar, el quitarnos los prejuicios que tenemos a la hora de prestarle atención al “otro”, el prestar atención a la situación del “otro” … El gran problema del mundo actual es el haber perdido la capacidad de escucha y por tanto, hemos perdido el verdadero sentido de la originalidad cristiana, que está en ser capaces de escuchar a Dios que entra en diálogo con el creyente y es de donde nace y se fortalece la fe.
Cuando esto falta, Dios resulta algo extraño, algo o alguien que no concuerda con los esquemas de la vida, que está fuera de contexto.
Por otro lado, el ponernos en disposición de “escucha” a Dios es arriesgado, pues nos puede romper los esquemas: habíamos pensado en un Dios a quien echo mano para los momentos que necesito, o en un Jesús para la religiosidad popular, pero nunca para que me pueda comprometer o me pueda poner en tela de juicio mi vida y por eso, tendemos a dejarlo a un lado, como quien se pone las máscaras de carnaval cada año y después las guarda hasta el próximo.
Pero “escucharlo” me va a llevar a desinstalarme de las posiciones en las que me había acomodado y me va a poner en constante cambio, conversión, para dar respuesta a las exigencias que la vida me presenta, por eso tenemos miedo: a que los teólogos investiguen y vayan dando respuestas nuevas y por eso se tiene tanta cautela: Estoy pensando en el tema de la mujer en la iglesia que tanto está haciendo sufrir por un lado y tanta hipocresía lleva por otro, pues en la realidad, la iglesia en un 90% está siendo llevada por mujeres y sin embargo, no se les quiere dejar oficialmente la voz dentro de ella ¿Por qué?... “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Es impresionante ver cómo nos sentimos amordazados en el testimonio de la verdad y medimos las palabras por la complicación que nos pueden traer y pedimos que se tenga cautela a la hora de hablar, no vaya a sentirse alguien herido.
Y tenemos un miedo enorme a perder la imagen y que a la iglesia o a los cristianos los puedan tachar de cualquier cosa, como es el que en la iglesia se acoja a los pecadores.
Al final pienso que de la misma manera que cayeron por tierra asustados los apóstoles, nosotros seguimos con el miedo metido en el cuerpo de perder las posiciones y de ser señalados como gente rara y fuera de la onda del mundo y por eso preferimos, como Pedro, hacer la choza y quedarnos donde estamos.